jueves, 13 de marzo de 2025

ASTILLERO visita de los Infantes a los Talleres del Astillero - 4 y 11 agosto 1930.

 



Su alteza don Jaime, junto con el director general de Industrias, don Manuel Caanova; el presidente del Consejo de Administración de Talleres de Astillero, don Casimiro Tijero y alto personal de los mismos.


El día 4 de agosto de 1930, el infante don Jaime de Borbón, visitó los Talleres de Astillero, acompañado por su ayudante señor Capdepón e inspector general de los Reales Palacios, don Luis de Asúa y de don Casimiro Tijero.

Le recibieron a la entrada de los talleres, el director general de Industria, don Manuel Casanova; don Casimiro y don Justo Tijero; el alcalde Astillero, don Felipe Castillo y don Andrés Jalón.

A continuación el infante visita el interior de los talleres, empezando por el de ajuste, donde se detuvo detenidamente ante los grandes tornos y en donde apreció el trabajo de varias piezas para locomotoras.

Se detuvo viendo el montaje de dos apisonadoras para carreteras de las cuales una era de motor de vapor y otra con motor de aceite pesado.

Después se paró para apreciar la construcción de diferentes cambios y traviesas de unión doble, con destino a la Compañía de los Caminos de Hierro del Norte de España y a la Compañía de Grandes Pendientes, montados estos últimos sobre traviesas metálicas.

Igualmente ante los grandes martillos pilones neumáticos del taller de forja, donde se estaban haciendo piezas de vagón, para ferrocarril principalmente.

Continuó con la visita en el taller de calderería y de construcciones metálicas, para contemplar la construcción de varias calderas de barcos y de tipo locomotora, para apisonadoras, viendo con detenimiento y satisfacción los modernos hornos de calefacción con aceite.

Lo que le llamó la atención fueron las grandes tijeras de chapas, que cortan ésta, por gruesa que sea, como si fuera papel y las de enderezar curvas, de una potencia verdaderamente formidable.

Ya en el exterior de los talleres, estuvo observando la explanada de montaje de vagones considerando la construcción en serie y la disposición para los movimientos de aquéllos, según el estado de adelanto que tenía en la fabricación.

En su visita se detuvo en el dique seco, capaz para barcos hasta de 6.000 toneladas, donde vio la reparación del buque "Marisa Teresa", llamándole la atención las condiciones perfectas de este dique y su facilidad para todas las maniobras.

Su Alteza preguntaría el procedimiento que se seguía para llegar de agua el dique y las maniobras necesarias para la entrada y salida de los barcos del dique y seria el presidente del Consejo de Administración quien le dio explicaciones pertinentes y se permitió anunciarles que brevemente podría quedar satisfecho sus anhelos, pues en próxima marea se efectuaría las operaciones y maniobras con dos vapores, uno de salida y otro de entrada.

Asimismo vio la construcción de un buque para el transporte de torpedos, con destino a la Marina de guerra y para el servicio del arsenal de Cartagena, cuyo buque se hallaba en grada, próximo a ser botado al agua.

Por último visitó su alteza las elegantes oficinas de la Sociedad, donde el personal técnico y administrativo le demostraron todo el afecto y gratitud que le debían por el honor de la visita.

Don Casimiro Tijero, en nombre de la Sociedad, ofreció al infante un precioso modelo de ancla plegable para balandros, hidroaviones y embarcaciones menores toda de bronce, modelo muy original y de gran utilidad, por ser plegable, según se demostró ante el infante, apreciándose la facilidad y sencillez de su mecanismo.

El infante quedó muy agradecido al obsequio y firmó en el álbum de los talleres, saliendo directamente a la lujosa villa que el señor Tijero tenía.

Al marchar el infante, todo el personal obrero, alrededor de unos 400 colocados en dos filas, le tributaron una calurosa ovación.

En casa del señor Tijero, le recibieron la viuda de Noriega; las señoras de Asúa, Tijero Jalón y Tijero (Justo); las señoritas Josefina y Maria Luisa, Asúa, Carmen y Maria Teresa Huidobro Polanco; Maria del Carmen Tijero; Maria del Pilar Arrola; Maria y Trinita Casanova; Consuelo Leguina y Blanquita Vallejo.

Hizo los honores de la casa, la distinguida señora de Tijero, que ofreció a su alteza una delicado "lunch".

A las cinco y media de la tarde abandonó el infante la residencia de los señores de Tijero, regresando a Santander, muy satisfecho del desarrollo y progreso de estos Talleres de Astillero.

 

Transcurridos unos días de la visita de don Jaime a los Talleres de Astillero, volvía de nuevo el día 11 de agosto por la tarde, a la hora en que los numerosos obreros se encontraban trabajando en sus respectivos oficios y departamento.

Fue una visita inesperada por don Jaime, a quien acompañaba el director general de Industria, don Manuel Casanova.

Como en la anterior visita, tenía su alteza interés de presenciar las operaciones necesarias para llegar de agua el dique y la salida y entrada de algún vapor en el mismo.

Así fue y a las tres y media de la tarde llegaron a los Talleres don Jaime, junto con sus hermanos, don Juan y don Gonzalo, acompañados del inspector general de los Reales Palacios, don Luis de Asúa y los señores Capdepón y Salazar, y el señor G. Camino.

A la puerta de los talleres, les aguardaba el Consejo de Administración del mismo, con los altos empleados técnicos y administrativos y el alcalde de Astillero, don Felipe Castillo.

En el intervalo necesario para llenar de agua del dique y que el barco pudiera flotar, recorriendo sus Altezas todos los departamento de los Talleres, acompañados de los señores, Tijero y Arrola, presenciando los distintos trabajos que se realizaban, y ante cuyas máquinas pudieron presenciar el manejo de las mismas, informándose de su funcionamiento por las preguntas y conversaciones que tuvieron con distintos operarios.

Los infantes visitaron todas las dependencias de la factoría, acompañados de don Casimiro Tijero y don Cándido Arrola.

Luego se dieron las órdenes oportunas de comenzar las operaciones de llegar de agua el dique y de quitar las escoras y amarras para efectuar la salida del vapor "Valentín Fierro", de la Casa Fierro, de San Esteban de Pravia y seguidamente se procedió a la maniobra para la entrada del "Cabo Santa Pola", de la Compañía Ibarra de Sevilla.

Todas estas maniobras fueron realizadas a la mayor perfección y todos los visitantes en el acto, agradecieron a don Casimiro Tijero y a don Cándido Arrola, presidente y vicepresidente del Consejo de Administración y satisfacción de haberlas presenciado.

Los infantes y sus acompañantes firmaron en el álbum de los Talleres y fueron invitados a tomar el té en la residencia del señor Tijero, donde fueron recibidos por las señores viuda de Noriega y de Galán; las señores de Tijero, Asúa, Arrola, Casanova, Jalón, Tijero (de C. y J.); Campos Guereta; las señoritas Asúa, Huidobro Polanco, Maria del Carmen Tijero, Maria del Pilar Arrola, Marisa, Trinita y Margot Casanova; Consuelo Leguina y Blanquita Vallejo; los señores don Eduardo Noriega; don Pedro y don Luis Arrola; don Justo y don Casimiro Tijero; don Alfonso Asúa, don Gabriel Castañón, don Pedro Viesca, don Alvaro Lanuza y don Andrés Jalón.

Una nota simpática, y que fue comentada, fue la autorización concedida por los Infantes a unos de los obreros, tornero de los Talleres, para que con su pequeño Kodak les hiciera una fotografía, merced por la cual el operario, respetuosamente, supo demostrar el agradecimiento por la gracia dispensada. (lo que ahora se llama un selfic)

Los infantes salieron de la residencia para Santander, muy complacidos por las atenciones que habían recibido.

 

 


 


 






 

 

 

 


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