Anteriormente en Astillero,
existió un orfeón denominado "Eco del Astillero", que se creó en
marzo de 1890 y su director fue don Antonio Barros.
Su existencia fue corta y por
1891, ya había desaparecido.
En 1924, se fundó el Orfeón
Astillero-Guarnizo, los primeros ensayos los hacían en el antiguo Salón
Cortabitarte.
Su primer director provisional fue don
Jesús Soto y el primer presidente, don Antonio González, que lo era a su vez
del Circulo de Recreo de Astillero.
Oficialmente la primera junta directiva
estuvo formada por los siguientes señores: Presidente, Bernardo Peche;
vicepresidente, José Lafuente; secretario, J.M. Molleda; vicesecretario,
José....; tesorero, José Navarro; vocales, los siguientes; José Hazas,
Hontavilla, Tiburcio Gutierrez, Rufino Serna, Manuel Fernández y Alfredo Diaz.
Con motivo de hacerse cargo del Coro,
don Antonio González, en el año 1924, se celebró un acto muy emotivo, durante
el cual se hizo entrega al Orfeón de unas simbólicas llaves del pueblo y una
bandera de Guarnizo, en la misma ponía: "Noble Guarnizo, de ascendencia
celeta, el pueblo está contigo". Con este detalle se le agradecería al
Orfeón su personalidad y su actividad.
Después de la bendición de la bandera,
por el cura párroco de Guarnizo, don Jesús Sainz, se celebró la Misa,
acompañada de varias obras del maestro Will, magistralmente interpretadas por
el orfeón. De esa manera, quedó fundado el famoso Orfeón de Guarnizo-Astillero.
El 15 de agosto de 1924, se celebró la
entrega de la bandera al Orfeón Astillero-Guarnizo, en un bonito acto.
Durante los meses de julio y agosto,
estuvo abierta una suscripción popular para la bandera del Orfeón.
La suscripción estuvo abierta en el
Salón Cortabitarte, domicilio social del orfeón, donde se entregaba los
donativos.
Un rasgo cariñoso para el Orfeón fue de doña
Carmina Carretero, hija de don Eusebio, que durante tantos años había convivido
en el pueblo, desempeñando el cargo de corresponsal administrativo de varios
periódicos y revistas de algunas casas editoriales. Desde Talavera de la Reina, donde residía,
envío una preciosa corbata de moaré, color crema pintada primorosamente, estilo
cerámica, por la propia Carmina. Llevaba en un lado el escudo de Santander y en
el otro una lira con la siguiente dedicatoria: ¡Viva el Orfeón!.
En la primera quincena de agosto, en el
escaparate del comercio de los señores Fernández y Morante, ya se exhibía la
bandera bajo cuyos pliegues se cobijara un
puñado de amantes del arte y de la cultura, los integrantes del orfeón
de Astillero-Guarnizo.
Esta bandera fue confeccionada con el
mayor esmero y delicadeza por las religiosas Trinitarias de Santander, las
cuales se dedicaban a la educación y enseñanza de las niñas desvalidas, a
quienes además del cariñoso asilo que las prestan, les proporcionan medios para
ganarse decorosamente el diario sustento, enseñándolas la confección de
preciosas labores.
La bandera estaba bordada en oro y
sedas. Era de gro azul y blanco y tenia bordada en el centro una preciosa lira
en oro con abultado relieve. Alrededor llevaba en oro, con aplicaciones de seda,
la siguiente inscripción: "Orfeón de Astillero-Guarnizo" en letras de
gran tamaño y rodeando a la lira dos ramos de roble y laurel bordados en seda y
matizados de manera delicadísima.
Circunda a la bandera un fleco de oro
fino con una bonita combinación de madroños en oro y sedas. El asta era de
bronce niquelado, rematando en una lira; este trabajo era obra de unos
compañeros del orfeón.
El diseño para el bordado era obra del
grabador, tan conocido en la capital, don Eusebio Marcos, que se ofreció a
ejecutar el dibujo gratuitamente.
Además en los mencionados escaparates existían
expuestas varias corbatas, muy bonitas, regaladas por señoritas al orfeón, como
prueba de cariño y admiración a la labor que se han impuesto por lograrlo.
Esas corbatas regaladas a la agrupación
musical eran para ostentarlas en el asta de la bandera, el día de su entrega
oficial al orfeón.
El 15 de agosto, se celebró el acto de
la bendición y entrega de la bandera al orfeón de Astillero-Guarnizo.
Fue solemnísimo y emocionante el acto de
la entrega de la bandera.
Hacía cuatro meses cuando se organizaron
para crear en el pueblo una masa coral, que fuera un nuevo elemento de cultura
y esparcimiento; cuando media docena de vecinos del pueblo iniciaron los
trabajos para preliminares para llevar a la práctica la creación del orfeón, no
faltaron desconfianzas, recelos y críticas que hubieran puesto en peligro el
proyecto.
Antes de la misa, el señor párroco de
Guarnizo, don Jesús Saiz, bendijo la bandera. A continuación se dijo la misa,
que fue cantada por el orfeón.
La impresión de la primera actuación fue
muy favorable y elogiada a los principiantes orfeonistas. A esta favorable
impresión se añadieron la autorizada y opinión del director de La Coral de
Santander y de su vicepresidente señor Casuso,
de algunos compañeros de la agrupación, que ensalzaron la actuación y
tuvieron galantes frases de encomio por la labor realizada en tan corto tiempo.
Terminado el Oficio y en el campo de la
iglesia, el alcalde, señor Nieto, pronunció un sencillo y conmovedor discurso,
ensalzando al orfeón, haciendo entrega al presidente honorario, señor Tijero,
de la preciosísima bandera quien, a su vez, la entregó al entusiasta presidente
, don Antonio González, luchador incansable y alma máter de la masa coral. El
señor Tijero y la bella señorita Carmenchu actuaron de padrinos, y cuando la simpatiquísima
madrina impuso al abanderado el portabandera fué el momento emocionante
resonando un grandísimo aplauso.
Entregada la bandera, cantó el orfeón
"L'Empordá", esa bellísima sardana del maestro Morera, cuya ejecución
fue premiada con una clamorosa ovación, teniendo que repetir la composición,
desfilando después el orfeón, precedido de su bandera, hasta el domicilio
social, donde todos fueron galantemente obsequiados por el presidente de honor
con pastas y licores.
En su residencia señorial fueron
obsequiados muchos de los concurrentes al acto y allí se oyeron de don Ramón
Sáez de Adana y del señor Casuso, frases halagadoras para la Agrupación musical
y consejos cariñosos y alentadores, con sinceras promesas de incondicional
apoyo para esta obra de cultura.
Asistieron a todos los actos, el
Ayuntamiento en Corporación, el señor Azcárate, juez municipal; señor capitán
de la Guardia Civil, don Abelardo Bretón, hijo del inolvidable maestro; don
Cándido Arrela, bilbaíno, socio orfeonista de La Coral vizcaína y ferviente
entusiasta de estas obras de cultura, don Joaquín del Hoyo y otros varios
señores.
La bandera causó admiración a cuantas
personas la habían visto, quedando sorprendidas al contemplar tan primorosa
obra de arte.
Para premiar la labor de los
orfeonistas, varias señoritas de la localidad regalaron ocho bonitas cintas o
corbatas que el día de la bendición y entrega ostentaron la bandera.
Por la noche se celebró una velada en el
Salón Cortabitarte por el Cuatro Artístico del Circulo de Recreo. Se puso en
escena "El tío político" y "El novio de doña Inés" que
fueron acertadamente interpretados por las señoritas, Garcia, Gómez, Pascual,
Torres y Blanco y por los señores, Alvarez, Arnuero, López, Zorrilla, Lorenzo,
hermanos Piró, Riestra y Buenaga. Al final de todos los actos fueron justamente
ovacionados.
Este Cuadro Artístico, hacia su primera presentación en público,
mereciendo destacar a su director, señor Díaz.
En uno de los intermedios cantó el Orfeón
de Astillero-Guarnizo "L'Emporda" con mucha justeza y afinación, que
al público les entusiasmó, teniendo que repetir la bellísima sardana del
maestro Morera. Los orfeonistas emocionados por tan expresivas muestras de
cariño y para corresponder a ellas, cantaron un trozo de la preciosa misa del
maestro Will, con la que por la mañana, habían debutado y al final se oyó una
ovación ensordecedora.
Al final de la velada y como prueba de
cariño a la agrupación musical, el excelente primer actor y director de la
Compañía que actuaba en el teatro, don Florencio Medrano, recitó de manera
magistral unas hermosas poesías.
Fueron muchos los años que se mantuvo el
Orfeón Astillero-Guarnizo y transcurriendo los años, fueron apareciendo otras
agrupaciones musicales como el Coro Polifónico de Astander o el Coro Voz del
Pueblo de Guarnizo.
Tanto en Astillero como en Guarnizo, hubo
una gran tradición de grupos musicales.
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