viernes, 28 de abril de 2023

ASTILLERO inauguración de la Casa Consistorial año 1878

 



(Postal propiedad de Ricardo Vega)



La Casa Consistorial inaugurada se encontraba en el solar conocido con el nombre de "Casas de la Plaza" perteneciente a la Junta de Comercio, quienes en 1875, cedieron al Ayuntamiento, para la construcción de la Casa-Ayuntamiento y escuelas con viviendas para su maestros.

Para su construcción hubo que modificar su alineación con objeto de regularizar la citada calle y dar mayor acceso al paseo de "La Planchada"

El edificio, se ha mantenido prácticamente intacta su estructura, aunque ha tenido periodos que han sufrido distintas remodelaciones.

Constaba en su planta baja de unos portales que daba ingreso a la Casa-Ayuntamiento y las habitaciones de los maestros de ambas escuelas, en cuyas salas podían recibir la primera enseñanza unos 120 niños y niñas.

A los largo de un centenario de años, el salón donde se celebraba sus sesiones situado en la planta principal, como los despachos de las autoridades, siguen distribuidos hoy como entonces.

  

El 30 de mayo de 1878, fue inaugurado las obras de la Casa Consistorial y dos escuelas de primera enseñanza.

 

En abril de 1878, el Ayuntamiento de Astillero-Guarnizo había señalado el día once de Mayo próximo, a las once de la mañana, para la adjudicación en pública subasta de las obras de construcción de la Casa Consistorial y Escuelas de ambos sexos para este Ayuntamiento, cuyo presupuesto ascendería a 54.122 pesetas.

La subasta se celebraría en el Ayuntamiento, hallándose en la Secretaria de manifiesto para conocimiento del público, los planos, presupuesto y condiciones.

Las proposiciones se presentarían en pliegos cerrados, arreglándose exactamente al modelo adjunto, debiendo consignar previamente como garantía para tomar parte en la subasta, dos mil setecientas pesetas en metálico, debiendo acompañar a cada pliego, el documento que acredite haber realizado el depósito en la Depositaria municipal.

En el caso de resultar dos o más proposiciones iguales, se celebraría únicamente entre sus autores, una segunda licitación, debiendo ser la primera mejora de cien pesetas y quedando las demás a voluntad de los licitadores, siempre que no bajen de diez pesetas.

 

El R.O. del 6 de abril del Ministerio de Fomento, visto el expediente instruido por el Ayuntamiento del Astillero, en solicitud de subvención de los fondos del Estado para construir escuelas públicas de niños:

Vistas la R.O. de 24 de julio de 1856 y la orden del Poder Ejecutivo de 22 del mismo mes de 1874.

Resultado que se han cumplido las formalidades y requisitos que dichas ordenes previenen para justificar la necesidad del auxilio y que el Municipio es acreedor por su celo y sacrificios de la primera enseñanza al 50 por 100 del coste total de las obras destinadas exclusivamente para Escuelas y  habitaciones de los Maestros:

Considerando que el presupuesto que acompaña al proyecto formado por el Arquitecto provincial arroja la suma de 36.008 pesetas.

S.M. el Rey, de acuerdo con el Consejo de Instrucción pública, se ha dignado a conceder al Ayuntamiento del Astillero una subvención de 18.004 pesetas con cargo al cap. 22 art. 4º del presupuesto corriente de este Ministerio, cuya cantidad deberá librarse por el Ordenador de Pagos a favor del Alcalde cuando acredite con certificaciones del Director facultativo de dichas obras, visadas por el Gobernador de la provincia, que previa subasta y con arreglo al plano y pliegos de condiciones aprobados la tiene ya invertida el Municipio en la construcción de las escuelas dentro del año económico actual.

 

El día 30 de mayo de 1878, el vapor Corconera núm. 2 vistosamente engalanado con guirnaldas de laurel y flores salió para el Astillero con las personas invitadas al acto de la inauguración de la Casa Consistorial y dos escuelas de primera enseñanza.

El vapor conducía a su bordo comisionados de las Corporaciones civiles, militares, eclesiásticas, representantes de la prensa periódica y demás personas invitadas para asistir al acto inaugural.

Dos botes de la goleta de guerra "Consuelo", que se hallaba surta en el puerto, eran llevados a remolque por el vapor Corconera y esos botes conducían al Sr. Gobernador civil de la provincia, don Ricardo Villalba; al Sr. Casariego, Comandante de Marina; al Sr. Jefe de la sección de Fomento del Gobierno civil y señores comandante y oficiales de la mencionada goleta de guerra.

Al desembarcar la comitiva en el puente construido en la casa de baños del Astillero, vistosamente engalanado con arcos de laurel y banderolas, fueron recibidos por la Comisión compuesta por el Alcalde, D. Venancio Tijero, de los señores concejales, cura párroco, Juez municipal y Secretario del Juzgado.

El repique de las campanas, las salvas que se hacían desde la Planchada, daba más solemnidad al acto que empezaba a celebrarse.

Desde el embarcadero hasta el pie de las obras que iban a inaugurarse, estaban adornada con gallardetes y perchas forradas con follaje; las casas del recorrido y otras muchas más del pueblo, lucían elegantes y bonitas colgaduras.

 

El alcalde, don Venancio Tijero, secundado por el ayuntamiento que presidia, venia hacia ya mucho tiempo, con la idea que llegaría ese momento ser una realidad.

Consiguieron ver puesta la primera piedra de un edificio, destinado a dos usos tan importantísimo como son las escuelas públicas y la Casa Consistorial, una institución de las más relevantes.

La comitiva oficial desembarcó en el pueblo, todos los concurrentes, precedidos del señor Tijero y de las autoridades de la capital, dirigiéndose al sitio señalado para la ceremonia.

En todo el solar, que ocuparía el edificio, vistosamente engalanado con banderas y ramajes, y en el centro de aquel un cabria formada por tres maderos, de los cuales pendía la piedra que había de servir para encerrar el acta de la inauguración de las obras.

Después de firmado el documento por todos los concurrentes, se procedió a la bendición de la piedra, ceremonia de la cual estaba encargado el secretario del Sr. Obispo, don Pedro José Espinosa, por delegación de Su Ilustrísima.

Inmediatamente se depositó en el sitio destinado al efecto una caja de zinc, herméticamente cerrada, que contenía el acta inaugural, dos ejemplares de cada uno de los periódicos de la capital y varias monedas, procediéndose enseguida a la colocación de la piedra, que recibió varias paladas de cal de los señores Gobernador Civil, Vice-Presidente de la Diputación Provincial, secretario del señor Obispo y diputado del distrito.

 

La acta de la ceremonia, se firmó por las personas que componían la comitiva en la forma siguiente:

* En el pueblo del Astillero á treinta de Mayo de mil ochocientas setenta y ocho, reunidos los señores que suscriben, previa citación al efecto del Ayuntamiento de éste término municipal, por el Sr. D. Ricardo Villalva, Gobernador civil de esta provincia, se procedió a colocar la primera piedra en el edificio destinado a Escuelas y Casa Consistorial en este pueblo; y en fe de haberlo así verificado lo firman todos los señores concurrentes de que certifico - El Gobernador, Ricardo Villalva - El Alcalde del Astillero, Venancio Tijero - etc.etc. *

 

Terminado el acto oficial de la inauguración, al que concurrió el vecindario y un gran número de personas de Santander que, como día de fiesta, habían ido a pasar la tarde en Astillero.

Por invitación del señor Tijero pasó la comitiva al salón alto de la fonda, donde había preparado un abundante y bien servido buffet.

Llegado el momento oportuno, inauguró los brindis el señor Gobernador Civil y después de cumplir con los deberes de su carácter oficial, manifestó su deseo de que en el salón de sesiones de la Casa Consistorial, cuyas obras acababan de inaugurarse, se colocaría una lápida con el nombre de don Venancio Tijero.

Después de los discursos, fue el señor Tijero quien se levantó a dar gracias a todos los concurrentes y por el acto inaugural que se había verificado en el pueblo.

Merecía también elogios la empresa de los vapores al Astillero por el buen servicio de los mismos, pues la travesía se hizo en el Corconera núm. 2, con una rapidez extraordinaria, gracias a la excelente construcción que reunían dichos barcos a la comodidad que ofrecían a los pasajeros.

Tampoco se omitieron el agradecimiento a los dueños de la fonda del Astillero que tanto se esmeraron en el servicio del buffet, a pesar del gran número de personas que ocuparon las mesas.

La despedida del vapor fue correspondida con cañonazos y con una gran salva de cohetes.

A las ocho desembarcaba la Comitiva de regreso a la ciudad, todos satisfechos por el buen trato recibido por las personas que componían en el Astillero la Comisión organizadora de ese acto inaugural.

 

 

 













sábado, 22 de abril de 2023

ORFEON ASTILLERO-GUARNIZO año 1927

 




Orfeón Astillero-Guarnizo, en el Salón Cortabitarte


El Orfeón de Astillero-Guarnizo, se fundó tras una reunión de jóvenes de Guarnizo, en el año 1921.

Su primer director provisional fue don Jesús Soto y el lugar de ensayo estaba situado en Astillero, en los locales del Salón Cortabitarte.

Su primer director oficial y al mismo tiempo propulsor del Orfeón, fue don Antonio González, presidente del Circulo de Recreo de Astillero, del cual eran socios la clase más selecta de la comarca y parte de Santander.

Con motivo de hacerse cargo del Coro, don Antonio, en el año 1924, se celebró un acto emotivo durante el cual se hizo entrega al Orfeón de unas simbólicas llaves del pueblo y una bandera de Guarnizo, en la cual ponía "Noble Guarnizo, de ascendencia celta, el Cielo está contigo".

Con este detalle se le agradecía al Orfeón su personalidad y actividad. Después de la bendición de la bandera, por el párroco de Guarnizo, don Jesús Sainz, se celebró una misa, acompañado de varias obras del maestro Will, magistralmente interpretadas por el Orfeón.

De esta manera, quedó fundado el famoso Orfeón de Guarnizo-Astillero.

En este acto, se interpretaron varias sardanas, por un grupo de catalanes residentes en la comarca, destacando entre ellas una, que hubo de ser interpretada tres veces y cuyo nombre correspondía a "L'Ampurdá", del maestro Morera.

Con motivo de este acto, se celebró una chocolatada entre los vecinos, así como una romería y otros festejos, no faltando el tiro de cuerda, las carreras a pie y un partido de futbol entre la Unión Montañesa y el Unión Club.

Por la noche continuaron los actos, con una velada en el Salón Cortabitarte, a cargo del cuadro artístico del Círculo de Recreo de Astillero, el cual interpretaron las obras de "El político" y "El novio de doña Inés".

  

Por las fechas de febrero de 1927, la Coral Orfeón Astillero-Guarnizo, estaban a punto de terminar los ensayos de una difícil y bella obra del maestro Eslava, "El Amanecer", obra que el día que lleguen a estrenarla, había de proporcionarles un nuevo triunfo resonante y seguían con otras dos obras de ambiente castellano "La trilla" y "La siega", que la Coral Zamorana les había regalado para confeccionar un selecto programa para su próximo concierto.

En marzo de 1927, tomó posesión de cargo la nueva Junta directiva de Círculo de Recreo y Orfeón Astillero-Guarnizo.

Componían la Junta los señores: Presidente, don Bernardo Peche; vicepresidente, don Tomás Garcia; tesorero, don José Lorenzo: secretario, don Ramiro Garcia; vicesecretario, don José Maria Molleda; vocales: don Teodoro González, don Rafael García y don Conrado Fernández.

Todos estos eran orfeonistas, excepto el vocal don Rafael García.

 

El día 19 de marzo de 1927, fiesta de San José, el Orfeón precedido por la banda municipal, a las diez de la mañana se dirigieron a la iglesia parroquial para cantar la misa, uniéndose en la Casa Consistorial con la Corporación municipal y demás autoridades militares y civil.

Un numeroso gentío acompañaron a la coral hasta el templo, que se encontraba lleno de fieles y seguidores del Orfeón.

El Orfeón, bajo la inteligente batuta de su director, don Jesús Soto, y acompañado al armonium por su hermano, el excelente pianista, don Julio, interpretaron la "Misa", a cuatro voces, de Witt; el "Credo", sonoro y armonioso, de la segunda pontifical, de Perossi y una plegaria al glorioso Patricarca, nuestro Santo Patrono.

Las dulces y tiernas armonías del canto religioso impresionaron emotivamente al auditorio y la coral se pudo sentirse orgullosa de su actuación.

Por la noche, en el Teatro-Cine, tuvo lugar el concierto dado por el Orfeón, donde consiguió calurosos aplausos en la interpretación de las obras que figuraban en el programa.

"El amanecer" de Eslava, que cantaron por primera vez y que fue interpretado admirablemente, como las demás obras del programa.

 

El sábado 7 de mayo de 1927, el orfeón Astillero-Guarnizo, se trasladó al pueblo de Guarnizo, para dar una velada musical, en el salón "La Perla".

La actuación de la coral fue un éxito, consiguiendo calurosos aplausos de los que asistieron a la fiesta artística celebrada.

Colaboró con el Orfeón, el Cuadro Artístico que dirigía don Pedro Arnuero.

 

En las fechas de junio de 1927, el Círculo de Recreo, fundador y sostenedor de la coral Astillero-Guarnizo, había organizado una excursión al pueblo de Ontaneda, con el fin de dar un concierto el laureado orfeón.

El viaje se hizo en tren especial que salió de Astillero a las catorce del día 19 de junio y el regreso se haría en el mismo tren, que retornó de Ontaneda a las veinte.

El costo del viaje, fue de tres pesetas ida y vuelta y para ello debían proveerse con anticipación de un ticket canjeable por el correspondiente billete el día de la jira.

Las obras que el Orfeón interpretaron en Ontaneda fueron las siguientes:

Primera parte.- "Bella amanecer", balada, a cuatro voces, Julio Soto; "Adiós, marinos", canción vasca, a cuatro voces, A. Villar; ""Cantos asturianos", a cuatro voces, H. González: "¡Viva la Montaña!, cantos populares montañeses, a cuatro voces, Julio Soto.

Segunda parte.- "Al rumor de las olas", bella composición marinera, letra del notable literato, Fernando Segura y másica de A. Bretón, hijo del inmortal autor de "La Dolores", escrita exclusivamente para la masa coral; "Mi montañesa", cantos montañeses, a cuatro voces, Julio Soto; "El anochecer, preciosa obra a cuatro voces; "Negra sombra", bellísima y sentimental balada gallega a cuatro voces, J. Montes.

Tercera parte.- "Yo no soy marinero....", inspiradísima canción montañesa, a cuatro voces, Sáez de Adana; ¡Boga, boga!, hermosa y valiente canción vasca, a cuatro voces; "Tierras llanas" (La trilla), conjunto de preciosas canciones castellanas, a cuatro voces, armonizada de modo notable por el director de la Coral Zamora, don Inocencio Ahedo; "L'Empordá", hermosísima y alegre sardana, a cuatro voces, que el orfeón astillerense cantó de modo insuperable, Morera.

Este concierto se celebró el domingo 20 de junio.

 

En esas fechas, en el Orfeón figuraba como destacado,  el notable barítono solista, Angel Maillo.

En 1927 los orfeonistas Julián González, Santiago Sierra y Rafael Giráldez, fueron destinados a sus deberes militares.

 

El día 20 de agosto de 1927, se celebró la velada musical en los salones del Teatro-Cine, con la interpretación del Orfeón Astillero-Guarnizo.

El concierto estaba organizado para obsequiar a sus socios y el público respondió admirablemente al llenar la sala.

El orfeón cantó en primer término la canción de "El emigrante". En el "Canto del estudiante" el público ovacionó al barítono local, Angel Maillo, quien recibió calurosos aplausos.

En la interpretación de "Negra sombra" y "La trilla", hubo de ser repetida por petición del público.

Al final el Orfeón, cantó el "Viva la Montaña", obra clásica y genial que llegó al corazón de los espectadores.

Aquí destacó el niño, Delfín Martinez.

 

El día 12 de octubre de 1927, en el salón Cortabitarte, tuvo lugar un interesante concierto a cargo del Orfeón Astillero-Guarnizo, junto con la Coral de Laredo.

El programa fue el siguiente:

Primera parte.- El Orfeón astillerense, cantó: "Cantos asturianos", a cuatro voces, H. González; "Anochece", coro a cuatro voces; ¡Boga, boga! coro a cuatro voces.; "Une edit bar" coro a cuatro voces; "La trilla" cantos llanos, J. Aedo.

Los precios fueron de 1,50 pesetas butaca y 0,75 pesetas general.

 

En el año 1931, el Orfeón marcó una época totalmente histórica, pues los éxitos se fueron sucediendo hasta llegar a lo más alto considerándose la Coral de los mejores de la provincia, junto con la Parayas, Torrelavega y la Coral de Camargo.

 

En estas fechas la Junta directiva del Orfeón, estaba formada: Presidente: don Bernardo Peché; vicepresidente: don José Lafuente; secretario: José Maria Molleda; vicesecretario: don José Herbosa; tesorero: don José Navarro; vocales: don Ramón Hontavilla, don José Hazas, don Tiburcio Gutiérrez, don Alfredo Díaz, don Rufino Serna y don Manuel Fernández.

 

En el año 1935, el Orfeón obtuvo un gran existo en Torrelavega, al interpretar la pieza "Caenantibusillis" consiguiendo el segundo puesto del certamen allí celebrado.

 

En este mismo año, volvieron alcanzar un rotundo éxito en Castro Urdiales, del cual repercutió en Vizcaya, siendo contratado la Coral para diversos festejos.

También actuaron en Zaragoza, Segovia, Madrid, Teruel, San Sebastian y otras localidades.

 

Luego vendría la contienda nacional y el Orfeón desapareció.

 

 

 

 

 

 







jueves, 13 de abril de 2023

ZENON Y JOSE MACIAS RUIZ, mecánicos aviadores militares astillerenses.

 










(documentos del Archivo Histórico del Ejército del Aire)

Zenón Macías, nacido el 9 de julio de 1900, en Astillero, hijo de Zenón y Guadalupe y hermano de José Macías.

 

Zenón causó alta en las Tropas de Aeronáuticas procedente de la Caja de Santander nº 23, en la fecha del 21 de noviembre de 1921, incorporándose a Guadalajara el 22 del mismo mes.

El 24, marchó por ferrocarril al Aeródromo de Cuatro Vientos, donde se incorporó a la 1ª Unidad de Aviación.

El 14 de enero de 1922, marchó al Aeródromo de Tetuán (África), donde quedó prestando los servicios de su clase y promovido al empleo de Cabo de Ingenieros por elección.

 El 27 de septiembre regresó por vía marítima y ferrocarril al Aeródromo de Cuatro Viento con el fin de tomar parte en el curso de mecánicos de Aviación e incorporándose a los servicios de su clase en la 5ª Sección de este Servicio

ZENON, murió joven en accidente ocurrido el 8 de marzo de 1923 .

 

El día 8 de marzo de 1923, a las doce de la mañana, en un aparato de aviación, el teniente de Caballería, señor Cardoqui y el cabo de aviación Zenón Macías, se elevaron desde el aeródromo de Cuatro Vientos.

El cabo mecánico Macías pertenecía a la quinta sección que mandaba el capitán de Ingenieros, don Antonio Peñalver.

Al poco rato, el aparato sufrió una avería en el motor, yendo a caer a tierra, en barrena, desde bastante altura, sobre un campo de Leganés.

Acudieron en su auxilio fuerzas militares que sacaron los cadáveres debajo del aparato destrozado y los condujeron al hospital donde quedaron en la capilla ardiente.

El entierro se efectuó a las cuatro de la tarde, en presencia de las autoridades militares, representación del Rey, ministro de la Guerra, general Echagüe, coronel Soriano, los compañeros del piloto y de todos los mecánicos de Aviación.

Los féretros, cubiertos por la bandera española, fueron sacados a hombros de sus compañeros hasta las carrozas, sobre las que se veía coronas dedicadas por la Aeronáutica Militar,  Aero Club y los mecánicos de Aviación.

Organizada la comitiva y tras la carroza que conducía los restos de Zenón, iban de duelo, en representación de la familia, Marina Villegas, del Astillero; Cárcoba, Castilla, Landazábal, Cotera, Santa Cruz, Juárez, Ruiz, Monar, Fuentes, Cavia, Blanco, Aníbarro y demás amigos.

El aparato que tripulaba el teniente Cardoqui era un Ansaldo-1.

Subió al aeroplano con el aviador, el alumno de mecánica, soldado de Ingenieros Julián González, cuando el piloto se disponía a levantar el vuelo, el cabo de Ingenieros Zenón Macías pidió al soldado que le dejase el puesto, salvándose así éste de perecer en el accidente.

Zenón Macías, tenia veintitrés años.

El cabo de Ingenieros, señor Macías, pertenecía al reemplazo de 1921, llevaba en el servicio diez y seis meses. Prestó servicio en África y hacia cuatro meses paso a Cuatro Vientos.

Hacia quince días había fallecido su esposa y del matrimonio quedaba una niña de tres años.

La pérdida de Zenón Macías, fue muy  sentida a ser persona muy querida en el Astillero, Peñacastillo y Muriedas, donde frecuentemente tenía su residencia.

En el ejercito de operaciones en África, se distinguió en las practicas arriesgadas de la aviación

 

Con Zenón Macías, ya fueron varias las victimas montañesas que registraba la historia de la aviación.

El primero, el gran aviador Salvador Hedilla, que pereció en Barcelona, al realizar uno de sus magníficos vuelos.

También el santanderino, Florentino Vela, en 1921.

Después el astillerense Gerardo Vela, desaparecido cuando realizaba el viaje a su querida tierra.

El capitán Villegas, muerto también en accidente de aviación.

 

Por marzo de 1923 y tras la tragedia de la pérdida del cabo y mecánico de la aviación militar, Zenón Macías, los componentes del aeródromo de Cuatro Vientos, abrieron una suscripción a beneficio de la madre y de sus cuatro hermanos para ayudarles ante su situación delicada.

La madre de Zenón residía por entonces en Astillero.

 

 

José Macías, nacido en Astillero, el 9 de agosto de 1902.

Mecánico de aviación de la Líneas Aéreas Postales Españolas (LAPE).

Durante la guerra civil formó parte de la Aviación republicana en los frentes de Sevilla, Alcázar de Toledo, Cuartel de la Montaña,  Somosierra, Irún, San Sebastían, Santander y Asturias.

Terminada la contienda civil en 1939 se trasladó a Toulose, donde residió durante unos años y posteriormente en Montauban, localidades francesas.

El 12 de junio de 1939, se embarcó en el "Ipanema", en el puerto de Pauillac (Gironda), rumbó a México, llegando a Veracruz el 7 de julio.

A bordo de este buque, viajaron casi mil refugiados españoles.

 

En las fechas de julio de 1926, se anunciaba la llegada a la capital de Santander de una escuadrilla de aviación de la que formaba parte el capitán don Alfonso Esteban.

El viernes 23 de julio, aterrizó en la Albericia los tres biplanos militares.

Del campo de aviación de la capital burgalesa salieron cinco aparatos, pero la niebla eran tan densa que previsoramente, tres de ellos decidieron volver al punto de salida.

Dos continuaron logrando aterrizar en La Albericia, después de luchar denodadamente contra la niebla.

El primero que aterrizó fue el tripulado por el sargento García Delgado y el mecánico Gregorio Garay. Más tarde llegó el que tripulaba el soldado Vicente Redondo y el mecánico Francisco Olivares.

Por la tarde, a las dos, llegaron los aparatos tripulados por los capitanes señores Vives y Aguirre, a quienes acompañaban como mecánicos, el cabo Felipe Mariñosa y el soldado Manuel Esteban.

Más tarde llegaría el otro aparato, que completaba la escuadrilla y que tripulaba el comandante Sandino y el capitán Martinez.

Uno de los aviadores, el mecánico montañés, José Macías, vino con el capitán Esteban.

Llegaron en un avión Havilland 180 HP, número 8.




El 2 de agosto de 1926, en Astillero, se organizó una fiesta  en honor a los aviadores astillerenses, JOSE MACIAS y GERARDO VELA.

A la entrada del paseo habia un lienzo con la siguiente inscripción "El pueblo de Astillero saluda a sus aviadores"

Durante el lunch celebrado en El Cordón Bleu, se pidió unos momentos de silencio en memoria del valiente aviador astillerense, Zenón Macías, hermano de José allí presente.

 

El 19 de noviembre de 1938, salido para Turquía una delegación del Gobierno de la República formada por el ministro de Comunicaciones y Transporte, con objeto de asistir al entierro del Presidente Ataturk Kemal.

La Compañía Líneas Aéreas Postales Españolas que prestaba grandes servicios al Gobierno durante la guerra, fue la señalada para transportar a los viajeros y al efecto se dispuso del avión "Douglas D.C.-2", que reunía las condiciones para realizar una larga travesía.

Tripulaba el avión don José Maria Carrera, como primer piloto; don Teófilo Gil, como segundo; don Alvaro Bielsa y don Miguel Hernández, como radiotelegrafistas y don José Macías, como mecánico.

José Macías,  falleció en Méjico, después de cuarenta años de exilio, quien fue gran mecánico de las Líneas Aéreas Postales Españolas "Lape".

Esta compañía aérea fundada en 1932, desapareció tras el final de la Guerra Civil española.

Era muy popular en su tierra.