Fábrica de petróleo en Astillero
Bomberos voluntarios de Astillero 1912-1914 con Rosendo Tocornal
A las dos y
media de la tarde del día 11 de abril de 1914, se sintió en el Astillero una
gran explosión que produjo una gran alarma.
Muchas
gentes acudieron en seguida a las fábricas de petróleo y se comprobó que,
efectivamente, en la antigua fábrica de los señores Deutsch y Compañía, se había
producido una explosión en un depósito prendiéndose el petróleo que contenía,
adquiriendo el fuego, por momentos gran incremento.
La noticia
de la explosión y del incendio hizo mover a muchísimas gentes de las comarcas
del alrededor e incluso de la capital.
Había
explotado el depósito de las basculas que, contiguas a la casita donde está
instalada la Delegación de Aduanas, tienen a la entrada de la fábrica para
pesar el petróleo bruto que se descarga de los barcos.
Precisamente
el día anterior habían terminado de descargar 700 toneladas de petróleo, que
para la fábrica trajo el vapor "Le Coq" y en los depósitos, tanques y
fosos de las basculas quedarían unas seis o siete toneladas, que fueron las que
se quemaron.
Cuando
ocurrió la explosión se hallaban tres obreros ocupados en la limpieza de las
básculas, y se supone que ellos o alguna otro obrero que pasara por allí para
entrar en la fábrica, arrojase una cerilla o cigarro encendido, prendiendo el
petróleo, que hizo explotar el depósito.
Fueron dos
las explosiones; la primera al prenderse el petróleo, y la otra,
formidablemente, que arrancó la cubierta de hierro del depósito, que fue
lanzada a gran distancia cayendo en el centro de la marisma.
Al
incendiarse el petróleo, uno de los obrero que se encontraba cerca, Higinio
Serna, sufrió ligeras quemaduras en la cara.
Gracias a la
serenidad de los obreros y el director de la fábrica, que inmediatamente se
cuidaron de cerrar el paso del petróleo por las tuberías que comunican las
básculas con los tres grandes depósitos, no explotaron éstos, evitándose una
gran catástrofe.
Como el
petróleo que tenían los depósitos y tanques de las básculas ardía en pompa,
levantando grandes llamaradas, los bomberos voluntarios del Astillero, a las
ordenes de su jefe, señor Tocornal y los empleados de la fábrica con mangueras,
estuvieron refrescando un gran depósito lleno de gasolina, que había próximo,
para evitar que se calentara e hiciera explosión también.
Echando
abajo los tanques con cuerdas y garfios, se dejaron al descubierto el petróleo
ardiendo, y luego con paletadas de arena, única forma de combatir esta clase de
incendios, pudo ser sofocado, no sin que diera algunos sustos, pues los gases
producían pequeñas explosiones, cuando menos se esperaban.
Después de
tres horas de trabajo, quedó completamente terminado el incendio, cuyas
consecuencias no fueron, por fortuna, de gran consideración.
Don Rosendo
Tocornal Sansper, murió en el año 1929, en tierras de Leon, donde se trasladó
para descansar y en busca de salud, pero allí quedaron sus restos para siempre.
Fue uno de
los creadores del Cuerpo de Bomberos de el Astillero, cuando no existía ninguno
en muchas capitales de provincia.
Convocó por
entonces a una reunión de personas influyentes y de posición, al comercio y al
pueblo en general y al poco tiempo, ya tenía a sus servicios, unas secciones de
salvamento y sanitarios, como personal debidamente uniformados y equipados.
Y de
material una devanadera de mano, un carro de útiles tirado por un caballo, ocho
o diez escalas de mano, hachas grandes, faroles, caretas contra el humo y unos
200 metros de manga, más de un saco o manga salvavidas para poder arrojarse a
la calle desde la altura de un cuarto piso.
Por 1919, residencia en San Sebastián y a través de un amigo envió su casco "todo
una reliquia" para el Cuerpo
Le sustituyó
don Angel Díaz y como capataz, don Carlos Rodriguez.
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