jueves, 18 de julio de 2019

ASTILLERO inauguración del alumbrado el 12 junio de 1902.












Fue la fecha del 12 de junio de 1902, una de las más importante en la historia de Astillero, la llegada de la luz eléctrica a través de la sociedad LA ELECTRA PASIEGA.

La fábrica ELECTRA PASIEGA instalada en los altos del pueblo de Liérganes, fue obra exclusiva de un hombre de mérito excepcional, Juan José de Larrucea.

Don Juan Jose de Larrucea, siempre pensó el iniciador de La Electra Pasiega que era una riqueza inconmensurable la representada por la fuerza de los arroyos y manantiales que existían en las montañas de la región, donde habían sido miradas esas fuentes de prosperidad con casi absoluto desprecio, probablemente por contar con ríos de caudalosas corrientes capaces de producir fuerzas enormes, pero los ríos son pocos y discurren por donde la Naturaleza les trazó su curso, no por donde sea más convenientes para ser utilizados en la explotación de industrias que requieren determinadas condiciones de localidad.

Todo el problema consistía en aprovechar las pequeñas corrientes en forma que produjesen fuerza, convirtiendo cada litro de agua en potente impulsor de aparatos que requirieran ser poderosamente impulsados.

Como quiera que los negocios se presentaban claros para quien tenía el instinto de ellos, el señor Larrucea no tardó en fijar su atención en las condiciones especiales de localidad, que reunía el pueblo de Liérganes, próximo a otros tan importantes como La Cavada, Solares y relativamente cercano el Astillero y la ciudad de Santander, además de encontrarse casi en el centro de una región minera importantísima, que aseguraba el consumo de energía eléctrica para fuerza, en caso de no ser utilizada toda la que pudiera producirse, para el alumbrado.

Después de estudiar detenidamente las personas y cosas que le rodeaban, decidió hacer partícipe de sus proyectos a don Benigno Riaño.

El industrial del pueblo de Liérganes, don Benigno Riaño, cuyo nombre debe ir unido al del señor Larrucea, puso su persona y sus caudales al servicio de la idea que le presentó su socio, constituyendo una Compañía colectiva de pequeño capital insuficiente para el desarrollo de todo el proyecto del señor Larrucea.

Con este motivo comenzó una nueva fase para el negocio, y el señor Riaño comenzó las gestiones conducentes a la formación de la Sociedad Anónima dueña del proyecto y de la fábrica LA ELECTRA PASIEGA.

La intervención del señor Riaño facilitó el que sin publicidad y sin apoyo económico, fuese inmediatamente cubierto el capital que hacía falta en efectivo para proseguir las comenzadas obras, reducido, en la primera emisión de acciones, a 100.000 pesetas y ampliado algo más tarde por la Junta General de Accionistas, que también nombró Gerente al señor Larrucea.

Era de notar que en el negocio se debía a la fe del señor Larrucea, pues el capital no respondería a la demanda de la ayuda para el proyecto, porque informes de ingenieros daban a entender que era imposible obtener, de los manantiales que moverán las turbinas y los dinamos de LA ELECTRA PASIEGA, la fuerza precisa para la producción de energía eléctrica en la cantidad necesaria para el alumbrado de los pueblos.

Había nacido la industria que daría luz eléctrica a los pueblos de Liérganes, la Cavada, Hermosa, Solares, Heras, San Salvador, ASTILLERO, GUARNIZO, Boo, Maliaño y Santander, antes de que finalizaría el año 1901.

En la espera de material completo para el tendido de la red, funcionaba solamente una máquina que desarrollaba 150 caballos efectivos,. capaz de alimentar 4.000 lámparas de 10 bujías, y cuando el material este completo, se obtendría una fuerza de 1.000 caballos efectivos, pudiendo sostener 20.000 lámparas de 10 bujías, con cuatro máquinas, que eran las contenidas en el proyecto.

Este resultado se obtendría con las aguas de dos manantiales con un salto de 350 metros el uno y de 200 metros el otro, que brotan de una altura de seiscientos metros sobre el nivel del mar y que permitirían formar una columna de agua tan potente como lo fuera una enorme mole de acero que cayese desde aquella altura.

El salto de 200 metros estaba formado por los arroyos llamados "Pereda" y la "Quieba" cuyas aguas, cuidadosamente recogidas y guiadas por un cauce que media aproximadamente dos kilómetros, permitirían reunir 3.000 metros cúbicos de agua.

Las aguas, del salto de 350 metros, habían de ser utilizadas en otra Central construida encima del cauce de la primera para que éste utilizase las aguas que aquélla despida, aumentando de ese modo el caudal de los arroyos que moverán dicha Central primera. El mínimum de fuerza que había de obtenerse de ese salto de agua, formado con el arroyo de "Los Averones".

El máximo de fuerza, calculada en periodo que no sería el de riguroso estiaje, era de 1.000 caballos, lo que permitía a la Sociedad disponer de un sobrante de 400 caballos utilizables como fuerza motriz por cualquiera de las muchas industrias mineras que rodean la región donde se hallaban instalada LA ELECTRA PASIEGA.

El 12 de junio de 1902, se celebró en el Astillero la inauguración del alumbrado público por electricidad instalado por la ELECTRA PASIEGA.

La satisfacción de todo el vecindario con motivo de este acontecimiento se manifestó visiblemente, pues hacía mucho tiempo era una aspiración en que se cifraban vehementes esperanzas.

El notable proyecto realizado por el señor Larrucea con la "Electra Pasiega" y la firme voluntad de éste, hicieron ya descansar a los vecinos de Astillero en la promesa de disfrutar con el alumbrado eléctrico, y sus deseos fueron culminados.

El director de la Electra Pasiega, señor Larrucea, los consejeros de la Sociedad, señores Jado y Canales, el alcalde Astillero y todos los concejales de la Corporación, el secretario del mismo, el médico, señor Hoyos, y otras personas invitadas, se reunieron en el salón restaurante del señor Rivero donde se sirvió una magnifica comida.

Al destaparse el champagne hubo algunos oportunos brindis a favor del alcalde, don Angel Díaz de la Hoz, porque a la inauguración de la luz eléctrica en el alumbrado público sigan otras reformas que el pueblo necesitaba y sobre todo la de la traída de aguas.

Después se visitó al Ayuntamiento y al anochecer se asistió a la inauguración del alumbrado, cuya instalación era magnifica, luciendo en todas las calles lámparas de incandescencia, de gran intensidad y luz clarísima, que daba al pueblo un animado aspecto.

Durante todo el día se dispararon muchos cohetes.

Los invitados regresaron a Santander en el último tren de la noche.

(pacotilla inscrita el 13 de junio de 1902)

Hace días que en el Astillero
brilla la luz eléctrica,
de Liérganes en lo alto producida
por la Electra Pasiega,
merced al salto de un arroyo de agua
al que ha prestado fuerza
poderosa el ingenio de un obrero
llamado Larrucea.
El Alcalde y los signos concejales
del pueblo, que prospera
de día en día prodigiosamente
y que á estas horas cuenta
con bellos y modernos edificios,
con fábricas diversas,
con cómodos hoteles, con paseos
y con dos vías férreas,
celebrar quiso ayer con un banquete la gran reforma
esa del alumbrado eléctrico magnifico
que al vecindario alegra,
Los de esta casa fuimos invitados
á gozar de la juerga
por aquel honorable Ayuntamiento,
que una comida espléndida
nos dio, servida muy superiormente,
con menú de primera,
en el gran restaurant confitería-
café, etc.etc.,
de Vicente Rivero. Hubo discursos
y brindis y ocurrencias
y coplas abusivas y cohetes
y hasta sombras chinescas
y el profesor pianista don Antonio
amenizó la fiesta
probando bien la habilidad que tiene
para tocar las teclas,
Leopoldo Lincero con la máquina
nos retrató a la puerta
de la Confitería a todos juntos,
con la plausible idea
de que al llegar a ver nuestros retratos
las chicas hechiceras
de los futuros siglos, con asombro
digan: ¡Qué guapos eran!
Luego nos enseñó el señor Alcalde
con cortesía extrema
la casa Ayuntamiento y juntamente
todas sus dependencias
como el archivo, la secretaria,
la sala de las grescas,
u séase la sala de sesiones
y también la perrera.
En todo hay orden, corrección, cuidado,
sencillez y limpieza
y hay una colgadura de gran lujo
para las grandes fiestas.
Banda municipal se está formando,
que dirige y enseña
el profesor de piano don Antonio,
de quien tengo la pena
de habérseme olvidado el apellido
por mi memoria perra,
y en este mes debutará la banda,
para la cual se cuenta
con un instrumental nuevo y costos
que vi en una alacena.
Hay seis guardias, allí, municipales
todos con ropa nueva
de uniforme, bonitas teresianas
y elegantes guerreras,
con las que están los seis que brillan tanto,
como la luz eléctrica!
Ahora llevar el agua al Astillero
el Concejo proyecta,
y como son activos los ediles,
de seguro la llevan.
En fin, que el Astillero va mostrando
lo mucho que progresa
en industria, en higienes, en movimiento,
en orden, en limpieza,
en buenos guisos y hasta en chicas guapas,
pues cada vez más frescas,
más bonitas y más esculturales
nacen allí las hembras,
como una que vi ayer con unos ojos
de llama tan intensa
que los focos eléctricos son luces
de aceite al lado de ella.
¡Dónde está esa potencia luminosa,
¡quítese Larrucea!
Y nada más, señores, que ya es tarde
y terminar es fuerza...
No está bien que trasnochen los abuelos
y son las doce y media!




Fue en definitiva la Electra Pasiega la que a principio del año 1902 iluminó Astillero por el moderno procedimiento de la electricidad. De esta manera, el invento del francés Quinquet de la lámpara de petróleo, antecedió al invento de Edison de la lámpara o bombilla eléctrica.

De acuerdo con el pliego de condiciones, que rigió para este suministro, se dotó a las calles de Astillero del siguiente alumbrado público: 20 bombillas de 25 bujías, 40 de 16, y 20 de 10, es decir, un total de 1.340 bujías.

Por este servicio se comprometía el Ayuntamiento a pagar 3.000 pesetas anuales.

Pero el invento, todavía no muy perfeccionado, desataba numerosas quejas por deficiencias en el servicio. En agosto del mismo año, una comisión nombrada por el Ayuntamiento se desplazó a Liérganes, donde se encontraba la central de la Electra Pasiega para informarse de las causas de las deficiencias, que no eran otras que la carestía de agua en el embalse.

Se solicito del director-gerente de la Sociedad, don Juan José Larrucea, que subsanarse tales deficiencias, pues en otro caso se le exigirían responsabilidades por incumplimiento de contrato.

Con motivo de las fiestas de carnaval, los astillerenses inventaron una tonadilla, con arreglo al servicio eléctrico que decía: "Esta Electra Pasiega el camelo nos ha dado, lo decimos sin criticar y nos deja a oscuras sin avisar".

Pero la verdad es que en Astillero, los habitantes estaban satisfechos de disfrutar de un servicio que hasta entonces, sólo lo tenían las capitales de provincia y algún otro núcleo de población privilegiado, como era Santander y Torrelavega.

Terminado el contrato firmado al inicio, el 25 de junio de 1907, se subastó de nuevo, el servicio de alumbrado siendo de nuevo adjudicado la sociedad "Electra Pasiega", con el compromiso de suministrar 84 lámparas de 16 bujías y el acuerdo de proporcionar el servicio de alumbrado al pueblo de Guarnizo.

Guarnizo, fue el primer barrio iluminado de la estación, haciéndose manifestaciones y suscripciones populares para recaudar con este fin. Por fin le llegó también la luz a Guarnizo en septiembre del año 1903, siendo el primer barrio iluminado el de la Estación.

Mientras tanto, Guarnizo, había solicitado repetidas veces el servicio eléctrico. Fuente entonces cuando la Junta Administrativa de Guarnizo sostuvo de nuevo el criterio de que era ella la única competente y no el Ayuntamiento, para resolver sobre los terrenos del común de Guarnizo, concediéndole únicamente al Ayuntamiento el derecho de inspección.

Años después apareció la ELECTRA DE VIESGO en Astillero-Guarnizo.

Durante esos años, los contratos de servicio de alumbrado eléctrico fueron suscritos con la S.A. ELECTRA PASIEGA, hasta que en 1945, dicha sociedad fue absorbida por la ELECTRA DE VIESGO que continuó con el servicio.




















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