viernes, 29 de marzo de 2019

TOMAS MAZA SOLANO de Guarnizo




Busto del señor Tomás Maza Solano, del notable artista Santiago Herrán



Don TOMAS MAZA SOLANO, nacido en Guarnizo, el 23 de abril de 1893, fue un investigador de las fuentes documentales y el pasado literario de Cantabria, destacando en menor medida su labor como poeta.

Cursó estudios en el Seminario Conciliar de Santander, desde 1905 a 1916, obteniendo máximas clasificaciones en las disciplinas de Latín y Humanidades, de Filosofía y de Teología. Abandonó la carrera eclesiástica, efectuando hasta 1920 estudios de Derecho y de Filosofía y Letras, especializándose en las materias de paleografía, Numismática, Latín de la Edad Media, Bibliografía y Bibliología. En 1912 había sido designado bibliotecario del Seminario Conciliar, y en 1916 ganó las oposiciones para dirigir la Biblioteca Municipal de Santander, cargo que desempeñó durante veinticinco años.

En 1945, se le nombró cronista de la ciudad de Santander.

Era académico correspondiente de las Reales Academias de Historia y de Ciencias Morales y Políticas; había sido condecorado con la Cruz de Alfonso X el Sabio.

Fundó y dirigió la "Revista de Santander" y fue director de "Altamira", revista del Centro de Estudios Montañeses.

Publicó muchos libros, todos sobre tema histórico, menos uno, que enseñaba con cariño y que se titulaba "Luna blanca", resumen de su poesía sonetos que llevaba sentimiento dentro y que, al leerle, le hacía emocionarse.

Cuando le nombraron académico correspondiente de la Historia, a don Tomás, se le hizo un homenaje y conservaba de ese momento, con orgullo un álbum de dedicatorias y firmas de gente importante.

Muchos son los libros que había escrito y seria laboriosos hacer una lista de todos ellos.

En 1940, Maza Solano publicó el "Catálogo del Archivo del antiguo Monasterio de Jerónimos de Santa Catalina de Monte Corbán" trabajo que le exigió un gran esfuerzo y que fue coronado con gran acierto.

Este Catálogo pertenecía a unas de las actividades en que estaba empeñado el señor Maza Solano, la de recoger y publicar índices y catálogos de archivos y bibliotecas de nuestra provincia.

Otra de sus actividades era la de transcripción de documentos, tan indispensables al historiador y que proporcionaba al lector informaciones que de otro modo no hubiera conocido.

Había otro aspecto, interesantísimo, en la tarea a que estaba dedicado. Llevaba muy adelantada la formación del Archivo Artístico de la Montaña, con reproducciones fotográficas o en dibujo y el estudio de los monumentos arqueológicos, históricos, artísticos y etnográficos de la provincia.

En su última época, aparecieron los dos primeros tomos de su obra "Fuentes documentaciones para la historia de la provincia - Nobleza, hidalguía, Profesiones y Oficios en la Montaña, según los Padrones del Catastro del Marqués de la Enseñada".

El primer tomo estaba dedicado al Partido de Laredo y publicaba los Padrones del siglo XVIII correspondientes al valle de Alfoz de Lloredo, Ampuero, valle de Buelna, Cabezón, Cabuérniga, Camargo, Cartes, Carriedo, Cayón, Herrerías, Iguña.

El segundo tomo correspondía a la antigua Provincia de Liébana.

Más de mil volúmenes de este Catastro del Marqués de la Ensenada se guardan en la actualidad en el Archivo de la Diputación Provincial (hoy Archivo Central perteneciente al Gobierno de Cantabria), y en ellos ha espigado laboriosamente el señor Maza Solano para llevar a cabo una labor de investigación digna de los mayores elogios.

Los dos tomos de las "Fuentes documentales" pudiera creer el público que son obras sin ningún interés, ya que es general el concepto que se tiene de estos trabajos de investigación. No es así. A todos nos complacerá tener referencias fidedignas de los pueblos de donde procedemos o en los que hemos vivido o que conocemos. Y a través de esta obra documental de Maza Solano conocemos datos que de otro modo jamás hubiéramos llegado a nosotros; sus páginas hablan de nuestros apellidos, de nuestros predecesores, de sus actividades, de su abolengo de la organización familiar de hace dos siglos.

Labor ingrata la llevada cabo por Maza Solano a través del Centro de Estudios Montañeses, pero de un gran valor documental.

Sólo una personalidad tan encariñada con los trabajos de investigación en nuestra provincia como don Tomás Maza Solano, consiguió culminarlo con éxito.

Los dos primeros tomos de las "Fuentes documentales" representan un esfuerzo meritísimo y constituyen una fuente de información por cuantos se dediquen al estudio de la Montaña o Cantabria.

La obra fue editada con todo esmero por Editorial Cantabria.

En la introducción de esta obra, hablaba el señor Maza Solano del Catastro de Ensenada y su gran interés respecto a la provincia y a los Padrones que constituían documentos curiosísimos para los estudios genealógicos y de hidalguía y nobleza de la Montaña.

Otros 156 volúmenes se guardaban en la Delegación de Hacienda de Santander y que fueron destruidos en el incendio de 1941.
  
En Guarnizo, donde tenía casa para el verano, guardaba los miles de libros que había leído. En Santander, tenía solo lo más principal.

También fueron muchísimas las conferencias que había dado en actos públicos.


El 2 de abril de 1935, tuvo lugar en el chalet del Tenis el banquete íntimo organizado en honor a don Tomás Maza Solano, con motivo de su reciente y merecido nombramiento de académico correspondiente de la Academia de la Historia regional, en la que era uno de sus más destacados cultivadores.

Ocupó la presidencia el señor Maza Solano, sentando a su derecha el presidente del Ateneo, don Gabriel Maria de Pombo, y a su izquierda, el notable investigador del "Cancionero Popular de la Montaña", don Sixto Córdoba y Oña. Los restantes puestos fueron ocupados por los señores, don Francisco Cubria Lainz, presidente de la Sección de Literatura; don Francisco de Nárdiz y Pombo, presidente de la Sección de Ciencias Morales y Políticas; don Fernando Calderón y G. de Rueda; presidente de la Sección de la Sección de Artes Plásticas; don Eduardo Blanchard, secretario del Ateneo; don Ignacio Romero Raizábal; don Estanislao de Abarca, don José Uscudun, don Ramón Noval Cagigal, don Joaquin G. Domenech, don Fernando Quintanal, don Angel López, don Joaquin Pelayo, don Benito Hernández, doctor Sainz Antomil.

Terminado el almuerzo, se dieron lectura a las numerosas adhesiones entre las que figuraban las de los siguientes señores: Del presidente de la Diputación provincial, don Gabino Teira; del director de la Biblioteca de Méndez Pelayo, don Enrique Sanchez Reyes; de don Guillermo Arnáiz de Paz, director del periódico "La Voz de Cantabria"; de don José del Rio Sainz (Pick), de Leopoldo Rodriguez Alcalde, don José Maria Cossio y otras personalidades.

Seguidamente en un bello discurso ofreció el homenaje el presidente del Ateneo, señor Pombo y de don Sixto Córdoba, dándole las gracias con sentidas frases al homenajeado señor Maza Solano.




El 26 de junio 1935, en el homenaje que le tributaron sus amigos por el nombramiento de academico de la Historia



El domingo 3 de octubre de 1948, el Ayuntamiento y el vecindario de Guarnizo, rindieron homenaje al ilustre hijo de aquel pueblo, don Tomás Maza Solano, poeta, académico, cronista de la provincia de Santander, vocal del Consejo Superior de Investigación Científicas en Santander y Bibliotecario del Centro de Estudios Montañeses.

La Corporación municipal de Astillero-Guarnizo, deseando manifestarse con su convecino el testimonio de aprecio de todos y de su admiración por cuanto el señor Maza significaba en el campo cultural de la Montaña, acordaron nombrarle hijo predilecto de la localidad y dando el nombre del mismo a la calle en que fue su casa natal. Con ese motivo se organizaron diversos actos que participaron numerosísimas personas de la localidad, de los localidades y de la capital de la Montaña.

Entre las muchas personas que asistieron a los diversos actos organizados en honor del señor Maza Solano, se hallaba todo la intelectualidad santanderina, figurando entre ellos, el presidente del Centro de Estudios Montañeses, don Fernando Barreda; el director de la Biblioteca Menéndez Pelayo, don Enrique Sánchez Reyes; el ilustre investigador reverendo Padre Miguel ; el escritor y novelista montañés, don Francisco Cubria; el abogado y escrito don Francisco de Nárdiz; el director del Ateneo y miembro del Centro de Estudios Montañeses, don Fernando Calderón; don Angel Jado Canales; el escritor, poeta y novelista, don Ignacio Romero Raizábal; don José Uzcudun y los directores de "Alerta" y el "Diario Montañés", don Francisco de Cáceres que ostentaba también la representación de la Diputación Provincial, don Manuel González Hoyos, y otras muchas figuras del campo cultural de la Montaña.

Entre las representaciones eclesiástica figuraban don Sixto Córdoba y Oña, párroco de San Lucia; don Fabián Mazorra, párroco de San Francisco; el muy ilustre señor rector del Seminario Diocesano, don Feliciano Calvo; el administrador de dicho Centro de cultura eclesiástica, don Vicente Garcia; el profesor de Literatura del Seminario, don José Ranero Garcia; don Jesús Carballo, director del Museo Prehistórico provincial; el párroco del Astillero, don Francisco Martinez; el párroco de Guarnizo, don Herminio Fernández Caballero; el párroco de Muriedas, don Joaquin Palacio; el profesor de la Escuela de Peritos Industriales, licenciado don Francisco Teja Peñil; el párroco de Santiago de Heras, don Paulino Fernández Abad, y el párroco de Revilla, don Isaías Navarro.

Comenzó el homenaje con una misa solemne celebrada a las once de la mañana en la iglesia parroquial de Guarnizo y a la que asistieron con el homenajeado, la Corporación municipal en pleno y el pueblo en masa.

Ofició de preste el párroco don Herminio Fernández Caballero, ayudado de diácono, por don Francisco Teja Peñil y por don Paulino Fernández Abad. De la parte musical se encargó el coro mixto parroquial, que interpretó muy afinadamente la "Segunda Pontifical" de Perossi, cantando asimismo algunas plegarlas. Ocupó la sagrada cátedra el doctor don Fabián Mazorra, el cual pronunció una hermosa pieza oratoria aludiendo a la significación cristiana del homenaje que se celebraba, y deduciendo del evangelio al exaltar la transcendencia social de la familia cristina y la necesidad de volver en todos los hogares, al rezo diario del santo rosario.

Terminada la santa misa se celebró la procesión de la Virgen de Muslera por los alrededores de la iglesia, precedida por los niños de las escuelas, que portaban banderitas de los colores nacionales.

Seguidamente todos los asistentes se trasladaron al barrio de "La Ventilla", donde radica el edificio del señor Tomas Maza, al frente de la comitiva iban los niños de las escuelas públicas, con sus maestros y las Hermanas de la Caridad.

Desde el balón de la casa el señor Maza Solano pronunció unas palabras para agradecer el homenaje que se le tributaba.

A mediodía se sirvió un banquete al aire libre, con asistencia de cerca de doscientos comensales, entre los que figuraban destacadas personalidades.





El 3 octubre de 1948, en Guarnizo 


El 17 de marzo de 1972, don Tomás Maza, ingresaba como un miembro en la Institución Cultural de Cantabria.

Con la solemnidad de rigor la Institución Cultural de Cantabria celebró ayer la recepción de su consejero de número, el ilustrísimo señor don Tomás Maza Solano, quien leyó su discurso de ingreso en la prestigiosa entidad.

Presidió el acto el de la Institución y de la Diputación Provincial, don Rafael González Echegaray.

El señor Maza Solano desarrolló el tema "Disquisiciones en torno al folklore español", materia que había sido desde sus primeras publicaciones, objeto de su especialidad y eran muchas sus publicaciones acerca del canto, la danza y las costumbres típicas, preferentemente de nuestra región.







Con miembros del Centro de Estudios Montañeses






Falleció en Santander, el 12 de septiembre de 1975.













sábado, 23 de marzo de 2019

PARROQUIA DEL ASTILLERO inaugurada el 19 de marzo de 1905









La primitiva iglesia de San José, que contaba con una modesta planta rectangular, dependió en sus origines de la parroquia de Guarnizo bajo la advocación de Nuestra Señora de Muslera. Sin embargo, a medida que fue aumentando en población e importancia el municipio de Astillero, creció el deseo popular de convertirse en parroquia independiente, lo que se manifiesto en 1849 al solicitarlo oficialmente al obispo de aquella época, sin conseguirse resultado satisfactorio.

Sin embargo, años más tarde en 1888, se solicitó que la iglesia de San José estuviese atendida por un coadjutor, proponiendo el alcalde de entonces que se consignaran en los presupuestos municipales la cantidad de 200 pesetas para la dotación del coadjutor, no prosperando tal proposición al votar en contra los concejales de la oposición.

Ello no fue obstáculo para que dos años más tarde se iniciasen las obras de reparación y transformación de la vieja iglesia, aunque muy lentamente por falta de medios económicos y sin que se viera claro el final de las obras al no llegar la subvención que se había solicitado al Estado.

Seria gracias al donativo de 27.000 pesetas efectuado por el benefactor don Joaquin López-Dóriga, como se daría fin a las obras de modernización y ampliación que convirtieron la antigua planta en una octogonal, no sin que antes por parte del Obispado, se obligase al Ayuntamiento a firmar un documento por el cual los terrenos municipales donde iba enclavado el templo, así como el edificio, quedaría bajo la jurisdicción del Obispado, no pudiendo intervenir en sus asuntos la autoridad municipal.

No se cejó en el empeño de convertirse en parroquia independiente, petición que se elevó de nuevo en 1904, con motivo de la visita del obispo a la iglesia de San José, de Astillero, cosa que se consiguió al año siguiente.

La autoridad eclesiástica tomó buena nota del interés que había en la localidad por contar con parroquia propia, por lo que indicó se elevase petición al Ministerio de Gracia y Justicia solicitando declaración oficial para erigir en templo parroquial la iglesia de San José, así como la consiguiente consignación presupuestaria para atender la dotación del párroco y la cantidad destinataria para el culto que suponía un total de 1.325 pesetas anuales.

Hubo también algún otro trámite consistente en aportar al expediente un certificado acreditativo de que la iglesia se encontraba en buen estado y que resultaba apta para el culto. El encargado de ello fue don Ramón Lavín Casalis, arquitecto de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando y vocal de la Comisión Provincial de Monumentos.

Cubiertos todos los requisitos se logró que al año siguiente el Ministerio de Gracia y Justicia a través del subsecretario enviase una comunicación al alcalde de Astillero, en donde se recogía la segregación del Astillero de la parroquia de Guarnizo, erigiéndose en nueva parroquia bajo la advocación de San José.


En febrero de 1905, el ministro de Gracia y Justicia dicto una real orden segregando de Guarnizo la parroquia del Astillero.

El Alcalde, don Casimiro Tijero, que estuvo en Madrid, gestionando varios asuntos de interés para el Astillero, trabajo sin descanso hasta conseguir ser portador de real orden, que dice así:

"El señor Ministro de Gracia y Justicia dice con esta fecha al reverendo Obispo de Santander lo que sigue:
Vista la comunicación de V.I. fecha 13 de febrero corriente, vista la instancia del Alcalde y Concejales del Ayuntamiento del Astillero y visto el expediente canónico instruido ante el Tribunal eclesiástico de esa diócesis para la segregación de la parroquia de Guarnizo y creación de otra independiente en el Astillero y resultando: que se hallan debidamente justificadas las causas alegadas por los solicitantes, causas que han sido consideradas canónicas y bastantes por el Fiscal eclesiástico; que el Provisor eclesiástico en el auto definitivo declara justos y conforme a Derecho las referidas segregación y creación: Su Majestad el Rey (q.D.g) ha tenido a bien disponer que se aprueba la segregación del Astillero de la parroquia de Guarnizo, quedando la actual parroquia con la advocación de Santa Maria de Muslera de Guarnizo, la categoría de entrada y la dotación de 950 pesetas para el Párroco y 375 pesetas para el culto. Asimismo Su Majestad el Rey ha tenido a bien disponer que se erija una parroquia en el Astillero bajo la advocación de San José, con la categoría de Urbana de primer ascenso, cuyo Párroco disfrutara la asignación personal de 1.925 pesetas, el Coadjutor la de 725 y el culto y fábrica a la dotación de 500 pesetas, entendiéndose que dichas concesiones no tendrán efecto hasta tanto que no sean aprobados los presupuestos para el próximo ejercicio, en los cuales deberá figurar las cantidades que por esta real orden de se fijan como dotaciones para el personal y material de las dos parroquias del Astillero y Guarnizo".
Lo que de real orden, comunicada por el expresado señor Ministro, lo traslado a V.S., para su conocimiento y efectos consiguientes.
Dios guarde a V.S. muchos años.
Madrid, 13 de febrero de 1905. El subsecretario, A. Hernández y López.
Señor Alcalde constituciones del Astillero.

El 19 de marzo de 1905, fue un día memorable para todos los vecinos del Astillero.

Merced a los deseos de todo el vecindario y a las gestiones de su Alcalde, atendidos y patrocinadas por el Obispo de la diócesis, se consiguió que el Astillero tuviese parroquia propia.

Hacía más de treinta años que se inició la idea de crear una parroquia. Que el iniciador el entonces Alcalde, señor Venancio Tijero y después de tanto tiempo ha continuado, don Casimiro Tijero.

Conseguida la aprobación del prelado y la real orden, se organizaron festejos para celebrar la inauguración de la nueva parroquia.

A las diez de la mañana, salieron de Santander, un tren especial en el que iba el señor Obispo de la diócesis, acompañado de los señores, don Jacinto Iglesias, Arcediano de la Santa Iglesia Catedral y Canónigo, señor Fernández Campón.

En el mismo tren iban don Antonio Fernández Baladrón y don Casiano Arrarte, del consejo del Cuerpo de Bomberos Voluntarios de Santander, los jefes del mismo cuerpo, señores Sierra, Quintana y Pellón, los brigadas, una sección de bomberos y la banda de cornetas; la Banda Municipal de Santander y numerosos invitados al acto.

Al llegar a Astillero fueron recibidos todos por el Alcalde, concejales, Juez municipal y otras personas.

El pueblo presentaba animadísimo aspecto, era un inmenso gentío lo que llenaba "La Planchada".

A la llegada se dispararon multitud de cohetes y bombas. En todos los balcones lucían colgaduras y gallardetes.

Los dos Cuerpos, precedidos de la banda se dirigieron al parque de los Bomberos Voluntarios de Astillero, mientras las autoridades e invitados y el pueblo se dirigieron a la Iglesia.

A la entrada del templo se había colocado, un artístico arco de follaje, con la siguiente inscripción: "El Astillero y la parroquia del Astillero, saludan a las excelentisimas autoridades de la provincia y demás ilustres huéspedes".

Su excelencia ilustrísimo fué recibido en la puerta de la iglesia por los Canónigos de la Santa Iglesia Catedral, señores Camporredondo y Puente, ex párroco este último de Guarnizo-Astillero.

El venerable Prelado entró en el templo bajo palio, cuyas varas llevaban el fiscal municipal y varios concejales.

Pronto la Iglesia se vio completamente llena de fieles.

Se celebró solemne misa a la que asistió el  señor Prelado, de medio pontifical.

Oficio el señor Germán de la Puente y de diácono y subdiácono, don Tomás Rosé, cura del Astillero y don Godofredo Oceja, párroco de Santiago de Heras.

La capilla de la Santa Iglesia Catedral, cantó admirablemente la solemne misa.

Ocupó la cátedra sagrada el señor, don Pedro Santiago Camporredondo, canónigo de la Santa Iglesia Cátedra, que con justísima fama de orador, pronuncio un brillante sermón.

Terminado el acto religioso, las autoridades se trasladaron a la casa del Ayuntamiento y desde sus balcones el señor Tijero, saludó al pueblo de Santander y a los bomberos de la capital.

Luego se celebró los ejercicios de los bomberos de Astillero, quienes asaltaron con gran precisión y seguridad las casas propiedad de las señoritas de Incera, frente a la casa Ayuntamiento.

Los invitados fueron obsequiados por el Ayuntamiento espléndidamente.

Como no se disponía de un local amplio, donde haber instalado una mesa para todos, se dividió en tres grupos a los invitados.

El Alcalde, señor Tijero, reunió en su casa al señor Obispo, demás personalidades de la Catedral, señores Arrarte y Baladrón, autoridades locales, varios concejales y consejeros del cuerpo de bomberos.

En el Cordou Bleu, otras treinta y tantos invitados y en la escuela los bomberos y la Banda municipal.

Se celebró la tradicional romería que en el Astillero se venía celebrando el día de San José, acudiendo a la Planchada multitud de personas.

Los trenes especiales y ordinarios que salieron de Santander y Ontaneda, llegaron llenos de público que acudieron a los festejos.

En la estación de Santander, se despacho cerca de 3.000 billetes.

En el paso de La Planchada, la Banda municipal, bajo la acertada dirección del señor Carrillo, interpretaron escogidas composiciones.

Con motivo de la inauguración de la parroquia se estrenó una campana que volteaban alegremente en la pequeña torre de la iglesia.

También se repartieron muchas limosnas a los pobres.

La nueva parroquia seria servida por el sacerdote, don Dionisio Tarrero, párroco de Guarnizo y quien se hizo cargo de la Iglesia, fue su primer sacerdote, Eustaquio Garmendia.

El prelado don Vicente Santiago Sánchez de Castro, regreso a la ciudad en el tren de las cuatro de la tarde.

En el Astillero fue objeto de una entusiasta despedida.

Con esta inauguración, los vecinos de Astillero vieron satisfechas sus aspiraciones demostrando sus católicos sentimientos.

El alcalde señor Casimiro Tijero vio recompensados sus afanes y desvelos al contemplar el entusiasmo popular y recibir numerosas felicitaciones.

Después del acto religioso se dirigieron el señor Obispo, autoridades e invitados a una de las calles del pueblo donde iban a maniobrar los bomberos voluntarios del Astillero.

Los bomberos del Astillero y Santander, dirigidos por el jefe señor Sierra, hicieron simulacros de asalto y salvamento con notable precisión y acierto.

Al terminar se trasladaron al domicilio del alcalde, señor Tijero, donde sirvió un espléndido banquete.

En otros locales, se reunieron también un fraternal banquete, los demás invitados, autoridades y bomberos.

En resumen, la fiesta celebrada ese día en Astillero, fue admirable y se recordara como fecha histórica.












jueves, 14 de marzo de 2019

VIRGEN NUESTRA SEÑORA DE MUSLERA en Guarnizo






(fotografias de Ricardo Vega)




En el fondo de la bahía de Santander, de tan ponderada belleza por propios y extraños, y sentado guapamente en lo alto de un cerro, para atisbar lo que ocurría sobre las aguas que bañan sus contornos y aun lo que entraba y salía por la boca del puerto, famoso por mil motivos, en otros tiempos y señalado hoy por otros muchos...había un pueblecito que recibe el nombre de GUARNIZO, perteneciente al Valle de Camargo. (hoy pertenece al Ayuntamiento de Astillero).

Allí, en la planicie del cerro, tenía su diseminado caserío formando barriadas de pintorescos nombres, sin faltarle al pueblo su reducida iglesia, su concejo de ancianos, su pequeño mercado, su ermita, y la sonada romería, que celebraba el día de San Roque.

Extendíase su término en suaves descensos por laderas cubiertas de pradería y arbolado, que llegaban hasta mojarse en el agua, no siempre mansa, de la bahía, que forma graciosos recodos con sus canales, para envolverle...y, por ello resulta tan excepcional la situación de ese pueblecillo, cercado del agua en casi todo su entorno, menos por el lado que le une a la tierra, el más extenso de todos separado del inmediato pueblo del mismo valle por una carretera y unos rieles del ferrocarril de Santander a Madrid, que se cruzan, sin aparente necesidad de ello, como si sólo trataran de evitar a la mirada del curioso la monotonía del paralelismo.

Más de ocho kilómetros tendria de perímetro la base del cerro de GUARNIZO, que, en lo alto de la meseta, llena de pintorescos rincones, aún guarda entre su viejo caserio -rodeado de huertas, en que viven en el mejor responso y aislamiento gigantescos y seculares robles, nogales, álamos y espinos- , alguna que otra casa solariega, conservando aún su blasón guerrero y su ceño aristocrático.

Desde esa planicie, la vista puede recrearse en la contemplación de un panorama extraordinario, la bahía incomparable de Santander se extiende a sus pies, llegando hasta orillas, los pueblos de Pontejos, Maliaño, Elechas y la isla de Pedrosa -antes de la Astilla hasta 1827- que se bañan en el mar; en el fondo, al Norte, la ciudad de Santander.

¡Difícilmente podía encontrarse lugar más apacible que este de GUARNIZO!. En él vivieron tranquilos, seguramente, sin darse cuenta de esas bellezas, sus honrados y pacíficos vecinos, conociéndose y distinguiéndose los unos de los otros por sus patronímicos primero, o tal cual mote venido por herencia, o ganado por la cualidad o el defecto exagerado; agregando después a los patronímicos, cuando éstos se fueron repitiendo y multiplicando, el nombre del lugar de cada casa, para diferenciarlos. De esta manera pasaban los años, sin que hubiera entre unos y otros más distinciones ostensibles que las nacidas del dinero adquirido en el botín, en aquellos viajes a bordo de las valerosas naos de que nos habla la Historia o la hidalguía con que se premiaban alguna misión difícil, trabajosa y arriesgada. Y sin más contrariedades que, las nacidas de aquellos tributos que echaban a los pueblos, cumpliendo órdenes superiores, los Merinos; las levas de gente, para el servicio de los barcos, a que estaban sujeto, como pueblo costero, y las tristes noticias que llegaban a las veces de algún terrible y nunca bien conocido drama de los que en esos mares bravo suelen, desgraciadamente, repetirse.

Este pueblo de GUARNIZO tiene, como todos los de la Montaña, sus viejas leyendas y sus pequeñas supersticiones; valor bien acreditado por sus hijos, la hombría de bien de todos, muchas veces probada, y notoria su fama de inteligente y discretos.

Alguien señala como primera parroquia de este pueblo la actual ermita que llaman de los Remedios, mirando al mar;  y el caso es que, alrededor del templo, en unos prados de finísima hierba, se celebra en septiembre la romería de la virgen, y el día 15 de agosto, en el campo inmediato a la cual parroquia, la de San Roque, concurridísimas siempre, hasta hace algunos años en que pasada la moda se acabaron, al tiempo, casi todas las romerías, porque tiempos más positivos arincaron esas fiestecillas tradicionales que se celebraban al aire libre, con todo el encanto de su sencillez y su inocencia, sustituyéndolas por esas otras que a la luz artificial y en sitios cerrados, menudean ahora reuniéndose los mozos y las mozas, y algunos señoritos aficionados, en salones poco ventilados, generalmente grande y siempre escasos de luz, para bailar traducciones americanas de moderna factura, menos alegres, pero más sugestivas y de más atracción que las de la época de sus abuelos y de sus padres.

Pudo ser esa ermita de los Remedios -no lo que se ve ahora- como afirman algunos, la primitiva parroquia de GUARNIZO, que no lo dudo, pero si lo fue, dejó de serlo, por lo menos en el siglo XV, que es cuando se construyó o se modificó la actual (que está mirando a Solía) por los monjes de Monte Corbán, pasando a ser la parroquial, si antes no lo hubiera sido, pues no sólo fue arreglada en ese tiempo, según señala la arquitectura, sino que los libros de fábrica más antiguos que se guardan en sus archivos, sólo se refieren a ella, y esos libros comenzaron con el siglo décimo sexto sus apuntaciones (1)

(1) Construyeron esa iglesia, o modificaron la que hubiera antes, los monjes del Monasterio de Jerónimo de Monte Corbán, al finalizar el primer tercio del siglo décimo quinto.

Habían ellos erigido su conocido monasterio en los primeros años de ese mismo siglo, y según rezan antiguos manuscritos del convento, que se conservan en el Archivo Histórico, el 14 de septiembre de 1407, sobre una ermita dedicada a Santa Catalina, donde vivieron como ermitaños, sin pertenecer a ninguna orden, en el siglo anterior, hasta que, por indicaciones del Obispo de la diócesis de Burgos, a la que pertenecían, y que era en aquella sazón, D. Juan Cabeza de Vaca, ingresaron en la de San Jerónimo.

Años después, en 1411, ingresaron también los ermitaños que Vivian en la isla de Santa Marina de D. Ponce y más tarde su unieron todos, comenzando por ser la residencia central, la isla, y a poco, a causa de ser sitio incómodo, estar aislado durante la mares alta, y ser de difícil acceso, a los fieles, se trasladaron todos a Monte Corbán

Esta iglesia, que es gótica en su mitad antigua -lo que es el ábside y donde está el presbiterio- tiene un agregado, que lo mismo pudo levantarse en los finales del XVII, que en los comienzos del XVIII; teniendo adosadas unas viviendas para los monjes que la servían, y donde tuvo su domicilio el general Gaztañeta, en las fachadas del Norte y del saliente; pero la parte gótica es muy interesante.

Vence en el cuadrado presbiterio, lo mismo en la pared del fondo que hoy cubre un altar que en las laterales, parejas de arcos apuntados -que tal vez en su tiempo pretendieron cobijar rasgadas ventanas de la época- cuyos arranques apoyan en caras, unas de hombre y otras de mujer, que vienen hacer las veces de soportes, Esos arcos están separados por los nervios que arrancando de capiteles, apoyados los unos en un solo fuste y los otros en un haz, se cruzan en la bóveda. Los capiteles son de dos hechuras, dos tamaños, y al parecer, de dos épocas. Los que corresponden a los fustes compuestos son más grandes y ostentan figuras de mayor tamaño, con toda la rudeza primitiva del románico, soportando dos de ellas cartelas en que aparece un escudo de armas que lleva un león rampante, bajo un sombrero de abad; ¡Existía todo así cuando los monjes, a principios del siglo XV, entraron a poseer la parroquia, o por el contrario, las cartelas enteras son obra suya y aun quizá las figuras de aspecto románico, que se estilaban todavía en los comienzos del gótico!. Los otros capiteles, que corresponden a los fustes sencillos, mucho más pequeños que los otros, llevan una cartela sostenida por brazos, que parecen pertenecer a una mujer, en que luce la rueda de Santa Catalina, bajo cuya advocación se fundó el convento.

El Monasterio de Monte Corbán fue edificado cerca de Santander, sobre la ermita de Santa Catalina, sosteniendo pleitos con los vecinos de los pueblos en que tenia bienes, que le habían regalado los fieles, como ocurría entonces frecuentemente, y les ocurrió a los mismos frailes con la iglesia de Latas. (2) de la que se juzgaban propietarios los vecinos, al punto de tardar bastantes años los frailes en posesionarse tranquilamente de las numerosas rentas que tenía esa iglesia.

(2) En la iglesia de Latas, frente a la isla de Santa Marina, existen documentos que prueban que, ya en el año de 1425, el Papa Martino V, concedió, por una bula, autorización a los monjes jerónimos de Corbán, para que pudieran ser capellanes de las iglesias de Lata, Muslera, San Cristóbal de Orexo...

Por lo que respecta a GUARNIZO, aparecen documentos extractados en el Índice antiguo del monasterio de Monte Corbán, que se conserva en la Biblioteca Municipal de Santander, confirmados en los documentos que están en el Archivo, que, en 1414, varios vecinos de GUARNIZO cedían al Monasterio cuanto tenían y heredaban en ese pueblo, desde San Pedro de Solía (que era una ermita), hasta el mar, es decir, hasta la ría que termina a corta distancia del puente.

Entonces Solía era un barrio de GUARNIZO, y así lo dice en una sentencia el alcalde de Santillana en 1437, obligando a los vecinos de Solía a pagar alcabalas al Concejo de GUARNIZO, por ser vecinos de él; figurando diversos contratos en el año de 1439. habidos entre los vecinos de ese pueblo y los frailes Jerónimos de Monte Corbán.

Para esa época esos monjes disfrutaban ya de muchas de sus rentas y disponían de casi todas sus haciendas, pues en el año de 1423, por sentencia dada en el convento de San Bartolomé de Lupiana, se dispuso que disfrutara de todos los bienes el Prior del Monasterio de Santa Catalina de Monte Corbán, disponiendo además del nombramiento de los capellanes de Muslera, Latas..., es decir, de todas las capillas que le pertenecían, pudiendo designar para esos puntos, incluso a los religiosos de un convento o de otros.

Fué el Papa Martin V (de la gran casa principesca de los Colonna de Italia), quien en 1419, a los dos años de su pontificado, confirmó una donación que el sacerdote D. Juan de Cervantes, que había de llegar al Cardenalato, pasando por los obispados de Avila y Segovia y el Arzobispado de Sevilla- , hizo a los ya Jerónimos de Monte Corbán, de los beneficios que poseía en Muslera.

Entregándose en el año 1435, diez florines de oro al cabildo de Burgos por el derecho que pudiera tener sobre la iglesia de Nuestra Señora de Muslera, en GUARNIZO.

Conocidos ya todos estos antecedentes, que ponen de relieve cómo y por qué, pertenecían a los monjes la iglesia y gran parte de las fincas de GUARNIZO, es fácil deducir que, por esos años, se edificaría o reformaría la parte del ábside que anteriormente describimos, puesto que hasta ese momento, el año de 1435, que se entregaron los diez florines de oro al cabildo de Burgos, por los derechos que pudiera tener sobre ella, no pasó a perfeccionarse su propiedad.

Los monjes pusieron el emblema de su convento, la rueda de Santa Catalina (como los de Guisando tenían los toros), y además un león rampante debajo de un sombrero de Abad o de Prior, que, si no está relacionado con el convento, puede señalar a alguna familia montañesa a que perteneciera el Prior, en cuyo tiempo se construyera la iglesia, o de tal cual autoridad; pero, bajo el sombrero de Abad, para señalar la jerarquía y la relación con el Monasterio.

En el retablo del altar mayor, de gusto plateresco, que tapa los arcos de la pared del fondo, se ven algunos santos de talla estimables; y sobre una andas , junto a la verja del presbiterio, destaca la imagen que da nombre a la iglesia, de Nuestra Señora de Muslera.

La imagen es pequeña y la cara y la cabeza mejor proporcionadas que otras muchas que se ven de su tiempo y de su estirpe, lo que hace pensar en arreglos o retoques posteriores. Más si como obra de arte no merece la atención del visitante, es tan grande la fe que tiene en ella, y la ha guardado en toda ocasión el pueblo, haciéndola homenaje de ex-votos, ofrendas, regalos y promesas.

Esta imagen pequeñita, antigua, sin nada de particular al exterior, pero capaz de conservar y reaccionar la fe un pueblo, es conocida por Nuestra Señora de Muslera, y su venida a GUARNIZO no fué sino por causa de un milagro, que de modo más o menos parecido a lo que primero se relató lo cuentan en el pueblo a quienquiera que desee averiguarlo.

La realidad de la leyenda, es recogido y en la narración de los propios libros de la parroquia de Guarnizo que, en uno de los más antiguos que comienza con el siglo decimosexto, y en sus primeras páginas, dice lo siguiente:

" Del lugar de donde vino por milagro la Virgen..."

" En el lugar de Pontejos, que es en la Merindad de Trasmiera (4), en el mes de septiembre de 1552, en presencia de mi, Francisco de Prado Calderón, acólito, notario y protonotario de S.F. y conde pelatino del palacio Sacro e Imperial y de los testigos de yuso, que fueron presentes el muy Reverendo Padre, Fray Francisco de Villanueva, Prior del Monasterio de Santa Catalina de Monte Corbán, como Señor único que es de la iglesia de San Maria de Muslera, que es en el lugar de GUARNIZO, y siendo informado de que esta imagen de la dicha iglesia, había antiguamente estado en una ermita que era del dicho lugar de Pontejos, y se había venido por milagro a la iglesia ya dicha de Muslera, y que había cierto término y árboles donde antiguamente había estado la dicha ermita e imagen, en el cual acontecieron cosas notables, que hasta el presente día se llamaba Muslera (se refiere al lugar), y que queriendo saber la verdad de todo esto, pasó el Mar (el canal de la Ría), y fué al dicho lugar de Pontejos, y a presencia de mí, el susodicho notario y de los testigos de yuso suscritos, como dicho es, y de algunos vecinos antiguos y honrados del otro pueblo, siendo llevados por ellos al lugar, ya dicho de la antigua ermita, paseó por sus pies, y vio por sus ojos, y oyó por sus orejas, el lugar de la ermita y término y arbolar y relación de ella, y halló por relación de los vecinos antiguos y honrados del dicho pueblo, las cosas siguientes que son notables y dignas de memoria, y por ser tales y redundar en gloria de la madre de Dios, pidió a mí, el dicho Notario, las escribiese en el libro de la visita de Nuestra Señora de Muslera y de ellas diese testimonio, en manera, que hiciese fe ad perpetuán memoriam sancte virginia y mayor devoción de los fieles cristianos".

" Joan de Muslera e de Vedia, hijo de Joan Gutiérrez de Vedia, que es de edad de 60 años, poco más o menos, dijo haber oído a su padre y antiguos del pueblo, cómo en el término ya dicho, que es en el barrio de Palacio, junto a las llosas, que son entre el monte y las casas, que estaba una ermita o iglesia de Nuestra Señora que se llamaba Santa Maria de Muslera, de mucha devoción, de la cual tenía cargo una freyla, y cerca de la dicha ermita o iglesia moraba un hombre llamado por sobrenombre Perión, el cual olvidaba su población, tuvo Ayuntamiento con la dicha freyla".

" Y como Nuestra Señora sea virgen y madre de toda limpieza, en tanta manera abominó este pecado de su sirvienta, que su imagen, quiso que no estuviera más en aquella ermita y por milagro se pasó al término de GUARNIZO. Y al tiempo que pasaba el mar, que estaba bajo y menguado, posó en una peña que está en medio de aquella paso, la cual en pleamar está cubierta de agua, y que baja, está descubierta, donde, se dice, había dejado ciertas señales; que de allí subió el monte marítimo de GUARNIZO (es el lugar que ocupa el pueblo del Astillero hoy), y posó la dicha imagen en un arebo, que al tiempo presente es llamado, en memoria de este hecho, el arebo del puerto, del cual adelante se dirá. y de aquí fue trasladada la dicha imagen a la iglesia de GUARNIZO, que guardando el vocablo antiguo, se llama Santa Maria de Muslera, que es la que hoy está en el altar mayor.

" Y de estas cosas postrimeras dieron otros muchos testimonios así del lugar de Pontejos, como de GUARNIZO, afirmando haberlas oído a sus mayores, a cuya causa aquella iglesia o ermita antigua, fue desamparada y dada a tanta olvidanza, por discurso del tiempo, que se cayó y no quedó sino los muros de la dicha ermita solamente, y algunas sepulturas que están en contorno de aquel lugar y árboles".

" Item, Juan Gutiérrez de Vedia, vecino de dicha aldea de Pontejos, de edad 70 años, dijo y confirmó todo lo que arriba se contiene y que aquel lugar, donde estaba dicha ermita de Nuestra Señora fue siempre tenida en mucha veneración y resguardo, ni más ni menos que si la capilla y la imagen estuvieran allí. Habiendo oído contar muchos milagros que allí acontecían, y que en su tiempo, entre otros, vio que un Juan de Torres, vecino del dicho lugar, como más atrevido, cortó de una cagiga, de las de Nuevas Señora, un aladro y al tiempo que le puso a los bueyes para aladrar, torciéronceles las cervices, dando los mayores gritos del mundo, y visto por él castigo que Nueva Señora le daba, por el acto temerario de cortar en su cagigal, más que otro del pueblo, tomó el aladro y llevólo a la cagiga, a donde le cortó y colgóle de ella con una soga, dio su culpa y supliendo a Nuestra Señora le perdonase y le restituyese las cervices en su lugar, lo cual fué hecho milagrosamente, por obra de la madre de Dios".

" Otros muchos milagros contaron los dichos deponentes haber acontecido por obra de aquella gloriosa imagen de Nuestra Señora de Muslera, las que por su excelencia, y devoción de los del pueblo, quedarán perfectamente impresas en sus corazones al dejarlos de hijos en nietos, biznietos y perpetua sucesión.

"Item su Reverenda Paternidad, visto el lugar donde estuvo la dicha ermita de Nuestra Señora de Muslera, donde hállalos de Nuestra Señora y lugar donde estuvo situada la dicha ermita, rodeada de las dichas caigas grandes, de las cuales hay algunas en el suelo, con otra mucha leña podría y seca, de antigüedad que yace, y no osan llevar de allí. Y así, torno a pasar la mar, y vistos los acebos de puerto, que son dos, y un espino cercado de piedra caída por el suelo, que denota el milagro de la gloriosa virgen madre, al tiempo que se pasó a Guarnizo, de estos arabos no se corta ramo ninguno, por devoción a Nuestra Señora!.

"Todo lo susodicho, fue hecho y anotado por mandato de su Reverenda Paternidad, ante mí, Francisco de Prado Calderón, Notario Apostólico y testigos de yuso, escriptos en el dicho lugar de Pontejos, como ficho es, ya que quedará en este libro de la visita de la iglesia de GUARNIZO, escripto y asentado ad perpetuam Rei Memoriam de los sobredichos deponentes, testigos que fueron presentes a todo lo sobredicho. Fray Francisco de Riloba, y Garcia Fernández de la Encina, capellán de Nuestra Señora de Muslera y Juan de Maoño y Juan de Igollo, donados del dicho Monasterio y Pedro de Rico, estudiante, y Vastián (Sebastián), del Valle, mayordomo de Nuestra Señora de Muslera, y vecinos de GUARNIZO, y otros muchos vecinos del dicho lugar de Pontejos. Fue hecho en el dicho lugar, en el dia y año susodicho del Pontificado de Nuestro Santo Padre Julio, Papa III en él su año II, Reinando en estos Reinos de España, el Justísimo Emperador don Carlos, y su hijo Don Felipe I, de España y su Reverenda Paternidad lo firmó de su nombre y yo lo firmo de mi signo, Fray Francisco de Villanueva - hay un signo compuesto de una cruz sobre las llaves de San Pedro, cruzadas y debajo las iniciales F.P.C. y la leyenda "Dios protestio mea". Et ego Francisco de Prado Calderón...."

Todos estos antecedentes se traen a colación aquí porque en terrenos de los frailes se pusieron las gradas del Astillero, porque en esa iglesia oían la misa, recibían los Sacramentos y se encomendaban a la virgen y a Dios los tripulantes de los navíos que salieron de aquellas gradas, y porque en la vivienda de los monjes, adosada a la iglesia, moraban los directores del Astillero, que se llamaron Gaztañeta, Campillo, Ensenada...

(4) Pontejos está al otro lado del canal, frente por frente del muelle de Astillero, que cuando se hizo esta narración no existía ni ese pueblo ni ese nombre, pues donde está hoy, era un montecillo que por llegar hasta el mar, se llamaba el Monte marítimo de GUARNIZO.



(fuente: Cantabria por Maria - Santuarios de Latas y Muslera - Jerónimo de la Hoz Teja)