sábado, 27 de junio de 2020

ASTILLERO boda distinguida 28 junio de 1929






1.  Angel Vega Hontavilla
2.  Maria Lloreda
3.  Patrocinio Altónaga
4.  Emilio Vega
5.  Belisaria Coterillo
6.  Sebastian Altonaga
7.  Rodrigo Vega Lloreda
8.  Angel Vega Lloreda
9.  Práxedes Vega
10. Segundo
11. Carmen, la tía Kika
12. Emilia Altonaga
13. Manolo Buenaga
14. Anita Altonaga
15. José Vega
16. Maria Vega
17. Francisca Vega Lloreda
18. Ramona Vega Lloreda
19. Teresa Vega Lloreda





El día 28 de junio de 1929, en la Iglesia parroquial de San José de Astillero, se celebró el enlace matrimonial de la simpática señorita Patrocinio Altónaga Coterillo, hija del conocido industrial don Sebastián Altónaga, con el joven empleado de la fábrica de petróleo, Campsa, Emilio Vega Lloreda, hijo del jefe del personal de dicha fábrica, don Angel Vega Hontavilla.

Bendijo la unión el párroco don Valentín Palazuelos y actuaron de padrinos la madre de la novia, doña Belisaria Coterillo y el padre del novio, don Angel.

Terminada la ceremonia religiosa, se trasladaron los novios con todos los invitados que pasaban de sesenta, a la terraza del Teatro-Cine (Salón Cortabitarte), donde les fue servicio un excelente banquete, amenizado por una orquesta de cuerda venida de Santander.

Hubo mucha alegría, durante el ágape, y terminado éste, se organizó un animado baile, que duró hasta la noche.

Entre los invitados estuvieron las señoritas. hermanas de la novia Lola, Emilia y Anita Altónaga, la niña Alicia Coterillo, prima de la novia; las señoritas, Teresa, Ramona, Francisca, hermanas del novio; doña Maria Lloreda, madre de éste y otros familiares como: Práxedes Vega de Gómez, señoritas Engracia Vega, Pilar Vega y Maria Vega.

En los señores: Angelín Mateo, Gabino Gómez, Timoteo Vega, Ricardin Fernández, José Iraegui, Eduardo Ramos, Tomás Garcia, Manolo Méndez, Vicente Martín, José Garcia (ex-portero del Unión Club), Francisco Pico, Benito Cabelo y otros más.

Por el novio, sus hermanos: Jose, Angel y Rodrigo.

Los novios salieron de viaje a recorrer varias poblaciones de España.

Más que distinguida boda, para mí, fue una boda importante, se casó un tío mío y como invitado estuvieron mis tíos y mi padre.















sábado, 20 de junio de 2020

SACERDOTES en la Iglesia San José de Astillero




Don Francisco Martinez, con otros sacerdotes
y entre ellos, don Gregorio, párroco de San Salvador.


Estos son los sacerdotes que ha tenido la Iglesia de San José:



Don DIONISIO TARRERO MARCOS - Ecónomo, en 1905 (14-3-1905), como párroco de Guarnizo, firmo el acta de la inauguración del Iglesia de San José y que consideraríamos como el primer sacerdote en Astillero
En los años 1920-1922, estuvo en la Iglesia de San Ginés de Arlés, de la parroquia de Cerrazo
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Don EUSTAQUIO GARMENDIA UBIRIA, Pärroco. (15-7-1905)
Don Gabriel Eustaquio Garmendia Ubiria, nació el 29 de marzo de 1866, en Astigarraga.
Hijo de José Vicente Garmendia Zuaznabar y Josefa Juana Ubiria Irizar, y tuvo 8 hermanos.
El 17 de septiembre de 1906, inesperadamente y sin que nadie lo advirtiera, hasta cuatro días después, había fallecido con Eustaquio Garmendia, ejemplar párroco del Astillero.
Fue un lunes, por la mañana, después de haber celebrado el Santo Sacrifico, se fue a Santander.  Cerca de la estación del Astillero, en la Planchada, a las ocho menos cuarto, se le vio y le saludaron.
Regreso en el tren que llegó a diez menos veinte. Había alquilado un piso en una casa nueva próxima a la iglesia, para trasladarse a él con su madre y dos hermanos suyos cuando se efectuase el casamiento de uno de éstos. Entretanto, vivía en casa de una cristiana familia del Astillero y en espera del suceso de la boda, había ya instalado su despacho en el piso que ocuparía.
En esta habitación le cogió de improviso la muerte en la mañana del lunes, a su vuelta de Santander. Como se entendió que estaría en Santander, o quizás en Ampuero o en Viernoles, con ocasión de ciertos asuntos que tenía a su cargo, hasta el viernes no subió de punto la extrañeza que había comenzado o causar su ausencia, y por algunos indicios empezó a sospecharse la desgracia ocurrida.
Cuando, pues, el Juzgado abrió la habitación y averiguó la verdad del caso, hacia ya cuatro días que era cadáver el virtuoso sacerdote.
Fue don Eustaquio Garmendia, en extremo espiritual,  religioso y exactísimo cumplidor de las obligaciones de su sagrado ministerio. Gobernó con notable acierto la parroquia de Viérnoles, y desde hacía un año, con no menor prudencia y celo, la del Astillero.
Aún no contaba cuarenta años, y era hombre sumamente activo y de no escasa salud corporal, al parecer. Acababa de hacer en Corbán los santos ejercicios.
Fue una gran pérdida para el Astillero, donde el párroco gozaba de gran simpatía.
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Don JOSE TEJEDOR HERRERO (6-11-1906), como cura Ecónomo, sustituyó a don Eustaquio Garmendia.
Antes de venir a Astillero, ejercío de maestro en la población de Pobladura de Aliste, provincia de Zamora.
En marzo de 1907, el Ayuntamiento de Astillero, acordó concederle una asignación de 400 pesetas anuales, por todos los derechos como Capellán del cementerio municipal , con obligación de recibir a todos los cadáveres de Astillero y Guarnizo.
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Don VALENTIN PALAZUELOS CASUSO, Párroco (20-9-1912), quien consiguiera el afianzamiento e impulso de la parroquia, desarrollando una gran labor pastoral.
El 11 de octubre de octubre de 1929, murió en Santander, por cuyo motivo el Ayuntamiento, en su sesión de fecha 10 de ese mes, después de hacer constar en acta el sentimiento de la Corporación, se levantó señal de duelo.
La muerte de este párroco que por espacio de muchos años rigió la parroquia, había causado en todos sus feligreses una impresión dolorosísima, pues por sus bellas prendas de carácter, por su trato afable y por su ejemplar conducta y celo en el cumplimiento de la cura de almas, gozaba del cariño y respeto de todos.
Era el finado hombre de vasta cultura y elocuente orador sagrado, que, con fácil palabra, sabia atraer a sus feligreses a la práctica de sus deberes religiosos.
El cadáver de este sacerdote fue conducido a Maliaño, su pueblo natal.
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 Don JOSE CASTRO TORRE, Coadjutor (7-1-1914)
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Don FRANCISCO GUTIERREZ DE LASAGA, Coadjutor (25-7-1929) , sacerdote que durante su etapa en la parroquia, promulgo la Santa Misión que durante días estuvieron presentes en el pueblo de Astillero y que participaron numerosos feligreses, tanto adultos como niños y niñas.
Considerado un sacerdote culto y elocuente orador.
El miércoles, 22 de marzo de 1933, se celebraron los funerales por él en la parroquia de Astillero, asistiendo todos los párrocos del arciprestazgo y gran cantidad de fieles.
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Don LUIS CERECEDA GARGOLLO. Ecónomo (21-4-1932). Fundador de la Acción Católica de Astillero. Estuvo al frente durante la difícil etapa de la Republica y contienda civil durante la cual los astillerenses respetaron íntegramente su vieja capilla, dándose la circunstancia que tras un año de ausencia, al entrar las tropas del bando nacional y personarse el párroco de San Salvador en el templo, se encontró todo dispuesto para la celebración eucarística tal y como lo había dejado el párroco astillerense, que murió a los pocos días de ser liberado, cuando corría el mes de septiembre de 1937.
Estuvo encarcelado veinte días en mayo de 1936, siendo trasladado al barco-prisión "Alfonso Pérez" y más tarde al Penal del Dueso, permaneciendo cautivo durante un año, murió en su casa el 4 de septiembre de 1937, a los ocho días de haber sido liberado. Tenía 49 años.
Don Luis, fue párroco de Vargas y después de Astillero. Murió a consecuencia de las penalidades del cautiverio sufrido durante la guerra en razón de su condición sacerdotal.
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Don LEANDRO BRUNET SALCEDO, Ecónomo (10-10-937), en su corto tiempo como párroco en la Iglesia y en esos momentos tan difíciles, una vez terminado la guerra civil, se desconoce poco la vida de este sacerdote durante su etapa en Astillero.
Si, después tuvo una vida religiosa intensan.
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Don JESUS SAINZ Y TREVILLA, Ecónomo (1-1-1938), sacerdote que estuvo en la parroquia de Guarnizo, durante muchos años y después se vino a Astillero.
Por el cariño que le tenían en el pueblo de Guarnizo, se le puso una calle a su nombre.
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Don FRANCISCO NAVARRO FERNANDEZ, Ecónomo (1-1-1942). Sacerdote que solamente estuvo un mes.
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Don JOSE BOLADO FERNANDEZ, Ecónomo (1-2-1942), sacerdote que estuvo únicamente dos meses aproximados.
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Don FRANCISCO MARTINEZ GARCIA, Ecónomo (1-5-1942). Párroco que estuvo 52 años y fue nombrado Hijo Adoptivo de Astillero.
El Papa Juan Pablo II, le había concedido el título de Prelado de Honor.
Nacido en Molledo de Portolín, fue una de las personas más relevantes que haya tenido el pueblo.
Nacido el 29 de agosto de 1907. Inició los estudios sacerdotales en el Seminario de Corbán en el año 1919 y los finalizó en 1930, celebrando su primera Misa en el pueblo de San Martin de Quevedo.
Comienzó sus andaduras de apostolado en Helguera-Valles, zona minera de Reocín, después es designado a la parroquia de San Roque, en el Sardinero, en la que permaneció durante la época de la contienda civil.
Tomó posesión de la Parroquia de Astillero, el 1 de mayo de 1942, estando durante 52 años, hasta llegar a su jubilación el 15 de julio de 1994.
En su época de la parroquia, consiguió como objetivo la construcción del nuevo templo parroquial, inaugurado el 28 de agosto de 1949.
Previo a su jubilación, el Papa Juan Pablo II le designó Prelado de Honor de Su Santidad, con el tratamiento de Monseñor y la Corporación Municipal de Astillero le honró con el título de Hijo Adoptivo y le concedieron la Medalla de oro del Municipio.
Falleció el 14 de diciembre del 2002.




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Don DEMETERIO GUTIERREZ RIVAS (2.9-1946) - Encargado Barrio Estación.
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Don JOSE MARIA ENDAIZA, Coadjutor (4-9-1961)
Fue un sacerdote entrañable y cercano al pueblo, siempre con la juventud, un hincha del Unión Club, participando en partidos beneficos o de homenajes.
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Don ISIDRO LOPEZ BRAVO, Coadjutor (6-3-1974)
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Don DIONISIO CABALLERO MUÑIZ, Coadjutor (15.10-1977)
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Don MIGUEL JULIAN LLAMAZARES GONZALEZ, Vicario parroquial (12-1989)
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Don JOSE OLAIZ HOYUELA, Párroco, fue sacerdote desde el 17.7.1994 al 4.10.2003, conocido como DON JOSE,  se ganó el cariño de los fieles por su labor pastoral en la parroquia.
Después fue responsable de los Asuntos Económicos de la Diócesis de Santander y posteriormente ya como vicario de Asuntos Administrativos y Económicos.
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Don JUAN JOSE CALDEVILLA PORTILLA, Párroco, estuvo desde el 4.10.2003 al 13.9.2004, cuando dejo Astillero se incorporó como profesor en el Seminario Corbán,, en la etapa del señor Obispo, don Vicente Jiménez Zamora.
Anteriormente estuvo de párroco en la Iglesia de Espinama , año 1971.
Realizó una generosa labor y entrega en la área Sagrada Escritura, que durante casi una década, impartió asignaturas relacionadas con dicha área en el Seminario-Instituto.
En Astillero, estuvo menos de un año ejerciendo como sacerdote.
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Don ARTEMIO CEBALLOS LOPEZ, Párroco, llegó el 13 de septiembre del 2004 y es el actual.
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Ecónomo es el nombre que se daba a aquellos que se encargaban de una parroquia sin haber hecho oposiciones. Es el equivalente a párroco. Ese nombre desapareció con el Concilio Vaticano II.













viernes, 12 de junio de 2020

GUARNIZO fiestas de San Antonio de 1923




(foto cedida por Fernando Real)

Campo de la Cultural de Guarnizo, visto desde la estación.



Del Pozo - Furty - Ferreras - Emo - Casuso - Litos - Antonio Gento - José Mari - 
Hontavilla - Cosme Arroyo






El domingo 18, con motivo de las fiestas de San Antonio, se inaugurará el campo de deporte de la Sociedad Cultural Deportiva de Guarnizo.


El 18 de junio de 1923, se celebró una brillante fiesta en los campos de deportes de Guarnizo.

A las nueve de la mañana llegaron al pueblo la banda de Exploradores que fueron recibidos por el estruendoso ruido de bombas y cohetes y el pueblo en masa, se trasladaron a los campos, donde se celebró la misa de campaña.

El altar, profusamente adornado de flores, formaba un aspecto precioso.

El retablo fue cedido por don Mauricio Ruiz de la Riva, el señor párroco de Guarnizo, y ayudado por los sacerdotes de Parbayón y Astillero. El sermón corrió a cargo del presbítero don Manuel Diego, de la iglesia del Cristo, de Santander.

A este acto concurrieron los jugadores de la Cultural Deportiva de Guarnizo y la Directiva en pleno, dando guardia una pareja de la Guardia Civil, colocándose uno a cada lado del altar. El acto fue solemne; en el momento de alzar, la banda de Exploradores interpretó la Marcha Real y se dispararon bombas y cohetes.

Por la tarde, a las dos y media, se rezó el Santo Rosario en los Campos y momentos después fueron bendecidos por el señor párroco de Guarnizo.

A continuación y con un entradón que jamás se había visto en Guarnizo, dio comienzo el primer encuentro de futbol, entre los equipos Muriedas F.D. (reserva) y Cultural Deportiva de Guarnizo (reserva).






Partido que resultó interesantísimo y reñido por ambos bandos, por dos equipos aspiraban a la victoria, siendo los reservas del Guarnizo que lo consiguieron con el resultado de tres tantos a uno.

Fue arbitrado por el señor Real, quien cumplió satisfactoriamente a los dos equipos y al público.

Terminado este primer partido, comenzó el segundo con los titulares del Muriedas F.C. y el primer equipo de la Cultural de Guarnizo, que fue recibido con muestras de cariño.

A las cuatro y media dio comienzo el encuentro, a las órdenes del señor Cesáreo Peña.

Con dominio alterno terminado el primer tiempo con empate a cero.

En el segundo tiempo sigue el mismo juego, con un poco mayor dominio de los del Muriedas F.C.

Termina el partido con empate a cero.

Los equipos formaron:

Muriedas F.C.: Camus; Puente (E) Urristieta; Ramos, Echevarria, xx; Cortazar, Puente, López, Ruiz y Salas.

Cultural Deportiva: Méndez; Sedano, Casuso; Toraya, Ayllón, del Rio; Marcial; 
Acebes, José Mari, Ontavilla y Berberena.

Destacaron los dos porteros Camus y Méndez; lo mismo Travieso, Casuso, Sedano, Ayllón, Toraya, soberbio Echevarria y no menos José Mari y todos en general.

Después hubo un animadísimo baile, amenizado por los Exploradores y el manubrio de la Sociedad Recreativa, que fue cedido desinteresamente a la Cultural y con ello la romería inaugural de San Antonio.
















viernes, 5 de junio de 2020

ASTILLERO puente de los ingleses (1886-1896)






En enero de 1886 la corporación municipal autorizó a Rufino de la Incera la construcción de un muelle embarcadero de mineral en el extremo oriental del campo de la Planchada a través de las marismas de los hermanos Tijero y Cordero.



El 15 de febrero de 1890 , don José Mac Lennan presentaba en el Ministerio de Fomento, el proyecto del muelle para embarcar minerales de hierro, en el fondeadero del Astillero. El diseño inicial de ese embarcadero firmado por Guillermo Mac Lennan, constaba de tres partes diferenciadas, una primera de muros de fábrica de mampostería de 45 metros de longitud, un paso superior al ferrocarril de Santander a Solares, de dos metros y una estructura metálica de 66,50 metros de longitud, compuesta por dos vigas laterales de celosía, separadas entre sí 5,50 metros y unidas por un entramado metálico sobre el que discurrían las vías para los vagones cargados y vacíos a distinto nivel, con pendientes de equilibro en sentido contrarios. Toda esta estructura metálica estaba soportada por seis columnas de hierro fundido a cada lado, de 0,80 metros de diámetro y separadas entre sí once metros en sentido longitudinal y arriostradas en sentido transversal por cruces de San Andrés.



El 8 de noviembre de 1890, los señores Justo, Gregorio y Tomás Tijero y Cordero, otorgaban escritura a favor de José Mac Lennan y White, representado por su apoderado Rufino de la Incera, de 46 carros de terreno (8.234 metros cuadrados), pertenecientes a una marisma de mayor cabida que los señores Tijero habían cerrado en la margen derecha de la ría de Astillero, para instalación de un embarcadero para cargue de buques. El precio total de la transacción fue de 9.200 pesetas.
El proyecto del muelle fue aprobado por Real Orden de 17 de febrero de 1891 y el 12 de mayo del mismo año se realizó el replanteo, firmándose el plano de replanteo del embarcadero de uso particular concedido a José Mac Lennan, por el ingeniero Pascual Lomba ante Rufino de la Incera, representante del concesionario, el 20 de mayo de 1891.

En este plano de replanteo se habían sustituido las columnas de hierro fundido de 0,80 metros de diámetro, por cinco castilletes arriostrados por cruces de San Andrés y las dos vigas laterales de celosía de 66,50 metros por dos vigas de celosía de 39 metros seguidas de dos vigas armadas de alma llena, de 52,20 metros y los muros de mampostería de 47,50 metros.

Finalmente, el entramado metálico que constituía en si el propio embarcadero, constaba de los cinco caballetes de apoyo, formados cada uno por cuatro pilares de sección circular hueca, de espesor 16 milímetros y 0,30 metros de diámetro exterior con refuerzos nervados (plano de detalles, Sección C-C), provistos de un arriostrado antipandeo en forma de cruces de San Andrés. sobre los que se apoyaban las dos vigas laterales. El tablero portante estaba compuesto por viguetas transversales armadas de alma llena de 0,36 metros de altura (Vigas 5) que se empotraban en las dos vigas laterales. Estas vigas laterales en los primeros cuarenta metros eran vigas armadas de celosía de 1,65 metros de altura (Detalla viga 1) y los restantes 54 metros, vigas armadas de alma llena de 1,02 metros de altura (Detalle viga 2). Una vez cumplimentada el acta de reconocimiento, se dieron por finalizadas las obras el 21 de abril de 1893.



En abril de 1891, se le concedió a Rufino de la Incera e Incera, una parcela de tres carros de terreno que había solicitado para establecer un muelle para embarque de minerales, al SE del campo de la Planchada en Astillero, formalizándose la escritura de compraventa, abonando el concesionario 263,50 pesetas, importe la transacción.

Contra este acuerdo municipal fue presentado un recurso de oposición, coincidente con el relevo en la Alcaldía, interviniendo la Comisión Provincial para revocar los acuerdos de la concesión.

También los vecinos de Astillero se mostraron esperanzados ante la nueva perspectiva que podría tener en el futuro el transporte de mineral del cargadero a los buques.



En febrero de 1894, la empresa J. Macklenan había solicitado autorización para instalar una boya de amarre para utilizarla los buques que atrancasen en el cargadero construido.

A primeros de febrero de 1894, el vapor Alicia, se encontraba fondeado en la bahía de Santander, esperando atraque en el nuevo embarcadero de El Astillero.

En marzo de 1894, el muelle de los señores Mac Lennan estaba ya terminado, esperando solo al primer vapor, que se esperaba de un momento a otro, y que cargaría sin perder tiempo el mineral que ya estaba almacenado en los magníficos lavaderos de Solía.

El 24 de marzo, subió al Astillero, empavesado con todo el telégrafo de banderas, el vapor Alicia, para recibir el primer cargamento de mineral procedente de las minas que los señores Mac Lennan tenían en Obregon, desde cuyo punto serían transportados en un tranvía hasta el muelle del Astillero.

Este buque cargo 1800 toneladas de mineral de hierro y salió para Middlesburg (Inglaterra), el miércoles día 28.

El buque pertenecía al grupo Serra, matriculado en Bilbao, de tres palos, con chimenea roja y azul con la inicial S, de Serra.



Con fecha 25 de abril de 1894, S.M. el Rey y en su nombre la Reina Regente del Reino, conformándose con lo propuesto por esa Dirección general de Aduanas, , se accedía a lo solicitado en la instancia solicitada, previo el cumplimiento de las condiciones siguientes:

1º. El embarque de minera de hierro por los muelles del Astillero, San Salvador y Solía, se haría con documentación de la Aduana de Santander y seria intervenido por el empleado pericial que designe el Administrador de Aduana, vigilándose la operación en el Astillero por el Resguardo de Veteranos, y en los puntos de San Salvador y Solía por los carabineros del Reino que en ellos prestan servicio.

2º. Que los efectos mencionados en la instancia y que han de descargarse y despacharse en los referidos muelles, vengan consignados de un modo expreso al recurrente, tanto en el comercio de importación como en el de cabotaje; siendo preciso que los buques conductores se detengan en Santander para recibir la oportunidad autorización antes de internarse en la bahía, y que no conduzcan otras mercancías distintas de las que deban despacharse en los puntos que se habilitan, y en caso de conducirlas, que se trasborden en Santander las que se destinen a dichos puntos para transportarlas hasta ellos en embarcaciones menores, que deberán ir custodiadas por individuos del Resguardo, los cuales ejercerán la más eficaz vigilancia con arreglo a las órdenes que reciban del Administrador de la Aduana de Santander.

3º. Que los despachos de las mercancías á que se refiere la condición precedente se hagan por los empleados que en cada caso designe el citado Administrador.

4º. Que los derechos que con cargo á las repetidas mercancías deba percibir la Hacienda se hagan efectivos en Santander dentro de los plazos establecidos por la legislación.

5º. Que con arreglo a lo prevenido en el Apéndice 1ª de las Ordenanzas de la Renta, los recurrentes abonen a los empleados que practiquen los despachos las dietas correspondientes y faciliten los locales y aparatos necesarios para efectuar los despachos.



En las fechas de mayo de 1894, una R.O. resolvía favorablemente una instancia presentada por don Rufino de la Incera, en nombre de don Jose Mac Lennan, para habitar el muelle de hierro construido por este último en el Astillero y los de San Salvador y Solía.

Con fecha 9 de mayo, el Rey y en su nombre la Reina Regente del Reino, autorizaba disponer que se habilitasen los puntos del Astillero, San Salvador y Solía, para desembarcar en ellos, por cabotaje, el material de ferrocarril, carbón mineral, maquinas y aparatos para el lavado de minerales, con sujeción a las reglas siguientes:

1º. Que el material y demás efectos indicados, ya sean nacionales, ya extranjeros, se han de despachar en la Aduana de Santander con las formalidades establecidas para cada caso en las Ordenanzas generales de Aduana.

2º. Que después de despachas las mercancías se podrá autorizar el embarque y su conducción por mar, dentro de la bahía y en embarcaciones menores, con destino a los puntos que se habilitan, previa petición de la Compañía del ferrocarril.

3º. Que los individuos del Resguardo de Carabineros, en los puntos de desembarque, se han de cuidar de vigilar las operaciones y fijar los cumplidos en los documentos en que conste la licencia de desembarque que devolverán a la Aduana.



En el año 1894, concretamente en junio, la recaudación obtenida por Aduanas con destino a la Junta de Obras del puerto ascendió a 15.211,50 pesetas por razón del recargo sobre el impuesto de carga y descarga, devengadas por 15.708 toneladas de importación y 25.158 de exportación, en 319 buques entrados y salidos.

El aumento en el tonelaje de exportación dependía principalmente del gran desarrollo que iba adquiriendo los embarques de mineral de hierro por los muelles del Astillero, pues pasó de las 16.500 toneladas en dicho mes de junio.

Por 1894 terminó la construcción del ferrocarril proyectado por la empresa José Mac Lennan y Minas desde Obregón a la Ría de Astillero y al mismo tiempo se puso en funcionamiento el cargadero metálico para la carga de mineral y con ello se facilitaba el transporte y el embarque no solo del mineral de esa empresa, sino también el de las compañías que correspondía la Sierra de Cabarga.



En 1896, la empresa Orconera Iron Ore, decidió establecerse en Cantabria y concretamente en Solía y se puso en contacto con don José Mac Lennan, con el fin de adquirirle las minas y todas sus instalaciones que funcionaba perfectamente.

La noticia fue acogida satisfactoriamente al crear un previsto aumento de empleos de obreros en las minas.



El 10 de noviembre de 1896, se firmó el acuerdo que fue ratificado notarialmente en España, por José Mac Lennan y White y William Gil y Pascoe, Director Gerente y apoderado de Orconera, ante el notario de Astillero, don Higinio Camino de la Rosa. El acuerdo constaba de dos partes, de una, la adquisición de todas las instalaciones necesarias para la exploración minera,  ferrocarril minero desde Obregón a la ría de Astillero, el muelle embarcadero de Astillero, lavaderos, talleres, material fijo y móvil, siete porciones de marisma en las rías de Solía y Astillero, una casa vivienda para obreros en Edillo, una casa en Solía con planta baja para oficinas y planta superior para vivienda de empleados, dos edificios para almacén, una plaza de terreno en Astillero con cas vivienda, huerta y jardín.