RODOLFO DEL CASTILLO pintor astillerense

 

- Rodolfo del Castillo

Rodolfo del Castillo, nacido en Astillero en 1933. Estudió Derecho en las Universidades de Valladolid y Oviedo, en 1955 inició una serie de viajes atraído por una irresistible vocación artística por Europa.

Se instaló en Paris, alternando sus estancias entre la capital y la Costa Azul.

Regreso a España en 1969, exponiendo de sus últimas obras  en distintas ciudades españolas.

De nuevo, después de dos años, se estableció de modo definitivo en Friburgo (Alemania)

Desde esa ciudad se desplazaba a diversas ciudades europeas, en donde exponía ante la admiración del público y de la crítica, su quehacer pictórico.

Su pintura formaba parte de importantes colecciones entre Alemania, Francia, Italia, Inglaterra, Estados Unidos y España.

Exposiciones en Paris, Saint-Tropez, Santander, Worms, Madrid, Gijón, Bilbao y Friburgo.

 

Su pintura incidia preferentemente en la línea y el color inscrito en ellas. De fuerte horror al vacío, minuciosa en detalles, abigarrada, entronca con el superrealismo y ciertos antecedentes lejanos del italiano Archimboldo.

El crítico de arte Mario Antolín, decía de él:  "Magnifico dibujante y personalísimo pintor, en el que coincidían una imaginación ardorosa y un conocimiento del arte clásico que formaban la base del barroquismo angélico, grácil e inquietante de su obra.

Góngora y El Bosco estaban despiertos en su mente, y cada uno de sus cuadros era una arquitectura de aires diminutivos que vivían de él.

La obra de Rodolfo del Castillo servirá de rúbrica de su personalísimo quehacer".

 

En abril de 1970, el pintor Rodolfo del Castillo expuso por primera vez en Santander una colección de 23 obras, en la Sala Sur.

En esas fechas, este pintor se presentaba como un taumaturgo creador de un mundo mágico, delicado, poético. Su arte estaba entroncado, más con la forma de hacer de los artistas japoneses, que con los creadores occidentales.

 

El 16 de agosto de 1972, expuso por segunda vez en la "Galería Sur" una obra compleja y simbólica, al que se le consideraba un extraño creador en sus obras.

 Fue en octubre de 1978, después de seis años, cuando volvía a exponer en Santander, concretamente en la sala "Sur".

Se le consideraba en esas fechas como un pintor que partiendo de esa libertad absoluta que proporciona el surrealismo, conseguía crear el personalísimo mundo de sus sueños hechos realidad estética.

Venía desarrollando su propio pensamiento a medida que iba erosionando con su grafismo las blancas superficies que sustentaban sus temas.

 

Su muerte inesperada había sido dolorosa para sus amigos y admiradores de su obra.

 

Falleció en Friburgo el 4 de  febrero de 1979