El nombre de
las escuelas nacionales "Grupo Calvo Sotelo", se llamaban antes de la
guerra civil "Grupo Escolar Fernando de los Ríos". Estas escuelas se
inauguraron el 2 de mayo de 1936.
La aportación
del Estado para estas escuelas, conseguidas por el entonces ministro de
Institución Pública, señor don Fernando de los Ríos, ascendió a 120.000
pesetas.
La enseñanza
en el Astillero y Guarnizo, se tenía conocimiento que en 1800, la juventud del
pueblo acudían a la escuela situada en la Casa Cuartel.
En fecha 4
febrero de 1837, en el Boletín Oficial provincial de Santander, se publicaba que
se hallaba vacante la plaza de maestro de primeras letras del Astillero y
Guarnizo, cuya dotación consistía en 200 ducados anuales pagados por su
ayuntamiento por trimestres.
Se admitían
memoriales en que se proveería en el que merezca aprobación del ayuntamiento y
concepto de citado Astillero. Los aspirantes podrían dirigirse sus solicitudes
al señor Presidente de dicho ayuntamiento, advirtiéndose que el seleccionado si
le acomodase, y al referido concepto podría desempeñar el cargo de sacristán,
que se gradúa en cuarenta ducados.
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El 1 de
abril de 1842, en el B.O., anunciaba encontrarse vacante la plaza de maestro, en la escuela de primeras
letras de este pueblo de Astillero, cuya dotación consistía únicamente en 200
ducados pagados de arbitrios y con la obligación de dar enseñanza, no solo a
los niños de Astillero, sino a los del de Guarnizo, sin poder admitir forastero
alguno; los aspirantes dirigirían sus solicitudes con los correspondientes
documentos, a la secretaría del Ayuntamiento que se hallaba a cargo de don
Nicolás Senties.
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La Comisión
provincial de Instrucción primaria, con fecha 28 septiembre de 1849, había
acordado proveer interinamente plaza de maestro en la escuela de primeras
letras del Astillero, dotada con 1300 reales anuales pagados por el
Ayuntamiento.
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En la época
de 1858, la enseñanza primaria estaba bien atendida en cuanto a Astillero, pero
no así en Guarnizo, que enviaba a sus niños a la escuela de Astillero.
Las
condiciones del analfabetismo era grande, en España, alcanzaba a más del 60%, a
pesar de que en el año 1854, se dictó una Ley haciendo obligatoria la enseñanza
para todos. La enseñanza primaria estaba sometida tradicionalmente al control
de la Iglesia
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En las
fechas de 1876, en el Colegio de la Marina, adquirida en subasta por don Manuel
Larrauri, se hallaba entonces instalada la única escuela de primeras letras que
existía por entonces en Astillero y Guarnizo.
La escuela
era mixta, por cuyo local pagaba el Ayuntamiento una renta anual de 75 pesetas.
Hacia unos
años que por reunir ese local mejores condiciones, se habían trasladado a él la
escuela. Anteriormente estaba y estuvo durante unos años, en la vieja Casa
Cuartel.
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A primeros
de abril de 1878, el Alcalde en un viaje a Madrid, pudo traerse copia de una
R.O. por la que se concedía una subvención de 18.000 pesetas para la
construcción de las escuelas, así como una biblioteca ofrecida por el
Ministerio de Fomento.
Pronto se
procedió al derribo del viejo Almacén de la Plaza, sobre una parte de cuyo
solar iba a levantarse el edificio para albergar principalmente al Ayuntamiento
y las escuelas públicas.
Se anunció
la subasta de las obras para el día 11 de mayo.
Se
presentaron doce pliegos y resultó ser el más ventajoso el de don Pedro
Berroya, de Santander, que se ofreció a construir las escuelas en 28.000
pesetas y el Ayuntamiento, por 11.800 pesetas, quedándose adjudicado
provisionalmente para posteriormente ya ser la definitiva.
Fue el 30 de
mayo, cuando se efectuó el acto de colocación de la primera piedra, acto al que
asistieron por invitación las Autoridades civiles, eclesiásticas y militares de
la provincia, como también la Diputación Provincial, Junta Provincial de
Instrucción Pública, Directores de Enseñanza públicas y otras instituciones.
Las obras a
poco de empezar, sufrieron interrupciones por el confrontamiento del
Arquitecto-Director y el señor Berroya, llegando a ampliarse otros cuatro meses
más para la terminación del edificio.
Mientras
tanto el Alcalde, ordenó efectuar una liquidación de las obras que ya había
hecho y de lo que faltaba, para solicitar más ayuda al Ministerio de Fomento,
para las escuelas y del de Gobernación para el Ayuntamiento.
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El 30 de
mayo de 1878, a las tres de la tarde, como estaba anunciado salió para el
Astillero, el vapor Corconera número 2, engalanado con guirnaldas de laurel y
flores, conduciendo a su bordo comisionados de las Corporaciones civiles,
militares, eclesiásticas, representantes de la prensa periódica y demás
personas invitadas para asistir a la inauguración de las obras de las Escuelas
para niños de ambos sexos y Casa Consistorial de dicho pueblo.
Dos botes de
la goleta de guerra "Consuelo" que se hallaba surta en el puerto,
eran llevados a remolques por el mencionado vapor y aquellos botes conducían al
Sr. Gobernador civil de la provincia, don Ricardo Villalva, al Sr. Jefe de la
sección de Fomento del Gobierno civil y señores Comandante y oficiales de la
mencionada goleta de guerra.
Al
desembarcar la comitiva en el puente construido en la casa de baños del
Astillero, vistosamente engalanado con arcos de laurel y banderolas, salieron a
recibirles la Comisión compuesta por el Alcalde, don Venancio Tijero, los
señores concejales, el párroco, Juez municipal y Secretario del Juzgado.
El repique
de las campanas, las salvas que se hacían desde la Planchada, daban más
solemnidad al acto que se empezó a celebrar.
Toda la
carrera, desde el desembarcadero hasta el pie de las obras que iban a
inaugurarse, estaban adornada con gallardetes y perchas forradas con follaje;
las casas del recorrido, así como otras muchas del pueblo, lucían elegantes y
bonitas colgaduras.
El acto de
la inauguración fue bendecido por don Pedro José Espinosa, Secretario del
Illmo. Sr. Obispo de la Diócesis, la losa de erección y el lugar destinado a
emplazamiento de las Escuelas, con el rito, preces y ceremonias que la Iglesia
tiene prescritos para estos actos.
Terminado el
acto de bendición, el Diputado provincial por el distrito electoral a que el
Astillero pertenece, don Salvador Gutiérrez, levantó el acta de la ceremonia y
se firmó por las personas que componían la comitiva en la forma siguiente:
* En el
pueblo del Astillero a treinta de Mayo de mil ochocientas setenta y ocho,
reunidos los señores que suscriben, previa citación al efecto del Ayuntamiento
de este término municipal, por el Sr. D. Ricardo Villalva, Gobernador civil de
esta provincia, se procedió a colocar la primera piedra en el edificio
destinado a Escuelas y Casa Consistorial en este pueblo; y en fe de haberlo así
verificado lo firman todos los señores concurrentes de que certifico.- El Gobernador, Ricardo Villalva - El Alcalde
del Astillero, Venancio Tijero.........etc.etc. *
Puesta el
acta y un ejemplar de cada periódico de esta ciudad en un frasco de cristal
preparado al efecto, se introdujo este en una cajita de plomo empotrada en la
losa de erección, sobre la que se hallaba el bastón del Sr. Alcalde del
Astillero, y cuya piedra, después de haberse echado sobre los cimientos con una
paleta el mortero hidráulico, fue asentada por los señores allí presente con la
maceta que al objeto estaba preparada.
Terminadas
las ceremonias, el Sr. Tijero con la Comitiva se dirigieron a la fonda de la
Planchada, donde disfrutaron de un exquisito y delicado "lunch"
Dándose por
terminada la fiesta se dirigieron al Corconera núm. 2 para volver a la ciudad.
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El
edificio se entregó provisionalmente en
el mes de mayo de 1880, tanto al Arquitecto, como al Ayuntamiento, y el
constructor solicito de éste la devolución de la fianza constituida y el pago
del resto de la obra.
A la entrega
del edificio se le habían pagado al señor Berroya siete certificaciones del
Ayuntamiento, por un importe total de pesetas 22.929,54, y se le debían por
consiguiente 15.884,72 pesetas.
Se llegó a
un acuerdo entre ambas partes, que consistía en pagar dentro del año en curso
la cantidad de 3.884,72 pesetas y el resto en los 10 años siguientes
consecutivos, en plazos iguales a los que se añadirían los intereses del 6%.
Estos pagarés podían ser endosados y ascendería cada uno a 1.596 pesetas. Pero
el Ayuntamiento en un alarde de buena administración pagó esta deuda muchos
antes de lo previsto.
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En las
fechas de junio de 1880, acababa de ser dotado de un nuevo edificio destinado a
servir de Casa-Ayuntamiento y se hallaba anexo el local donde se había
instalado la Escuela pública de instrucción primaria para niños de ambos sexos,
con la amplitud y decoro que venían reclamando la población de Astillero.
El
emplazamiento era la llamada calle Real y en el solar que ocupaba uno de los
que pertenecieron a la Junta de Agricultura, Industria y Comercio, conocido con
el nombre de "Casas de la plaza", habiéndose modificado su alineación
con objeto de regularizar la citada calle y dar mayor acceso al paseo de la
Planchada.
Constaba en
su planta baja de unos portales que daba ingreso a la Casa-Ayuntamiento y a las
habitaciones de los maestros de ambas escuelas, en cuyas salas podían recibir
la primera instrucción 120 niños de ambos sexos.
La construcción
costeada con fondos procedentes de subvenciones del Gobierno, Diputación
Provincial y del Ayuntamiento. El autor del proyecto y director de las obras
fue don Alfredo de la Escalera, arquitecto provincial de Santander.
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Se inauguró
el primero de enero de 1881 las obras principalmente la del Ayuntamiento, pero
las escuelas se inauguraron éstas sin solemnidad alguna.
Estreno la
escuela de niños el maestro, que ya lo era, don Simón de la Cajigas, quien
falleció a los pocos meses y en mayo tomó posesión el maestro nombrado por la
Universidad de Valladolid, don Manuel Garcia Liaño, quien también duro muy poco
tiempo.
La escuela
de niñas, que entonces se creaba, la inauguró doña Fidela de la Peña Muñoz.
El
Ayuntamiento para poder aliviar el pago de los maestros, hizo una clasificación
de niñas en función de su situación familiar de cada una. La del primer grupo,
que eran 10 pagarían dos reales al mes. La del segundo grupo, que eran 6
pagarían un real y las del tercero, que eran 9 niñas, no pagarían nada, por
considerarlas pobres.
Los nombres
de los padres de esas niñas eran:
1º grupo: D.
Ignacio Jiménez; D. Francisco Gutiérrez; D. Aurelio Guenaga; D. Francisco
Puerta; D. Jose Abascal; D. Manuel Castillo; D. José Iglesias; D. Ramón Puebla;
D. Bernardo Lavín y D. Andrés Gutiérrez.
2º grupo: D.
José Ferreiro; D. Genaro González; D. José Cruz; D. Segundo Coterillo; D. José
Cuesta y D. Julián Casuso.
3º grupo: D.
Paulino Hontavilla; Dº María Martinez; D. Francisco Irurzaeta; D. Vicente
Blanco; D. José Bernal; Dº Rosario González; D. Antonio Méndez; D. Manuel
Bedriñana y D. Federico Palacio.
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El domingo
11 de diciembre de 1881, se inauguraron oficialmente las escuelas, cuyo acto
fue todo un acontecimiento.
Fue el
ex-alcalde, don Venancio Tijero, quien no paró en conseguir los medios
necesarios para edificar el edificio que ocuparía las escuelas y quien sólo
pudo ver el comienzo de las obras y don Alberto de la Cantolla, fundador de la
escuela, situándola a la altura de las mejores de algunas capitales de
provincia.
Estas
estarían a cargo del acreditado profesor de primeras letras, don Francisco
Segura, quien puso todo sus conocimientos a los sesenta alumnos que iniciaban
las nuevas escuelas.
Asistieron a
la inauguración los señores Gobernador civil, Jefe de Fomento, Diputado
provincial del distrito, don Salvador Gutiérrez, Alcalde, Secretario y varios
concejales del Ayuntamiento de Astillero, Secretario del Gobierno civil,
Comandante de carabineros, el de aduana, señor Montojo, el señor párroco, el
maestro y varios vecinos.
Comenzó el
acto a las diez y media .
Después de
la inauguración, los concurrentes pasaron a examinar los locales de la escuela.
Todo estaba
perfecto, respecto a comodidad e higiene, existiendo colecciones de
abecedarios, mapas, estampas de Historia natural, Historia de España, Historia
Sagrada y otros conocimientos útiles, a las necesidades de los alumnos.
A las doce
comenzó un almuerzo, preparado por los dueños del café Suizo.
Por los años
1900, la enseñanza primaria corría a cargo del Estado, en la práctica no fue
así, al menos en Astillero, ya que en el año 1906 preocupaba grandemente al
Ayuntamiento la precaria situación económica del maestro y de la maestra que ejercían
en Astillero su profesión.
Se pensó en
aumentar sus asignaciones y se pidieron explicaciones de por qué el señor
maestro había subido a 50 céntimos mensuales el cobro de cuotas a los niños.
Dos
maestros, por otra parte, eran pocos para tantos niños y ya muchos padres
enviaban a sus hijos a escuelas particulares, con el consiguiente sacrificio
económico. Se consideró la necesidad de disponer de un maestro y una maestra
más.
Por entonces
se alivió esta situación, aunque no la resolvió totalmente, ni muchos menos, el
Asilo de San José fundado para párvulos pobres, por las Hermanas de la Caridad
y que, con el tiempo, constituyó una verdadera institución.
Esto, no
obstante, a los dos años se hacían gestiones cerca de las maestras
particulares, Dña. Laura Ramos y Dña. Eulalia Velasco para que se encargasen de
la enseñanza de 20 niñas cada una, procedentes de la escuela pública, en
atención al excesivo número que concurría a la escuela, abonándoles una
gratificación con cargo al presupuesto municipal.
Y puesto que
el Ayuntamiento se había proclamado "Defensor de la enseñanza", por
aquellos años se incluían en presupuesto algunas partidas para gratificar
también al Asilo de San José, ya que económicamente era deficitario.
Por 1900,
figuraba como profesor Francisco Segura y maestra Fidela de la Peña. Ya en 1903
la plaza de maestra se encontraba vacante y seguía el señor Segura como
maestro.
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En septiembre
de 1904, bajo la presidencia del Gobernador civil se reunieron la Junta
provincial de Instrucción pública, adoptando distintos acuerdos y entre ellos:
Decir a la
señora viuda de Huidobro que para suprimir la escuela de niños que sostenía
particularmente en el Astillero, tenía que comunicarlo con un año de
anticipación a la Junta y al Ayuntamiento, para que por ello se consiga en
presupuestos la cantidad necesaria para el sostenimiento de una escuela pública
y reclamar el testamento en virtud del cual se fundó esa escuela por si fuera
el legado a perpetuidad.
En diciembre
de 1904, se accedió a lo solicitado por la señora viuda de Huidobro, en vista
de que, con los documentos presentados, se probaba que no tenía obligación
alguna de sostener la escuela de Astillero.
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En el año
1909, bajo la dirección de doña Generosa Abascal se regalaron juguetes a todos
los niños del pueblo que asistieron a un festival infantil, así como 245
vestidos a las niñas.
En abril de
1909, en el frontispicio de la casa del Ayuntamiento y escuelas del Astillero, había
una inscripción que decía:
"En
este pueblo
se prohíbe
la Mendicidad
y se castiga
la
Blasfemia"
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En las fechas de febrero de 1924, hubo una reunión en el Ayuntamiento de Astillero, para cambiar impresiones sobre el proyecto de construcción de escuelas y ampliación de las actuales, eran insuficientes y no reunían las condiciones que la pedagogía moderna exigía para la enseñanza.
El director de las graduadas, don Víctor García, expuso a grandes rasgos la imperiosa necesidades existentes en su momentos para la escuela.
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En las fechas de abril de 1926, las escuelas recibió
la visita de la señora inspectora de la Junta Local de Primera Enseñanza,
Dolores Carretero, que tuvo una reunión con el Alcalde, señor Nieto.
En ella, la señora Carretero, manifestó estar satisfecha por el brillante estado de instrucción que había observado en las escuelas graduadas de niñas de la localidad, haciendo grandes elogios a las maestras doña Luisa Garcia, directora y de las maestras, Enriqueta Garay y Florentina López.
También de la profesora de párvulos de Guarnizo, doña María Muñoz, que tenía a su cargo la enseñanza de más de ochenta niños de ambos sexos.
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En marzo de 1927, el Inspector de Instrucción
Primaria de la zona, visitó las escuelas nacionales del municipio y con el fin
de comunicar el resultado de su inspección a la Junta Local de Primera
Enseñanza.
En su visita, hizo presente que en ese distrito escolar, no era lo satisfactoria que fuera de desear, no por las aptitudes de los maestros, sino a la deficiente asistencia de los niños a las escuelas, bien por la apatía de algunos padres de familia o la poca capacidad de los locales escolares, que impide la admisión de mayor número de niños.
Para ello, propuso el Inspector varias medidas, entre ellas la creación de algunas escuelas más y la imposición de multas y demás sanciones legales a los padres que teniendo a sus hijos matriculados, no asistían a las clases sin causa justificada.
Estos consejos y orientaciones se formalizaron con estos acuerdos:
1º. Que mensualmente se reúna la Junta Local de Primera Enseñanza a la que los señores maestros darán cuenta de las faltas injustificadas de asistencia de los niños que estén matriculados, y que a los padres de estos se les imponga multas hasta conseguir que la asistencia a las clases sea más asidua.
2º. Que se recabe de la Empresa Talleres de
Astillero la creación de una escuela de instrucción primaria para la enseñanza
de los niños de sus obreros, puesto que éstos son en número de más de 150,
obligación que, a juicio del señor inspector, le impone una disposición del año
1900, aclarada por otras posteriores, y en caso de no ser atendida la petición
acudir a los Poderes públicos, para que exijan su cumplimiento. El vocal don
Alfredo Ezquerra votó en contra de este acuerdo, por entender que no existía
tal obligación.
3º. Que como de más urgente necesidad, se
acuda al Gobierno en solicitud de la creación y construcción de una escuela
unitaria de niños y otra de niñas en el Crucero de Boo, y la elevación a
graduada de la unitaria que actualmente existe en el pueblo de Guarnizo.
4º. Que se solicite de la Dirección de
Instrucción pública se dote a algunas escuelas de este término de mesas
adecuadas, con arreglo a los sistemas modernos de pedagogía, ya que algunas de
las actuales son muy deficientes.
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Por mayo de 1931, en reunión celebrada en el Ayuntamiento, se hacía ver que a las niñas de las escuelas se les exigía por las maestras el uso en las clases de vestidos blancos, y como algunas no disponían medios para adquirirlos, se proponía que lo facilitase el Ayuntamiento y así quedo aprobado.
En agosto de 1931, por decreto del Ministerio de Instrucción se concedía al pueblo de Astillero la creación de tres grados más en cada una de las graduadas de niñas y niños, y en esta concesión llevaba aparejada la subvención del Estado, de mil pesetas, por cada grado.
Ya en las fechas de 1931, se le había encomendado al arquitecto don Manuel Viar Sainz, la redacción de un proyecto para las escuelas graduadas de Astillero y otro para la escuela unitaria de Guarnizo. Y por entonces se tenía como emplazamiento más adecuado a ubicarlas el lugar de La Planchada.
Esta subvención, obligaba a buscar locales antes del 1 de septiembre, para instalar los seis grados y viviendas para los maestros, lo que le ponía en aprieto al Ayuntamiento, ya que los recursos de esta Corporación eran escasos y como no tenían consignados para estos gastos presupuesto, era un problema de difícil solución.
En ese mismo
mes, se recibió la visita del Inspector-Jefe de Primera Enseñanza, con el fin
de inspeccionar los locales que el alcalde había buscado para instalar la
ampliación de grados creados, por el reciente decreto del Ministerio de Instrucción
pública, locales que encontró en perfectas condiciones para el uso a que se destinarían
provisionalmente hasta que el Ayuntamiento acordarse la construcción de otros
grupos escolares más amplios.
En estas
fechas, solo funcionaban dos grados de los tres creados, dos de niños y dos de
niñas.
Por febrero
de 1931, las escuelas seguían ubicadas en la planta baja de la Casa
Consistorial.
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En la fecha
de marzo de 1932, se publicaba en la "Gaceta", la creación de
escuelas en Astillero.
En el año
1932, se había solicitado por el R.D. del 10 de julio de 1928, una subvención
de 128.000 pesetas para el primer grupo y otra de 18.000 pesetas para el de
Guarnizo. Al propio tiempo, se gestionaba del Instituto Nacional de Previsión
un préstamo de 250.000 pesetas para la realización de las obras.
En abril de
1932, celebrada sesión extraordinaria en el Ayuntamiento, se acordó contratar
con el Instituto Nacional de Previsión un empréstito de 250.000 pesetas, para
la construcción del grupo escolar en Astillero y en Guarnizo.
El acuerdo
se tomó por unanimidad.
En junio de
1932, se publico la noticia de la construcción del grupo escolar para doce
grados en el campo de la Planchada, según el acuerdo del Ayuntamiento.
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En abril de
1933, se anunciaba subasta de obras para la construcción de un grupo escolar de
12 grados, con arreglo a los planos, proyecto, presupuesto y pliego de
condiciones, formulados por el arquitecto don Manuel Viar Sáenz Díaz.
Ello tendría
lugar en la sala Consistorial del Ayuntamiento de Astillero.
El tipo de
subasta era de 210.932,10 pesetas.
Fue
publicado en la Gaceta de Madrid, el día 4 de abril 1933.
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Por mayo de 1934, las escuelas graduadas de Astillero, emplazadas
al paseo de Tomás Bretón, se encontraban próximas a su inauguración.
Era un magnífico edificio escolar para doce grados, seis de niños
y seis para niñas.
En junio de 1934, había comenzado las obras de las escuelas unitarias de Guarnizo, después de algunos meses de adjudicada la subasta.
El 6 de septiembre de 1934, por la tarde, se hizo entrega al alcalde, don Gabino Gómez del Grupo escolar recientemente construido.
La entrega tenía carácter provisional, pues hasta transcurridos
seis meses, no lo tendrá definitivo, si se cumplían las condiciones de subasta.
El edificio, que era magnífico, bien orientado, se instalarían,
doce grados: seis para niños y seis para niñas.
Con ello en el Ayuntamiento, habría doce escuelas (dos grados) en
Astillero y cinco unitarias en Guarnizo.
Estas escuelas primarias se trasladaron al Grupo Escolar Fernando de los Ríos, de la Planchada, a mediados del año 1934, quedando así libres los bajos del edificio del Ayuntamiento.
El domingo
23 de septiembre de 1934, durante unas horas, estuvieron abiertas al público,
las nuevas escuelas graduadas y fueron muchas las personas que las visitaron.
Todas
hicieron grandes elogios del Grupo escolar recientemente construido en
Astillero.
Eran muy
importante, que el pueblo tuviese excelentes escuelas, con capacidad para
albergar a todos los niños que se hallaban en edad escolar, que los padres,
bajo ningún pretexto, dejen de enviar a sus hijos a la escuela y que las
autoridades y el Consejo local de Primera Enseñanza vigilen más la asistencia
de los pequeñuelos a los centros de instrucción.
El excelente
edificio escolar emplazado en la parte alta de la famosa "Planchada"
ha abierto sus puertas a los niños y niñas que con sus respectivos maestros y
maestras recibían las lecciones en los diversos locales de la Casa Ayuntamiento.
Al mismo
tiempo fueron ingresando nuevos alumnos infantiles de seis a ocho años, hijos y
vecinos del Ayuntamiento.
La calle de
San José había quedado silenciosa y muda. Ya no se oían los incesantes ruidos
de la algarabía escolar al salir a las horas del descanso y del recreo.
En esas
fechas, se había publicado en la "Gaceta" una disposición por la que
se concedía al Ayuntamiento de Astillero una subvención de 120.000 pesetas por
la construcción de un grupo escolar de doce grados, seis para niños y otros
seis para niñas.
Se le había
notificado a la Alcaldía la orden de cobro de dicha cantidad, para hacerla
efectiva en la Delegación de Hacienda.
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El 18 de
marzo de 1935, fue la entrega definitiva, del Grupo Escolar de la calle Tomás
Bretón.
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El día 2 de
mayo de 1936, tuvo lugar el acto de la inauguración del grupo escolar
"Fernando de los Ríos" de Astillero, descubriéndose al final del acto
las dos lápidas colocadas en los frontispicios de las dos fachadas principales
de dicho edificio con el siguiente epitaño: "Grupo escolar Fernando de los
Ríos año 1934".
A las doce
en punto el alcalde señor Serna, dirigió la palabra al público desde el balcón
de la fachada que da al paseo de Tomás Bretón, anunciando que iba a dar
principio el acto y que hablarían a continuación los oradores, don Pedro Díaz
Pérez , director de la Normal de Santander y el diputado por Santander, don
Bruno Alonso.
Acto seguido,
el primero de dichos señores, con palabra cálida y clarísima percepción del
trascendental acto que se realizó expuso con gran elocuencia la importancia
misión pedagógica que está encomendada al Gobierno de la República española en
el futuro, no muy lejano, en que sea un hecho el establecimiento de todas las
escuelas que son necesarias para poder recoger y educar al futuro pueblo
español representado por miles y miles de niños de ambos sexos, que han de
forjarse con una buena y esmerada disciplina en las escuelas nacionales, donde
la misión del maestro es y debe ser y no puede ser otra que la de la enseñanza
y la educación cultural.
Acto seguido las niñas Susana Cruz y Rosario Masides recitaron unas cuartillas en verso alusivas al acto y encomiásticas de la baro pro cultura y haciendo realizar el beneficio que se deriva de estos hermosos de la enseñanza en estos grupos soleados, espaciosos e higiénicos donde se respira el oxigeno puro del aire de la naturaleza y donde son acariciados por los rayos solares, que en salud y vida para los corazones infantiles, con lo cual se complementan estas dos palabras que encierran dos pensamientos: "Men sana", "In corpore sano". El público les tributó un caluroso aplauso.
Por último
dirigió la palabra el diputado don Bruno Alonso, quien hizo ostensible al
auditorio la preferente preocupación de todas sus múltiples preocupaciones, que
fue siempre y sigue siendo en estos instante el propugnar y el colaborar por la
creación de estos grupos escolares de la nación donde hallan cabida, sin
distinción de matices, ni clases, ni jerarquías, todos los niños de ambos sexos.
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