viernes, 24 de febrero de 2017

EXPOSICION DE ARTES Y OFICIOS de "El Cantábrico"








Por junio de 1926, el periódico El Cantábrico, organizaba la Exposición de Artes y Oficios para obreros de industrias montañesas. La anterior exposición de trabajos manuales de la mujer había sido un verdadero éxito y esperaban que el actual, resultase lo mismo.

En Astillero, donde radican varias industrias, especialmente una metalúrgica, de gran importancia, se tenía casi la seguridad de que tendrían un buen resultado en la Exposición en proyecto.

Existían algunos obreros jóvenes, inteligentes y laboriosos, que se hallaban confeccionando varios objetos para exponerlos en ese torneo de trabajo.

El Ayuntamiento de Astillero había contrubuido el año último con dos premios a la Exposición de trabajos manuales de la mujer y se confiaban en que en la de este año, también colaborarían.

La exposición se encontraba instalada en el Instituto de Santa Clara y fueron numerosísimas personas las que lo han visitado, elogiando mucho cuantos trabajos estaban expuestos.

El domingo 29 de agosto, a las doce de la mañana, se inauguró la Segunda Exposición del Trabajo: Artes y Oficios.

Antes de la hora señalaba para el solemne acto, en la escalera central del Instituto General y Técnico esperaban la llegada del Monarca, el gobernador civil, señor Oreja Elósegui; el alcalde, señor Vega Lamera; presidente de la Diputación, señor Argüello, con algunos señores diputados; comandante de Marina, señor Gutiérrez, y representaciones del Obispado y claustro de profesores del Instituto, Escuela Industrial, Escuela de Náutica, Escuelas de Artes y Oficios de Santander y Torrelavega y otras muchas personalidades invitadas al acto.

Asimismo, esperaban la llegada de don Alfonso, el gerente de El Cantábrico, don Tomás Rivero, encargado de acompañar al Rey e informarle de cuantos detalles se relacionaran con la Exposición y los trabajos presentados en la misma.

Minutos después de las doce, ocupando dos automóviles, llegaron al Instituto de Santa Clara el Rey, con el duque de Miranda, el príncipe de Asturias,  el infante don Jaime y el conde del Grove.

Al apearse don Alfonso del automóvil, la multitud que llenaba los alrededores del Instituto, y los vecinos de las calles inmediatas, le vitorearon al mismo tiempo que la Banda Municipal tocaba la Marcha Real.

Después de despedirse cariñosamente de todos, su Majestad, hizo presente al gerente del El Cantábrico, señor Rivero, que la labor cultural que realizaba el periódico con estas Exposiciones era altamente agradecida, alentándole a proseguir el camino emprendido con la difusión de estas manifestaciones del trabajo. Al felicitarle, le encargó que transmitiese su felicitación entusiasta a los expositores.






La Exposición podría visitarse libremente todos los días laborables de diez a doce de la mañana y cuatro a siete de la tarde, hasta el sábado, inclusive.

La entrada seria por la puerta principal del Instituto, calle de Santa Clara y la salida por la calle de Padilla, puerta correspondiente a la Escuela de Artes y Oficios.

Durante todos los días que ha permanecido abierta, por los locales han desfilado centenares de personas, admirando los trabajos allí expuestos, de los que han hecho cumplidos y merecidos elogios.

En  la relación de premios otorgados por el Jurado de la Exposición, se encontraban unos convecinos del pueblo de Astillero.

El premio de honor, las 1.000 pesetas anuales concedidas por la Diputación Provincial, fue ganado honrosamente por el joven obrero de la fábrica de petróleo Deutchs y Compañia, Perfecto Morante, hijo de David, también obrero de dicha fábrica.

El trabajo expuesto por el expresado joven fue de un torno mecánico admirablemente confeccionado, y que revela una laboriosidad y una inteligencia poco comunes en su edad.

Primitivo Quintana, hijo del inteligente maestro de los Talleres de Astillero, don Ricardo, obtuvo otro premio de 75 pesetas, por una bonita cruz de hierro, construida a mano, que era una verdadera preciosidad de arte, y que en el aludido muchacho acusa grandes conocimiento en el arte difícil del hierro a forja.

Otro modesto y joven obrero, Juan Romero, sobrino del profesor veterinario don Jenaro Maté consiguió un premio de 50 pesetas por un cigüeñal en miniatura, que era un trabajo admirable de paciencia y de inteligente laboriosidad.

Y para digno remate de estos triunfo, un niño de doce años, nieto del mencionado don David Morante, el estudioso y avispado pequeñuelo Cesar Morante, presentó en la Exposición un dibujo en plano que ha merecido ser premiado con medalla de bronce y diploma.

Otros jóvenes de Astillero que participaron:
Juan Romero, de 20 años; un cigüeñal.
Perfecto Morán, de 20 años, un torno mecánico.

Estos triunfos no sólo alcanzaba a los modestos expositores, sino también a los propietarios y directores de las empresas donde trabajan.

Por su parte la Escuela de Industrias de Santander y Artes Oficios de esta capital y Torrelavega, presentaron fuera de concurso, una serie de trabajos que ponían de relieve tanto la aplicación y gusto artístico de los alumnos que en ellas practican sus estudios teóricos y prácticos como la valía de sus profesores para quienes esta manifestación es la más bella demostración de la buena enseñanza que se da en estos centros.

Los trabajos de los obreros astillerenses y los correspondientes diplomas fueron expuestos en los escaparates del comercio de los señores Fernández y Morante, en Astillero.

También participo en la exposición, el joven Jesús Otero, con 18 años, con cuatro trabajos escultóricos, tres en piedra y uno en barro. Después llegaría a ser un gran artista de nivel internacional.









sábado, 18 de febrero de 2017

ASTILLERO bandera a los Carabineros








Por abril de 1933, el Ayuntamiento había acordado en una de sus sesiones regalar una bandera nacional al puesto de Carabineros establecido en la localidad, como anteriormente lo habían hecho con los de la Guardia Civil.

El domingo 23, tuvo lugar en la localidad, el acto solemne de entrega a este puesto de Carabineros de la bandera regalada por el Ayuntamiento, como prueba de afecto a tan abnegado Cuerpo.

Antes de las once de la mañana se congregó numeroso público en el paseo de Pablo Iglesias, sitio elegido para la ceremonia de la entrega, y a las once y media llegó la comitiva oficial, compuesta por el teniente coronel, jefe de la provincia, don Francisco Formentín; el capitán, don Feliciano Suárez; alcalde, don Gabino Gómez; concejales señores Casuso, Colina y Ortiz; juez municipal, don Marcelino Tarrero; fiscal, señor Navarro, y secretario del Juzgado, señor Garcia. Formaba parte de la comitiva y en sitio preferente, la madrina, señorita Angeles Matos, hija del teniente, jefe de esta Sección, don Manuel Matos, que mandaba la fuerza que había de rendir honores a la bandera de la patria, que era llevada por un empleado del Municipio, Melchor Arribas y escoltada por la Guardia municipal.

Al divisar la bandera, el público rompió en una calurosa salva de aplausos y se descubrió la misma, permaneciendo así hasta la terminación del acto. La fuerza presentó armas.

Antes de hacer la entrega, el alcalde, señor Gómez, hizo uso de la palabra, para ensalzar las virtudes del Cuerpo de Carabineros y sus sacrificios en defensa de las libertades.

El teniente coronel, señor Formentín contestó agradeciendo los elogios dedicados por el alcalde al Cuerpo de Carabineros y de manera especial el preciado regalo donado por el Ayuntamiento a la fuerza de este puesto, que es símbolo de la compenetración con el pueblo.

La madrina, a quien previamente se había entregado la bandera, leyó a continuación, unas cuartillas que decía:

"Respetables autoridades, distinguidas señoras y caballeros: El Ayuntamiento de esta localidad, en el deseo de acreditar el buen concepto que le merece el Cuerpo de Carabineros, y en particular los de este puesto, acordó, como acto patriótico y merecido homenaje, regalar a dicho puesto esta bandera, en la que se ve esculpida la gloriosa enseña nacional, para que, ondeando en ese cuartel, produzca la impresión de alegría y enaltecimiento a todos los que pusieron empeño en la afectividad de este tan noble como grato recuerdo. Como madrina que soy en esta fiesta cívico-militar, para la que tuve la fortuna de ser elegida, cargo para mi tan honroso, como inmerecido, ya que mis modestas facultades intelectuales no me permiten expresar con mayor amplitud el verdadero panegírico del acto, me concreto, emocionada, a rendir las más expresivas gracias a la citada Corporación, haciéndolas extensivas, con el afecto de mi profundo reconocimiento, al señor teniente coronel jefe y demás acompañantes, que tuvieron la deferencia de honrarme con su presencia en el acto que solemnizamos.

Y ahora, señor teniente coronel, os hago entrega de esta bandera para que, enarbolándola en el cuartel, veáis que con este simpático, aunque modesto homenaje, damos una prueba de admiración y respecto al organismo militar de que vos, tan merecidamente, sois jefe.

Termino, pues, este mi cometido rogando a todos contesten a estas exclamaciones:

¡Vivan los ciudadanos de Astillero! ¡Viva el Cuerpo de Carabineros!

Una clamorosa salva de aplausos, respondió a la excitación de la linda madrina.

Acto seguido fue izada la bandera con los honores de ordenanza y entre fervorosos y prolongados aplausos.




A continuación y a los toques de corneta desfilaron una sección de Carabineros, a cuyo frente iba su teniente, señor Matos.

El acto, dentro de su sencillez, resultó brillantísimo y de intensa emoción, y a él, además de las autoridades mencionadas, asistieron el teniente de la Guardia Civil, señor Gómez Robledo; sargento señor, Alonso Justel; administrador de Correos, señor Peñacobo y los corresponsales de los diarios de la capital.

La simpática madrina obsequió a los invitados con dulces y licores, auxiliada por las señoritas, Carmina González, Rosita Tello, Fetina González y Araceli Matos.



En esa época el Cuerpo de Carabineros era un cuerpo armado español, cuya misión era la vigilancia de costas y fronteras, la represión del fraude fiscal y el contrabando. Fue creado en 1829 y tras la Guerra Civil, en 1940, fue integrado en la Guardia Civil.







viernes, 10 de febrero de 2017

ASTILLERO bendición de la bandera de la Acción Católica






Desde la víspera del día que tendría lugar la bendición de la bandera, los jóvenes en unión de las señoritas, desplegaron gran actividad, preparando todo lo concerniente al solemne acto que por primera vez se iba a celebrar en la parroquia de Astillero.

Fueron un grupo de jóvenes católicos, quienes levantaron un artístico arco, bajo la dirección del joven Gervasio Torres, con un cariñoso saludo al señor Obispo.

El 15 de julio de 1935, se celebró en la Iglesia parroquial de Astillero la bendición de la bandera de la Juventud Católica masculina.

Al acto concurrieron numerosas representaciones de entidades similares de la provincia, con sus banderas, y el templo era incapaz para contener a tantos fieles.

A la diez y media dió comienzo la misa, que fué cantada por elementos de la capilla de la Catedral de Santander, y al final, el obispo de la diócesis, Monseñor Eguino y Trecu, revestido de pontifical, bendijo la bandera, cantándose a continuación el himno de las Juventudes Católicas.

El prelado pronunció una elocuente plática, exhortando al auditorio a perseverar en las enseñanzas de la iglesia y elogiando a las autoridades por su asistencia a la fiesta que se celebraba.

Terminada la fiesta religiosa, el numerosísimo público que asistió a ella, precedido de las banderas, se dirigieron a la hermosa y extensa finca de los señores de Jiménez, donde tres oradores dirigieron la palabra a los concurrentes.

Actuó de madrina en el acto de la bendición, la señorita, Fetina González, y la bandera fue primorosamente bordada por distinguidas señoritas de la Juventud Católica Femenina de la localidad.

Para dar mayor amenidad a estas fiestas, participaron los danzantes de Cicero, tan renombrados en la provincia.

Por la tarde, se celebraron en la ría, interesantes regatas y sueltas de patos, que fueron presenciadas por numeroso público.

Días después, el 20 de julio, murió mi abuelo, Angel Vega Hontavilla.








sábado, 4 de febrero de 2017

UNION CLUB temporada 1924-1925




Unión Club - temporada 1924-1925



En esta temporada de 1924-1925, se podría destacar dos encuentros jugados entre los mejores equipos de la Liga, Gimnastica de Torrelavega, Real Racing Club  y el Unión Club de Astillero.


El 25 de octubre de 1924, se jugó en el Malecón, el encuentro entre la Gimnástica de Torrelavega y el Unión Club de Astillero.

El partido terminó con el resultado de 1-0, a favor de los de Astillero.

Fue a los tres minutos de juego del primer tiempo, cuando se originó el tanto único del triunfo para el equipo astillerense. Un avance por el centro, recogido por Sierra desde unos ocho metros, chutó fuerte, sin que Sainz pudiera evitar el gol.

Un primer tiempo con poco juego y algunos avances por los de Torrelavega, que fueron contenidos por el guardameta astillerense, Crespo.

En el segundo tiempo, siguió la suerte en contra de los torrelaveguenses, con unas series de offsides, que malograron un número de buenas oportunidades.

El Unión Club, se había presentado con los mejores elementos del que disponían, destacándose el guardameta Crespo, más Martinez, Pis e Ibaseta.

En la Gimnástica, jugó como ha podido, irregulares los jugadores del centro y de destacar, a Orúe.

El arbitraje del Alejandro Quintana, quedo a juicio de los vencedores y de los vencidos, ya que por ambas partes se reconoció el un buen arbitraje.

Los equipos se alinearon así:

UNION CLUB: Crespo; Martinez, Ayllón; Quevedo, Selaya, Poli; Benavente, Sierra, Ibaseta, Furty y Pis.

GIMNASTICA: Sáinz; Campuzano, Nardín; Robledo, Prieto, Orúe; Pachín, Lecube, Capillas, Campos y Merino.


El 9 de noviembre, se jugó el encuentro entre el Real Racing Club y el Unión Club, en los campos de sport del Sardinero.

Con mucha concurrencia de público, mucho viento, mucha expectación y muchos aplausos a la salida de los equipos al terreno de juego.

El viento fuerte Sur, arranchado, hace imposible el juego y más aún, cuando unos y otros jugadores, se obstinaban en llevarle por alto.

A los siete minutos de juego, llega el primer tanto racinguista. Bueno, en un admirable pase adelantado, coloca el balón a los pies de Oscar, y éste, tranquilamente introduce el balón en la red.

El partido continuo aburridísimo por el gran número de saques de línea que se realizaban a causa de la persistencia de los jugadores de sostener el juego por el lado donde más sopla el viento.

Cuando se llevaba treinta y cinco minutos, un pase á a la línea delantera, cae a los pies de Oscar. Este, que se encuentra marcado, la deja pasar a Bueno, y el bravo interior derecha la introduce en gol.

En uno de los tantos saques realizados, tirado por Amós, rebota el balón en un jugador astillerense y atraviesa la meta.

En el segundo tiempo, el Racing marca seis tantos más y por parte del Unión Club, a los treinta y un minutos de juego consigue su único gol.

El Unión Club es un equipo cuya característica más esencial y más notable es la de su línea delantera, que es muy peligrosa. Tiene unos desmarques aprovechadísimos, como lo demostró el pasado domingo. Equipo que, entre los de su categoría, ha de seguir proporcionando grandes sorpresas.

De seguir así, ha de ser el equipo indiscutiblemente más científico y mejor dominador de la táctica del buen fútbol de toda la provincia.

El Racing Club, en el primer tiempo estuvo totalmente desorientado. En el segundo tiempo fue mejor, y así se patentizó con el dominio aplastante en que tuvo a su contrario.

Destacable la actuación del zaguero, Santiuste, de Amós, formidable su entusiasmo y su rapidez. Después, Oscar, inteligente en su juego y para él, el mejor elogio.

Arbitró el señor Manolo Real, tuvo un arbitraje fácil, su actuación fue superior.