Los señores
Deutsch y Compañía, empezaron a construir su fábrica en junio de 1880, bajo la dirección del ingeniero
Sr. Etiene y en la fecha 21 de febrero de 1881, se encendieron los hornos
comenzando a funcionar la fábrica.
Conocida
como "La Cantábrica", constaba de diferentes edificios, con
maquinaria en sus distintos departamentos de lo mejor que se conocía, con
bombas enormes de absorción, colosales depósitos de hierro y grandes calderas; suponiéndose
que no bajara de cuatro millones de reales el costo de todo ello lo que
constituye terrenos, edificios y maquinaria.
En esta
fecha, trabajaban 200 operarios, lo que representaba un gran alivio para las
familias trabajadoras del Astillero y puntos alrededores.
Al frente,
se hallaba el Director, señor Durney, antiguo empleado de las fábricas de Francia,
de la misma empresa y persona que reunía las condiciones indispensables de
actividad que requería el cargo tan importante.
En esta
ciudad representarían a los señores Deutsch y Compañía, en los asuntos de esta
gran fábrica, los señores Varona, Maraña y Compañía, que han prestado su
eficacísima cooperación, venciendo no pequeñas dificultades que, desde el
principio hasta la terminación de los edificios, han venido presentándose.
En las
fechas de febrero de 1881, se anunciaba que la venta del refino de petróleo y
gasolina para el público y negociantes de este artículo, eran los
representantes en Santander y provincia, los Sres. Varona y Maraña y Cia., con
domicilio calle Velasco núm. 1.
En las
fechas de marzo de 1881, se había establecido en Astillero una magnifica
fábrica de refinación de petróleo.
Esta fábrica
había costado aproximadamente unos cuatro millones de reales y era muy probable
que aún se emplearían en ella más millones, si las necesidades del consumo lo
exigiese.
Pertenecía a
la sociedad mercantil de los señores Deutsch y compañía, cuyo gerente, Mr. A.
Deutsch, había adquirido elevada posición en el alto comercio de Francia.
Los Deutsch
de la Meurthe eran una familia francesa conocida por su riqueza y por su activo
patrocinio tecnológico, habiendo contribuido a desarrollar la industria de los
aceites industriales en Francia.
En 1845
Alexander Deutsch fundó una compañía para el procesamiento y comercialización
de aceites vegetales en La Villete. Con el descubrimiento de petróleo en
Pensilvania en 1859, Deutsch comenzó a estudiar y a desarrollar el uso de los
aceites derivados del petróleo en Francia. En 1877 incorporó a sus hijos, Henri
y Emile, al negocio familiar.
El sitio
elegido para esta fábrica modelo, hacia pocos meses, fue en una grande pradería
de escasísima importancia.
Los planos
del edificio, así como los excelentes
aparatos que en ella funcionaria, fueron levantados por Mr. Henry Deutsch, con
el concurso de sus consocios Mrs. Etienne y Turuel, que habían dirigido las
obras con mucho acierto.
Tanto en la
construcción del edifico como en otros detalles del negocio, han auxiliado
eficazmente a la empresa los comerciantes señores Varona y Maraña y compañía,
que eran representantes de la misma para toda clase de asuntos.
El alcalde
de Astillero, señor Tijero, comprendiendo la importancia que para el porvenir
del municipio tendría el planteamiento de la nueva industria, había trabajado
también mucho para conseguirlo, quedándole por ello muy reconocidos tanto el
referido pueblo como los dueños de la fábrica.
Esta era
susceptible de producir unas 2.000 cajas de petróleo por día, y la calidad
superior de sus productos los ponía en condiciones de luchar ventajosamente con
los que pueda importarse del extranjero.
Las fábricas
de la misma clase establecidas hace poco tiempo con muy buen éxito en Alicante
y Sevilla, pertenecían también a estos dueños del Astillero.
Ocuparía la
nueva fábrica un espacio de 300 carros de tierra y en ella estarían empleadas
unas 250 personas.
Tenían vías
férreas en distintas direcciones, grandes almacenes; uno especial para el servicio
de la aduna, en que podían alojarse, un vista; un pesador y 78 carabineros;
grandes vertederos donde, por medio de bombas de absorción, se llevaría el petróleo
a unos gigantescos depósitos de hierro; una maquinaria tan sencilla como
curiosa; ocho grandes hornos con sus calderas y otros muchos servicios.
En las
fechas de septiembre de 1881, los señores Varona, Maraña y Compañía, en
representación de Deutsch y Compañía de Paris, solicitaron construir un muelle
de carácter permanente en el punto de la Puntona, de Astillero, y con el objeto
de que sirva para el desarrollo de la fábrica de refinamiento de petróleo.
En R.O.. del
Ministerio de Fomento del 3 de marzo de 1882, y resultando favorable el
proyecto de construcción de obras antes dichas por el Ayuntamiento de
Astillero, la Comandancia de Marina, la Junta provincial de Sanidad de
Santander y la Capitanía general de Burgos, se ha servicio conceder la
autorización solicitada por los señores Varona Maraña, para construir un muelle
embarcadero de carácter permanente en la margen izquierda de la ría de
Astillero, sitio llamado de la Puntona, con arreglo al proyecto presentado por
don Mauricio Martinez Calonge el 24 octubre de 1889, para el servicio de la
inmediata fábrica de refinación de petróleo, titulada La Cantábrica,
sujetándose las concesionarios a las condiciones siguientes:
1ª. Que las
obras del muelle de atraque habrán de empezarse en el término de seis meses, a
contar desde la fecha de concesión; debiendo darse por terminadas en el plazo
de dos años, contados desde la misma fecha.
2ª. Durante
el primer año deberá invertirse el 35 por 100 del presupuesto que acompaña al
proyecto presentado, y el 65 por 100 restante, en el segundo año; a fin de que las
obras se lleven a cabo en el plazo total concedido para su terminación.
3ª. Que la
parte más avanzada de la cabeza del embarcadero ha de establecerse dentro de la
canal en bajamar equinocial, pero a la distancia de cuatro metros respecto de
la arista superior del cantil de dicha canal.
4ª. Que una
vez construidas estas obras, quedarán sujetas a la servidumbre de vigilancia y
salvamento, conforme se previene en la legislación de puertos.
5ª. Que los
peticionarios, en garantía del cumplimiento de su obligación, habrán de prestar
la fianza de 143 pesetas, equivalentes al 1 por 100 del presupuesto de las
obras que afectan al dominio público, la cual será devuelta a los interesados cuando
hayan ejecutado obras por valor de la tercera parte de dicho presupuesto.
6ª. El ramo
de Guerra podría utilizar el muelle-embarcadero en los casos de necesidad, sin
indemnización de ninguna especie, para embarque y desembarque de tropas y
material.
7ª. Las
obras del muelle-embarcadero se ejecutarán bajo la inspección y vigilancia del
Ingeniero Jefe de la provincia, quien justificará al terminarlas que se han
llevado a cabo con arreglo al proyecto y a las presentes condiciones, siendo de
cuenta del concesionario los gastos que este servicio origine.
8ª. El
concesionario queda obligado a demoler el muelle-embarcadero y retirar los
materiales empleados en él, siempre que hayan de ejecutarse obras en aquella
parte de la ría por cuenta del Estado y á cuyo establecimiento sea un obstáculo
dicho muelle, cualquier que sea el sistema que para llevarlas a cabo haya de
seguirse. En tal caso el concesionario no tendría derecho al abono de
indemnización de ninguna clase.
9ª. Se
declarará caducada la concesión si se faltase cualquiera de las condiciones
anteriores, siguiéndose entonces trámites análogos a los que se determinan en
el art. 29 y siguientes del reglamento de 6 de julio de 1877 para la ejecución
de la ley general de Obras públicas.
De Real
Orden lo digo a V.I. para su conocimiento y demás efectos. Madrid 3 de marzo de
1882.
El 4 de mayo
de 1887, entró en la ría del Astillero una magnifica corbeta italiana con 1.400
toneladas de carga, que consistía en 34.000 cajas de latas de petróleo en
bruto.
Las
operaciones de descarga estaba conduciendo la carga de la barca italiana, en
centenares de latas a medida que estas iba llegando en las vagonetas de
descarga.
En agosto de 1891, el señor Sergio Maraña, en nombre de los señores Deutsch y Compañía, había presentado al Ayuntamiento del Astillero una importante instancia solicitando que la citada Corporación tomase medidas a fin de que, por cuenta de quien corresponda, se hagan las obras necesarias para proteger los depósitos de petróleo y gasolina de su fábrica, La Cantábrica, de todo riesgo de incendio, debido a la proximidad de las calderas y hornos de destilación de la nueva refinería de petróleo que construyen contigua a la citada fábrica, los señores Desmarais Hermanos.
Fúndase la
solicitud en que diferentes reales ordenes sobre establecimientos peligrosos
prescriben que las industrias de esta clase deben establecerse a cierta
distancia de poblado y casas habitadas y sus obras no perjudicar en nada a los
intereses vecinos ya creados.
En mayo de
1906, lo señores Deutsch y Compañía, se había adjudicado la subasta de
suministro de petróleo para el alumbrado de los faros de España en los años
1906, 1907 y 1908, por la cantidad de 621.153,27 pesetas.
Esta fábrica
tras una gran desarrollo industrial, en las fechas de 1928, fue absorbida por
el Monopolio de Petróleos (Campsa)
En 1911, el
director de la fábrica Deutsch y Compañía, era don Alejandro Hanquez.
https://astillero-guarnizo.blogspot.com/2016/06/deutsch-y-compania-fabrica-el-leon.html
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