Estación de Astillero
Maquina de vapor por las marismas de Alday
(propiedad de Ricardo Vega)
Billete de tren
El inicio de la línea
ferrocarril Santander a Solares, data de 1887 y fue un acontecimiento relevante
para el pueblo de Astillero, al considerar un único medio de desplazamiento
directo a la ciudad de Santander, pues los vecinos de ese pueblo, tenía que
desplazarse a la estación de Boo para coger el tren de la línea ferrocarril del
Norte y así llegar a Santander.
Fue en ese año cuando
se presentó el primer proyecto en el Congreso de los Diputados una proposición
de ley para la concesión de la línea.
El 16 de diciembre de
1887, en R.O., el Ministerio de Fomento, autorizaba a don Antonio Cabrero y
Campo para construir sin subvención directa del Estado un ferrocarril económico
con explanación para vía ancha, que partiendo de Santander terminase en
Solares.
Esta tenia la
características suburbanas. El capital social de la compañía, fue valorado en
1.500.000 pesetas y participaban alrededor de cuarenta accionistas.
Por el mismo año, el
señor don Antonio Borregón, jefe de la División de ferrocarriles del Norte y el
Ingeniero de la misma, don Francisco de Federico, estuvieron en Santander para
confrontar sobre el terreno el proyecto de un camino de hierro a Solares, desde
Santander, cuya concesión había sido solicitada por don Antonio Cabrero.
Era un trabajo
minucioso con todo detalle presentado en la Memoria como en el presupuesto y
numerosos planos, no solo por trazado general y el de cada uno de los cuatro
trozos en que para la construcción se había dividido, y el relieve del terreno
y de las obras de explanación correspondientes, sino también los proyectos
parciales de puentes, pasos, estaciones y apeaderos, de un detallado estudio
que había realizado el Ingeniero autor, señor Gorbeña.
Quedaba por dar
comienzo las obras tan pronto como la concesión se habría otorgado y sobre el
proyecto la aprobación necesaria.
La longitud total del
trazado era de 18.339 metros. Partía desde Santander, cuya estación principal o
de cabeza seguía la línea por los terrenos de Maliaño. Al pié del cerro en que
se hallaban situada esa pintoresca aldea, se establecería la segunda estación,
y desde ella y después de atravesar la ría de Boó por un puente de hierro, de
30 metros de luz única, se dirigía al Astillero. Aquí había proyectada otra
estación, antes de la fábrica de petróleo, en condiciones de emplazamiento muy
favorables para poder prestar grandes comodidades de acceso y servicio, y
facilitar el transporte de los productos industriales y mineros que venía
prestando esa zona.
Desde este punto el
ferrocarril, atravesaría la ría de Solía más abajo del puente de San Salvador
con otro de hierro, de 60 metros, que era la obra más importante de todo el
trayecto, siguiendo paralelo a la carretera hasta llegar a Heras, en donde habría
un apeadero al que se tenía fácil acceso los pueblos vecinos. Desviase luego
para pasar cerca de Orejo, con un apeadero o estación pequeña y así continuar
hasta Solares, en donde terminaría el trazado, y cuya estación, situada cerca
del pueblo, quedaría favorablemente colocada para el servicio del pueblo y del
establecimiento balneario y a poca distancia del cruce de carreteras.
Tanto las estaciones
principales como las secundarias o apeaderos estaban proyectadas con gusto y
elegante sencillez y reunían condiciones de comodidad y excelente aspecto.
El presupuesto total de
las obras y material de tracción se calculaba en 2.444.000 pesetas.
El 16 de diciembre de
1887, en R.O., el Ministerio de Fomento, autorizaba a don Antonio Cabrero y
Campo para construir sin subvención directa del Estado un ferrocarril económico
con explanación para vía ancha, que partiendo de Santander terminase en
Solares.
La
construcción tendría que ajustarse al pliego de condiciones particulares de la subvención
y a las tarifas aprobadas por las RROOO de 10 y 30 de agosto de 1887, siendo
aceptadas por el peticionario el 30 de agosto del mismo años, quedando otorgada
la concesión por 99 años, el 16 de noviembre de 1887. La obra se realizaría de
acuerdo con el proyecto aprobado el 10 de noviembre de 1887, concediendo la
Administración cuatro años para ejecutarlo. El concesionario debería de cumplir
las condiciones de concesión de la concesión y depositar la fianza de 78.322
pesetas que representaba el 3% del valor de las obras consignado en el
proyecto, que ascendió a 2.610.733,33 pesetas.
En el año
1888, se trabajaba en firme en las obras del ferrocarril y se hicieron
reclamaciones a la empresa que las ejecutaba porque el trazado afectaba al
arbolado, al terreno del común y, y lo que era más grave, a la fuente de La
Planchada.
Se llegaron
a un acuerdo en virtud del cual pagó la sociedad concesionaria al pueblo 2.200
pesetas y los árboles derribados que eran un álamo negro y ocho chopos se
subastaron al precio de 116 pesetas el primero y 210 los chopos.
Se autorizó
a los contratistas que para hiciesen uso de barrenos y en febrero de 1890, se
les ordenó que suspendieran los trabajos, principalmente por los trastornos que
se estaban ocasionando en la fuente de agua medicinal de La Planchada.
El 18 de noviembre de
1888, a instancia promovida por don Antonio Cabrero y Campo, concesionario del
ferrocarril de Santander a Solares y don Rafael Martí y Arrúe, director gerente
de la Compañía del ferrocarril de Santander a Solares, solicitaba que se
autorice la transferencia de la concesión que el primero hizo en favor de la
Sociedad mencionada.
Resultando del
testimonio de escrituras presentadas, que en la otorgada en Santander, fecha 18
de junio del corriente año, ante el Notario, don Máximo de Solano Vial se había
constituido con arreglo a las leyes y disposiciones vigentes la Compañía del
ferrocarril de Santander a Solares, inscribiendo sus estatutos en el registro
mercantil de Santander. Siendo autorizado por la R.O. de 8 noviembre de 1888.
La concesión
primitiva de Santander a Solares era de vía ancha de 1,67 ml. abierta al tráfico
el 3 de marzo de 1892. Convertido en ferrocarril de vía estrecha pasó a
integrase en el Santander-Bilbao de vía métrica, abierto a la circulación en
sus 18.280 ml. el 20 de junio de 1896.
Por ello y lo que
determinaba el artículo 21 de la vigente ley de Ferrocarril, transferir sus
derechos, previa autorización del Ministerio de Fomento.
Considerando que la Compañía
del ferrocarril de Santander a Solares tenia personalidad jurídica para aceptar
la concesión, por hallarse legalmente constituida.
Su S.M. la Reina
Regente, en nombre de su Augusto hijo don Alfonso XIII, de acuerdo con lo que
dispone el art. 21 de la ley de Ferrocarriles de 23 de noviembre de 1887,
autorizaba la transferencia que de la concesión del ferrocarril de Santander a
Solares ha hecho don Antonio Cabrero en favor de la Compañía del ferrocarril de
Santander a Solares.
En el Boletín Oficial
de la provincia de Santander, de fecha 29 de diciembre de 1888 se tramitaba el
expediente de ley y Reglamento de expropiaciones de los terrenos necesarios
para la construcción de las obras del ferrocarril de Santander a Solares
comprendidos en el término municipal del Astillero, y aprobar el nombramiento
de perito a favor de don Manuel Casuso.
En dicho Boletín se
relacionaba la lista de los propietarios interesados para que en un término de
ocho días, puedan recurrir contra la resolución dictada con fecha de 4 julio de
1881, ó en otro caso dentro de los ochos días siguientes ante el Alcalde del
Astillero á hacer la designación por si ó por medio de apoderado en forma legal
de perito que han de representar cada uno de ellos en la fijación y valoración
de los terrenos en unión del designado por el concesionario.
1. señores Deutsch y Compañía. (terrenos)
2. D. Tomás Tijero (marismas)
3. Ayuntamiento (terrenos, arbolado y fuente)
4. herederos de don Gervasio Ganzo (jardín con verja)
5. D. Manuel González Lasso (jardín con tapias)
En el Boletín Oficial de la Provincia, se acordaba por
disposiciones de ley y reglamento de expropiación vigentes, el justiprecio de
los terrenos que se ocupaban en el Ayuntamiento de Astillero con la ejecución
de las obras del ferrocarril de Santander a Solares, designándose el 25 de
octubre de 1890, a las once de la mañana para proceder por el pagador de la
empresa del ferrocarril al pago del importe de la expropiación a todos los
interesados, cuyo acto tendría lugar en la forma determinada por el art. 62 del
reglamento en la casa Consistorial del Ayuntamiento de Astillero.
La primera estación
santanderina se emplazó en la dársena, cerca de la estación del Norte.
En un principio, tuvo
un gran éxito ante el numeroso público que lo utilizaba.
Con la perspectiva de
la inauguración de la sección entre Zalla y Solares, la línea fue estrechada al
ancho de un metro y inaugurada el 20 de julio de 1896, como Compañía del
Ferrocarril de Santander a Bilbao.
El primer servicio fue
el tramo de Santander-Solares, de 19 km. de longitud, que dio comienzo el 3 de
marzo de 1892 y las locomotoras de vapor que empezaron a funcionar fueron las
conocidas "Santander", "Astillero" y "Solares".
Con la fusión de las Compañías
del ferrocarril del Cadagua, de la constructora del ferrocarril de Zalla a
Solares y la de Santander a Solares, se constituyó la Sociedad Anónima ·Compañía
de los Ferrocarriles de Santander a Bilbao", que tenía como objetivo lo
siguiente:
1. La explotación de la
línea férrea que partiendo de Santander se dirigiría por el Astillero a
Solares.
2. La explotación de la
línea férrea que partiendo de la estación de Zorroza en el ferrocarril de
Bilbao a Portugalete, terminaría en la villa de Valmaseda.
3. La construcción y
explotación de una línea férrea que, partiendo de las inmediaciones de Zalla en
el ferrocarril del Cadagua, terminase en el de Santander a Solares.
4. La ampliación de
estas líneas con prolongaciones de las mismas y la construcción o adquisición
por compra ó fusión de otras líneas que se crea convenientes, siempre que así
lo acuerde la Junta General Extraordinaria de accionistas.
5. El establecimiento y
explotación de talleres para la construcción y reparación de material de
ferrocarriles y cuanto se relacione con este.
La duración de la nueva
Compañía sería por todo el tiempo que hayan de durar las concesiones de las líneas
de ferrocarriles antes mencionadas y las que en adelante adquieren las
Sociedades.
El capital social,
además de las subvenciones que se obtenga, fue de 10 millones de pesetas,
dividido en 20.000 acciones de 500 pesetas cada una.
La administración de la
Compañía estaba confiada a un director gerente, que fue libremente nombrado por
el Consejo de Administración y era: don Víctor Cávarri y Salazar, don Enrique
Aresti y Torre; don Fernando Carranza y Arroyo; don Martín Mendía y Conde; don
Urbano José Peña y Chávarri; don Dario López y Cristantes; don José Maria
Quijano y Fernández; don Eduardo López Dóriga; don Alfredo Alday y Pedrosa; don
Enrique Plasencia y Bohigas; don Antonio López y Fernández y don Segundo de
Arteche y Osante.
Por marzo de 1892, la
empresa del ferrocarril había solicitado al Gobernador Civil conveniencia de
que las tardes de los días festivos y de feria se destinase parejas de guardia
civil en la estaciones de Astillero y Solares.
El 8 de julio de 1892 se inauguró oficialmente esta línea de
ferrocarril, aunque ya venía funcionando desde el 3 de marzo.
Fue la mañana del 3 de marzo de 1892, cuando se abrió el
servicio público de la línea férrea. Se suprimió la inauguración oficial ese
día, habiendo entregado el Consejo de Administración la cantidad de mil pesetas
con destino a los establecimientos benéficos.
En la Memoria del año 1893, decía que los resultados obtenidos
en la anualidad incompleta, los diez primeros meses de explotación, debido casi
exclusivamente al movimiento de viajeros, justificando la confianza del Consejo
de Administración en el porvenir del creciente ferrocarril.
Durante este año, se habían realizado varias obras de
importancia, algunas después de comenzar la explotación, y había sido motivadas
por la necesidad de ampliar algunos servicios. Tales, como la vía instalada
para poner en comunicación el ferrocarril con el muelle de Albareda, la de
enlace con la línea del Norte y la instalada en Solares para facilitar el
transporte de minerales en aquella estación.
Desde esa fecha, los trenes circulan por la línea con
perfecta regularidad, sin que ningún incidente haya perturbado su marcha y con
toda la confianza del público por seguridad y comodidad que ofrece, dando
facilidades de comunicación entre los pueblos y la capital, que han hecho
aumentar el movimiento y desarrollo visible a la población y con ello las
instalaciones industriales.
Por la fuerza de atracción que toda vía rápida ejerce sobre
la circulación de la zona que la rodea, influía a las estaciones de Solares y
Astillero.
El número de trenes durante los diez meses transcurridos
desde el principio de la explotación, fueron lo siguiente:
Trenes regulares de viajeros: 1.985; trenes mixtos, 865;
trenes discrecionales, 1.350; trenes extraordinarios, 128; trenes de mercancías
y otros 131.
El recorrido efectuado por las máquinas había sido de 110.806
kilómetros, con un consumo de combustibles de 726.847 kilógramos, que equivalía
a 6,55 por kilómetro, y el de engrases 3.367 kilógramos, 0,030 por kilómetros.
La cifra total de viajeros fue de 351.516.
En un principio la línea contemplaba un ferrocarril con una
traza que no presentaba grandes dificultades, salvo los cruces de las rías de
Boo y Solía. Poseía un ancho ibérico de 1,67 metros, similar al del ferrocarril
Alar del Rey-Santander. Con un trazado de características casi suburbanas,
conectaba la capital cántabra con la localidad de Solares, dando servicio a una
gran cantidad de población en un área densamente poblada de la bahía de
Santander.
En el lugar de Astillero, se aprovechaba las compañías
mineras que operaban en el macizo de Peña Cabarga, que utilizaron el
ferrocarril para la colocación del mineral de hierro extraído.
El recorrido de Santander a Solares, tenía las paradas en las
estaciones de tren de Santander, Nueva Montaña, Maliaño, Astillero, San
Salvador, Heras, Orejo y Solares.
La primera estación en Santander fue provisional de madera
con cubierta de zinc próxima a los muelles de las Naos, cuyo servicio se
prolongó hasta 1902, cuando fue construida una nueva estación tras el incendio
de la anterior.
El 7 de julio de 1894, se creó la Compañía de los
Ferrocarriles de Santander a Bilbao, mediante la unión de las tres compañías ferroviarias;
una de vía ancha, el ferrocarril de Santander a Solares, y dos de vía estrecha,
el Ferrocarril del Cadagua y el de Zalla a Solares.
El 6 de julio de 1896, se inauguraron oficialmente el servicio
directo entre Santander a Bilbao.
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