Por junio de
1928, el pueblo astillerense acudió al llamamiento que se les hizo para
acompañar a la masa coral en su excursión al pintoresco pueblo de Ontaneda.
Ya en los
locales del Orfeón, estuvieron durante la mañana del domingo 10 de junio, concurridísima,
unos a canjear sus vales por el billete y otros a compartir con sus compañeros
de expedición.
A las doce y
media de la tarde, partió para la estación el Orfeón, bien formado con su
estandarte al frente. La música interpretó un bonito y afinado pasodoble por
las calles de Astillero, hasta la estación, acompañados de muchísima personas.
A pesar del
tiempo lluvioso, las ocho unidades de que se componía el tren especial, iban
abarrotadas de excursionistas, predominando el femenino, que dieron una alegre
nota de color a la numerosa excursión.
Cuatrocientos
veinticuatro billetes se despacharon para la gira, sin contar los que por otros
medios de locomoción acudieron al pueblo con destino a Ontaneda, sin miedo a
lluvia.
A las dos y
media de la tarde, salió el tren para Ontaneda, compuesto de dos locomotoras
adornadas con mucho gusto con banderas y flores y ocho unidades que trasportaba
a los 124 expedicionarios, que partieron al pueblo de Ontaneda.
Al paso por
todas las estaciones, el público curioso saludaban el paso de la caravana, que
correspondieron con saludos y aplausos.
En la
estación de Ontaneda y en sus inmediaciones se habían congregado un público
numerosísimo, para recibir a los visitantes.
Al llegar el
tren y durante el trayecto hasta el balneario de Ontaneda, fueron disparados
gran número de cohetes anunciando la llegada. Al descender, el abanderado, era
calurosamente ovacionado.
Para recibir
a la coral habían acudido los Coros Toranceses, con su estandarte, y al frente
de ellos, don Julio Bravo, presidente del mismo.
Organizada
la comitiva, y con la Banda popular astillerense al frente, se dirigieron los
excursionistas, seguidos de numeroso público torancés al balneario de Ontaneda,
en una de cuyas galerías había de tener lugar el concierto, y hasta la hora de
dar comienzo la Banda recorrió las poblaciones de Ontaneda y Alceda tocando
alegres pasodobles.
En éste,
fueron recibidos por el señor Carreño, administrador del establecimiento,
inspector de Sanidad, don Angel Sanjurjo, y don Isaías Bobo, médico del
Balneario; los cuales hicieron objeto de las mayores atenciones a directivos y
orfeonistas que quedaron complacidos de tanto obsequio y generosidad.
Fue de
destacar, también, entre lo que con más cariño y desinterés había cooperado al
engrandecimiento de la fiesta, a don Julio Braun, que desde el primer día que
supo del proyecto, estuvo al lado poniendo todo su valor y todo inagotable
entusiasmo.
Con el local
lleno de público, entre el que figuraban bellísimas señoritas torancesas, a las cinco, dio comienzo el concierto, ejecutándose las obras
anunciadas en el programa.
La primera
parte del programa, era compuesto con las siguientes canciones: "Cantos
Asturianos"; "El Anochecer"; "La Trilla" y "En la
rama de un árbol".
En la
segunda parte: "Una Eder Bat"; "La Retreta";
"Juveniola"; "Festara"; "La Mañana" y
"Sanctus", de la gran Misa.
Todas las
obras, fueron magistralmente interpretadas por los coristas, cosechando muchos
aplausos por su admirable labor, especialmente la de su director, don José
Soto.
Algunas de
ellas, como "En la rama de un árbol", composición del sacerdote y
excelente músico, don Luis Usobiaga, de difícil ejecución;
"Juveniola", de Millet; "La Retreta", de Rillé, y "La
Mañana" de Bat, fueron interpretadas primorosamente.
Donde el
entusiasmo del público fue a la terminación de la parte sacra del concierto. El
"Sanctus" de la Misa de Witt y el hermoso "Credo" de la
segunda pontifical de Perossi, en el que tomaron parte los niños del orfeón,
con mucha seguridad y afinación, escuchados con religioso silencio y cantados
admirablemente, oyendo la coral una gran ovación.
Lo que
entusiasmo extraordinariamente a los oyentes fue el "Credo" de la
segunda pontifical de Perossi, a tres voces mistas, con un afinadísimo coro de
niños y con acompañamiento de armonium.
Acompañó con
el armonium, recibiendo muchos aplausos, la simpática señorita de Ontaneda, Vicenta
Sáinz, quien ya en distintas ocasiones fue presentada como gran artista.
A
insistentes requerimientos del auditorio, el orfeón cantó de modo impecable
"¡Viva la Montaña!", de Julio Soto, y "L'Ampordá", de
Morera, que arrancaron muchísimos aplausos.
Se
destacaron como solistas, Angel Maillo, en "Cantos Asturianos", y los
niños Saturnino Piró y Fidel Argüeso.
Terminado el
concierto, se organizó un animado baile y a las nueve y media la noche,
regresaron los excursionistas a Astillero, siendo despedidos en la estación por
los Coros Toranceses y numerosísimo público.
Entre ellos,
figuraron el presidente del Orfeón, don Alvaro Lanuza; el párroco, don Valentín
Palazuelos y el teniente alcalde, señor Castillo.
El día 24 de
junio, festividad de San Juan Bautista, el Orfeón Astillero-Guarnizo, volvieron
a realizar otra segunda excursión, a uno de los pueblos más bellos y
pintorescos de la región, al real sitio de La Cavada.
La excursión
fue por la mañana y el Orfeón cantó en la misa de la parroquia de dicho pueblo
y por la tarde, en el salón Sañudo, dando un selecto concierto con las mejores
obras de su amplio repertorio.
Primera
parte.- "L'Emigrant" de Vives; "Llunavarra"; "La
trilla" (cantos castellanos), de Haedo; "Boga, boga" (canción
vasca), a cuatro voces; "L'Ampurdá" (sardana), de Morera.
Segunda
parte.- "Cantos asturianos", de H. González; "Festara"
(canción vasca); "La retreta", de Rillé; "Jovenivola", de
Millet.
Otro nuevo
triunfo del Orfeón, gracias a la labor de su director, señor Soto
Era la
primera visita que el Orfeón hacia en este pueblo.
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