Navio San Juan Nepomuceno
Ilustración de Alejo Berlinguero (1750-810)
Museo Naval de Madrid
Hubo una época, en el siglo
XVIII, en la que el vascuence fue el idioma dominante en El Astillero.
Por esta razón, no era de
extrañar que durante muchos años y aún hoy, perduren en la vecindad apellidos
vascos.
Se dispone de documentos que
ilustran suficientemente la razón de este vasquismo y que aportan al propio
tiempo información y detalles curiosos de la vida laboral del Astillero de
Guarnizo en aquella época.
El primer navío que entregó El
Astillero a la Marina, fue el "Santa Isabel", por los año 1650 pero
como este navío se trajo de Laredo a medio construir, parece lógico pensar que
fueran operarios laredanos los que lo terminaron en las gradas de Guarnizo.
Pero cuando en 1720 se comenzaron
a construir aquí navíos en serio, surgió verdaderamente el problema de los
operarios especialistas, pues desde que se entregó el "Santa Isabel"
-ochenta años antes- no se construyeron más que embarcaciones de pequeño porte,
lo que requería escaso personal. Hubo que ir a buscarlo a Vizcaya y Guipúzcoa,
donde la actividad naval era siempre más o menos intensa.
Concretándonos en la época del célebre constructor Gautier, que
sabe por experiencia que al llegar las fiestas de Navidad muchos operarios se
ausentaban del tajo para no volver más, temió que no iba a poder botar el navío
"Santo Domingo" en las fechas previstas, que eran las mareas del 5 al
6 de febrero de 1768.
Por esa razón contrató
previamente calafates de Bilbao y Guipúzcoa, pero resultó que cuando llegaron
los 41 calafates de Guipúzcoa, los trabajos se venían desarrollando con toda
normalidad y viendo los mismos calafates que sobraban, quisieron volver a su
tierra, pero Gautier no lo consintió prefiriendo despedir 102 operarios de los
antiguos, antes que prescindir de los guipuzcoanos.
Por otra parte, la Inspección de
El Ferrol prohibió trabajar varias tandas de calafates simultáneamente sobre
todo en el "Santo Domingo", recién botado y en armamento.
En resumen, que al asentista
Zubiria, al final, le sobró tiempo para la entrega de los navíos "San Agustín"
y "Santo Domingo" pero ese exceso de personal en la última fase de
los trabajos dio lugar a muchos líos y complicaciones, incoándose un expediente
muy movido y laborioso.
Se acusó a la Dirección del
Astillero de Guarnizo, de que había sido excesivamente previsora para la
terminación de los trabajos, en cuanto al plazo de entrega se refería, y que
había contratado mucho personal sin necesidad.
Gautier, por su parte, se
defendía alegando que el "Santo Domingo" pudo ser botado en los días
previstos gracias a que el tiempo anterior, en contra de lo que era presumible,
hizo muy bueno y en parte también a que poco a poco había ido trayendo de
Bilbao algunos calafates muy buenos.
Concretamente, el día 15 de
diciembre de 1767 , había en El Astillero trabajando noventa y tanto calafates.
Algunos eran gallegos, pero la inmensa mayoría, de la Ría de Bilbao y
precisamente, los mejores de la Ría, los más experimentados de Plencia, donde
se construían embarcaciones continua e intensamente.
La mayoría de ellos percibían un
jornal de diez reales, el jornal más alto de la costa del Cantábrico. Había.,
claro está, algunos pocos de menos inteligencia que otros ya que hay que tener
en cuenta -se decía en el informe- "...que como en todas las profesiones
ocurre, hay diferentes clases, ya que no todos aceleran igualmente en su
oficio, pero el curso de los trabajos pide y de proporción para emplear a cada
uno según su habilidad".
Aquellas irrupciones vascas del
siglo XVIII -época gloriosa del Real Astillero de Guarnizo- dejaron
necesariamente aquí un arraigo, un poso, que aún hoy se advierte fácilmente,
pues ni los doscientos años que desde entonces van transcurridos, ni las
fuertes corrientes migratorias de personal que en El Astillero se han sucedido,
han sido bastante para hacerlos desaparecer.
fuente: Nemesio Mercapide - 6 de febrero de
1971 - ALERTA
Reglamento para la construcción de navios (35 páginas)
Francisco Gautier Oliber (Jean-Francois Gautier Oliber), nació el
14 de mayo de 1733 en Paris.
Fue un constructor de navío franceses que sirvió a la Corona
Española entre 1765 y 1782, implantando el método de construcción naval
conocido como "sistema francés" o "a la francesa". Alcanzó
el grado de brigadier de infantería, primer ingeniero general y director del
Cuerpo de Ingenieros de Marina en España y de capitán de navío de la Marina
francesa y director de la Academia de Ingenieros en París.
En 1740 ingresó en el seminario real de Tolón, donde los padres
jesuitas le formaron en matemáticas, geometría y física, cuyas asignaturas le
sirvió posteriormente para su carrera de ingeniero. Finalizó sus estudios en el
seminario en 1746 y fue propuesto como alumno constructor en la escuela del
arsenal de Tolón.
En 1750, fue nombrado oficialmente alumno-constructor y en 1758 se
le ascendió a ingeniero-subconstructor. En 1761 fue elegido para el encargo de
dirigir la construcción de un modelo de un navío de 64 cañones para Fernando, príncipe
de Parma y nieto del rey de Francia. Además, se le encargó llevarlo a la corte
parmesana e instruir durante unos meses al joven príncipe en nociones de
matemáticas, geometría y construcción naval.
A su vuelta a Tolón, en 1762, se le nombró ingeniero-constructor y
entre 1762 y 1763, dirigió la construcción y botadura del navío de 64 cañones
"Provence". En 1763 logró que lo destinaran a la oficina del
ministerio de marina en Paris a cargo del duque de Choisuel, donde trabajó bajo
el mando de Truguer, antiguo intendente del arsenal de Tolón. Colaboró durante
casi 2 años en el ministerio, en la redacción de las nuevas ordenanzas de la
marina francesa que se aprobaron en marzo de 1765, con la creación del nuevo
Cuerpo de Ingenieros Constructores.
El secretario de estado español, Jerónimo Grimaldi, quien concia
el buen funcionamiento y estructura de los arsenales y flota francesa, al haber
sido con anterioridad embajador en Paris, propuso a Carlo III solicitar al
ministro de marina francesa Choiseul, la cesión de un constructor de dicho país.
El duque de Choiseul negoció con Grimaldi la cesión y aceptó
finalmente. Así, que entre finales de 1764 y principios de 1765, Francisco
Gautier llegó a España. Fue presentado al rey y le enseñó sus diseños para un
navío de 70 cañones y una fragata de 26.
Su primer destino fue el Real Astillero de Guarnizo, aunque antes
visitó en comisión los montes de Cantabria, donde certificaba la valía del
roble cántabro para la construcción naval.
Una vez en el astillero se le encargó la finalización de los seis
navíos y cuatro fragatas del asiento de Manuel de Zubiria que estaba
paralizado. Aunque las maderas ya estaban cortadas para su ejecución, siguiendo
las directrices del anterior sistema constructor, "a la inglesa" o
"sistema de Jorge Juan", Gautier logró introducir modificaciones que
encarecieron el asiento inicial, pero finalizó el encargo de 6 navíos de línea
de 70 cañones en el tiempo previsto.
El 25 de abril de 1769, una Real Orden le nombraron director de
construcción de bajeles y igualmente de carenas, independiente de comandantes e
intendentes de los Departamentos con el empleo de coronel de ingenieros del Ejército.
Durante 1770, y basándose en las normas del cuerpo de
ingenieros-constructores de 1765, en las que trabajó durante su etapa en el
ministerio de marina francés, redactó las normas para la creación del cuerpo de
ingenieros de marina, del que fue nombrado ingenieros general, y rubricado por
el rey el 10 de octubre de 1770.
El 25 de marzo de 1772, fue nombrado caballeros pensionado de la
Orden de Carlos III con el número 79.
En 1774, presentó su primera renuncia al cargo, la cual fue
denegada. Durante los siguientes años, sufrió diferentes ataques a su trabajo
que le causaron depresiones. Estuvo destinado a la Corte en Madrid, Ferrol y
Cartagena, lugar donde contrajo matrimonio en 1776, con Josefa Tacón.
En 1780, participó en el "primer sitio a Gibraltar" y
presentó un proyecto para atacar desde la mar "arrimando 12 navíos
blindados", protegiendo los cascos con hierro, lana y otros materiales.
Finalmente en 1782, se aprobó su renuncia al cargo de ingeniero
general y brigadier y pasó a la reserva.
Gautier regresó a Paris sobre 1783 y en 1784, se le nombró capitán
de navío, director de construcción del arsenal de Tolón y también fue nombrado
caballeros de la Orden de San Luis.
Falleció en Paris, el 15 de marzo de 1800, habiendo recurrido
antes varias veces a la Corona Española pidiendo ayuda económica.
Entre los navíos en los que participó directamente en su
dirección, así como aquellos que fueron construidos siguiendo sus planos o
sistema "francés", podemos relacionar aquellos que fueron construidos
en los Reales Astillero de Guarnizo.
Navíos de 74 cañones:
Fecha de botadura Nombre del Navío Astillero
18 de
octubre de 1765 San
Juan Nepomuceno Guarnizo
16 de
diciembre de 1766 San
Pascual de Bailón Guarnizo
17 de marzo
de 1768 San
Francisco de Asís Guarnizo
10 de
octubre de 1768 San
Lorenzo Guarnizo
9 de
diciembre de 1768 San
Agustín Guarnizo
6 de febrero
de 1769 Santo
Domingo Guarnizo
Fragatas de 24 a 38 cañones:
12 de julio
de 1767 Santa
Catalina Guarnizo
12 de
febrero de 1768 Santa
Teresa Guarnizo
15 de junio
de 1768 Santa
Bárbara Guarnizo
12 de agosto
de 1768 Santa
Gertrudis Guarnizo
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