Con el fin de celebrarse las
grandes fiestas de Nuestra Señora, una Comisión organizadora de festejos había
preparado un bonito programa, para poder complacer a todos los vecinos.
El domingo 13 de agosto, se
celebraría una regata de barquías, a las cuatro de la tarde, en la ría, de 17 y
18 pies de eslora, tripuladas por cuatro marineros y un patrón.
Se concederían dos premios, el
primero de 40 pesetas y el segundo de 25 pesetas.
Un concurso de natación, con tres
premios, primero, segundo y tercero, asignándoseles respectivamente, 15, 10 y 5
pesetas.
La cucaña (palo ensebado). A
quien obtenga el primer premio en estas pruebas le estaba reservado un premio
de 15 pesetas; el segundo, 10 pesetas y para el tercero, 5 pesetas.
Era condición indispensable que
los concursantes que tomarían parte en esos festejos marítimos y las barquillas,
sean de la localidad.
En la misma tarde del domingo se
celebrarían bailes en el lugar de La Planchada.
Por la noche se celebraría una magnifica verbena en la
calle de San José, amenizada con los clásicos manubrio, pito y tamboril; preparándose para este fin una instalación de luz
eléctrica, rodeada de los indispensables farolillos a la veneciana, no faltando
los alegres puestos de avellanas y churros.
Habrá un certamen de bolos, por
la mañana, en la bolera de Antonio Maza, frente a las fábricas de petróleos.
Las partidas serán de dos a dos.
Se concederían tres premios para
el jugador que más "emboques" haga.
El día 14. Gran verbena en la
Planchada. Que dará comienzo a las nueve en de la noche y será anunciada con
varios disparos de bombas y cohetes de todas las clases.
El día 15. Gran baile en La
Planchada, amenizado por una escogida banda de música, que tocará alternando
con el pito y tamboril.
Habrá en los sitios oportunamente
designados excelentes organillos, que tocarán frecuentemente, alegrando con sus
notas vibrantes y sonoras la monotonía de la vida.
Para este día 15, habría trenes especiales para acudir a las fiestas.
Estaba anunciado para la noche del 12, una magnifica verbena en el patío del Salón Cortabitarte, si el tiempo no lo impediría.
El día de Nuestra Señora, se jugó
el encuentro amistoso con motivo de las fiestas entre el Muriedas F.C. y el
equipo local Unión Club, con el resultado final de dos a cero a favor de los
visitantes.
Visto el programa de esa fecha de
1922, era completísimo y deja duda, que los astillerenses, sabían disfrutar
enormemente con sus fiestas.
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