viernes, 29 de septiembre de 2023

UNION CLUB temporada 1947

 



xx - Lanza - Hierro - Liaño - Cosio - xx
Pesado - Huchi - Carral - xx - xx


La temporada 1947, del Campeonato Regional de Primera Categoría, participarían los equipos: Deportivo Naval de Reinosa; Deportivo Victoria, de Ramales; Deportivo Laredo, de Laredo; Deportivo Cántabro, de Santander; Deportivo Numancia, de Santander; Unión Montañesa de Santander; Deportivo Bellavista, de Santander; Deportivo Vimenor, de Vioño; Juventud Real Santander, de Santander y el Unión Club,

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Días después en una nota de la Federación, se excluyeron los equipos Universo, Unión Montañesa, Numancia y Bellavista, incorporándose el Hércules como nuevo primera regional.

Quedando definitivamente el calendario con estos equipos:

Deportivo Hércules; Deportivo Vimenor; Unión Club; Deportivo Laredo; Deportivo Victoria y Deportivo Naval.

Desde Astillero, estaban conforme con la modificación de la Primera Regional y que ellos contaban con buenos jugadores para competir, entre ellos Carral (procedente del Torrelavega) y Nel (del Barreda), más los de la anterior temporada.

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El día 28 de septiembre de 1947,  en Astillero, a las cuatro y cuarto de la tarde, dio comienzo el partido entre el Naval de Reinosa y el Unión Club de Astillero.

El resultado final fue de 2-0, a favor de los visitantes.

Por los locales, se notaron notablemente las bajas de Astobiza y Soberón.

Los astillerenses alinearon: Carral; Cavadilla, Julio; Carrera, Huchi, Nel; Cosio, Lanza, Nieto, Chano y Fernández.

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El 5 de octubre, en los campos del Rayo Cantabria, jugaron el Hércules y el Unión Club.

Los astillerenses formaron: Carral; Cavadilla, Julio: Carrera, Huchi, Nel; Cosio, Lanza, pesado, Chano y Fernández.

El resultado final fue de 3-0, a favor de los santanderinos.

Unión Club: Carral; Cavadilla, Julio; Carrera, Huchi, Tejavana; Cosio, Chano, Pesado, Nel y Fernández.

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Días después tras los incidentes del partido, el Comité de Competición, habían sancionado por cuatro partidos al jugador del Unión Club, Miguel Carrera Inchauspe y amonestación al también jugador astillerense, Angel Cosio de la Vega.

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El 18 de octubre, el Unión Club citaba a los jugadores, Huchi, Cosio, Chano, Soberón, Cavadilla, Julio, Carral, Pesado, Hierro, Lanza, Fernández, Garcia, Nel y Benavente, para presentarse en los campos de Astillero a las tres y cuarto de la tarde, del día 19 de octubre, domingo.

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El domingo 19, jugaron en Astillero, el Unión Club y el Ramales.

El resultado final fue de 4-2, a favor de los locales.

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El domingo 26, en los campos del Rayo Cantabria, jugador el Juventud y el Unión Club.

El resultado fue de 0-4, a favor de los visitantes.

Los goles fueron marcados por Pesado (2), Cosio (2).

Unión Club: Carral; Cavadilla, Julio; Ruiz, Huchi, Nel; Cosio, Lanza, Pesado, Chano y Fernández.

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El 2 de noviembre, en Astillero, jugaron el Unión Club y el Vimenor.

El resultado final del partido fue de 5-3, a favor de los locales.

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El día 9 de noviembre de 1957, el Unión Club estaba convocado por la mañana, a las doce y media, en la estación de Astillero, para su trasladar a Laredo.

Los jugadores ciados eran: Cosio, Pesado, Huchi, Chano, Julio, Cavadilla, Ruiz, Fernández, García, Benavente, Lanza, Carral y Nel.

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El domingo 9 de noviembre, en los campos de San Lorenzo, jugaron el Unión Club y el Laredo.

Vencieron los astillerenses por 1-3.

Unión Club: Carral; Cavadilla, Julio; Ruiz, Huchi, Nel; Cosio, Lanza, Pesado, Chano y Fernández.

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El 23 de noviembre, en Reinosa, jugaron el Deportivo Naval y el Unión Club.

El resultado final fue de 3-1, a favor de los locales.

Los astillerenses formaron: Carral; Julio, Cavadilla; Ruiz, Huchi, Fernández; Cosio, Lanza, Pesado, Chano y Garcia.

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El 30 de noviembre, en Astillero, jugaron el Unión Club y el Hércules.

El resultado final fue de 4-1, a favor de los locales.

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El domingo 8 de diciembre, ya resuelto el campeón regional a faltas de unas jornadas, el Unión y el Vimenor se enfrentaron en los campos de Vioño.

El encuentro cuanto se llevaba el resultado de 3-0, a favor de los locales, el arbitro torrelaveguense San Juan, tuvo que suspender el partido por insubordinación de los jugadores astillerenses.

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El 14 de diciembre, en los campos de Ramales, jugaron el Victoria y el Unión Club, con el resultado de empate a dos.

El partido comenzó con gran retraso al no llegar a tiempo los astillerenses a causa del tren que sufrió retraso.

Pero lo más sorprendente de todo, fue que el Ramales a la hora del comienzo del partido no tenía más que dos jugadores en la caseta y hubo que salir por el pueblo a buscarlos y fueron llegando más tarde algunos de ellos.

Comenzó el encuentro con ochos jugadores en el terreno del equipo de la Victoria.

El Unión Club formó:

Garcia; Cavadilla, Julio; Ruiz, Nel, Benavente; Cosio, Lanza, Pesado, Chano y Fernández.

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En la reunión del Comité de Competición del 30 de diciembre de 1947, tomaron los siguientes acuerdos:

Del partido Vimenor-Unión Club, suspender por cuatro y ocho partidos oficiales a los jugadores del Unión Club, Antonio Garcia San Emeterio y Miguel Carrera Inchauspe.

Suspender por tres meses, a contar del 29 de diciembre hasta 29 de marzo de 1948, al capitán del Unión Club, Angel Cosio de la Vega, por falta colectiva de disciplina, que obligó al árbitro a suspender el partido a los 80 minutos del segundo tiempo (Articulo 22 del reglamento de sanciones).

Dar por terminado el encuentro con tres tantos a favor del Vimenor por cero del Unión Club e imponer a este último una multa de ciento cincuenta pesetas.

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El 21 diciembre, jugaron en Astillero, el Juventud Real Santander y el Unión Club

Vencieron los astillerenses, por 1-0.

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El 5 de enero de 1948, en Astillero, jugaron el Unión Club y el Laredo.

Vencieron los del Laredo por 5-2.

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En la fecha del 7 de enero, terminó el Campeonato de Primera Categoría Regional, proclamándose campeón el Naval y subcampeón el Hércules.

El Unión Club, quedaría tercero en la clasificación.



 

Los unionistas destacaron en esta temporada, manteniéndose en los puestos de arriba de la clasificación del Campeonato, como también en el aspecto negativo al recibir varias sanciones sus jugadores por el Comité de Competición.

 

 









viernes, 22 de septiembre de 2023

ASTILLERO comedores escolares.

 


Comedor del Colegio San José (Convento)



Escuelas parroquiales



Astillero, desde hace muchos años, ha mantenido comedores escolares para atender las necesidades de los niños que por su situación familiar lo necesitaba.

Con la llegada de las Hijas de la Caridad de San Vicente de Paul en 1906, se fundó el Asilo y posteriormente el Colegio San José.

Los primeros años se formó una Junta de Señoras, como presidenta doña Maria Abascal de Lavín, que se encargaron de conseguir ayuda económica y con el dinero recaudado, se daba de comer a decenas de niños, que estaban a cargo de las Hermanas.

Esas familias que carecían de recursos, colocaban en una bolsita un trozo de pan y un poco de postre para completar la comida. Las Hermanas preparaban un buen cocido, que los niños saboreaban y comían con gusto.

Anexo al Asilo y en unas pequeñas aulas se acogía a más de un centenar de párvulos que recibían educación, enseñanza y alimentación.

Así funcionaba el comedor, hasta que la ayuda económica iba disminuyendo y era entonces la Comunidad religiosa, quienes hacían cargo de dichos gastos, para seguir manteniendo sus comedores.

Esas familias dentro de sus posibilidades aportaban la cantidad de una peseta y más tarde ya fueron tres pesetas o lo que podían aportar.

Llegado el año 1917, cuando ya era Colegio San José, además de tener una labor educativa, los niños y niñas comían en el comedor, de la comida que llevaban de sus casas.

 

 

 

En octubre de 1962, se inauguraron los comedores escolares, uno para niños y otro de niñas, para el Grupo Escolar.

Cada comedor tenía una capacidad de 27 comensales y económicamente correría a cargo del Fondo de Igualdad de Oportunidades para la Enseñanza Nacional.

Hubo una Comisión nombrada de acuerdo con el Reglamento, para realizar la selección de niños que podrían aprovecharse de esos beneficios, selección hecha de acuerdo con un criterio establecido en dicho Reglamento con carácter general.

Se tenía en cuenta diversas circunstancias, como la situación económica de la familia, números de hermanos, distancia y medios usuales de locomoción.....

Ese nuevo servicio representaba una importante ayuda en favor de los 54 niños seleccionados.

 

 

En las fechas de abril, de 1963, existían las escuelas parroquiales de reciente fundación,  como alternativa al aumento constante del censo escolar en las escuelas municipales.

Estas ya no podían acoger el exceso de matriculas infantiles sin detrimento de su propio desarrollo didáctico normal.

Por eso, fue la idea de crear el centro docente vinculado a la parroquia, para albergar en él a los que no podían ir a las municipales.

Pronto, ante la importancia y necesidad que urgía, se creó en los bajos de la iglesia dos aulas, que llegaron albergar a más de cien niños de ambos sexos.

Se creó un Patronato para ese fin, siendo su presidente, el párroco don Francisco.

Al frente de ello, estaban dos maestros nacionales, doña Teresa Vega Cantolla y don Leopoldo Pérez.

Se matriculaban a partir de los cinco a siete años, aunque llegaban a permanecer hasta los catorce.

Estas escuelas no contaba con ninguna subvención de tipo estatal o municipal, únicamente su mantenimiento era por aportaciones particulares, anónimas y de la parroquia.

Paralelo a la enseñanza que se practicaba, se puso en marcha un comedor parroquial, que comenzó con quince niños y poco a poco fue aumentando.

La elección para este servicio, se tenía en cuenta la situación económica, distancia, estimulo de estudio.....

El comedor era totalmente gratuito

 

 

El viernes 11 de diciembre de 1964, a la una del mediodía, tuvo lugar en las escuelas municipales de Astillero, los actos de inauguración oficial de tres comedores escolares.

Estos comedores serviría durante el curso dar comida gratuita a todos aquellos alumnos que lo necesitarían por su situación familiar o económica.

El acto, que consistió en la bendición de dichos comedores por el párroco, don Francisco Martinez, estuvo presidido por don Julio de las Cuevas (delegado provincial) de Servicio Escolar de Alimentación; don José Manuel Cabrales (inspector provincial); don Leopoldo Pérez (alcalde de Astillero) toda la Corporación municipal; y profesores con sus respectivos directores.

Finalizado el acto se procedió por parte de todos a la degustación del "plato del día", en compañía de los pequeños, menú que por otra parte, mereció el elogio general, por lo exquisito de su condimentación y que consistía en "potaje de garbanzos con arroz, hígado con patatas, un vaso de leche y una ración de pan".

Hubo de reconocer el excelente menú servicio y como características de los comedores, su limpieza y distribución de los servicios, donde cada comensal recibía una bolsa conteniendo los cubiertos y una servilleta, así como las necesarias lecciones para utilizarlos correctamente, en mano femenina de las profesoras del Centro para dar el ambiente hogareño y material a ésta y que sería la continuación del propio hogar de los alumnos.


Hoy en todos los colegios, existen ya comedores, creados por Ley, a través del Real Decreto del 13 de octubre de 1983.

 

















viernes, 15 de septiembre de 2023

CAMPSA - la fábrica de Astillero se trasladó a Santander en 1961

 



Empleados administrativos de CAMPSA en la factoria de Astillero







El Monopolio de Petróleos en España, fue creado con el Real Decreto del 28 de junio de 1927, adjudicándose su Administración a la CAMPSA por el del 17 de octubre del mismo año, y aún cuando el Contrato de la Compañía con el Estado no fue aprobado hasta el 10 de enero de 1928, en virtud de la Real Orden del 27 de diciembre de 1927. El 1 de enero de 1928 comenzaron a funcionar en la Península e Islas Baleares, el Monopolio de Petróleos y a su vez la CAMPSA, debiendo, pues, considerarse esta última fecha, como la de implantación oficial del primero e iniciación formal de la Compañía en su actuación como administradora del mismo..

Fue inmediata y primordial de la CAMPSA la de recoger, en su inicial organización, todos los elementos que por las compañías establecidas en España, entre ellas las factorías petroleras instaladas en el Astillero, venían utilizándose, en tanto que por las comisiones mixtas y por el tribunal, nombrados al efecto, se procedió a la valoración de aquellos elementos, para la subsiguiente liquidación con las Compañías, cuyos bienes les fueron incautados en virtud del referido Real Decreto.

La denominación de Compañía Arrendataria del Monopolio de Petróleos S.A., y por lo que se refiere a la palabra Arrendataria, podría inducir a error sobre su verdadera misión, presuponiendo que, con un canon fijo y determinado, todos los beneficios restantes, pocos o muchos, pasarían a sus accionistas, y no era así.

La palabra Arrendataria no respondía a su significado, pues CAMPSA era Administradora, como bien se refiere, en el Real Decreto Ley por el que se creó el Monopolio.

Pero también, la palabra Administradora, no era completamente exacta, ya que, en realidad, las facultades de administración de CAMPSA estaban limitadas, a la autorización previa, incluso en actos puramente administrativos, y, por tanto, la realidad es que CAMPSA era "coadministradora" con el propio Estado.

En el Astillero, por entonces, podemos recordar la palabra COMPAÑIA ARRENDATARIA DEL MONOPOLIO DE PETROLEOS, S.A. inscrita en toda la pared de cierre de la factoría, desde la entrada principal hasta enfrente mismo del establecimiento El Siglo.

 

 

En diciembre de 1927, al hacerse cargo el Monopolio de Petróleos de las fábricas de Astillero y por parte de la nueva dirección, se despidieron a ochenta obreros.

Al  hacerse la incautación de las dos fábricas instaladas en Astillero, como era DESMARAIS HERMANOS y DEUTSCH Y CIA., habían sido despedidos ochenta obreros de la fábrica "Marca El León" que correspondía a Deutsch y Cia., dejando intacto el personal de la otra fábrica.

 

En marzo de 1928 y con motivo de pasar a propiedad del Monopolio las dos refinerías de petróleo establecidas en Astillero, se planteó el problema de gran importancia en los dos aspectos referentes al despido de obreros, de viejos empleados, algunos de los cuales contaban con una antigüedad de cuarenta y ocho años.

Era triste que una industria floreciente, próspera, que constituía un honor para la región se viera de pronto cerrada en su actividad, la cual, fue siempre progresiva, a contar desde su fundación en el año 1878, la de los señores Deutsch y Compañía, y más tarde, en 1886, la de los señores Desmarais Hermanos, ambas de Paris, que fueron emplazadas en la parte baja del núcleo grande de población de Astillero, por la superioridad de condiciones que ofrecía dicho emplazamiento, en comparación con otros lugares de la península.

Además de otros datos, que a los ocho años de haberse instalado la primera refinería, otra en empresa importante eligiese también el mismo pueblo para la instalación, hecho que demostraba las condiciones precisas, justas, que ofrecía Astillero para el funcionamiento de tales factorías, para su instalación y para las operaciones de recibir el petróleo en bruto desde los barcos-tanques y ser trasladado a los tanques-depósitos, algunos de los cuales tenían la enorme capacidad de 2.260.000 litros, estando aquellos completamente aislados unos de otros entre sí por escolleras que formaban cubetas que podían contener mayor número de litros que el de cada depósito, para que, en caso de explosiones en combustión hasta su completo consumo, evitaría así el peligro consiguiente, a las demás dependencias del establecimiento y a la población.

La enorme importancia de esta vieja y próspera industria montañesa, lo decía bien claramente los datos elocuentes: con depósitos que podían contener en conjunto más de 18.000.000 litros, a la espera de ser refinados y puestos a la venta.

El orden y las instalaciones eran perfectas. Las dependencias accesorias estaban admirablemente montadas, con instalaciones completas en los talleres de hojalatería, carpintería, fundición de bronce y hierro.

Y su situación no podía ser más estratégica para el tráfico. Se hallaban junto al puerto y estaban circundadas por dos ferrocarriles y una carretera.

Otro dato interesante: estas refinerías tenían aparatos rectificadores capaz de una producción diaria de 20.000 litros de los distintos productos: eter, gasolina de aviación, "white spirit", especial para lámparas y faros, habiéndose manipulado en el año 1927, la cifra de 28.683.497 litros de los distintos derivados y la salida mensual determinaba un promedio de 2.390.000 litros, que el Monopolio, en esas fechas, acaso por estar en período de organización o por haberse olvidado momentáneamente en estos primeros tiempos de la gran importancia de las fábricas de Astillero, había dado solamente salida, en la explotación del mes de enero de 1928, a 827.814 litros, lo cual suponía una baja en el movimiento industrial de 1.562.186 litros, que representaba la enorme proporción de una sesenta y seis por ciento de pérdida de vida, de actividad, en el funcionamiento de las citadas importantes factorías, así como también disminución en la rectificación de productos especiales, que en el mes de enero de 1928 se limitó a unos 10.000 litros.

Ante estos hechos, se seguía con interés el problema  planteado en el pueblo o de Astillero con motivo del Monopolio del petróleo, y especialmente se vigilaban el asunto y se preocupaba del mismo, con gran conocimiento, una Comisión de Astillero, encargada de gestionar la vuelta al trabajo de las dos factorías, orgullo de la industria española y satisfacción para los obreros que durante años, algunos desde hace poco menos de medio siglo, casi desde la fundación de la primera, han trabajado con éxito creciente en las dos grandes fábricas de refinería .

La citada Comisión había confeccionado una documentación Memoria, llena de interés, en defensa de los intereses del municipio y de los obreros despedidos y de dicho documento eran los datos que ponían en relieve y pidiendo para Astillero y para los antiguos empleados sin trabajo que se restablezca de nuevo la fabricación como antes de incautarse el Monopolio de las factorías que tan brillante historia tenían en los trabajos de la región montañesa.

Ante el descenso industrial tan enorme en la cantidad fabricada desde que había comenzado el Monopolio a actuar.

 

El domingo 3 de  junio 1928, visitaron el vicepresidente y el director adjunto del Monopolio de Petróleos, señores Riva e Ibañez, las fábricas de petróleo y los depósitos del Puerto Franco.

La visita fue detenidísima y con resultado de ella aseguraron que además de los envases metálicos y de barrilería y lubricantes, se fabricarían en Astillero, todas las especialidades de petróleos y sus derivados, tales como gasolina para aviación, para las faenas agrícolas, petróleo para calefacción, et.

Utilizándose la magnífica instalación del Depósito Franco para depósito de gasolina y petróleo a granel, con lo que Santander sería, la mayor reserva del Norte de España.

 

En mayo de 1931, la Sección de Obreros del Petróleo de Astillero, solicitaban para confeccionar lista de los obreros que habían pertenecido a las antiguas factorías del petróleo, datos personales de ellos para ser admitidos unos seis a ocho obreros con carácter eventual.

Lista que se presentaría al Monopolio, con el fin de que estos ampliasen  la plantilla con trabajos fijos y los cuales serian llamados por riguroso turno.

En esas fechas también se normalizaba el trabajo de los contratistas-transportistas (Cántabro Montañesa), poniendo una plantilla de eventuales, donde serian respetados, en la medida del trabajo, los obreros que habían pertenecido a Petróleos.

 

El día 27 de marzo de 1934, la Junta de Accionistas de CAMPSA celebrada en Madrid, tomo el acuerdo de establecer definitivamente la factoría central en Santander.

La actual de Astillero subsistirá y seria mejorada con muchos mejores medios para continuar con su actividad.

 

Por 1954, se empezaron a construirse las nuevas instalaciones de la CAMPSA en Santander, en el lugar cercano a Los Arenales, donde existió el campo de futbol del Eclipse.

El motivo era en primer lugar la expansión del Depósito Franco que necesitaba los terrenos que hasta la fecha, estaba arrendado a CAMPSA; también esta empresa necesitaba ampliar las instalaciones que tenía en la provincia y que era económicamente más ventajosa la unión de las factorías del Astillero y el Depósito Franco, formando una sola.

Se tenía previsto que una vez terminadas las instalaciones de ésta tendrían capacidad suficiente para absorber la de Astillero, sino que pasaría a ser una de las factorías más importante a nivel nacional.

En las nuevas instalaciones, se montarían cargas automáticas de cisternas del Cantábrico y de la Renfe, edificio de oficinas, plataforma para la instalación de depósitos elevados, garajes y la mayor extensión para los depósitos generales que se irían montando.

Contarían con cuatro depósitos de 36 metros de diámetro y con una capacidad de ocho millones de litros cada uno; ocho de 21 metros de diámetro, con cavidad para cinco millones de litros cada uno; cinco de nueve metros de diámetro con quinientos mil litros de capacidad y seis más pequeños con una capacidad de ciento cincuenta mil litros cada uno.

 

 

El día 3 de agosto de 1959, se firmó en el domicilio oficial de la Junta de Obras del Puerto y ante el notario, don Luis Fernández y Fernández, las Escritura de Transacción entre aquella Corporación y los titulares de los almacenes derribados de Maliaño, por la que los mismos renunciaban a todos los derechos y acciones que sobre aquellos solares tenían y la Junta había abonado a los mismos 4.975.360 pesetas en concepto de indemnización por los daños y perjuicios causados.

Con ello había terminado de manera justa y equitativa la situación que venía existiendo desde que en el año 1932, el ministerio de Fomento del Gobierno de la Republica ordenó el derribo, arbitrario de aquellos almacenes, sin que en ninguno momento se llegase a formalizar las necesarias expropiaciones forzosa.

Ese asunto penoso se había podido conseguir gracias al interés prestado por la Junta de Obras del Puerto para su resolución y segundo lugar a la intervención del señor Fernando Maria de Pereda.

Tras satisfacerse las indemnizaciones se procedería a la venta a la CAMPSA de determinados terrenos para sus nuevas instalaciones que esta Compañía establecería en el puerto y que serian de las más principales factoría en España.

 

El Monopolio de Petróleos y su labor desarrollada por la Compañía administradora del Monopolio, se la conocía por sus surtidores de productos petrolíferos o por los camiones-cisternas que pintados de rojo y amarillo llevaban en forma ostensible el nombre de CAMPSA.

El Monopolio de Petróleos fue creado por el insigne estadista D. José Calvo Sotelo y refrendado por General Primo de Rivera, bajo el reinado del Rey Don Alfonso XIII con dos finalidades fundamentales. Una la fiscal; es decir, lograr ingresos para el Tesoro público, objetivo natural en todo monopolio y otra, quizá más importante que la anterior, asegurar a la Nación un abastecimiento normal y continuado de un producto básico, como era el petróleo, a precios y condiciones convenientes para la débil economía española.

 

 

En 1961 ya se encontraba la factoría de CAMPSA en Santander, en funcionamiento y en ese año, quedaba cerrada la de Astillero.

El traslado no fue complicado y solamente lo más necesario y que podría servir para la de Santander se transportó.

En cuanto a los empleados, administrativos y directivos, se vieron obligados a desplazarse diariamente desde sus casas al trabajo en Santander o bien vivir ya en esta ciudad, para serles más cómodo el ir al trabajo.

 

Este caso, fue el de mi padre, que nos vinimos a vivir a la ciudad en noviembre de 1961.

 


Edificio administrativo de CAMPSA en la factoria de Santander.












fotografias de la factoria de Santander















viernes, 8 de septiembre de 2023

ASTILLERO Domingo de Piñata y Carnaval (1884-1920)


 



Plaza del Mercado, donde se hacían los bailes de Piñatas.


El carnaval santanderino e igual que el astillerense, se vinieron organizando en las fechas de miércoles de Ceniza, con el inicio al tiempo eclesial de la Cuaresma. Los días grandes de los carnavales comprendían desde el martes hasta el sábado y el domingo, era el de Piñata.

La diversión carnavalesca se manifestaba más bien en los bailes de salón, que en la propia calle.

Así estuvieron celebrándose hasta el estallido de la contienda civil, provocando la prohibición del Carnaval y que volvieron a resurgir de nuevo con la llegada de la democracia.

Los Carnavales han estado aproximadamente unos 50 años sin salir a la calle.

En Santander ciudad, se conoce que el primer Carnaval después de tantos años sin celebrarse, lo hiciera en 1982.

  

En la fecha del 1 de marzo de 1884, en La Voz Montañesa, publicaba la siguiente noticia:

" En vista de la animación del martes 26 en el baile del inmediato pueblo del Astillero, el dueño del establecimiento LOS DOS AMIGOS, de D. José Quintanal, ha dispuesto un baile para el domingo de Piñata, en el que se dará a la máscara que se presente más lujosa un premio.

Y con el fin de que se sepa en la alegre juventud, lo publica en el periódico de su digna dirección su afectísimo - José Quintanal "

  

El 23 de mayo de 1909, martes, recorrió las calles de Santander, la comparsa "El Bloue", del Astillero, siendo muy aplaudida.

El domingo 28 de febrero 1909, día de Carnaval, se celebró dos bailes, uno por la tarde y otro por la noche, asignándose con dos premios.

El local utilizado fue la Plaza, que tan hermosas condiciones reunía para esa clase de actos, por su capacidad y que se encontraba adornado magníficamente, además de una iluminación con grandes arcos voltaicos.

El baile estuvo amenizado por una brillante banda de escogidos profesores de Santander.

  

El 13 de febrero de 1910, domingo de Piñata, se celebró grandes bailes por la tarde y noche, amenizados por una escogida banda de música.

Por la noche, el jurado adjudicaría los dos premios a la pareja que más se distinga, tanto por su traje, como por el buen gusto de bailar.

 

El domingo 26 febrero de 1911, martes de Carnaval y Piñata, tuvo lugar en el espacioso local del Mercado, grandes bailes de máscaras, por la tarde y noche, amenizados por una banda de música, compuesta toda ella de profesores que pertenecían a la orquesta del teatro Principal de Santander, que tocaron los bailables más modernos de esa época, alternando con música de piano de manubrio en los intermedios, con la tan renombrada obra "El conde de Luxemburgo".

El local estuvo alumbrado con grandes lámparas eléctricas de distintos colores. Había tres magníficos tribunas para el Ayuntamiento, orquesta y despacho de confeti.

El domingo de Piñata, hubo un bonito regalo para la pareja que mejor estuvo presentada por su gusto en el traje. Fue un Jurado mixto del Ayuntamiento y particulares, los que eligieron el premio.

Las horas de entrada fueron por la tarde a las tres y  seis y media; por la noche, de nueve en adelante.

También en el Salón Cortabitarte, se celebraron grandes bailes de máscaras,  el domingo y martes de Carnaval, por la tarde y noche, amenizados por una brillante orquesta.

En obsequio al distinguido público que asiduamente concurría al salón, los precios habían sido reducidos a 0,50 pesetas la entrada.

  

En el año 1915, los días 13, 16 y 21 de febrero, se celebraron en el "Cortabitarte" seis grandes bailes de máscaras, por la tarde y noche, amenizados por una brillante orquesta compuesta de destacados músicos.

 

Por el año 1918, el Salón Cortabitarte, anunciaba grandes bailes de máscaras en las fiestas de Carnaval y el domingo de Piñata.

Todas amenizados por una brillante banda de música.

 

Con la llegada de la Democracia resurgió los Carnavales, produciéndose en la década de los 80. El primer carnaval que se celebró en Santander fue en 1982, naciendo con carácter crítico y trasgresor que definió esa década.

 

 

Posiblemente en Astillero, sería el año 1986, cuando surgió la fiesta carnavalesca después de tantos años.

Fueron los "Amigos del Carnaval" quienes organizaron todos los actos.

El cartel anunciador de los Carnavales  de El Astillero, fue obra del artista local, Ricardo Cavada.

Además se distribuyó una serie de programas para repartir entre los convecinos.

La lectura del pregón fue a cargo de Jesús María Rivas, integrante del colectivo "La Caseta".

 

Desde esas fechas, se viene celebrando todos los años, la fiesta del Carnaval en El Astillero