Fue la fecha del 12 de junio de
1902, una de las más importante en la historia de Astillero, la llegada de la
luz eléctrica a través de la sociedad LA ELECTRA PASIEGA.
La fábrica ELECTRA PASIEGA
instalada en los altos del pueblo de Liérganes, fue obra exclusiva de un hombre
de mérito excepcional, Juan José de Larrucea.
Don Juan Jose de Larrucea,
siempre pensó el iniciador de La Electra Pasiega que era una riqueza inconmensurable
la representada por la fuerza de los arroyos y manantiales que existían en las
montañas de la región, donde habían sido miradas esas fuentes de prosperidad
con casi absoluto desprecio, probablemente por contar con ríos de caudalosas
corrientes capaces de producir fuerzas enormes, pero los ríos son pocos y
discurren por donde la Naturaleza les trazó su curso, no por donde sea más
convenientes para ser utilizados en la explotación de industrias que requieren
determinadas condiciones de localidad.
Todo el problema consistía en
aprovechar las pequeñas corrientes en forma que produjesen fuerza, convirtiendo
cada litro de agua en potente impulsor de aparatos que requirieran ser
poderosamente impulsados.
Como quiera que los negocios se
presentaban claros para quien tenía el instinto de ellos, el señor Larrucea no
tardó en fijar su atención en las condiciones especiales de localidad, que
reunía el pueblo de Liérganes, próximo a otros tan importantes como La Cavada,
Solares y relativamente cercano el Astillero y la ciudad de Santander, además
de encontrarse casi en el centro de una región minera importantísima, que
aseguraba el consumo de energía eléctrica para fuerza, en caso de no ser
utilizada toda la que pudiera producirse, para el alumbrado.
Después de estudiar detenidamente
las personas y cosas que le rodeaban, decidió hacer partícipe de sus proyectos
a don Benigno Riaño.
El industrial del pueblo de
Liérganes, don Benigno Riaño, cuyo nombre debe ir unido al del señor Larrucea,
puso su persona y sus caudales al servicio de la idea que le presentó su socio,
constituyendo una Compañía colectiva de pequeño capital insuficiente para el
desarrollo de todo el proyecto del señor Larrucea.
Con este motivo comenzó una nueva
fase para el negocio, y el señor Riaño comenzó las gestiones conducentes a la
formación de la Sociedad Anónima dueña del proyecto y de la fábrica LA ELECTRA
PASIEGA.
La intervención del señor Riaño
facilitó el que sin publicidad y sin apoyo económico, fuese inmediatamente
cubierto el capital que hacía falta en efectivo para proseguir las comenzadas
obras, reducido, en la primera emisión de acciones, a 100.000 pesetas y
ampliado algo más tarde por la Junta General de Accionistas, que también nombró
Gerente al señor Larrucea.
Era de notar que en el negocio se
debía a la fe del señor Larrucea, pues el capital no respondería a la demanda
de la ayuda para el proyecto, porque informes de ingenieros daban a entender
que era imposible obtener, de los manantiales que moverán las turbinas y los
dinamos de LA ELECTRA PASIEGA, la fuerza precisa para la producción de energía
eléctrica en la cantidad necesaria para el alumbrado de los pueblos.
Había nacido la industria que daría
luz eléctrica a los pueblos de Liérganes, la Cavada, Hermosa, Solares, Heras,
San Salvador, ASTILLERO, GUARNIZO, Boo, Maliaño y Santander, antes de que
finalizaría el año 1901.
En la espera de material completo
para el tendido de la red, funcionaba solamente una máquina que desarrollaba
150 caballos efectivos,. capaz de alimentar 4.000 lámparas de 10 bujías, y
cuando el material este completo, se obtendría una fuerza de 1.000 caballos
efectivos, pudiendo sostener 20.000 lámparas de 10 bujías, con cuatro máquinas,
que eran las contenidas en el proyecto.
Este resultado se obtendría con
las aguas de dos manantiales con un salto de 350 metros el uno y de 200 metros
el otro, que brotan de una altura de seiscientos metros sobre el nivel del mar
y que permitirían formar una columna de agua tan potente como lo fuera una enorme
mole de acero que cayese desde aquella altura.
El salto de 200 metros estaba
formado por los arroyos llamados "Pereda" y la "Quieba"
cuyas aguas, cuidadosamente recogidas y guiadas por un cauce que media aproximadamente
dos kilómetros, permitirían reunir 3.000 metros cúbicos de agua.
Las aguas, del salto de 350
metros, habían de ser utilizadas en otra Central construida encima del cauce de
la primera para que éste utilizase las aguas que aquélla despida, aumentando de
ese modo el caudal de los arroyos que moverán dicha Central primera. El mínimum
de fuerza que había de obtenerse de ese salto de agua, formado con el arroyo de
"Los Averones".
El máximo de fuerza, calculada en
periodo que no sería el de riguroso estiaje, era de 1.000 caballos, lo que permitía
a la Sociedad disponer de un sobrante de 400 caballos utilizables como fuerza
motriz por cualquiera de las muchas industrias mineras que rodean la región
donde se hallaban instalada LA ELECTRA PASIEGA.
El 12 de junio de 1902, se
celebró en el Astillero la inauguración del alumbrado público por electricidad
instalado por la ELECTRA PASIEGA.
La satisfacción de todo el
vecindario con motivo de este acontecimiento se manifestó visiblemente, pues hacía
mucho tiempo era una aspiración en que se cifraban vehementes esperanzas.
El notable proyecto realizado por
el señor Larrucea con la "Electra Pasiega" y la firme voluntad de
éste, hicieron ya descansar a los vecinos de Astillero en la promesa de
disfrutar con el alumbrado eléctrico, y sus deseos fueron culminados.
El director de la Electra
Pasiega, señor Larrucea, los consejeros de la Sociedad, señores Jado y Canales,
el alcalde Astillero y todos los concejales de la Corporación, el secretario
del mismo, el médico, señor Hoyos, y otras personas invitadas, se reunieron en
el salón restaurante del señor Rivero donde se sirvió una magnifica comida.
Al destaparse el champagne hubo
algunos oportunos brindis a favor del alcalde, don Angel Díaz de la Hoz, porque
a la inauguración de la luz eléctrica en el alumbrado público sigan otras
reformas que el pueblo necesitaba y sobre todo la de la traída de aguas.
Después se visitó al Ayuntamiento
y al anochecer se asistió a la inauguración del alumbrado, cuya instalación era
magnifica, luciendo en todas las calles lámparas de incandescencia, de gran
intensidad y luz clarísima, que daba al pueblo un animado aspecto.
Durante todo el día se dispararon
muchos cohetes.
Los invitados regresaron a
Santander en el último tren de la noche.
(pacotilla inscrita el 13 de
junio de 1902)
Hace
días que en el Astillero
brilla
la luz eléctrica,
de
Liérganes en lo alto producida
por
la Electra Pasiega,
merced
al salto de un arroyo de agua
al
que ha prestado fuerza
poderosa
el ingenio de un obrero
llamado
Larrucea.
El
Alcalde y los signos concejales
del
pueblo, que prospera
de
día en día prodigiosamente
y
que á estas horas cuenta
con
bellos y modernos edificios,
con
fábricas diversas,
con
cómodos hoteles, con paseos
y
con dos vías férreas,
celebrar
quiso ayer con un banquete la gran reforma
esa
del alumbrado eléctrico magnifico
que
al vecindario alegra,
Los
de esta casa fuimos invitados
á
gozar de la juerga
por
aquel honorable Ayuntamiento,
que
una comida espléndida
nos
dio, servida muy superiormente,
con
menú de primera,
en
el gran restaurant confitería-
café,
etc.etc.,
de
Vicente Rivero. Hubo discursos
y
brindis y ocurrencias
y
coplas abusivas y cohetes
y
hasta sombras chinescas
y
el profesor pianista don Antonio
amenizó
la fiesta
probando
bien la habilidad que tiene
para
tocar las teclas,
Leopoldo
Lincero con la máquina
nos
retrató a la puerta
de
la Confitería a todos juntos,
con
la plausible idea
de
que al llegar a ver nuestros retratos
las
chicas hechiceras
de
los futuros siglos, con asombro
digan:
¡Qué guapos eran!
Luego
nos enseñó el señor Alcalde
con
cortesía extrema
la
casa Ayuntamiento y juntamente
todas
sus dependencias
como
el archivo, la secretaria,
la
sala de las grescas,
u
séase la sala de sesiones
y
también la perrera.
En
todo hay orden, corrección, cuidado,
sencillez
y limpieza
y
hay una colgadura de gran lujo
para
las grandes fiestas.
Banda
municipal se está formando,
que
dirige y enseña
el
profesor de piano don Antonio,
de
quien tengo la pena
de
habérseme olvidado el apellido
por
mi memoria perra,
y
en este mes debutará la banda,
para
la cual se cuenta
con
un instrumental nuevo y costos
que
vi en una alacena.
Hay
seis guardias, allí, municipales
todos
con ropa nueva
de
uniforme, bonitas teresianas
y
elegantes guerreras,
con
las que están los seis que brillan tanto,
como
la luz eléctrica!
Ahora
llevar el agua al Astillero
el
Concejo proyecta,
y
como son activos los ediles,
de
seguro la llevan.
En
fin, que el Astillero va mostrando
lo
mucho que progresa
en
industria, en higienes, en movimiento,
en
orden, en limpieza,
en
buenos guisos y hasta en chicas guapas,
pues
cada vez más frescas,
más
bonitas y más esculturales
nacen
allí las hembras,
como
una que vi ayer con unos ojos
de
llama tan intensa
que
los focos eléctricos son luces
de
aceite al lado de ella.
¡Dónde
está esa potencia luminosa,
¡quítese
Larrucea!
Y
nada más, señores, que ya es tarde
y
terminar es fuerza...
No
está bien que trasnochen los abuelos
y
son las doce y media!
Fue en definitiva la Electra
Pasiega la que a principio del año 1902 iluminó Astillero por el moderno
procedimiento de la electricidad. De esta manera, el invento del francés
Quinquet de la lámpara de petróleo, antecedió al invento de Edison de la
lámpara o bombilla eléctrica.
De acuerdo con el pliego de
condiciones, que rigió para este suministro, se dotó a las calles de Astillero
del siguiente alumbrado público: 20 bombillas de 25 bujías, 40 de 16, y 20 de
10, es decir, un total de 1.340 bujías.
Por este servicio se comprometía
el Ayuntamiento a pagar 3.000 pesetas anuales.
Pero el invento, todavía no muy
perfeccionado, desataba numerosas quejas por deficiencias en el servicio. En
agosto del mismo año, una comisión nombrada por el Ayuntamiento se desplazó a
Liérganes, donde se encontraba la central de la Electra Pasiega para informarse
de las causas de las deficiencias, que no eran otras que la carestía de agua en
el embalse.
Se solicito del director-gerente
de la Sociedad, don Juan José Larrucea, que subsanarse tales deficiencias, pues
en otro caso se le exigirían responsabilidades por incumplimiento de contrato.
Con motivo de las fiestas de
carnaval, los astillerenses inventaron una tonadilla, con arreglo al servicio
eléctrico que decía: "Esta Electra Pasiega el camelo nos ha dado, lo
decimos sin criticar y nos deja a oscuras sin avisar".
Pero la verdad es que en
Astillero, los habitantes estaban satisfechos de disfrutar de un servicio que
hasta entonces, sólo lo tenían las capitales de provincia y algún otro núcleo
de población privilegiado, como era Santander y Torrelavega.
Terminado el contrato firmado al
inicio, el 25 de junio de 1907, se subastó de nuevo, el servicio de alumbrado
siendo de nuevo adjudicado la sociedad "Electra Pasiega", con el
compromiso de suministrar 84 lámparas de 16 bujías y el acuerdo de proporcionar
el servicio de alumbrado al pueblo de Guarnizo.
Guarnizo, fue el primer barrio
iluminado de la estación, haciéndose manifestaciones y suscripciones populares
para recaudar con este fin. Por fin le llegó también la luz a Guarnizo en septiembre
del año 1903, siendo el primer barrio iluminado el de la Estación.
Mientras tanto, Guarnizo, había
solicitado repetidas veces el servicio eléctrico. Fuente entonces cuando la
Junta Administrativa de Guarnizo sostuvo de nuevo el criterio de que era ella
la única competente y no el Ayuntamiento, para resolver sobre los terrenos del
común de Guarnizo, concediéndole únicamente al Ayuntamiento el derecho de
inspección.
Años después apareció la ELECTRA
DE VIESGO en Astillero-Guarnizo.
Durante esos años, los contratos
de servicio de alumbrado eléctrico fueron suscritos con la S.A. ELECTRA PASIEGA,
hasta que en 1945, dicha sociedad fue absorbida por la ELECTRA DE VIESGO que
continuó con el servicio.
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