El primer futbolista
internacional de la Selección Española, de Astillero, fue Fernando Garcia
Lorenzo, conocido por Nando Garcia, "El Gavilán".
Es algo histórico y más aún cuando
ha sido el único que ha vestido la camiseta española, pues Paco Gento, era de
Guarnizo.
Su primer partido fue en el
Metropolitano contra el Austria, cuyo resultado fue de 5-4 a favor de los
austriacos.
Aunque tuvo una actuación desafortunada,
si podemos considerar la fecha como histórica y tenerla incluida en la
hemeroteca de Astillero.
Este fue el partido:
En unas fechas complicadas para
el pueblo español, no impedía el gran entusiasmo que existía para el partido
que jugarían el 20 de enero de 1936, las selecciones española y austriaca.
La reventa había agotado las
entradas y en el campo del Metropolitano ya no quedaba sitio para tanto público.
En el Ayuntamiento de Madrid se
celebró una recepción en honor a los jugadores austríacos y por la tarde, en el
Teatro Pavón, hubo un festival de cantos y bailes regionales como homenaje a la
selección austriaca.
Los aficionados recordaran este
encuentro Austria-España, por lo que se refiere a los días anteriores a su
celebración, el interés que despertó el partido.
El calendario internacional
organizado por la Federación Española había señalado, además de este
Austria-España, un España-Alemania en Barcelona.
Si en cuantas ocasiones los
estadios españoles se habían visto repletos antes las actuaciones de la
selección, el día 20, el campo del Metropolitano recordara por su aspecto el día
de la más resonante de la historia del deporte español.
Desde dos días antes de la fecha
señalada para el partido, las localidades estaban agotadas. Miles de
aficionados y curiosos se quedaron con el deseo de poder presenciar lo que suponía
seria una victoria del fútbol español.
A medida que pasaban las horas,
los optimistas provincianos llegaban a Madrid, creyendo no encontrar un gran
inconveniente para hacerse con el correspondiente boleto que les permitiría
asistir al encuentro. Todo inútil. El estadio Metropolitano resultó
insuficiente. Allí no pudieron acomodarse ni la mitad de los que deseaban
presenciar la lucha entre el ex famoso Wunder Team y el once español.
El juego magnifico, brillante,
espectacular y efectivo del fútbol austríaco, se recordó, sin duda alguna, y
ello fue el motivo de este interés por el deseo de presenciarlo, o, por lo
menos, suponiendo que aún quedaría ese gran juego futbolístico.
Habían sido dos veces los
enfrentamientos que hasta la fecha se habían enfrentados, y en ambas ocasiones,
los españoles salieron victoriosos. En Barcelona y en Viena los técnicos
austriacos no pudieron con la pequeña furia española.
Pero en esta ocasión, se dio la
sorpresa. ¡El equipo rojo por primera vez fue derrotado en España!.
Una hora antes de la señalada
para el comienzo del encuentro, ya el público fue ocupando gran parte de las
localidades. Había llovido mucho durante la noche anterior, y el acceso al
campo estaba intransitable. Enormes charcos, barrizales impracticables.
Diez minutos antes de comenzar el
encuentro no había ni un solo sitio libre. Las escaleras de acceso al campo y
de la tribuna estaban ocupadas en su totalidad. Ni un solo rincón libre. El
aforo del campo se calculaba en unas 50.000 personas.
En la tribuna, todas las
autoridades federativas del fútbol español y la representación enviada por la
Federación Austríaca.
A las tres menos tres minutos
aparece el equipo austríaco. Una banda militar entona el Himnos de los
visitantes. A continuación el Himno de Riego, al aparecer el once rojo, al
frente el capitán Quincoces.
Los preparativos son
espectaculares. Infinidad de fotógrafos, operadores de cine, radio-emisores,
incluso para Austria.
Salió al campo el árbitro belga
señor Langenus, al que acompañan en las líneas los españoles Escartín y
Canga-Arguelles.
Se reunieron en el centro del
campo los capitanes de ambos equipos junto con el árbitro y sus ayudantes.
También los seleccionadores de ambos equipos, señores Meils y Garcia Salazar.
Se cambiaron ramos de flores y banderines.
Sorteado el campo, eligió España
y las alineaciones fueron:
Austria (jersey blanco con puños
y cuello negro, pantalón negro). Platzer; Sezsta,
Schmans; Wagner, Schmistik, Urbanek; Zischek, Hahnemann, Bican, Binder y Vogl.
España (jersey rojo, pantalón
azul). Eizaguirre; Ciriaco, Quincoces; Pedro Regueiro, Garcia, Ipiña; Ventolrá,
Luis Regueiro, Lángara, Iraragorri y Emilín.
A las tres y siete minutos se
inicia el encuentro. El trío delantero austriaco, en su jugada inicial, no pasa
de la línea que limitan los medios españoles. Estos envían la pelota a
Ventolrá. Rápidamente llega el catalán a la puerta enemiga; pasa largo hasta
que lo recoge Emilín. Centro del debutante y nadie al remate.
Se mantiene unos minutos el juego
en el área de los forasteros, y hay quien
señalar un tiro de Iraragorri. El "chato" no apunta bien y la pelota
va fuera a escasa distancia del marco.
Apenas se han realizado tres o
cuatro jugadas, cuando interviene el guardameta Eizaguirre. Abandona su puerta
de modo inexplicable y menos mal que la suerte le acompaña al no rematarlo el
exterior izquierda austríaco.
Con esta desgracia intervención,
da comienzo el portero español a la que había de ser su desgraciadísima tarde.
La selección austriaca es dueña
de la situación. En jugadas no muy rápidas, pero bien llevadas, desbordan con
facilidad a los medios y defensas españoles. Ciriaco y Quincoces ni se entienden,
ni individualmente dan una derechas. Se presentían el primer tanto de los
austríacos.
El extremo derecha, uno de los
mejores jugadores visitantes, rápidamente llegan al área española, sin que
nadie se opone a su paso, entrega el balón al interior derecha, quien por bajo,
bate a Eizaguirre.
Puesta la pelota en el centro del
campo se presencia un nuevo avance austriaco y una nueva mala intervención de
Eizaguirre, que deja sola la puerta. Quincoces salva la situación.
Después existe un ligero dominio
español, aunque no con mucha intensidad, los españoles presionan un poquito más
y la delantera realiza muy bonitas jugadas, rápidas y peligrosas.
Como no había consistencia en las
líneas defensivas españolas, y, por lo tanto, se hacía difícil mantener el
juego ante la defensa austriaca. García, el desafortunado medio centro,
zancadillea a un contrario. Se lanza el castigo, pero la falta se ha tirado
desde lejos y no trajo consecuencias.
Van veintitrés minutos del primer
tiempo, cuando Quincoces abandona para ser sustituido por Zabalo.
A los pocos minutos y después de
unos momentos de juego indeciso, pero con mayor seguridad, los españoles
consigue un córner contra la meta austriaca. Se ha producido por una jugada de
Ventolrá, el mejor hasta ese momento y el mismo, saca a los 27 minutos.
El balón es tocado por un jugador
austriaco, quien no lograr despejar y Lángara, con la izquierda, cruza
rápidamente el balón fuera del alcance del meta austriaco.
Después de haber logro el empate,
se suceden unas buenas jugadas siempre iniciativas de Ventolrá y también de
Lángara y Emilín.
Un centro de Ventolrá, después de
una brillante jugada por la banda, termina a los pies de Regueiro. El
madrileño, sin pararse, sobre la marcha, remata fuerte para conseguir el gol de
modo espectacular.
Poco duro la alegría española.
Apenas habían transcurrido unos segundos, cuando una nueva y desgraciada
intervención de Eizaguirre facilita la consecución del empate.
El equipo español entra en unos
momentos de mal juego y especialmente los hombres de atrás.
Estaba finalizando el tiempo y
los españoles vuelven a dominar. Se origina un lio y la pelota va a parar a los
pies de Regueiro, que dispara formidable. El señor Langenus no concede el tanto
alegando que Lángara y Ventolrá, estaban en offside. La jugada se prestaba a
interpretaciones y dudas.
Inmediatamente el árbitro señala
el primer tiempo con el marcador de 2-2.
Se inició el segundo tiempo a las
cuatro y diez. Transcurrido un minuto cuando España en jugada preciosista,
consigue el tercer tanto.
Inesperadamente empezó a llover
de modo intensísimo y durante algunos minutos hubo que presenciar el partido
tras una cortina de agua. Se juega en un campo totalmente mojado.
Se sigue con la indecisión de las
líneas defensivas. Eizaguirre en ninguna de las ocasiones que interviene se
encuentra seguro. A los 13 minutos y sin motivo de peligro, un tiro flojo de
Binder es el tercer gol y el empate.
Menos mal que Ventolrá y Regueiro
se mostraron magníficos.
A los 17 minutos, un centro largo
de Emilín lo recoge Ventolrá, quien viendo descolocado a Regueiro, centra y
quien en un tiro fortísimo contra el que nada pudo hacer el guardameta Platzer.
Es el cuatro a tres.
A partir de esos minutos, España
se desmoraliza y el dominio pasa a ser de los visitantes.
El extremo derecha, Zischek, bota
un saque de esquina y tras la jugada el delantero centro, cruza el balón para
conseguir el empate a cuatro.
A los 28 minutos, en jugada
austriaca, el extremo izquierdo sin pensarlo dispara cruzadísimo para dar el
tanto de la victoria.
El último cuarto de hora ya
quedaba solamente el deseo de que terminase el encuentro y más aún cuando el
público empezó a desfilar del campo, un tanto disgustado por el resultado y el
juego español.
Austria había vencido a España y tenía
el honor de ser la primera nación, que lo hacía, según el historial de nuestro
futbol nacional, en su terreno. El triunfo no podía ser discutido por nadie,
vencieron los austriacos por su mejor juego, por su mejor táctica y porque fue
un equipo que durante los noventa minutos estuvo perfectamente compenetrado, en
todas sus líneas.
En cambio, los españoles,
fallaron y no pudieron imponerse al contrario. Justo era decir, que Nando
Garcia, tuvo su peor tarde en el fútbol, su labor, se limitó a servir en el
primer tiempo cinco veces a los extremos. Si Nando juega como cualquier día de
los que hace en el Sardinero, no cabe duda que los austríacos no habrían
alcanzado este triunfo.
Pero había que tener en cuenta
que además de la desorientación de Nando, los demás medios, P. Regueiro e
Ipiña, estuvieron también irregularidades que se podían considerar como
fracasos.
Pero llegado al momento de
analizar la labor de los jugadores, a quienes se podría culpar de la derrota
sufrida, seria a los defensas, Ciriaco-Quincoces, y también al guardameta
Eizaguirre.
No, al medio centro Garcia, quien
sólo no puede ni debe perder o ganar un partido.
Un equipo no puede defender
cuando no hay línea de medios; pero no puede ganar cuando de medios para atrás
no hay quien defienda de los ataques de los contrarios.
Y esto es lo que pasó y lo que
faltó al equipo español; medios, defensas y portero.
Lo mejor de España fue, sin duda,
la línea delantera. Los cinco jugadores llegaron a parecer once. Jugaron bien
todo el partido, remataron cuantas ocasiones tuvieron y aprovecharon cuantos
avances hicieron.
Lo peor, fue la actuación del
guardameta Eizaguirre. Sin colocación, salidas a destiempo, desorientado
completamente.
Después, García; pero éste no fue
por fallo, fue precisamente porque no jugó. Corrió por el campo desorientado,
hizo dos pases a los suyos y salvo con un despeje suyo un tanto de los
austriacos a los 32 minutos.
Hubo duda en dos de los tantos
marcados.. Uno de ellos, el que hizo el cuarto, a los 23 minutos del segundo
tiempo. Se pudo apreciar que Zabalo sacó el balón cuando éste había traspasado
totalmente la línea de gol y había que reconocer justo el fallo.
Otro dudoso, fue el marcado por
Luis Regueiro, que fue anulado por el árbitro. A los 45 minutos del primer
tiempo y en un remate de Lángara fue rechazado. Unos que por el portero y en
ese caso era tanto legal, pero en cambio había otra duda y tocando el balón un
jugador compañero del que marca el tanto que fue de Regueiro, Lángara y
Ventolrá, estarían fuera de juego, y, por lo tanto, bien anulado.
De este partido, quedó la
desilusión por la actuación de Nando Garcia, quien había debutado con la
selección española y era un ídolo en su pueblo Astillero.
El joven astillerense, que era
titular del Racing de Santander, llegaba con veintiún años a debutar con
España.
Destacaba por su fortaleza,
bravura, pero en ese encuentro, tuvo una mala tarde y las críticas se le echaron
encima.
Me gustaría tener contacto con algún amigo del gavilán, ya que durante 15 años, de 1975 que tuve el gusto de conocerlo, hasta un año antes de su muerte comimos un par de veces por semana en el restaurante Palace.mi tel 624 1328527
ResponderEliminarEs que fui el último de sus amigos en verlo en el bar tití en el astillero, Santander, en agosto de 1989.
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