viernes, 25 de octubre de 2024

CAMPEONATO DE ESPAÑA MONTAÑA PARA AFICIONADOS en Astillero - 1965

 


Gabriel Mascaró, recogiendo el trofeo.




El 24 de julio de 1965, se celebró el Campeonato de España de Montaña para Aficionados, con la salida de 47 corredores, a las nueve de la mañana.

Tomaron parte los más destacados valores del ciclismo aficionado español.

Este Campeonato Gran Premio Chicles May, tuvo salida en el pueblo de Astillero.

Antes de la salida y por acuerdo de la Federación Cántabra, se hizo entrega a Mariano Díaz, de una placa como homenaje de simpatía al vencedor del reciente Tour del Porvenir.

De Santander, los corredores marcharon neutralizados hasta Astillero, donde a las nueve se dio la salida oficial. El recorrido y horario fue el siguiente:

Astillero, 9,00; Guarnizo, Cianca, Parbayón, Renedo, Vargas, 927; Puente Viesgo, Aés, El Soto, Ontaneda, Alceda, Entrambasmestas, 9,55: San Andrés de Luena, San Miguel, 10,21; Mirador de El Escudo, 10,39; Corconte, Ribera del Pantano, Reinosa, 11,19; Lantueno, Pesquera, Bárcena de Pie de Concha, 11,40; Molleda, Arenas , Las Fraguas, Los Corrales, 12,07; San Felices, alto de Hijas, Aés, 12,26; Puente Viesgo, Alto de Lamontaña, Torrelavega, 12,45; Barreda, Requejada, Alto Las Anguilas, Alto de Pedroa, Oruña, Arce, 13,07; subida de La Pajosa, Bezana, Peñacastillo, Empalme, Reyerta, Puente Renfe, subida Cuatro Caminos, Avenida Camilo Alonso, meta. Total 162 kilómetros.

Ganó ante todos los pronósticos, el balear Gabriel Mascaró, con la proeza de escalar primero en solitario el temible puerto del Escudo y, más tarde, contrarrestar los esfuerzos de tres "ferrys", Díaz, Tamames y Balagué, para, en un derroche de facultades, imponerse en la misma cinta de llegada.

Con este triunfo, se confirmó como una joven promesa del ciclismo.

Gabriel Mascaró, hacia solamente ocho días, se había proclamado subcampeón de España de fondo, en Vigo, pero antes había sido segundo en la Subida de Arrate.

Escapados casi de salida, mantuvieron la cabeza de la carrera hasta el mismo puerto del Escudo, ¡Estaría bueno que tres montañeses hicieran la carrera en solitario!, decían unos. Otros, más reservados, definieron esta fuga como un acto de locura, y a la fe que acertaron.

Mantener una escapada de más de 150 kilómetros, con unas considerables gibas a la espera, era un propósito muy aventurado, pero interesante. Linares, Zabala y Usamentiaga probaron fortuna y después se cansaron, aunque el que más resistiera fuera el de San Felices, a quien le dejaría en la cuneta una inoportuna avería mecánica a falta de 35 kilómetros para la llegada.

Entonces la carrera estuvo prácticamente decidida, pues Linares había tomado la cabeza con Mascaró, en solamente dos kilómetros de subida -los de Hijas- perdió más de cuatro minutos. Entonces, Linares ya no era el corredor con la fuerza de su escapada bajando las Hoces, sino el corredor cansado y con falta considerable de alimentos.

La "locura" de Usamentiaga, Zabala y Linares, sirvió para que la carrera tomase desde los primeros kilómetros un interés extraordinario, y al mismo tiempo de aviso para los que creían una victoria cómoda y sin lucha.

La carrera tuvo muchas satisfacciones -la mayor el espíritu de lucha demostrado en todo momento. pero también sus decepciones, Mariné y Jareño, dos aspirantes a la victoria final, pasaron casi inadvertidos.

El primero se quedó antes del Escudo, y el segundo antes. Sus puestos , 11 y 27, no son claros exponentes al triunfo.

El subcampeón, Luis Balagué, hizo una carrera cómoda, lo mismo que Tamames, beneficiándose de ello, Mascaró y Díaz.

De todas formas, tanto uno como otro supieron colocarse en carrera y apretar en los momentos decisivos de la misma.

Este IX Campeonato de Montaña de Aficionados pasaría a la historia del ciclismo cántabro, como una de las pruebas más bonitas e interesantes, aunque le faltó esa punta final de montaña, imprescindible en toda llegada de este tipo.

Al final de la prueba, el ganador, Gabriel Mascaró, fue impuesto con el maillot que le acreditaba como campeón de manos del delegado de la Nacional, don Luis Lorenzo.

Fue un día que los astillerenses, pudieron contemplar una gran carrera ciclista.
















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