viernes, 28 de abril de 2017

ASTILLERO Fiestas de Nuestra Señora 1930



Yola tripulada por señores Rozas y Mazariegos




Por la festividad de Nuestra Señora, se había confeccionado un bonito programa por la Comisión de Festejos:


El martes 13 de agosto, se celebró en el amplio salón teatro-cine, la verbena que al igual que otros años organizaban distinguidas señoritas de la localidad en honor de las familias de la colonia veraniega, de Santander y otros puntos de la provincia. Ese año la organización fue a cargo de Angelines Mazariegos Lavín y Joaquina Nieto Campoy, dos bellezas, que unen a sus naturales encantos una laboriosidad a prueba de bomba, pues se pasaron lo menos diez días en continuo ajetreo, no descuidando los menores detalles para dejar ultimado todo lo concerniente a la fiesta.

Ayudados por jardineros y electricistas, colocaron las guirnaldas hojas de palmeras y cadenetas de papel que en profusión adornaban el Salón, el cual presentaba en conjunto un magnifico golpe de vista. La concurrencia fue numerosísima y distinguida, estando el bello sexo divinamente representado.

Entre los caballeros vimos caras conocidísimas, no faltando una lucida representación de la Marina de Guerra, formada por oficiales de la escuadra surta en Santander, que con sus uniformes, unido a la diversidad de las "toilettes" de las damas y a los policromos colores de los mantones de Manila, daban una nota de fuerte color al ambiente.

La orquesta, formada por cinco profesionales, causaron una agradable impresión.

Los servicios del buffet estuvieron encomendados al arrendatario del Salón y dueño del ambiguo, don Gabriel Vicente, quien en unión de Florentin (el Madrileño), habían instalado en la terraza, debajo de la encina, todos los servicios, además de otros dos camareros a cargo de las mesas y no faltando la clásica churrería que estaban a cargo de la acreditada viuda "La Florencia", quien con tres de sus hijas, tocadas con limpios delantales y manguitos blancos, no cesaron de expender la indigesta pasta.

¡Que lástima que la lluvia impidiera que se celebraría en la terraza!

Como curiosidad se pudo contar el número de automóviles y hasta 58, esto daba una idea de cómo estaba animada la fiesta y de la calidad de los asistentes.


El viernes 15, día de la Virgen, se celebró la romería en la Planchada.

Este día, se celebró un partido amistoso entre un equipo del  Racing santanderino y el Unión Club.

Los santanderinos presentaron como titulares, a Ceballos y Mendaro, en los astillerenses faltaron algunos del primer equipo.

El resultado final fue de tres a dos a favor del Racing de Santander, en una tarde desafortunada del guardameta, Campostizo.

En resumen fue un partido más que amistoso y veraniego.

Arbitro el encuentro el aficionado culturalista, Ramón Casuso.

Por la noche actuaron en el Teatro-Cine, el orfeón Astillero-Guarnizo, resultando un gran éxito, que al finalizar su actuación, fue premiada con calurosos aplausos por los espectadores, en su mayoría familias forasteras y veraneantes.


El sábado 17 de agosto, se celebró la segunda verbena con una animación extraordinaria, acudiendo mucha gente joven de los pueblos limítrofes y contribuyendo al esplendor de la fiesta en  una magnifica noche de verano.

Tanto el clásico pito y tamboril, como la excelente orquesta que trajo el amigo Basilio, dio punto a las alegres notas de los bailables más en boga hasta altas horas de la madrugada.


El domingo 18, por la mañana, tuvo lugar la carrera de cintas en bicicletas con bastante concurrencia y a continuación el Cuerpo de Bomberos realizó ejercicios y simulacro de incendio, asaltando la casa del Banco Mercantil, donde colocaron las escalas y el saco salvavidas por el que se arrojaron bastantes bomberos con bastante éxito.

Por la tarde tuvo lugar la regata de yolas en la que obtuvo el primer premio la tripulada por A. Manterola y Giménez en un minuto cuarenta segundos; el segundo la tripulada por J. Pérez y M. Castillo, en un minuto cuarenta y dos segundos, y el tercero la de J. A. Rozas y Mazariegos, en un minuto cuarenta y tres segundos. A continuación se lanzaron al agua una docena de patos y se organizó a la caza de ellos por lo menos cuarenta nadadores, resultando divertidísimo.

Al final del programa acuático,  se celebró la regata de barquías a remo en la que tomaron parte cuatro embarcaciones.

Obtuvo el primer premio la barquía "Hortensia", patroneada por Ramón Castillo, que invirtió en el recorrido 15 minutos y 50 segundos.

El segundo premio "El Anade", patroneada por Emilio Rodriguez, que invirtió 16 minutos.

El tercero "Juliana", patroneada por Hilario San Emeterio, en 17 minutos 75 segundos.

El cuarto la "San José", patroneada por Juan Marcos, en 16 minutos 5 segundos.

Componían el jurado de salida y llegada, el convecino don Juan Antonio Villegas, segundo comandante de Marina de Santander, quien daba las órdenes de salida, acompañado de los concejales, señores Morante y Fernández, don Raimundo Bolado y como cronometrador el entusiasta deportista, don Alvaro Lanuza Nacarino, cuidando del orden en una gasolinera, el contramaestre del puerto, don Manuel Guerrero.

Fue mucho el gentío que presenció esta competición.

Por la noche se repitió la verbena, quemándose una bonita colección de fuegos artificiales y terminando en una gran traca, del agrado del público.

Así finalizo estas grandes fiestas de Nuestra Señora.









martes, 18 de abril de 2017

ASTILLERO fiestas de San José 1960







Por esas fechas de marzo de 1960, la Comisión de Festejos había confeccionado un programa que se repartió por todos los pueblos del alrededor e incluso en la capital.

Para el día 19, la misa mayor, a las once y media, en donde el coro parroquial interpretarían la Misa eucarística del Maestro Perossi, además del Coro Tasa, bajo la dirección del maestro Saéz de Adana, que interpretaría la Misa de Mitterer.

El panegírico del santo estaría a cargo del orador reverendo padre Alberto, dominico de la Residencia de Las Caldas, quien contaba con grandes simpatías en la localidad.

Presidirá estos actos, el señor obispo auxiliar, don Doroteo Fernández, acompañado de las autoridades locales.

El prelado bendecirá el nuevo trono de San José, que ha sido colocado en el altar mayor.

Este mismo día, frente al Ayuntamiento, gran concierto amenizado por la orquesta Tella.

A las cinco de la tarde, en los campos de Sport, un emocionante encuentro de fútbol correspondiente al campeonato de primera regional entre el Castro F.C. y el Unión Club.

Este encuentro terminó con el resultado de dos a cero, favorable a los astillerenses. No fue fácil la victoria del Unión Club, dado que los castreños pusieron mucho interés para poder igualar el partido.

El encuentro fue arbitrado por el señor R. Eguia y de líneas, Brugos y Aranca. Los equipos se alinearon así:

Unión Club; Raba; Parquito, Bedia, Valverde; Santamaria, Fernández; Velarde, Tomás, Porro, Guillermo y Campín.

Castro Urdiales; Ugarte; Puertollano, Zaballa; Gorostiza; Gamón, De la Peña; Fresno, Ocejo, Ucelay, Pérez, Del Moral.

Los astillerenses lograron a los 20 minutos el primer gol, por mediación de Guillermo. El segundo a los 40 minutos, de penalti.

Con este triunfo el Unión Club seguiría líder del Campeonato.

A las seis de la tarde, dara comienzo la gran romería en la Planchada y frente al Ayuntamiento actuara la orquesta Tella.

Por la noche, a las once, la segunda gran verbena que durará hasta altas horas de la noche.

El día 20, a las 11,30 gran carrera ciclista para corredores de segunda categoría y aficionados, con el siguiente recorrido:

Salida de Astillero (frente al Ayuntamiento), para dar una vuelta al circuito local, y seguidamente salida con dirección a San Salvador, Liaño, Solía, Guarnizo, Cianca, Alto de la Morcilla, Revilla, Muriedas, Boo y circuito de Astillero, haciendo este recorrido tres veces para terminar dando cuatro vueltas al circuito local.

Habrá dos trofeos, primero para el vencedor de la prueba y segundo para el primer clasificado de aficionados.

Con gran animación y buen tiempo se corrió en la mañana del domingo, el clásico Trofeo San José, que patrocina todos los años el Ayuntamiento, tomando la salida 23 aficionados de segunda y cinco principiantes, con un total de 28 corredores.

A poco de la salida y en el cruce de la carretera de Santander a Bilbao, dos corredores Villazón y Delgado, marcharon hacia San Salvador , que era el recorrido oficial y los 26 restantes se fueron a Boo, despistados. T cuando el árbitro se dió cuenta, aprovechó el encuentro de Villazón y Delgado con los despistados, para detener la prueba y dar una solución al problema, que fue la de que todos siguiesen el itinerario marcado oficialmente, como así se hizo.

Terminada la prueba, el alcalde del Ayuntamiento, señor Manchado, acompañado de otras autoridades locales, hizo entrega al ganador Revuelta, del Trofeo San José.

La clasificación de la prueba fue:

1. Santiago Revuelta, de Santander, 1-44-15.
2. José A. Villanueva, de Peñacastillo.
3. Angel Gutiérrez, de F.C. Expósito B.I.Miera.
4. Maximino Gómez, de Santander.
5. José A. Gutiérrez, de Movado-P.C. J. San Emeterio.

A las cinco de la tarde, en los campos, se celebrará el interesante encuentro amistoso entre el Club Deportivo Callealtera y el equipo local.

A las seis de la tarde se celebrará la segunda romería, en los mimos lugares que el día de San José, y por la noche, a la misma hora que el día anterior, se terminarán los festejos con la última verbena.

En estas fechas, se estaba  reparando la fachada  del Ayuntamiento.

Durante las fiestas, el CINE BRETON anunciaba una serie de películas y especialmente el grandioso estreno en CinemaScopE y color de Luxe, la CARAVANA HACIA EL SUR.







Los Organizadores de todos los Festejos de las Fiestas, cumplieron satisfactoriamente con el programa y felicitados por su labor.











viernes, 7 de abril de 2017

ASTILLERO los tranvías




5 de enero 1909, día de la inauguración de la línea de tranvia Santander-Astillero

Del libro:SANTANDER una ciudad sobre el mar (fotografía de Francisco Ontañón)




(Colección de Ricardo Vega)






Al fondo el tranvía de Santander-Astillero





Tres tranvías y uno de la línea Santander-Astillero


Un tranvía por la calle San José




En el Boletín Oficial de la provincia se publico la convocatoria para la subasta pública que, en cumplimiento de lo dispuesto en la Real orden de 13 de diciembre de 1905 , se celebraría para la adjudicación de la concesión de un tranvía eléctrico de Santander al Astillero.

La subasta se celebraría en Madrid el día 30 de enero de 1906, a las doce de la mañana, en el local de Fomento, ante el director general de Obras Públicas o persona en quien delegue, observándose lo dispuesto en el artículo 93 del Reglamento de 24 de mayo de 1878, dictado para la ejecución de la vigente ley de ferrocarriles y en la instrucción aprobada en 18 de marzo de 1852 para esta clase de subastas.

La obras para la construcción de este tranvía, según el pliego de condiciones,  comenzaría en el término de dos meses, a contar desde la fecha en que se publique en la Gaceta de Madrid la Real orden de concesión, y debería quedar terminadas en el plazo de dos años, contados desde el día en que comiencen.

El concesionario, explotaría el tranvía durante el plazo de la concesión, que será de sesenta años, a menos que fuese rebajado en el acto de la subasta, y con arreglo a los precios máximos de peaje y transporte que para la conducción de viajeros y mercancías se fijase en las tarifas aprobadas, con las rebajas que en las mismas puedan hacerse en la subasta, todo lo cual se haría constar en la Real orden de concesión.

El precio por kilómetro, según la tarifa máxima legal, sería el siguiente, incluidos peaje y transporte:

Viajeros, 0,9 pesetas; equipajes y encargos por tonelada, 0,40; expediciones especiales, ida (por coche), 12,00; ida y vuelta (por coche), 10: mercancías, por tonelada, 028, 0,18 y 0,14, según el orden en la clasificación.

El transporte ganado, siendo por vagón completo, costará 0,65 pesetas por cabeza.

En febrero de 1906, la Sociedad Nueva Montaña, propietaria del que fue antiguo "Urbano" luego de los belgas y anteriormente de Orzarián, presentó en la alcaldía un proyecto de tracción eléctrica que partiendo de la dársena de Molnedo en Puertochico siga por la carretera de los muelles, calle de Castilla, carretera nueva de Adarzo, PeñaCastillo y termine en el Astillero.

En 1906, celebrada en Madrid la subasta del proyecto del tranvía eléctrico al Astillero se le adjudicó a "Nueva Montaña" por 60 años. Igualmente su representante don Leopoldo Cortines Sánchez obtuvo en fechas anteriores la sustitución del motor de sangre por el eléctrico en el tranvía "Urbano".

En 1907 comenzaron a recibirse el material para la construcción del eléctrico y la Sociedad Nueva Montaña verificó la entrega de pliegos para la subasta de obligaciones que garantizaran el coste del proyecto, suscribiéndose unas doce mil obligaciones que cubrían tres veces la emisión.

En junio de 1907, la dirección de los trabajos del tendido de rieles por la sección que ocupaba el que fue tranvía urbano, observaron que los coches no podían pasar por debajo del puente de Vargas sin rebajar unos centímetros de la calle para que no tropiecen los troles.

Como era de esperar, el arquitecto municipal ordenó se suspendieran las obras y dejaran la calle en las mismas condiciones en que se encontraba anteriormente comprendiendo como única solución para que la tarea no quedara detenida, la sustitución del Puente de Vargas por otro de hierro.

En noviembre de 1907, se estaba tendiéndose las vías del tranvía eléctrico en Nueva Montaña que iba  atravesar la ciudad y extendiéndose por el extrarradio  el ramal que conduciría al Astillero.

Los coches que circulasen por la ciudad eran distintos a los del servicio del de Astillero, construidos por la casa Siemens Shukens, de Colonia. De los primeros llegaron diez, con cabida para 18 viajeros sentados y 14 de pie, y de los segundos enviaron ocho para 38 personas sentadas y otras 14 de pie, igual que los anteriores encontrándose parte de este material en las cocheras establecidas en dos locales separados, uno en Campogiro que ya lo era para él "Urbano" y otro nuevo, entre Boo y Maliaño.

Terminada la colocación de los postes en enero de 1908 se procedió al tendido del cable. En marzo llegaron de Zaragoza, los primeros coches pintados de blanco, decorados en el centro, con los escudos de Santander. Entre los carruajes enviaron dos de gran tamaño destinados al trayecto del Astillero, que aún se encontraban sin concluir las obras.

El día 5 de enero de 1909, se inauguró el nuevo servicio de tranvías eléctricos al Astillero, que tanto interés era esperado por el público en general.

El primer tranvía partió aproximadamente a las diez de la mañana de la parada de Molnedo, deteniéndose unos minutos en la Avenida de Alfonso XIII.

El trayecto de la nueva línea estaba dividido en dos secciones:

Molnedo a las estaciones de los ferrocarriles de la Costa; estaciones a mercancías; mercancías a Cajo; Cajo a Peñacastillo; Peñacastillo a Las Presas; Las Presas a Muriedas; Muriedas a Maliaño; Maliaño a Boo; Boo a Guarnizo y Guarnizo a Astillero.

Desde Molnedo a Peña Castillo, costaría el recorrido 0,25 pesetas; a las Presas, 0,30 pesetas; a Muriedas, 0,35 pesetas; a Maliaño, 0,40 pesetas; a Boo o Guarnizo, 0,45 pesetas y al Astillero, 0,50 pesetas.

El servicio lo prestarían cuatro tranvías de los grandes.

Desde el día 6, comenzaron el servicio a las siete de la mañana, durando hasta las nueve de la noche.

El día 4,con objeto de verificar una última inspección, salió un tranvía, por la nueva línea, con el ingeniero de Nueva Montaña, señor Mazarrasa, acompañado de otros empleados técnicos de la misma Empresa.

Esta inspección fue totalmente satisfactoria, comprobándose en ella el buen estado de la nueva e importante línea.

Durante todo el día de la puesta en marcha de la nueva línea, los coches fueron con gran número de viajeros y llevando muchas veces el anuncio de "completo".

Esto sucedió cuando comenzó el servicio urbano, de los tranvías eléctricos, ocurrió con la inauguración de la línea al Astillero, la curiosidad y el afán del público por viajar en los nuevos tranvías, que no sólo se llenan en la mayor parte de los viajes, sino que, además, un numerosísimo grupo de gentes de toda edades y clases sociales se estacionaron durante la mayor parte del día en la Avenida de Alfonso XIII para la salida y la llegada los grandes eléctricos del servicios del Astillero a Molnedo.

Esta nueva línea de comunicación venia  a reportar considerables beneficios a Santander, porque creaba un enlace y estable relación cómoda, segura, rápida y barata, entre la ciudad y numerosos vecinos de pueblecillos cercanos.

La línea, hasta Astillero, era muy pintoresca y atractiva para disfrutar del viaje.

Pronto la Empresa propietaria de los tranvías acordaron expender abonos talonarios llamados de la serie R.A. valederos por cuatro meses, así como establecer el servicio de Santander al Astillero cada media hora, saliendo el último e Molnedo a las 20,30 h. y del Astillero a las 21 h.

Por la festividad de San José y Nuestra Señora de la Asunción, la empresa establecía además del servicio ordinario otro especial para las esas fiestas.

Por marzo de 1911, se pusieron a la venta, además de los carnets de viajes por abonos, unos nuevos carnets de diez viajes entre Molnedo, Maliaño y Astillero y viceversa, al precio de 2,45 y 3,05 pesetas respectivamente.

Los carnets eran expendidos por los mismos cobradores de los tranvías y en la expendeduría central, Muelle, 9 bajo, tienda de doña Ana Moreno.

Por 1913, quedo modificado el servicio al Astillero, saliendo los tranvías desde la Avenida de Alfonso XIII en vez de Molnedo, que era el punto de partida inicial.

De los primeros accidentes que tuvieron los tranvías, se conoce el de 24 de octubre de 1913, donde el tranvía A núm. 2, conducido por el conductor núm. 12, arrolló a la señora Maria Gandarillas (60 años), a quien fue atendida rápidamente en la farmacia de Astillero y conduciéndola posteriormente a la Casa de Socorro de Santander, llevada por otro de los tranvías.

El 4 de marzo de 1917, a las diez y cuarto de la mañana, el tranvía eléctrico A-3, al llegar a la parada del Astillero, se deslizó por la pendiente que allí existía y fué a chocar contra el pórtico de la Iglesia, derribándose completamente, yendo a caer las grandes piedras de sillería a larga distancia.

Como era aquella la hora en que se estaba celebrando la misa parroquial, y se hallaba el templo lleno de fieles, entre éstos se produjo un pánico horrible, dando lugar a desmayos en algunas señoras.

El tranvía sufrió grandes desperfectos.

En el año 1921, la Sociedad Tranvía de Miranda, adquirió en su totalidad la propiedad de los bienes que poseía la Sociedad Anónima "Red Santanderina de Tranvías" y en la fecha 21 de octubre, se formó la escritura pública de adquisición de dichos bienes, unificándose el 1 de diciembre a la nueva explotación.

El 19 de agosto de 1925, un automóvil matrícula M-8.572, choco con un tranvía de la línea de Astillero, cerca de la Reyerta, El tranvía en esos momentos era conducido por José González.

En agosto de 1931, se dio cuenta de un oficio del  director gerente de la Compañía de Tranvías de Miranda, contestando a la comunicación del Ayuntamiento de Astillero, solicitando se derivase la línea de tranvía al llegar a Astillero, en dirección a la plaza del Mercado o en su defecto que siguiera un empleado nombrado por la Compañía, por delante de los coches a partir de la esquina de entrada de la calle de San José hasta la parada final y que se quitara los dos postes del tendido del cable existente frente a la casa de los señores Aguirre y frente a la tahona.

En el mismo oficio, se indicaba la resolución tomada por la Compañía de no poder acceder a tal pretensión y trasladando el asunto a la Inspección Técnica de Ferrocarriles.

Esta decisión fue rectificada posteriormente y decidieron trasladar la parada final a la entrada de la calle San José, enfrente de la Tahona y del bar el Maqueto.

Por diciembre de 1947, se adquirieron cuatro magníficos modelos de tranvía a la fábrica "José Astals" de Barcelona, para las líneas de Alfonso XIII-Astillero y Valdecilla-Sardinero, destinándose dos de los nuevos a cada línea.

En 1948 la empresa propietaria "Compañía del Tranvía de Miranda" presentó un proyecto al Ayuntamiento para mejorar el servicio, entre ellas:

Para la línea de Astillero, la Compañía transformaría el servicio con autobuses y sus tranvías pasarían a las otras concesiones.

El día 6 de junio de 1951, a las siete de la tarde, tuvo lugar en el despacho del abogado don Pedro Rodriguez, la cesión del servicio de Santander a Astillero del Tranvía de Miranda a los Hermanos Muñoz.
Las gestiones se realizaron no con la Empresa Muñoz sino con don Manuel Muñoz Diego, quien fue el que firmó el correspondiente contrato de concesión de la línea a su favor con la Compañía de Miranda.

Con el traspaso, la Compañía de Miranda no percibió ningún dinero en efectivo. La cesión se había hecho a cambio de hacerse cargo el señor Muñoz de las obligaciones que la Compañía de Miranda tenía contraídas con la Sociedad Nueva Montaña.

El nuevo concesionario de la línea Santander-Astillero, se hizo cargo del material y de treinta y seis obreros y empleados.

El 11 de junio de 1951, comenzó a funcionar el nuevo servicio, con cuatro tranvías en circulación constante, un tranvía cada media hora y otro de reserva y en cuanto estaría terminada la restauración de la carretera de la Reyerta, el servicio se completaría con modernos autobuses.

El señor Muñoz, complemento el servicio de tranvías al Astillero con otro de autobuses.

La empresa Muñoz comenzó a trabajar en principio con tranvías y autobuses, para luego quedarse únicamente con los trolebuses.

El 10 de octubre de 1951, la línea de tranvías de Santander al Astillero, terminaría su recorrido en Peñacastillo, quedando la Empresa autorizada para establecer un servicio combinado de autobuses entre Peñacastillo y la Avenida de Alfonso XIII a través de la carretera de Burgos a Santander, de forma que el usuario podía realizar el trasbordo sin molestias ni demora y sin aumentos de tarifas.

El 12 de octubre de 1951, se paralizo el servicio de tranvías de Santander a Astillero, siendo autorizado el servicio de autobuses en sustitución, con las mismas tarifas que para los tranvías se venían aplicando.

El 3 de agosto de 1952, la Empresa M. Muñoz Diego, puso en conocimiento del público, el horario del nuevo servicio:






El 17 de junio de 1955, tuvo lugar la inauguración oficial del servicio de trolebuses de la línea Santander-Astillero.












Los tranvías han sido parte de la historia de Astillero, quien los haya conocido, siempre tendrá un grato recuerdo de los mismos.