jueves, 28 de diciembre de 2017

JUVENIL ASTILLERO - Infantil Real Santander 1954




foto cedida por Paco Benavente

Marito - Demetrio - Pio - Vidal - Rosado - Tomás - Pepín
Chiqui - Juanchu - Benavente - Geniuco - Lezcano




El día 14 de marzo de 1954, se jugó en los campos del Sardinero, el encuentro entre el Infantil Real Santander y el Juvenil del Astillero.

El partido dio comienzo a las 4,30 de la tarde y en un terreno en buenas condiciones para jugar al fútbol.

Los campos registraron poca  asistencia de público y fue arbitrado por el señor V. Sánchez.

Los equipos se alinearon así:

Infantil Real Santander: Lassalle; Angel, Santamaria, Félix; Chirri, Pardo; Marquitos, Santamaria II, Pedregal, Iza y Gómez.

Juvenil Astillero: Pepín; Tomás, Rosado, Pio; Vidal, Demetrio; Chiqui, Benavente, Juanchu, Ruiz (Geniuco) y Lezcano.

Sorprendió la alineación del Infantil, con las bajas justificadas de Ito y Laureano, pero no así la de Pascual, quien atravesaba un buen momento.

A pesar de ello, los santanderinos demostraron una superioridad clara sobre los astillerenses.

Los del Santander dominaron todo el encuentro, excepto los minutos iniciales, en que presionó y pudo marcar el Juvenil del Astillero, obligando al guardameta Lassalle a realizar dos espléndidas paradas a los 10 y 16 minutos.

Poco a poco, fueron cediendo los del Astillero y la media santanderina, Chirri, Pardo y Iza, comenzaron a jugar y mandar en el campo, haciendo intervenir constantemente a la defensa contraria.
Lograron marcar tres tantos en la primera parte. Durante ella se lesionó Vidal, a los 35 minutos, retirándose al vestuario y no volviendo a reaparecer hasta el segundo tiempo.

Tuvo que ponerse de extremo derecha, bajando a ocupar su puesto Lezcano y el de éste, Chiqui, quedando muy mermado el equipo visitante.

En la segunda parte, el Santander, siguió presionando y marcando dos nuevos tantos, pero con menos juego que del primer tiempo.

Por el Real Santander, destacaron: Lassalle, con acertadas intervenciones y los tres de la defensa. En la media Feliz, siendo el más regular.

En la delantera, hubo falta de conjunto, las jugadas las querían resolverlas individualmente.

El mejor Iza, el pequeño jugador que siempre destaca con una labor eficaz.

En el Astillero, no ha podido con la mejor clase de los santanderinos,  perjudicándoles la lesión de Vidal.

Destacándose: Ruiz por su incansable brega, Vidal mientras estuvo sin lesionarse; Pio, en la defensa y el delantero centro, Juanchu.

Los goles fueron marcados así:

Primer tiempo, a los 22, Iza logra el primero; a los 25 minutos el mismo jugador, después de driblar a dos contrarios, consiguió el segundo, después Chirri de un potente disparo, marcó el tercero.

En el segundo tiempo, a los cinco minutos, Iza de cabeza logro el cuarto tanto y los diez minutos en un centro de Iza a Santamaria II, éste logro el quinto y último del encuentro.

A los 30 minutos, fue castigado con penalty el Astillero por detener Ruiz un balón cuando iba a entrar en la meta. Lo tiro Chirri dando en el palo y despejado luego por la defensa.

Este partido correspondía al Campeonato Regional Juvenil fase final , que jugaron los equipos del Real Santander, Nueva Montaña, Besaya de Torrelavega, Vincitor de Torrelavega, C. Hispano y Juvenil Astillero.

Quedo campeón el Infantil del Real Santander y subcampeón el Astillero.

Estos dos equipos representaron a Cantabria en la fase nacional.

Por esas fechas, la selección de Cantabria, había participado en el campeonato nacional y entre los jugadores seleccionados, estaban los astillerenses:

Eugenio Ruiz de la Gala, Pio Palacios Rodriguez, Vidal Antolín Espinosa y Félix Rosado González












jueves, 21 de diciembre de 2017




a los amigos y seguidores de este blog, les deseo



Feliz Navidad
y

Prospero Año 2018




mi nacimiento






























viernes, 15 de diciembre de 2017

ASTILLERO y el medicamento 606





Doctor Ehrlich, en su laboratorio





En 1910, la noticia del hallazgo del nuevo medicamento, conocido como "606", llego a España y también al pueblo de Astillero

Por las fechas de diciembre de 1910, el notable cirujano-operador que se encontraba al frente de la clínica de cirugía del Hospital provincial de San Rafael, don José Palacios, había recibido, directamente del laboratorio del célebre doctor Paul Ehrlich, en Alemania, varios frasquitos conteniendo la fórmula del 606, para las inyecciones contra la avariosis.

Fue el doctor Palacios el primero que en Santander, lo obtuvo el 606 y el primero, como era natural, en hacer con esa nueva fórmula los oportunos ensayos en el hospital de Santander.

El doctor se había distinguido como hombre estudioso, que era, principalmente, lo que hizo al médico y al cirujano, dándole nombre y fama, y al aparecer el 606, fue uno de los primeros que por correspondencia se puso en comunicación con los médicos alemanes que hacían sus estudios en el laboratorio del doctor Ehrlich.

Por eso ha sido el primero que recibió los últimos preparados del 606 y que tuvo la fortuna de ensayarlos junto con sus compañeros y los que eran sus discípulos, los estudiantes de Medicina.

Quedaba por conocer el resultado de estos ensayos, que esperaban fuera satisfactorios.

Una de las tarde de diciembre, se reunieron en la sala de operaciones del hospital el médico director de la clínica, doctor Barbachano; el notable oculista, señor Calella; los médicos señores Pereda, Erasun, Cano Quintanilla, Soleras, Olave, Almiñaque, Viesca y otros, estudiantes de Medicina y algunos curiosos.

Se hizo por el doctor Palacios la presentación del enfermo. Un individuo de quien la avariosis hizo verdaderos estragos, pues presentaba casi totalmente llagado el cuerpo.

Terminados todos los preparativos, y auxiliados por sus compañeros del hospital, el enfermo subió a la mesa de operaciones y el doctor Palacios le dió dos inyecciones, una en la región escapular izquierda y en la nalga del mismo lado, la otra. Es decir, la dosis necesaria en dos distintos sitios, para evitar al enfermo los grandes dolores que habían de sobrevenirle al dar una sola inyección con toda la dosis.

Recomendó este procedicimiento para que el enfermo tenga el siempre un lado libre, aquel en que no se ha puesto inyección, sobre el que pueda descansar las seis u ocho horas primeras, que son las que el dolor es máximo.

El enfermo fué trasladado a la sala correspondiente, y después pasó a la mesa de operaciones una mujer, también atacada de avariosis, y á quien se aplicaron las dos inyecciones en la misma forma que al otro paciente.

Altamente satisfechos del buen resultado de los ensayos y de las explicaciones dada por el señor Palacios, se retiraron del hospital, a las cinco de la tarde, cuantos acudieron a presenciar el ensayo del prodigioso invento 606.

Este medicamento no tardo mucho en recibirse en Astillero, fue la farmacia de Nicolás Pardo (antigua de Aguirre) quien lo había solicitado a Alemania y desde el 20 de diciembre de 1910, ya se podía adquirir en esta "botica".

Por esas fechas de 1910, en Astillero, se encontraban establecidos los farmacéuticos Antonio Arce y Nicolás Pardo.










jueves, 7 de diciembre de 2017

ASTILLERO sus farmacias





farmacia de Antonio Arce, en calle Vista Alegre




La historia de las farmacias o boticas de Astillero, es difícil de conocerlas, pues los primeros inicios data de 1882, según información que he podido conseguir.


En Astillero, en 1882, figuraban tres farmacéuticos: José Adrau, Sebastián Crespo y Francisco Gutiérrez Díaz. La población tenía 1.277 habitantes.
Aunque estos farmacéuticos, también ejercían como médicos.

En abril de 1885, el Ayuntamiento de Astillero, publicó que se encontraba vacante la plaza de farmacéutico titular de ese distrito, para el suministro de medicamentos a enfermos, con una dotación anual de 625 pesetas.
Los aspirantes deberían presentar sus solicitudes acompañadas de certificación de sus títulos académicos.

En 1900, Astillero, con 1.565 habitantes, solo se conocía una farmacia: la de Ramón Aguirre y Larrauri.

En 1903, con 2.880 habitantes, Astillero, contaba ya con dos farmacias: Ramón Aguirre y Nicolás Pardo.
Ramón Aguirre murió el 18.12 1906.

En el año 1910, seguía como farmacéutico, el señor Nicolás Pardo.
En este año, se estableció una nueva farmacia en la calle Vista Alegre, el Licenciado, don Antonio Arce Pérez-Albeniz.

En mayo de 1912, la farmacia que regentaba el licenciado Nicolás Pardo, cuyo local era anteriormente ocupado por su antecesor don Ramón Aguirre, inauguró su nueva instalación con una reforma espléndida.
No había omitido gasto alguno para conseguir poner a la altura de las mejores en el ramo de la farmacia moderna. Llamaba extraordinariamente la atención, el mobiliario y decoración en la parte destinada al público, con un gusto exquisito artístico, como la parte dedicada a laboratorio químicos y especialidades nacionales y extranjeras que obligada a tener por entonces a una farmacia moderna; así como también un gran número de aparatos para la elaboración de los preparados galénicos.
No tardó mucho tiempo, en abrir un nuevo local, junto a la farmacia, destinado a droguería.
En 1912, la farmacia del señor Arce, se traslado a un edificio adquirido por él, en la calle San José.






Por 1917,  estaban dado de altas en la Contribución Industrial y de Comercios, los farmacéuticos: Ramón Aguirre y Antonio Arce. Nicolás Pardo como droguería.

En 1919, don Sebastián Asenjo Pascual sustituye a Nicolás Pardo en la farmacia.
Tendría 23 años, cuando se hizo cargo de ella.

En los años de la postguerra, seguían establecidos Antonio Arce Pérez y Sebastián Asenjo Pascual.

Por 1958,  estaba como farmacéutico don Sebastián Asenjo Pascual y había  prorrogado su vigencia autorizada para ser propietario de su Laboratorio, situado en calle Generalisimo Franco.
El farmacéutico Antonio Arce Pérez, le sustituye su hijo también farmacéutico, don Antonio Arce de la Llama.





En los años 80, es Antonio Arce de la Escalera, quien sustituye a su padre y se hace cargo de la farmacia, hasta hoy.
Viene dirigiéndola con mucho orgullo, al ser la tercera generación de una familia acreditada y reconocida de siempre en el pueblo.

Por parte de Sebastián Asenjo, es su nieta, Ana Gómez Pardo Asenjo, quien regenta actualmente su farmacia en la calle Francisco Diaz Pimienta  nº 11, desde 1998.
El antiguo edificio ya no existe, fue derrumbado en el 2006 y mientras estuvo en construcción, se instaló a otro local situado en la misma calle y ahora a vuelto a su ubicación de origen..
Durante los últimos años de Sebastián Asenjo, estuvo una farmacéutica provisional, hasta que por fin se hizo cargo Ana Gómez.
De la anterior farmacia, que era muy bonita, con muebles decorativos y unos techos preciosos y acogedora, fue reformada para actualizarse siendo ahora más funcional y moderna.

Hoy la farmacia Arce, sorprende al comprobarse como el local actual sigue llamando la atención de muchos curiosos.
Este negocio familiar fue iniciado por su abuelo hace ya más de cien años y aún permanece prácticamente intacta su estructura originaria, con leves modificaciones tendentes a conseguir una mayor comodidad y funcionalidad en el loca.
Entre esas modificaciones, una de las que más llama la atención entre los clientes más veteranos, es la desaparición de una barra estrecha con un remate de mármol que hacía las veces de mostrador y ha sido sustituido por uno más práctico y actual.
La estructura originaria de la planta se modificó también hace años para acoger en su superficie el local que ocupaba la mercería y que también era regentada por la familia Arce.
Pero todas estas modificaciones no han perdido casi nada el diseño original y han permitido mantener el espíritu inicial de sus fundadores, consiguiéndose así una perfecta y equilibrada armonía entre tradición y modernidad, conservación y funcionalidad.
Los modernos y asépticos armarios y estanterías, conviven con los viejos muebles de madera de pinoteca que se extienden de arriba a abajo y circundando las paredes de la botica.
Los frascos y envases actuales comparten las estanterías con viejos tarros de original diseños, que olvidaron hace años su función originaria y se alinean como meros objetos decorativos llenos de sustancias colorantes o productos curiosos, como la bola de opio que contiene uno de ellos.
La farmacia de Antonio Arce, es una parte de la pequeña historial local de Astillero.


Hoy, en Astillero, existen cuatro farmacias, que son:
Farmacia Lda. Maria Antonieta Andrés, situada en calle Industria 96., regentada por Maria Antonia Andrés Dirube.
Farmacia Miralles, en calle Navarra, 1., regentada por Maria Josefa Miralles Vives.
Más las otras dos: Antonio Arce de la Escalera, en calle San José nº 12  y Ana Gómez Pardo Asenjo, en Francisco Diaz Pimienta nº 11


Tengo que decir que Antonio Arce de la Escalera, es un gran amigo, cuya amistad viene desde los años del "Convento"







viernes, 1 de diciembre de 2017

ASTILLERO peluquerías o barberías





Peluquería de los hermanos Hernández Gómez (1957)





Las peluquerías o barberías que han existido en Astillero, es difícil de conocer o tal vez, habría que hacer una investigación a fondo para localizar a todos los que estuvieron establecidos.

En 1903, se tiene constancia de que figuraban en Astillero, las peluquerías de Juan M. Moreno y Carlos Muela.
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En los años 1917, figuraba como contribuyentes los barberos, Juan M. Moreno, Florencio Flores y Isidoro Bellido.
En Guarnizo, Lucio Pérez y Bernardo Martin.
Pagaban cada uno 28,80 pesetas de tributos.
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Por 1932, existían Serafín Boco, Fidel Pérez Gutiérrez (en Guarnizo), Eduardo Ramos y Isidoro Bellido López.
En ese año, el municipio tenía 5.355 habitantes.
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Por marzo de 1937, en el periodico El Cantabria, aparecia un anuncio sobre una barberia en venta en Astillero.
Esta barberia era de Luciano Espeso, en la calle Prosperidad y que posiblemente fue adquirida por Donato.




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En los años 1940, en la calle Prosperidad, estaba establecido Donato, que se le conocía como Nato. Esta peluquería tuvo dos ubicaciones, siempre en la misma calle.
Por esos años, en un primer piso de la calle Churruca, cortaba el pelo a los caballeros y señora, Chucha la panadera.
Había otra peluquería junto a los hermanos Palazuelos, detrás de Quintanal, más bien a lado de la antigua impresa de los Campos. Era de Bellido y era un único peluquero.
Primeramente estuvo establecido enfrente del Ayuntamiento, junto al Banco Mercantil y la alpargatería Diego.
Este barbero, solía ir a las casas particulares para hacer el corte de pelo.
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En el año 1948, y según el Boletín oficial de la Provincia, don Amancio Hernández Gómez (Gildo), había solicitado al Ayuntamiento reparar las persianas del local de peluquería que tenía en arrendamiento en la plaza del mercado, con el telefono nº 120.
Por esas fechas de 1948, ya se conocía en la Plaza del Mercado, a los hermanos Gildo, Vicente y Macario.
Estuvieron muchos años, hasta que se jubilaron y terminaron por cerrar la peluquería.
En esta barbería iba a cortarse el pelo mi padre.
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Uno de los peluqueros más antiguo, Eduardo Ramos, estaba establecido en la calle Industria.
Al señor Ramos, le ayudaba su hijo Eduardo, quien se dedico más al atletismo y terminó siendo empleado del Banco Santander.
El local de esta peluquería era propiedad de la familia Sancha y el arrendamiento lo había contratado gratis a cambio de cortar el pelo a toda la familia, pero estos iban creciendo y decidieron otra solución.
Hoy todavía me recuerdo de esta peluquería del señor Ramos, pues era cliente, aunque no quería que me lo cortase, sino su hijo, pues el "viejo" me daba pánico y el hijo, con sus charlas con los clientes, a veces ni se enteraba que estaba yo sentado en la silla.
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A principio de los 70, en la calle Industria, junto al comercio Valverde, se encontraba en un primer piso, el peluquero Joaquin, que se inició con un estilo moderno de acuerdo con esa época.

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Ya en 1977, abrió  una peluquería Ricardo, que trajo un nuevo estilo en el corte de pelo y fue muy bien acogido por la juventud.
Fue en la calle 18 de julio, hoy Avenida de España.
La peluquería Ricardo, sigue todavía funcionando con su compañero, José Francisco Maroto.
También en la calle Leonardo Torres Quevedo, existe la peluquería de caballero Pedro.
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En la actualidad en el municipio, existen varias peluquerías "unisex".
Las peluquerías exclusivas de caballeros, ya van desapareciendo y el hombre viene utilizando las de "unisex"
Las de entonces a pasado a ser historia, eran prácticamente un salón de lectura. Los clientes acudían a ser rasurados y a cortarse el pelo con la intención de ojear y ojear el periódico.
Los antiguos barberos eran especialistas en barbas o en bigotes, logrando un modelo al deseo del cliente. Luego se incremento la higiene, la estética y los cuidados para dar gusto a quien se sentaba en los sillones.
Poco a poco, llegaron las batas cortas y de color, el corte de pelo a navaja y el lavado de pelo.





(me gustaria completar o ampliar más información de los peluqueros del municipio, para ello, necesitaria la colaboración de todo aquel que tenga datos para incorporar a este blog. Gracias)