viernes, 29 de enero de 2021

TALLERES DEL ASTILLERO (1923-1927)

 





Los Talleres del Astillero, siempre han sido noticias en los periódicos, que han dedicado páginas en destacar esta importante industria, ubicada en el Astillero.

 

En la fecha 13 de enero de 1923, la Dirección General de Obras públicas había comunicado al Gobierno civil la concesión de la subasta para la construcción de los cambios y cruzamientos para la instalación de las vías del ferrocarril internacional, en la estación de Canfranc, a los talleres del Astillero.

 

Por el año 1924, la Sociedad Talleres del Astillero, acaba de distribuir dos mil duros a sus obreros, como tanto por ciento de los beneficios que había obtenido la Empresa en el año anterior.

 

Por marzo de 1925, los Talleres del Astillero, después de algunas dificultades por las que había atravesado, en un plazo relativamente corto, tuvieron que acrecentar de manera asombrosa sus medios de trabajo con la construcción de amplias naves y colocación de maquinaria moderna, con cuyos medios habían conseguido ponerse en condiciones de competir con otras factorías similares.

Todo ello publicado en la "Gaceta" de Madrid, de fecha 20 de marzo de 1925, una Real orden en la que la Dirección general de Obras Públicas había adjudicado a la Sociedad Talleres del Astillero, la construcción de catorce plataformas giratorias para vía española; dieciséis plataformas giratorias para vía francesa; nueve plataformas giratorias para vía mixta; un puente giratorio para locomotoras y un carretón transbordador eléctrico para vagones, todo ello, con destino a la estación de Canfranc, del ferrocarril de Zuara a Olorón.

Aparte de otros importantes pedidos para diversas Empresas y además su dique seco no cesaba de contar con vapores que, a pesar de la crisis del sector, entraban para sus reparaciones de casco, máquinas y calderas, así como el de rascado y pintado de los mismos.

 

Los Talleres del Astillero presidido por don Casimiro Tijero y dirigido por don Manuel Casanova, ingeniero industrial, presidente que fue del Instituto de Ingenieros civiles de España y en esas fechas vocal del Concejo Superior de Ferrocarriles, era uno de los elementos más de confianza del señor Tijero.

Don Cándido Arrola, vice presidente del Consejo de Administración, nombre curtido en los negocios industriales , de notoria cultura.

Don Justo Tijero Noriega, inteligente prestigio administrativo.

Don Tomas Tijero Noriega, secretario del Consejo y baqueteado en los grandes negocios durante sus años en México al frente de una gran entidad.

 

En esas fechas del 25 de noviembre de 1925, se encontraba reparando el magnífico vapor "José", unos de los mayores que entraba en el puerto de Santander, con 355 pies ingleses de eslora, 36,6 pies de manga y 24,4 de puntal, más  5.800 toneladas de carga.

Las condiciones admirables del dique seco, con sus 355 pies de eslora, 52 de manga, y el calado de 17 pies sobre el dintel de la puerta, situado al abrigo del puerto de Astillero.

De la feliz maniobra que se llevó a cabo para la entrada del "José" con los doce pies de calado que el barco traía, el coeficiente menor de la marea de ese día y la anterioridad a la pleamar con que se empezó la operación, fueron entre otras razones las condiciones extraordinariamente marineras del dique, la posibilidad de dar entrada a él, a buques de características aún mayores que las del "José" y, sobre todo, la organización pericia y elementos materiales y directivos con que contaba la Empresa para esas especiales operaciones.

Fue extraordinaria la visita que se ofreció a los visitantes al entrar en la factoría. Sobre el fondo de las nuevas naves hasta la fecha construidas para las distintas secciones de los talleres, naves que, agrupadas en línea, estaban amparadas por el soberbio edificio de oficinas que las encabezaba, se veía varado en el dique la mole del "José" y un poco más allá, atracado sobre el muelle de los talleres, la del "Esles", otro buque de la misma Compañía, de grandes dimensiones, también, y que mientras sufría una importante reaparición en el casco y máquinas, para catalogarlo en la primera clasificación del "Bureau Veritas" esperaba la salida del "José" para reparar luego sus fondos en el dique.

También la presencia del vapor "Cántabro número 2" de la Compañía de don Angel Portales, que desde la salida del dique días antes, terminaba sus trabajos complementarios junto a los anteriores.

La agrupación de tanto vapor de categoría y magnitud en torno de la factoría producía un efecto admirable. La febril actividad dentro de todos los talleres; los ruidos ensordecedores de las modernas máquinas de aire comprimido, que fuera ejecutaban los trabajos de reparación en los cascos de los barcos y dentro preparaban las piezas para su colocación a bordo: el movimiento incesante de tanto operario, que en labor incansable, sintiéndose dirigidos y guiados por elementos competentes, mostraban la satisfacción en el trabajo que hacían.

 

En los años 1927, la Sociedad Anónima Talleres del Astillero, con domicilio social en Astillero, constituía una factoría dedicada a las Construcciones Navales y Ferroviarias en gran escala, así como a las construcciones Metálicas y Mecánicas en general.

Sus progresos en el orden económico y en el técnico fueron de tal naturaleza en esos últimos años, que el desarrollo industrial y comercial adquirido con tal motivo ha sido la prueba de conseguir que esta factoría era una de las más importantes dentro de su clase, entre las del Norte de España.

La situación y marcha de la Industria era en esas fechas tan floreciente, y los éxitos logrados en las nuevas especialidades a que sé lanzó, tan definitivos, que ello constituyó la causa primordial del sólido prestigio alcanzado y la razón justificada del aprecio y consideración que a todos merecía por su actuación.

De aquellos modestos Talleres enclavados dentro del pueblo del Astillero, origen primitivo de la Industria, se veía creciendo los nuevos junto al mar y al lado del Dique seco, obras todas que respondiendo a un plan seriamente concebido y progresivamente ejecutado hasta esta fecha de 1927.

Sus modernas y nuevas instalaciones montadas para las secciones de Calderería, Forja, Fundición, Ajuste, Material fijo de Vía, Montaje de Vagones y Maquinaria para Obras públicas, reparación de Locomotoras, Puentes y Carpintería, así como el hermoso Dique seco propio con que contaba la Sociedad, dentro de la misma Factoría.

Las orientaciones que presidian la organización de los diversos sectores de la Industria y el numeroso personal obrero y de oficinas que las secunda y que llegaba a tener muy cerca de 500, hacia comprender perfectamente a favorable opinión que dentro y fuera de la Región merecía el esfuerzo realizado por la Sociedad Talleres del Astillero.

La situación geográfica y topográfica de sus Talleres y Dique enclavados como estaba al abrigo de la colina del pueblo del Astillero y en el fondo de la privilegiada Bahía de Santander, conceptuado por muchos como uno de los puertos naturales más admirables de España, permitía asegurar para el Dique del Astillero, unas condiciones marineras y de seguridad como tenían pocos Diques de la Península.

Por su orientación y emplazamiento especial, no podían sufrir los perjuicios e inconvenientes que acarrean a otros Diques, las corrientes, marejadas o fuertes vientos: de ahí que las maniobras de atraque de los barcos a sus muelles, para las reparaciones a flote y las de entrada, salida o estancia en el Dique para las de casco y hélice, eran sencillas, rápidas y seguras. Ello constituía, por otra parte, la razón principal del rotundo éxito conseguido y la explicación de la acogida entusiasta que los armadores brindaron al Dique, al que enviaron en gran numero todos sus barcos nacionales, y aún extranjeros algunos, buscando economía y rapidez de los trabajos ejecutados, una justa conveniencia para su importantes intereses.

Tenía el Dique líneas y factura modernas, con un perfil por sus parámetros interiores en gradería de poco saliente, con lo que se conseguía obtener grandes anchuras en la base, facilitándose de esa manera grandemente el desenvolvimiento de los trabajos en fondos de los barcos en él varados.

Las dimensiones del Dique eran de 355 pies ingleses de eslora, 52 pies de manga y 20 de altura sobre picaderos y esto unido al debido emplazamiento de un ante dique de grandes dimensiones, con sus defensas de madera apropiadas, había permitido maniobrar con verdadera seguridad y soltura logrando de ese modo entrar en el Dique, barcos hasta de 6.000 toneladas de carga.

La puerta era metálica, de tipo de inmersión con cierre por presión externa, así como apertura por flotación, desplazamiento lateral y alojamiento en el ante dique. Constaba de instalación eléctrica propia para el funcionamiento de las bombas interiores de achique, del agua de lastre, y el resto de sus instalaciones, como válvulas de fondo, válvulas o compuertas de llenado del Dique, etc., eran del más moderno sistema conocido, todo lo cual permitía dar una gran brevedad a las operaciones, con la consiguiente ventaja en el tiempo ganado para la salida y entrada de los barcos. La casa de máquinas próxima a la entrada del Dique, con sus tres potentes grupos de electro-bombas, hacia lograr el achique del mismo en menos de cuatro horas, aun en los casos más desfavorables de gran volumen de agua a desalojar.

La instalación de las grúas de pórtico eléctrica en proyecto, que correrían a lo largo del Dique y ante dique, para servicio de los materiales necesarios en las reparaciones, así como para el montaje de las calderas, máquinas, hélices y piezas pesadas, confirmaban la opinión de muchos de que el Dique del Astillero estaría dentro de poco utillado y equipado a una altura correspondiente a la de los mejores conocidos, al menos en España.

La situación y disposición de las naves de los Talleres levantadas paralelamente a lo largo también del Dique; la nueva maquinaria instalada en ellas, los elementos de transporte, manutención y movimiento de materiales montados últimamente en muchas de sus secciones y, en fin, la organización de los trabajos en cada taller con personal competente y especializado, daba una gran facilidad de ejecución en las obras realizadas, consiguiéndose además una economía de tiempo notable.

Todos estos elementos acumulados para el desenvolvimiento de las construcciones Navales y otros que respondieran a modernas orientaciones de la transformación metalúrgica, decidieron a la Sociedad a cultivar con más intensidad las especialidades que venía desarrollando de antiguo y lanzarse además a otras nuevas que encajarían completamente en el cuadro de sus competencias e instalaciones y en el de las condiciones del mercado.

De ahí el gran impulso que se dio a la construcción de material fijo para vía (como cambios, cruzamientos, etc.) y a la fabricación de vagones para vía ancha y vagones y furgones para vía estrecha, entregados unos y otros en gran número a diversas Compañías de Ferrocarriles.

También se dedicó a la construcción de apisonadoras, con motor de vapor y de gasolina, escarificadoras y tractores de diversos tipos y tonelajes, con proyecto propio, que funcionaran con gran éxito en diversas Jefaturas de Obras públicas, Diputaciones y Circuito Nacional de firmas especiales. Sus características y condiciones, supusieron tal renovación y progreso en esta clase de máquinas y sus resultados respondieron tan completamente a lo previsto, que ello mereció elogios importantes de las autoridades oficiales, encargadas de su adquisición y fue el mejor estimulo para proseguir en la tarea tan brillantemente comenzada.

Entre algunos trabajos que llamaron la atención de los competentes y ejecutados en esas fechas en los Talleres del Astillero, fue por su importancia técnica, un transbordador eléctrico para vagones de 30 toneladas de peso total, instalado y probado en la Estación Internacional de Canfranc.

Concurrían en el caso circunstancias especiales que obligaron a resolver dificultades técnicas de proyecto y ejecución, no existentes en ningún aparato análogo, en ninguna estación española, ni tampoco extranjeras, ya que por esas fechas la estación de Canfrac era la única que tenia las mixtas Española y Francesa.

Era este de tipo nuevo y perfectamente original, ya que con el carretón transbordador no precisaba cortar los carriles de las vías generales de la Estación, como ocurre en las demás existentes, aunque sí en cambio son cortados, totalmente en sus cruces con aquellos, los del transbordador que en algunos casos, como en el paso por las vías mixtas y esta era la originalidad y dificultad vencida, obligando a interrupciones en dichos carriles, de 12 centímetros de longitud, que salvaba perfectamente el transbordador sin rotarse el más leve movimiento si golpe, en esos formidables saltos.

La solución lo consiguieron merced a un sistema especial y nuevo de ruedas, dispuestas para permitir, con suavidad y seguridad, los saltos aludidos, a pesar de las 30 toneladas del vagón, y las 17 del peso propio del transbordador, y su funcionamiento fue tan perfecto y notable, que mereció por ello la Sociedad, la aprobación unánime y la felicitación entusiasta, de una Comisión de Jefes y Oficiales del Cuerpo de Ingenieros Militares, presidida por el General Avilés, que se encontraba en Canfrac cuando las primeras pruebas del carretón transbordador aludido.

Fue un asombroso empuje realizado por la Sociedad, en el orden Económico y Técnico, así como los progresos que se notaba en los propios Talleres.

  

 













































viernes, 22 de enero de 2021

ASTILLERO inauguración de la traída de aguas 25 marzo 1911

 




Una de las importantes obras realizadas en Astillero, fue la gestión realizada para la traída de aguas y que se iniciaron en el año 1907.

Una comisión se desplazo a Parbayón para adquirir información sobre la posibilidad de acometer el suministro de agua y estas gestiones fueron infructuosas.

Más tarde, en 1907, se encomendó al Ingeniero de Caminos, Canales y Puertos, don Francisco Iribarren Jiménez, el estudio técnico de la traída de agua potable desde Obregón, cuyo coste inicial se estimaba en unas 150.000 pesetas.

Se tuvo que abonar a este Ingeniero, 5.000 pesetas como honorarios. La Comisión Municipal de Hacienda estudió a fondo el proyecto e informó en el sentido que para llevarlo a cabo sería preciso prever un empréstito de 215.000 pesetas, para lo cual podrían emitirse 200 obligaciones de 1.075 pesetas cada una, al interés del 5%. La garantía consistía en los arbitrios e impuestos municipales y en la producción del propio servicio.

Se convino con el Ayuntamiento de Villaescusa en aprovechar el manantial del Florín; de este manantial se surtirían los barrios de Castanedo y Mercería, un lavadero público, un abrevadero para el ganado y una fuente pública. El resto del caudal seria conducido para el abastecimiento proyectado.

Al parecer, era escaso el caudal del manantial del Florín y se acordó reforzarlo robando 15 litros por segundo del manantial de Robledo, sito en Obregón-Villaescusa, y en este sentido se elevó una instancia al Ministerio de Fomento.

Poco a poco se fue abandonado la idea de tomar como base el manantial de Florín y se estimó como más aconsejable aprovechar solamente el de Robledo, dejando 5 litros por segundo para las necesidades de Villaescusa.

Se abrió un empréstito por un importe de 250.000 pesetas (500 obligaciones de 500 pesetas), una vez que don Antonio Huidobro había comunicado ya por escrito al Ayuntamiento que el Banco de Santander garantizaba la operación.


 

Con fecha 17 de septiembre de 1909., el Ayuntamiento de Astillero, anunciaba un Empréstito de 250.000 pesetas, para surtir de aguas al Ayuntamiento, conforme a las siguientes bases:

  El Ayuntamiento, con aprobación de la Junta municipal, hace un empréstito de 250.000 pesetas, dividido en 500 obligaciones o títulos al portador de 500 pesetas cada una, amortizaba en 25 años, con interés de un 5 por 100 anual sobre el valor nominal de dichas obligaciones, con las garantías que se expresan a continuación:

  El destino único de este empréstito es para pago de las obras necesarias para surtir de aguas al Ayuntamiento del Astillero.

3ª La garantía para le emisión de este empréstito es los ingresos que anualmente se realizasen por los arbitrios é impuestos siguientes: arbitrio de la plaza-mercado y puestos públicos, arbitrios del matadero y muelle municipal y la producción  obtenida con las aguas de referencia, y por último, que en los presupuestos ordinarios durante el periodo de 25 años, se obligará el Ayuntamiento a hacer las consignaciones bastantes a satisfacer el importe de las obligaciones que corresponda amortizar y los intereses de los remantes.

  La amortización se llevará a efectos en la forma que expresa el siguiente

   Esta amortización se hará anualmente y en sesión pública, y al otorgar la correspondiente escritura del empréstito, se nombrará una Comisión permanente para cualquier duda que pueda existir durante el tiempo del préstamo. Dicha Comisión queda autorizada para inspeccionar si el producto del empréstito se dedica a los fines determinados.

  Las 500 obligaciones se emitirán de una vez, en el término de treinta días, desde la fecha de la escritura de contratación del empréstito, y su importe se destinará exclusivamente al pago de las obras citadas.

  La suscripción pública tendrá lugar en la Casa Consistorial del Ayuntamiento, bajo la presidencia del señor Alcalde, con asistencia de otro Concejal designado al efecto y del Notario correspondiente, a la hora de las once del día 20 de octubre de 1909.

  Dicha suscripción se haría en pliegos cerrados, y contendrían la proposición redactada al final, extendida en papel de la clase 11ª, acompañando la cédula dl interesado y el resguardo que acredite haber depositado el proponente el 5 por 100 del valor nominal de las acciones que inscriba, en la Depositaria de este Municipio ó en la Caja general de Depósitos ó sus sucursales.

  Las partes contratantes quedan sometidas a los tribunales del domicilio de la Corporación municipal que sean competentes para conocer en los asuntos que puedan suscitarse.

9ª Los gastos de anuncios, escrituras y demás que ocasione la subasta y formalización del contrato, así como los del timbre de las obligaciones, serán de cuenta del Ayuntamiento, y los de impuestos establecidos ó que se establezcan sobre el capital ó la renta, serán de cuenta de los tenedores de las obligaciones.

10ª  Las subastas y presentación de pliegos se verificarán con arreglo a lo dispuesto en la Instrucción aprobada fecha 24 de enero de 1905, siendo simultáneas: una de este Ayuntamiento y otra en Madrid, en la Dirección general de Administración local.

11ª  El tipo fijado para la suscripción pública o subasta, será el del 95 por 100.

12ª El Ayuntamiento se reserva el derecho de amortizar mayor número de obligaciones que las indicadas en el cuadro y de reducir el total de años señalados si en cualquiera ocasión su situación económica se lo permitiera. En el caso de no poder hacer la amortización total en los referidos veinticinco años, el Ayuntamiento y acreedores de las acciones podrán prorrogarlo por otros cinco años más.

Astillero, 17 septiembre de 1909. El Alcalde, A. Ezquerra.

 

Seguidamente se confeccionaron los pliegos de condiciones para anunciar las subastas de las obras, actos que tuvieron lugar en el Ayuntamiento, el 20 de diciembre de 1909.

Se celebraron dos subastas correspondientes a las dos fases de la obra. La primera constaría de tres grupos; obra de fábrica, apertura y preparación de zanjas y transportes y alineación de materiales a pie de obra. Las segunda fase, con su correspondiente subasta, para el suministro de tubería y accesorios.

La adjudicataria del primer grupo resultó ser Justo del Mazo, del segundo Marcelino Begoña y del tercero, Francisco Bolado.

Para la tubería se presentaron dos proposiciones, una firmada por Antonio Lamera, de Santander, en representación de la S.A. Hautes Phourneaux et Fonderies de Pont-a-Mousson (Francia) y la obra de Fernando Alonso, presidente de Aurrera, de Bilbao.

La adjudicación fue para Aurrera, por ser estos los que fabricaba los tubos en vertical y la firma francesa en horizontal.

Se nombro sobrestante general de la obra por parte del Ayuntamiento, a don Manuel Morlote, con el haber de 150 pesetas mensuales, por el tiempo que durase y al autor del proyecto, don Francisco Iribarren, se le encomendó la dirección por un solo año y haber de 6.000 pesetas.

 

En octubre de 1910 se celebró el acto de posesión del manantial de Robledo, por una comisión formada por el Teniente Alcalde, don Jacinto Vega y los concejales, don Modesto Viar y don José Quintanal y se acordó suministrar agua a las compañías mineras que lo solicitasen, condicionándolo a las necesidades de la población.

Por la expropiación forzosa de las fincas de Villaescusa afectadas por el manantial de pagó a los herederos de don Antonio Obregón, la cantidad de 1.294,91 pesetas.

Se estableció para cada familia un caudal de 10 Tms. al mes y la tarifa de 1,50 pesetas mensuales para los pobres y 3 pesetas para los demás.

Como era abundante el agua que se suministraba a los abonados no hubo inconveniente alguno en suscribir un acuerdo con don manuel González Gorostegui, para suministrar agua a los barcos y remolcadores que quisieran tomarla en el pueblo.

En este contrato se estipulaba que el señor González abonaría al Ayuntamiento como mínimo cien toneladas mensuales consumiéran o no, a razón de 0,25 pesetas. Correría a cargo de aquél la instalación del contador y conservación de las instalaciones.

A mediados del año siguiente se hizo obligatoria la instalación de retretes con agua corriente en todos los pisos destinados a vivienda, con el doble objeto de proporcionar más recursos al municipio por la prestación de este servicio y al propio tiempo y principalmente para estimular y generalizar la limpieza pública y urbanización general del pueblo.

La tarifa que se aprobó a partir de esta nueva orden estaba ligada por el importe de la renta de los inmuebles.

Hasta 15 pesetas de renta mensual...................................................................................................................... 1 peseta

De 15 a 25 pesetas, de renta mensual.................................................................................................................. 2 peseta

De 25 a 50 pesetas, de renta mensual.................................................................................................................. 3 peseta

De 50 en adelante, de renta mensual....................................................................................................................4 peseta

Hoteles, quintas de recreo, chalets y viviendas alquiladas por temporadas mensuales......................................................................................................................................................................... 5 peseta

 

 

El día 25 de marzo de 1911, se celebrará en Astillero, la inauguración de la traída de aguas.

Con este motivo, se han organizado algunos festejos, cuyo programa se había repartido entre la vecindad.

El día 24, durante la tarde, se repartirán ayudas a los pobres de la beneficencia municipal.

El día 25, se celebrarán las siguientes fiestas:

A las seis de la mañana, gran diana por una banda y los piteros y tamboriles de la localidad, disparo de cohetes y bombas. A las nueve y media, reunión de los invitados y partida para el depósito de aguas.

A las once y media, ejercicios por el cuerpo de bomberos, amenizando el acto la banda del regimiento de Valencia. A la una, banquete en la Confitería, de la calle San José.

Por la tarde, baile publico en el paseo de la Planchada. Por la noche, gran iluminación en la calle San José, con bonitos fuegos artificiales, música y baile popular.

El día 25, se inauguró el importante servicio, el de abastecimiento de aguas, que mejoraría notablemente sus naturales condiciones y le haría ocupar el preeminente lugar que merecería por su belleza, por su hermosísima situación, por el creciente desarrollo de sus Industrias y el constante desenvolvimiento de su vida.

Fueron unos hombres amantes del pueblo realizaron un digno esfuerzo, para que ese día se viene premiado con una halagüeña realidad y el incondicional aplauso de todos sus convecinos.

El tiempo, lluvioso y desapacible, no quiso ayudar a los esplendores de la fiesta. Desde primera de la mañana comenzó a llover copiosamente y a medida que el día avanzaba el pueblo adquiría mayor aspecto de tristeza al envolverse en una cortina de agua menuda, que enfocaba las calles y hacia molesto en extremo el tránsito.

A pesar de todo, hubo algunas horas de animación y en todos los rostros se reflejaba la alegría del vecindario por el fausto acontecimiento.

La banda de música del Regimiento de Valencia, cedida galantemente por el coronel señor Campos Guereta, que tanto cariño sentía por el Astillero, su pueblo natal, contribuyó a la fiesta. Desde las primeras horas de la mañana estuvo situada en los soportes de la Casa Consistorial, interpretando variadas obras de su repertorio.

En el Consistorio se fueron reuniendo los invitados de Santander, idos en automóvil, en el tren y en el tranvía. De ellos recordamos al gobernador civil, señor Fuentes y al secretario señor Francés, al presidente de la Diputación, señor Pérez Eizaguirre, al general gobernador señor Campos Guereta, con su ayudante, al delegado de Hacienda, señor Chápuli Navarro, al comandante de Marina señor Montaner, al coronel del Regimiento de Valencia, señor...

La cantidad de agua que ingresa en el depósito es de quince litros por segundo, equivalentes a un millón y 300.000 litros diarios. Ayer, en el momento de la inauguración, había un millón y 700.000 litros.

Para hacer la distribución del agua se ha extendido una red de cañerías de diversos calibres, desde doscientos milímetros el mayor y setenta el menor, con un desarrollo de siete kilómetros. En los puntos más convenientes del Astillero se han instalado fuentes públicas para el servicio de la vecindad, además de hacer el suministro para los vecinos, a domicilio, y a las florecientes industrias del término.

La iniciativa del proyecto, felizmente realizado, se debió al ex-alcalde don Casimiro Tijero y lo ha llevado a término el alcalde en sus momentos, don Alfredo Ezquerra y Riva, con un entusiasmo digno de la importancia que para el Astillero tenia.

Se encargó del proyecto al ingeniero de Caminos, don Francisco Iribarne y una hechos los estudios, obtenida la aprobación de la superioridad y firmada de la concesión por el Ministerio de Fomento, llegando así el periodo de ejecución, comenzaron las obras en el mes de marzo de 1910 y terminaron en marzo actual, al cumplirse un año y doce días de comenzado.

El coste total de las obras fue de 235.000 pesetas.

Bendición del depósito:

Cuando las autoridades e invitados llegaron al depósito de se habían reunido a su alrededor un numeroso grupo de vecinos del Astillero y Guarnizo para presenciar la ceremonia de la bendición.

Los invitados visitaron el depósito, primero por el interior y por el exterior luego, y acto seguido se procedió a la bendición, que hizo el párroco de Guarnizo, don Juan Antonio Ruiz.

A continuación la banda del Regimiento de Valencia, toco un pasodoble y enseguida se hizo el regreso al Astillero.

El público invadió el depósito y en todas las partes se oían elogios para los señores Tijero y Ezquerra y para el ingeniero señor Iribarren.

A tal tiempo la lluvia seguía cayendo coposa y tenazmente destruyendo la animación que, de haberse disfrutado buen tiempo hubiera llenado el Astillero. Sin embargo al acercarse el mediodía comenzaron a llegar a Astillero muchas personas de Santander y de los pueblos inmediatos.

Luego hubo unos elocuentes discursos, entre el del señor Ezquerra, que leyó unas sentidas cuartillas, en las que dedico un homenaje al señor Tijero, iniciador del proyecto, al ingeniero señor Iribarren, del contratista de las obras, señor Maza y de los empleados señores Morlote y Vega, quienes habían intervenido en las obras.

Después hablaron, el ingeniero señor Iribarren; el coronel señor Campos Guereta, el inspector de Sanidad, señor Morales, el presidente de la Diputación, señor Pérez Eizaguirre, el presidente de los Bomberos Voluntarios, señor Manuz y el inspector municipal de Sanidad, señor Mora.

El banquete terminó a las tres y media de la tarde.

Final de la fiesta.

La banda de música dio un concierto en los soportales de la Casa Consistorio, la gente se refugió en la plaza y en los portales y pronto comenzó el regreso a Santander bajo una lluvia por demás molesta.

 

Para el día 2 de abril, se ha dispuesto celebrar un banquete en honor de su alcalde don Alfredo Ezquerra, a la una, en la confitería de la señora viuda de Rivero.

Los que deseaban adherirse a este acto tenían que recoger las tarjetas en los establecimientos de Astillero, de José Quintanal, José Navarro y Julio Gómez. En Santander, señora viuda de Fons.

El precio del cubierto seria de cinco pesetas.

Conforme se había anunciado, se celebró el banquete popular en honor al señor Alcalde, como homenaje en gratitud por haber llevado a feliz término las obras del abastecimiento de aguas a la localidad.

El acto superó en importancia a todos los cálculos que se había hechos por la Comisión organizadora, pues el número de comensales fueron más de noventa.

Hubo unas palabras por los señores Jimenez, Nieto, Mora, Suarez, Hernández, Isart, Gómez, Setién y Gabino Gómez.

La nota simpática del acto, la dio el coronel del regimiento de Valencia, señor Campos Guereta, que al brindar pidió a todos los comensales se hiciera una suscripción para los pobres del Astillero. Se reunión una importante cantidad a repartir entre los pobres de la beneficencia municipal.

Cuantos concurrieron al banquete pasaron luego al depósito de aguas, donde se hicieron algunas fotografías, para el recuerdo.

 

Todo se inició por una necesidad para el pueblo. El entonces alcalde con Casimiro Tijero, estudió el proyecto de surtir de agua al vecindario. Las fiebres, las enfermedades contagiosas, la falta de higiene, que eran la causa de su existencia, no con un carácter endémico, sino epidémico, fueron los motivos que a don Casimiro, le indujo para estudiar y luego proponer que se dotara de agua a su pueblo, para terminar con aquella falta de salubridad pública que en su Ayuntamiento se venía observando.

El señor Tijero, expuso al Ayuntamiento el proyecto, que lo aprobaron por unanimidad todo el Consistorio.

Cesó por aquel entonces en la Alcaldía el señor Tijero, y paso a ocupar el cargo don Alfredo Ezquerra, uno de los muchos que con mayor entusiasmo había apoyado el proyecto, porque, como médico, conocía mejor que ningún otro las ventajas, los beneficios que reportaría al pueblo de el Astillero el abastecimiento de aguas.

Muchas fueron las dificultades insuperables que se habían presentado durante la ejecución del proyecto.

 

El domingo 2 de abril, en la confitería de la señora viuda de Rivero, se celebró el banquete popular en honor del alcalde don Alfredo Ezquerra, como homenaje de gratitud por haber realizado y llevado a feliz término las obras del abastecimiento de aguas a la población.

El acto supero en importancia a todas los cálculos hechos por la Comisión organizadora, pues el número de comensales pasó a ser noventa.

Al final de la comida, el señor Jimenez, en nombre de todos, dedicó el banquete al señor Ezquerra, haciendo luego uso de la palabra los señores, Nieto, Mora, Suarez, Hernández, Carysar, Gómez Setién y Gabino Gómez.

La preciosa "corbeille" que adornaba la mesa presidencial había sido regalada por cincuenta señores y señoritas del pueblo, en obsequio del señor alcalde.

Dio luego la nota más simpática del acto el coronel del Regimiento de Valencia, señor Campos Guereta, astillerense, que al brindar pidió a todos los contribuyeran para que, solemnizando mejor el acto, se hiciera una ayudar entre los pobres del Astillero.

Hecha la colecta entre los comensales, se reunió una importante cantidad que fue repartida entre los más necesitados del municipio.

Cuantos concurrieron al banquete pasaron luego al depósito de aguas, donde se hicieron algunas fotografías, regresando después al Astillero grandemente satisfechos.

El acto de homenaje al alcalde, señor Ezquerra, dejará en el pueblo un grato recuerdo.

El precio del cubierto fue de cinco pesetas.

 

 

 


viernes, 15 de enero de 2021

DEUTSCH Y COMPAÑIA fábrica de petróleo en Astillero

 



Henri Deutsch de la Meurthe 




Los señores Deutsch y Compañía, empezaron a construir su fábrica en  junio de 1880, bajo la dirección del ingeniero Sr. Etiene y en la fecha 21 de febrero de 1881, se encendieron los hornos comenzando a funcionar la fábrica.

Conocida como "La Cantábrica", constaba de diferentes edificios, con maquinaria en sus distintos departamentos de lo mejor que se conocía, con bombas enormes de absorción, colosales depósitos de hierro y grandes calderas; suponiéndose que no bajara de cuatro millones de reales el costo de todo ello lo que constituye terrenos, edificios y maquinaria.

En esta fecha, trabajaban 200 operarios, lo que representaba un gran alivio para las familias trabajadoras del Astillero y puntos alrededores.

Al frente, se hallaba el Director, señor Durney, antiguo empleado de las fábricas de Francia, de la misma empresa y persona que reunía las condiciones indispensables de actividad que requería el cargo tan importante.

En esta ciudad representarían a los señores Deutsch y Compañía, en los asuntos de esta gran fábrica, los señores Varona, Maraña y Compañía, que han prestado su eficacísima cooperación, venciendo no pequeñas dificultades que, desde el principio hasta la terminación de los edificios, han venido presentándose.

En las fechas de febrero de 1881, se anunciaba que la venta del refino de petróleo y gasolina para el público y negociantes de este artículo, eran los representantes en Santander y provincia, los Sres. Varona y Maraña y Cia., con domicilio calle Velasco núm. 1.

 

En las fechas de marzo de 1881, se había establecido en Astillero una magnifica fábrica de refinación de petróleo.

Esta fábrica había costado aproximadamente unos cuatro millones de reales y era muy probable que aún se emplearían en ella más millones, si las necesidades del consumo lo exigiese.

Pertenecía a la sociedad mercantil de los señores Deutsch y compañía, cuyo gerente, Mr. A. Deutsch, había adquirido elevada posición en el alto comercio de Francia.

Los Deutsch de la Meurthe eran una familia francesa conocida por su riqueza y por su activo patrocinio tecnológico, habiendo contribuido a desarrollar la industria de los aceites industriales en Francia.

En 1845 Alexander Deutsch fundó una compañía para el procesamiento y comercialización de aceites vegetales en La Villete. Con el descubrimiento de petróleo en Pensilvania en 1859, Deutsch comenzó a estudiar y a desarrollar el uso de los aceites derivados del petróleo en Francia. En 1877 incorporó a sus hijos, Henri y Emile, al negocio familiar.

 

El sitio elegido para esta fábrica modelo, hacia pocos meses, fue en una grande pradería de escasísima importancia.

Los planos del edificio, así como los  excelentes aparatos que en ella funcionaria, fueron levantados por Mr. Henry Deutsch, con el concurso de sus consocios Mrs. Etienne y Turuel, que habían dirigido las obras con mucho acierto.

Tanto en la construcción del edifico como en otros detalles del negocio, han auxiliado eficazmente a la empresa los comerciantes señores Varona y Maraña y compañía, que eran representantes de la misma para toda clase de asuntos.

El alcalde de Astillero, señor Tijero, comprendiendo la importancia que para el porvenir del municipio tendría el planteamiento de la nueva industria, había trabajado también mucho para conseguirlo, quedándole por ello muy reconocidos tanto el referido pueblo como los dueños de la fábrica.

Esta era susceptible de producir unas 2.000 cajas de petróleo por día, y la calidad superior de sus productos los ponía en condiciones de luchar ventajosamente con los que pueda importarse del extranjero.

Las fábricas de la misma clase establecidas hace poco tiempo con muy buen éxito en Alicante y Sevilla, pertenecían también a estos dueños del Astillero.

Ocuparía la nueva fábrica un espacio de 300 carros de tierra y en ella estarían empleadas unas 250 personas.

Tenían vías férreas en distintas direcciones, grandes almacenes; uno especial para el servicio de la aduna, en que podían alojarse, un vista; un pesador y 78 carabineros; grandes vertederos donde, por medio de bombas de absorción, se llevaría el petróleo a unos gigantescos depósitos de hierro; una maquinaria tan sencilla como curiosa; ocho grandes hornos con sus calderas y otros muchos servicios.

 

En las fechas de septiembre de 1881, los señores Varona, Maraña y Compañía, en representación de Deutsch y Compañía de Paris, solicitaron construir un muelle de carácter permanente en el punto de la Puntona, de Astillero, y con el objeto de que sirva para el desarrollo de la fábrica de refinamiento de petróleo.

 

En R.O.. del Ministerio de Fomento del 3 de marzo de 1882, y resultando favorable el proyecto de construcción de obras antes dichas por el Ayuntamiento de Astillero, la Comandancia de Marina, la Junta provincial de Sanidad de Santander y la Capitanía general de Burgos, se ha servicio conceder la autorización solicitada por los señores Varona Maraña, para construir un muelle embarcadero de carácter permanente en la margen izquierda de la ría de Astillero, sitio llamado de la Puntona, con arreglo al proyecto presentado por don Mauricio Martinez Calonge el 24 octubre de 1889, para el servicio de la inmediata fábrica de refinación de petróleo, titulada La Cantábrica, sujetándose las concesionarios a las condiciones siguientes:

1ª. Que las obras del muelle de atraque habrán de empezarse en el término de seis meses, a contar desde la fecha de concesión; debiendo darse por terminadas en el plazo de dos años, contados desde la misma fecha.

2ª. Durante el primer año deberá invertirse el 35 por 100 del presupuesto que acompaña al proyecto presentado, y el 65 por 100 restante, en el segundo año; a fin de que las obras se lleven a cabo en el plazo total concedido para su terminación.

3ª. Que la parte más avanzada de la cabeza del embarcadero ha de establecerse dentro de la canal en bajamar equinocial, pero a la distancia de cuatro metros respecto de la arista superior del cantil de dicha canal.

4ª. Que una vez construidas estas obras, quedarán sujetas a la servidumbre de vigilancia y salvamento, conforme se previene en la legislación de puertos.

5ª. Que los peticionarios, en garantía del cumplimiento de su obligación, habrán de prestar la fianza de 143 pesetas, equivalentes al 1 por 100 del presupuesto de las obras que afectan al dominio público, la cual será devuelta a los interesados cuando hayan ejecutado obras por valor de la tercera parte de dicho presupuesto.

6ª. El ramo de Guerra podría utilizar el muelle-embarcadero en los casos de necesidad, sin indemnización de ninguna especie, para embarque y desembarque de tropas y material.

7ª. Las obras del muelle-embarcadero se ejecutarán bajo la inspección y vigilancia del Ingeniero Jefe de la provincia, quien justificará al terminarlas que se han llevado a cabo con arreglo al proyecto y a las presentes condiciones, siendo de cuenta del concesionario los gastos que este servicio origine.

8ª. El concesionario queda obligado a demoler el muelle-embarcadero y retirar los materiales empleados en él, siempre que hayan de ejecutarse obras en aquella parte de la ría por cuenta del Estado y á cuyo establecimiento sea un obstáculo dicho muelle, cualquier que sea el sistema que para llevarlas a cabo haya de seguirse. En tal caso el concesionario no tendría derecho al abono de indemnización de ninguna clase.

9ª. Se declarará caducada la concesión si se faltase cualquiera de las condiciones anteriores, siguiéndose entonces trámites análogos a los que se determinan en el art. 29 y siguientes del reglamento de 6 de julio de 1877 para la ejecución de la ley general de Obras públicas.

De Real Orden lo digo a V.I. para su conocimiento y demás efectos. Madrid 3 de marzo de 1882.

 

El 4 de mayo de 1887, entró en la ría del Astillero una magnifica corbeta italiana con 1.400 toneladas de carga, que consistía en 34.000 cajas de latas de petróleo en bruto.

Las operaciones de descarga estaba conduciendo la carga de la barca italiana, en centenares de latas a medida que estas iba llegando en las vagonetas de descarga.

 

En agosto de 1891, el señor Sergio Maraña, en nombre de los señores Deutsch y Compañía, había presentado al Ayuntamiento del Astillero una importante instancia solicitando que la citada Corporación tomase medidas a fin de que, por cuenta de quien corresponda, se hagan las obras necesarias para proteger los depósitos de petróleo y gasolina de su fábrica, La Cantábrica, de todo riesgo de incendio, debido a la proximidad de las calderas y hornos de destilación de la nueva refinería de petróleo que construyen contigua a la citada fábrica, los señores Desmarais Hermanos.

Fúndase la solicitud en que diferentes reales ordenes sobre establecimientos peligrosos prescriben que las industrias de esta clase deben establecerse a cierta distancia de poblado y casas habitadas y sus obras no perjudicar en nada a los intereses vecinos ya creados.

  

En mayo de 1906, lo señores Deutsch y Compañía, se había adjudicado la subasta de suministro de petróleo para el alumbrado de los faros de España en los años 1906, 1907 y 1908, por la cantidad de 621.153,27 pesetas.

Esta fábrica tras una gran desarrollo industrial, en las fechas de 1928, fue absorbida por el Monopolio de Petróleos (Campsa)

 

En 1911, el director de la fábrica Deutsch y Compañía, era don Alejandro Hanquez.

 

 

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