La
carpintería de ribera data desde tiempo ancestral, de la construcción de esas
embarcaciones de madera, las cuales se utilizaban para el transporte de
personas que se desplazaban de pueblo a pueblo o, bien para tareas de pesca, fueron
desapareciendo y en los últimos años si existen algunos talleres, quienes
vienen construyendo embarcaciones de recreo o incluso para la pesca, pero ya
son pocos.
En el
Astillero, existía un constructor
particular, don Antonio Vena, que en la fecha del 31 octubre de 1854, botaba al
agua una pinaza y cobro por ella doce mil reales de vellón, siendo sus
características de: 53 pies de eslora, 50 de quilla y 30 de manga.
Posiblemente
habría existido otros, pues era un oficio tradicional
En 1919, existía en las marismas de Astillero, un constructor de barcos de ribera, un oficio de los más antiguos.
Este maestro
de ribera, era don Alfonso Gregoire y que durante años tuvo su taller al pie de
la ría.
El domingo
23 de marzo de 1919, el señor Pio Polidura de Astillero, había conseguido su
mayor ilusión: el "botuco".
Fue botado
al agua en Astillero y construido por don Alfonso Gregoire.
Adquirido
por el precio de ciento cincuenta pesetas, una vez rebajado de la factura, en
la que ascendía a trescientas cincuenta, una vez ajustado entre el armador y el
comprador.
En julio de
1919, se publicó la construcción en Astillero de un barco nuevo.
Tuvo lugar
el acto de la botadura, de llamarlo así, con una ceremonia religiosa y después
los invitados fueron obsequiados con un banquete al que asistieron 40
comensales.
La nueva
lanchilla tenia estas características: Eslora, 13,80 metros; manga 2,55 metros
y puntal, 95 centímetros.
Iba provista
de un magnifico motor inglés último modelo, que desarrollaría una fuerza de 24
H.P.
A última
hora de la tarde fue remolcada la gasolinera hasta Pedreña, donde seria
terminada, para prestar el servicio entre Somo-Pedreña-Santander.
Esta lancha
fue adquirida posteriormente por los "Diez Hermanos".
Con esta
nueva lancha gasolinera, se unía a la otra que venía ya prestando su servicio, titulada "Mañosa"
En diciembre
de 1919, se le fue concedido a don Alfonso Gregoire, la concesión de un taller
de construcciones en el promontorio de San Martin y al mismo tiempo mantenía el de Astillero.
El 28 de
junio de 1920, se aprobó en el acta de la Corporación del Ayuntamiento de
Astillero, autorización a don Alfonso Gregoire para tender una línea de
conducción de energía eléctrica desde el transformador de los talleres del
Astillero a su taller de carpintería de ribera.
El domingo
18 de julio 1920, en el Astillero, se dio la botadura de un pesquero, primero
de la serie de cuatro que estaban construyendo en ese pueblo, por los señores
Gregoire, López y Barzaco.
El barco se
le llamó "Primero de Santander" y se destinaría a la pesca del
"pinchino", en las costas gallegas.
Su características
eran: 17,50 m. de eslora y 4 m. de manga y 1,90 m. de puntal, desplazando 50
toneladas.
Por
diciembre de 1920, en El Astillero, se dio botadura y bendición a una nueva
lancha, con el nombre de "La Trasmerana".
En la fechas
de diciembre de 1923, se publicó en el B.O.de la Provincia de Santander, un
edicto en el que se hacía saber: Que en juicio ejecutivo promovido por la Compañía
de Maderas contra don Alfonso Gregoire, éste se declaraba en rebeldía, sobre
reclamación de deuda y por ello se sacaba a subasta pública el casco del buque
"Siempre Adelante",
Por enero de
1925, el señor Gregoire, seguía construyendo para su venta de barcos. algunos
con casco nuevo para vapor de pesca de 15 metros de eslora.
Hoy no
podemos decir que los carpinteros de ribera hallan desaparecidos, existen en
Cantabria actualmente algunos que ejercen esta profesión tan tradicional y
antigua.
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