viernes, 28 de marzo de 2025

ASTILLERO fiestas de San José año 1961

 






Para las fiestas de San José de 1961, la Comisión de Festejos había confeccionado un programa amplio y destacado del agrado de sus convecinos.

 

 CULTOS RELIGIOSOS

El día 19, a las doce, misa solemne, en la que intervendrá el Coro parroquial, con la interpretación de La Misa, de Perosi, a cuatro voces.

Presidirán el acto las autoridades locales.

 

FESTEJOS POPULARES

Sábado 18, a las seis de la tarde, en la calle San José, gran carrera de cintas sobre patines para niños.

A las once de la noche, un nutrido disparo de cohetes y bombas de artificio, dando comienzo en la Planchada la primera gran verbena.

Domingo 19, a las once y media de la mañana, tendrá lugar una carrera ciclista correspondiente al Gran premio Juvenil, primero de la temporada, con un recorrido de 60 kilómetros. El itinerario con salida de Astillero, frente al Ayuntamiento, dar una vuelta al circuito local y seguidamente salida con dirección a San Salvador, Liaño, Solia, Guarnizo, Crucero de Boo y circuito de Astillero, haciendo este recorrido tres veces, para terminar dando tres vueltas al circuito local

A las seis de la tarde, en La Planchada, gran romería y a las once de la noche dará comienzo la última verbena, que durara hasta altas horas de la madrugada.

 

Este año no se pudo organizar partido amistoso, al encontrarse el Unión Club en competición oficial y tener que desplazarse ese día a Bilbao.

 

Fueron dos días animadísimas y con miles de visitantes que pudieron divertirse alegremente.

Lo que sí han podido contemplar esta gente, la nueva Planchada una vez terminadas las obras, que difiere totalmente a la antigua con aquellos arboles y verde piso, para encontrarse con la actual, más actualizada.

Como también, la desaparición de la famosa "playita" junto a la ria.

 



Donde estoy yo, hasta noviembre de 1961

















viernes, 21 de marzo de 2025

ASTILLERO fiestas de San José 1955

 






El día 18 de marzo de 1955, se celebró la inauguración oficial de las fiestas patronales de Astillero, con el disparo de bombas y cohetes anunciando la apertura de las fiestas y a continuación un pasacalles de gigantes y cabezudos recorrieron las principales calles, acompañados de pito y tambor.

A continuación actuación de la orquesta del maestro Tella.

 

El día de la festividad de San José, por la mañana, a las once, misa solemne y en la calle San José frente al Ayuntamiento, concierto a base de un selecto repertorio.

El Coro parroquial interpretaron la misa del maestro Iruarrizaga "Credo in unum Deum", a cuatro voces mistas. Las partes variables serian de canto gregoriano..

 

Por la tarde el tradicional partido amistoso en esta ocasión, una selección de Santander contra el Unión Club.

El equipo visitante anunciado, quedo sustituido por el Rayo Cantabria.

 

Terminado el futbol, la tradicional y pintoresca romería popular en la Planchada y a las diez de la noche, la verbena que terminaría a la madrugada.

 

El día 20, el I Circuito Motorista de Astillero, patrocinado por el Ayuntamiento y con la colaboración del Real Moto Club Montañés.

A las cuatro de la tarde, partido de futbol del Campeonato por la permanencia entre el Naval y el Unión Club, en Reinosa

 

A continuación segunda romería popular prologándose por la noche.

 













 

 


jueves, 13 de marzo de 2025

ASTILLERO visita de los Infantes a los Talleres del Astillero - 4 y 11 agosto 1930.

 



Su alteza don Jaime, junto con el director general de Industrias, don Manuel Caanova; el presidente del Consejo de Administración de Talleres de Astillero, don Casimiro Tijero y alto personal de los mismos.


El día 4 de agosto de 1930, el infante don Jaime de Borbón, visitó los Talleres de Astillero, acompañado por su ayudante señor Capdepón e inspector general de los Reales Palacios, don Luis de Asúa y de don Casimiro Tijero.

Le recibieron a la entrada de los talleres, el director general de Industria, don Manuel Casanova; don Casimiro y don Justo Tijero; el alcalde Astillero, don Felipe Castillo y don Andrés Jalón.

A continuación el infante visita el interior de los talleres, empezando por el de ajuste, donde se detuvo detenidamente ante los grandes tornos y en donde apreció el trabajo de varias piezas para locomotoras.

Se detuvo viendo el montaje de dos apisonadoras para carreteras de las cuales una era de motor de vapor y otra con motor de aceite pesado.

Después se paró para apreciar la construcción de diferentes cambios y traviesas de unión doble, con destino a la Compañía de los Caminos de Hierro del Norte de España y a la Compañía de Grandes Pendientes, montados estos últimos sobre traviesas metálicas.

Igualmente ante los grandes martillos pilones neumáticos del taller de forja, donde se estaban haciendo piezas de vagón, para ferrocarril principalmente.

Continuó con la visita en el taller de calderería y de construcciones metálicas, para contemplar la construcción de varias calderas de barcos y de tipo locomotora, para apisonadoras, viendo con detenimiento y satisfacción los modernos hornos de calefacción con aceite.

Lo que le llamó la atención fueron las grandes tijeras de chapas, que cortan ésta, por gruesa que sea, como si fuera papel y las de enderezar curvas, de una potencia verdaderamente formidable.

Ya en el exterior de los talleres, estuvo observando la explanada de montaje de vagones considerando la construcción en serie y la disposición para los movimientos de aquéllos, según el estado de adelanto que tenía en la fabricación.

En su visita se detuvo en el dique seco, capaz para barcos hasta de 6.000 toneladas, donde vio la reparación del buque "Marisa Teresa", llamándole la atención las condiciones perfectas de este dique y su facilidad para todas las maniobras.

Su Alteza preguntaría el procedimiento que se seguía para llegar de agua el dique y las maniobras necesarias para la entrada y salida de los barcos del dique y seria el presidente del Consejo de Administración quien le dio explicaciones pertinentes y se permitió anunciarles que brevemente podría quedar satisfecho sus anhelos, pues en próxima marea se efectuaría las operaciones y maniobras con dos vapores, uno de salida y otro de entrada.

Asimismo vio la construcción de un buque para el transporte de torpedos, con destino a la Marina de guerra y para el servicio del arsenal de Cartagena, cuyo buque se hallaba en grada, próximo a ser botado al agua.

Por último visitó su alteza las elegantes oficinas de la Sociedad, donde el personal técnico y administrativo le demostraron todo el afecto y gratitud que le debían por el honor de la visita.

Don Casimiro Tijero, en nombre de la Sociedad, ofreció al infante un precioso modelo de ancla plegable para balandros, hidroaviones y embarcaciones menores toda de bronce, modelo muy original y de gran utilidad, por ser plegable, según se demostró ante el infante, apreciándose la facilidad y sencillez de su mecanismo.

El infante quedó muy agradecido al obsequio y firmó en el álbum de los talleres, saliendo directamente a la lujosa villa que el señor Tijero tenía.

Al marchar el infante, todo el personal obrero, alrededor de unos 400 colocados en dos filas, le tributaron una calurosa ovación.

En casa del señor Tijero, le recibieron la viuda de Noriega; las señoras de Asúa, Tijero Jalón y Tijero (Justo); las señoritas Josefina y Maria Luisa, Asúa, Carmen y Maria Teresa Huidobro Polanco; Maria del Carmen Tijero; Maria del Pilar Arrola; Maria y Trinita Casanova; Consuelo Leguina y Blanquita Vallejo.

Hizo los honores de la casa, la distinguida señora de Tijero, que ofreció a su alteza una delicado "lunch".

A las cinco y media de la tarde abandonó el infante la residencia de los señores de Tijero, regresando a Santander, muy satisfecho del desarrollo y progreso de estos Talleres de Astillero.

 

Transcurridos unos días de la visita de don Jaime a los Talleres de Astillero, volvía de nuevo el día 11 de agosto por la tarde, a la hora en que los numerosos obreros se encontraban trabajando en sus respectivos oficios y departamento.

Fue una visita inesperada por don Jaime, a quien acompañaba el director general de Industria, don Manuel Casanova.

Como en la anterior visita, tenía su alteza interés de presenciar las operaciones necesarias para llegar de agua el dique y la salida y entrada de algún vapor en el mismo.

Así fue y a las tres y media de la tarde llegaron a los Talleres don Jaime, junto con sus hermanos, don Juan y don Gonzalo, acompañados del inspector general de los Reales Palacios, don Luis de Asúa y los señores Capdepón y Salazar, y el señor G. Camino.

A la puerta de los talleres, les aguardaba el Consejo de Administración del mismo, con los altos empleados técnicos y administrativos y el alcalde de Astillero, don Felipe Castillo.

En el intervalo necesario para llenar de agua del dique y que el barco pudiera flotar, recorriendo sus Altezas todos los departamento de los Talleres, acompañados de los señores, Tijero y Arrola, presenciando los distintos trabajos que se realizaban, y ante cuyas máquinas pudieron presenciar el manejo de las mismas, informándose de su funcionamiento por las preguntas y conversaciones que tuvieron con distintos operarios.

Los infantes visitaron todas las dependencias de la factoría, acompañados de don Casimiro Tijero y don Cándido Arrola.

Luego se dieron las órdenes oportunas de comenzar las operaciones de llegar de agua el dique y de quitar las escoras y amarras para efectuar la salida del vapor "Valentín Fierro", de la Casa Fierro, de San Esteban de Pravia y seguidamente se procedió a la maniobra para la entrada del "Cabo Santa Pola", de la Compañía Ibarra de Sevilla.

Todas estas maniobras fueron realizadas a la mayor perfección y todos los visitantes en el acto, agradecieron a don Casimiro Tijero y a don Cándido Arrola, presidente y vicepresidente del Consejo de Administración y satisfacción de haberlas presenciado.

Los infantes y sus acompañantes firmaron en el álbum de los Talleres y fueron invitados a tomar el té en la residencia del señor Tijero, donde fueron recibidos por las señores viuda de Noriega y de Galán; las señores de Tijero, Asúa, Arrola, Casanova, Jalón, Tijero (de C. y J.); Campos Guereta; las señoritas Asúa, Huidobro Polanco, Maria del Carmen Tijero, Maria del Pilar Arrola, Marisa, Trinita y Margot Casanova; Consuelo Leguina y Blanquita Vallejo; los señores don Eduardo Noriega; don Pedro y don Luis Arrola; don Justo y don Casimiro Tijero; don Alfonso Asúa, don Gabriel Castañón, don Pedro Viesca, don Alvaro Lanuza y don Andrés Jalón.

Una nota simpática, y que fue comentada, fue la autorización concedida por los Infantes a unos de los obreros, tornero de los Talleres, para que con su pequeño Kodak les hiciera una fotografía, merced por la cual el operario, respetuosamente, supo demostrar el agradecimiento por la gracia dispensada. (lo que ahora se llama un selfic)

Los infantes salieron de la residencia para Santander, muy complacidos por las atenciones que habían recibido.

 

 


 


 






 

 

 

 


viernes, 7 de marzo de 2025

GUARNIZO visita del nuevo Obispo de Santander, Monseñor, Juan Plaza Garcia año 1921

 



El día 1 de julio de 1921, el pueblo de Guarnizo, recibió la visita del nuevo Obispo, señor Juan Plaza Garcia.

En los alrededores de la hermosa finca de la señora viuda del General Calleja, se reunieron todos los vecinos y de los alrededores, además de los niños y niñas de la Escuela de Graduada de Guarnizo

A la llegada del Prelado, se dispararon cohetes y se elevaron entusiastas vivas a favor del nuevo Obispo.

Parejas de la Guardia Civil de infantería y caballería, de aquel puesto, velaron por el mantenimiento del orden.

A la entrada de la finca, se habían levantado vistosos arcos.

En el parte que rodeaba la casa, se hallaban las autoridades y sacerdotes de la Catedral., representando al clero parroquial de la capital, todo el de aquel Arciprestazgo y comisiones de Comunidades religiosas.

En la terraza de la casa, recibió al señor Obispo, la señora viuda de Calleja, acompañada de la señora, doña Manolita Saro, viuda de Ordoñez.

Su Excelencia, se despidió del público, bendiciéndoles desde la terraza. Después paso al salón de la casa, donde recibió a las comisiones y particulares, que acudieron a saludarle.

También se trasladaron a Guarnizo para saludar al señor Obispo, varias autoridades, corporaciones y particulares, para acompañar al Prelado hasta la capital y formar la comitiva de su entrada a la capital.

La tarde del sábado, quedó hospedado en Guarnizo, el señor Obispo, en la casa de la viuda del General Calleja.

En esta casa, cumplimentaron al señor Obispo las autoridades del Ayuntamiento de Astillero, a cuyo término municipal pertenecía Guarnizo, el pueblo favorecido en esta histórica fase del episcopado santanderino.

También acudieron a saludarle allí, el señor cura párroco de Astillero y todos los del Arciprestazgo.

Durante toda la mañana del domingo y primera parte de la tarde; fue extraordinaria la animación en el pintoresco pueblo e inusitado el movimiento en las carreteras que a él afluyen. Por trenes y tranvías, fueron muchísimas personas que se trasladaron ese día Guarnizo para conocer al nuevo Prelado.

Durante aquel tiempo, S.E.I., recibió numerosas visitas de autoridades y comisiones.

Entre otras muchas, fueron los señores: Gobernador civil, don Luis Richi; Gobernador militar, general don Eduardo Castell, con su ayudante, señor Portilla; Delegado de Hacienda, don Luis Martinez Ugarte; Registrador de la Propiedad, don Atilano Alonso; Comandante de Marina, don Antonio Incera; Inspector de Sanidad Marítima, don José González Pau; Presidente de la Diputación, don Eusebio Ruiz Pérez; presidente de la Audiencia, don Aurelio Peláez; Clero del Arciprestazgo de Villacarriedo y Colegio de Escolapios del mismo.

Comisión del Ayuntamiento de Santander, formada por los señores, don Fernando López Dóriga y don Joaquin Fernández Quintanilla; ídem. de la Cámara de Comercio, formada por los señores, Pérez del Molino, Huidobro y Valle; Comisión del pueblo de Lugar de Monte, compuesta por el párroco don Luis Tijera, concejal don Gervasio Gómez y médico don Vicente Carreró; Comisión de la Cruz Roja, compuesta de los señores Mata, Piris y Presmanes; Comisiones de la Federación Agrícola Montañesa, Federación de Estudiantes Católicos, Círculo de Obreros y Asilo de San José de Astillero, ídem. de San Vicente de Paul de Santander, ídem. del Colegio Cántabro, ídem de la Sociedad Amigos del Sardinero, con el capellán señor Elena, ídem.  de la Adoración Nocturna, ídem de las Congregaciones de San Luis y San Estanislao; Párroco de San Francisco, don Agapito Aguirre, don Pedro Ruiz, don Avelino Zorrilla, don Enrique Plasencia, don Victoriano y don Fernando López Dóriga.

Para Guarnizo fue un día histórico, la presencia del nuevo Obispo de Santander, señor Juan Garcia y Plaza y la visita de tantas personalidades que llegaron para saludar al nuevo Obispo y que los vecinos del pueblo, pudieron contemplar y que tendrían la fecha señalada como recuerdo de ese día.

La casa del General Calleja, "Villa Rosario", conocida como la Casa de la Generala, se encuentra en el lugar cercano donde vivieron mis abuelos. Aún se mantiene conservada este magnífico edificio, ocupado por sus herederos.

 















sábado, 1 de marzo de 2025

ASTILLERO visita de los alumnos de caballería de la Academia de Valladolid en mayo de 1909.

 




En las fechas de mayo de 1909., entre las muchas fiestas que el laureado regimiento de infantería de Valencia venían realizando en su cuartel de Maria Cristina, una de las pocas tan animadas y brillante fue la que se obsequió a los alumnos de la Academia de Caballería de Valladolid, en su marcha de prácticas en Santander.

El coronel del regimiento, el señor Campos Guereta (natural de Astillero), organizó de acuerdo con la oficialidad, la fiesta celebrada el 15 de mayo, con todo éxito y dedicado a los alumnos de Caballería.

A las once de esa mañana, llegó al cuartel el Gobernador militar, general señor Campuzano, acompañado del comandante secretario del Gobierno y de su ayudante, señor Pardo, siendo recibidos por el coronel y los jefes y oficiales del regimiento, mientras la banda tocaba la marcha de infantes.

Poco después llegó al cuartel el segundo comandante de marina, señor Garcia Lahera.

Fueron llegando los cadetes de caballería y algunos otros invitados, entre los que se hallaban los socios del Unión Club, señores Moscoso, García, Zumelzu y Cabrero y el diputado provincial, señor López Dóriga.

Después llegaría el coronel director de la Academia, señor Souza, con los oficiales-profesores, recibiéndoles el coronel, señor Campos Guereta.

Terminada la visita a los distintos pabellones del cuartel, el coronel, señor Campos Guereta, quiso dar á conocer a los invitados el estado de instrucción en que se hallaba el regimiento y ordenó que saliera la compañía que estaba a cargo del capitán, señor Sañudo y a mando del teniente don Francisco Quiros, para que hicieran algunas evoluciones con arreglo a la nueva táctica militar.

Pero lo que produjo verdadero entusiasmo fue ver a los soldados, cargados con toda la impedimenta de campaña, escalar con una facilidad grandísima, la tapia del cuartel, que tendría más de dos metros de altura, saltando fuera.

La animada fiesta terminó a la una y media de la tarde, quedando todos los que a ella concurrieron muy complacidos de las atenciones y obsequios de que fueron objeto por parte de los jefes y oficiales del Regimiento de Infantería de Valencia.

  

Correspondiendo a la atenta invitación que les hizo el Alcalde, señor Martinez, en nombre del Ayuntamiento, el jefe y oficiales-profesores y alumnos de la Academia de Caballería de Valladolid, asistieron el día 14 de mayo de 1909, por la tarde a una gira marítima, que en su obsequio les habían organizado.

A las cuatro de la tarde se reunieron en el embarcadero de pasajeros todos los alumnos y algunas otras personas invitadas, entre las que se encontraba el Gobernador militar, señor Campuzano; el coronel del regimiento de Valencia, señor Campos Guereta; el presidente de la Audiencia, señor Torres; el Fiscal, señor Mauro; el ex Gobernador civil, señor Bernad; los diputados provinciales, señores Agüero y Pérez Eizaguirre; el conde de Casa-Puente, y otros.

En un vaporcito embarcaron primero la mayoría de los alumnos, acompañados del primer teniente alcalde, señor Campo, y los concejales señores Gómez Vega y Rodriguez Prieto.

Luego en la "Cantabria" entraron otros muchos alumnos con su coronel-jefe, señor Saura; el general Gobernador; el coronel de Valencia; el Presidente y Fiscal de la Audiencia; el Alcalde, señor Martinez; los señores Agüero y Solano, conde de Mansilla y dos oficiales de la Academia.

En la lancha vapor "Santa Maria" embarcaron dos capitanes, cuatro oficiales y algunos alumnos de caballería y los señores Bernard, Gutiérrez, Pereda (S), Sainz Trápaga, conde de Casa-Puente, Cabrero, Pérez Eizaguire y Torres Quevedo.

La salida de estas embarcaciones conduciendo a los excursionistas fue presenciada por numeroso público desde los muelles.

Reinaba fuerte viento del Norte y la tarde no era todo lo agradable que hubiera sido de desear para dar un paseo por la bahía.

Pero á pesar de la marejada que el viento levantaba y que á veces hacia que se metiera a bordo bastante agua, los pequeños vapores se dirigieron al vapor "Reina Maria Cristina", amarrado en la boya de los correos, pues todos los alumnos tenían deseo de visitarle.

Los jóvenes excursionistas con sus acompañantes se trasladaron al "Cristina" y le visitaron detenidamente, gustándoles mucho el magnífico barco de la Compañía Trasatlántica española.

A bordo del "Cristina" hicieron muchas fotografías para llevarlas como recuerdo de la visita.

Volvieron luego a embarcar en los mismos vapores y atravesando toda la bahía, después de pasar por la dársena, se dirigieron, desafiando lo desapacible del tiempo, al ASTILLERO.

Dos de los vaporcitos se acercaron a la isla de Pedrosa y los jóvenes alumnos que iban en uno de ellos atracaron al muelle y desembarcaron en aquel hermoso sitio, regresando luego al barco verdaderamente entusiasmados de la bellezas de la isla.

De la "Cantabria" trasbordaron, medio de la bahía, a la "Santa María", el coronel de caballería, señor Saura; el coronel de infantería, señor Campos Guereta; el conde de Mansilla y algunos alumnos, siguiendo luego a la "Santa Maria" hasta el ASTILLERO y se aproximaron al muelle embarcadero, donde les esperaban a los excursionistas el Alcalde de Astillero, señor Ezquerra; el médico, señor Mora, el teniente de Carabineros y otras muchas personas.

El Alcalde, señor Ezquerra, cumplimentó al coronel jefe de la Caballería, señor Souza, y luego, invitado por los excursionistas, pasó a bordo con el teniente de carabineros y el señor Mora, para acompañarles hasta Santander.

Durante el paseo se obsequió por el Ayuntamiento con un lunch a todos los excursionistas.

El regreso se hizo directamente al muelle de pasajeros, porque el tiempo no estaba para seguir por la bahía, el viento y el agua molestaba bastante a las embarcaciones.

A las seis y cuarto llegaron al muelle, demostrando todos los jóvenes alumnos de Caballería su satisfacción por el paseo, que les había agradado mucho, y teniendo en cuenta que para la mayoría era una novedad el embarcarse y pasear por un mar bastante agitado, que hacia moverse un poco a las pequeñas embarcaciones que les llevaban.

Durante la excursión, algunos oficiales y alumnos se entretuvieron en sacar fotografías.

El escuadrón de alumnos de la Academia de Caballería de Valladolid, regresaría tras un viaje por distintas localidades, a Valladolid, lugar donde estaban haciendo las prácticas.

 

 














viernes, 21 de febrero de 2025

BUQUE BONIFAZ tragedia del 3 julio 1964.

 




La mar, medio de vida, de recreo, de embellecimiento y motivo de orgullo para un pueblo marítimo como es Astillero, fue noticia por la tragedia marítima del buque "Bonifaz", en la fecha del 3 de julio de 1964.

Astillero, de nobles y arriadas aficiones marineras, que se remontan a siglos de antigüedad, había pagado el viejo tributo con la vida de uno de sus vecinos.

Gonzalo Velasco Bedia "Zalo", para los amigos, dedicado al transporte local, por tradición familiar, se colocó posteriormente en una fábrica de la ciudad, durante dos años.

Más tarde, volvería a su pueblo, donde había nacido y vivió en su más típica calle de la Churruca.

Desembarco en el vapor "Ave" de bandera liberiana, en el cual hizo sus primeras singladuras llevando cuatro meses, en espera de nuevo desembarco en la Naviera santanderina, propietaria del petrolero "Bonifaz".

Con el tiempo justo, tuvo que trasladarse a La Coruña, para tomar su plaza en el mencionado buque, a bordo del  cual, y a las seis horas justas de hacerse a la mar, un espectacular y trágico accidente marítimo, padeció en las aguas gallegas cerca del Cabo Finisterre.

 

Fueron once cántabros, de ellos dos mujeres y uno de Astillero, que hoy descansan en el fondo del mar, a nueve millas al Este de Cabo Finisterre. Desaparecieron en el incendio y posterior hundimiento del petrolero BONIFAZ, el 3 de julio de 1964.

El Bonifaz, un magnifico barco construido en los astilleros de Cádiz  en 1959, era gemelo del también petrolero "Piélagos", había llegado al puerto de la Coruña, procedente de Esider, Libia, cargado con 19.340 toneladas de petróleo crudo, el cual descargó en la refinería de aquella ciudad gallega.

Una vez efectuada la descarga, salió del muelle y fondeó para permanecer durante un día desgasificando sus tanques y salió la tarde del 3 de julio, con los cincuenta hombres de su dotación completa rumbo a Cartagena donde se le pensaba actuar en el dique seco el lunes día 6, con objeto de limpiar fondos.

Se daba la circunstancia de que del total de esa tripulación, Daniel Fernández Fernández, Gonzalo Velasco Bedia y José Antonio Díaz Gómez habían ingresado por vez primera en el barco, en el cual, estuvieron a punto de perder su vida Daniel y José, mientras Gonzalo, fue uno de los que se dio como desaparecido.

Rumbo a Cartagena, el Bonifaz y a la diez y cuarto de la noche, navegando con niebla muy densa, la máquina moderada y emitiendo piladas de las señales reglamentarias y trabajando el radar, fue súbitamente sorprendido por una maniobra y abordaje del petrolero francés "Fabiola", de 50.000 toneladas de peso muerto. En ese momento el Bonifaz se hallaba a unas 50 millas del Oeste del Cabo Finisterre.

La colisión fue violentísima, siendo embestido el Bonifaz por el costado de babor, golpeado y rasgado desde sus tanques hasta los combustibles, situados inmediatamente delante del castillo de popa, los cuales al arder inmediatamente extendieron las llamas a toda la parte de popa del buque. Esta circunstancia, agravada por la espesima niebla, impidieron la lógica conexión entre el puente de mando y el castillo de popa, ya que era materialmente imposible pasar a través de la obra muerta en llamas de uno a otro.

Así, en esas circunstancias, el Bonifaz, se escoró inmediatamente y se hundió entre un mar de llamas en un espacio de tiempo de hora y media aproximadamente.

En medio de aquella situación dantesca, el valor y la sangre fría del capitán del Bonifaz, don José M. Amézaga Bilbao, supo imponer su autoridad y dotes de mando en todo momento, organizando la evacuación rápida del buque en las dos lanchas de salvamento útiles de la zona de estribor, es decir, la contraria a la que había sufrido la colisión. Cada una de estas lanzas era capaz para 50 hombres.

El capitán permaneció en su puente de mando durante el todo el tiempo, asistido por el radio-telegrafista, don Daniel Gómez Garcia, en constante dirección de maniobra para el abandono del buque dentro de las tremendas dificultades que proporcionaba el incendio y la rapidísima escora que ofrecía. Así permanecieron ambos hasta que el agua los llegó al pecho y no existía en el buque ninguna tripulante, lanzándose entonces al agua utilizando salvavidas y, tras nadar denodadamente por espacio de una hora y media fueron localizados y recogidos.

Se da la circunstancia de que, debido a la ordenada evacuación de la zona del puente de mandos por el capitán, ya que le era imposible, resolver nada a través de las llamas hasta la zona de popa y a que la colisión dañó primordialmente esta última, que es donde van situados los tanques de combustible incendiados, la mayoría de los que han perecido o desaparecidos son aquellos que se encontraban en ella.

La catástrofe pudo aún haber sido mayor si los tanques no hubiesen estado desgasificados como lo estaban, ya que de los contrario, el buque hubiese salido en pedazos al producirse la lógica explosión en los mismo.

Rápidamente se dirigieron al lugar de la catástrofe varios barcos que se hallaban por aquellas cercanías y acudieron ante las angustiosas llamadas de socorro del Bonifaz, entre ellos el destructor español "José Luis Díez", el remolcador "Vulcano" y el carguero alemán "Atlantik!.

Pero quienes recogieron la mayor parte de los náufragos fueron el holandés "Seta" y el alemán occidental "Sloman Málaga", en los cuales fueron atendidos maravillosamente por la cordialidad y dotación de ambos, trasladándose después a Vigo.

La búsqueda de los desaparecido habían continuado durante todo el día y noche, encontrándose en una gran extensión de mar despojos del Bonifaz. Por lo que respetaba al Fabiola que había sufrido abolladuras en la proa, estuvo a la espera durante todo el día por las cercanías, pero a lo que parece no hizo maniobra alguna para acercarse al buque siniestrado, probablemente por temor a las llamas o a la posible explosión.

Del total de los cincuenta hombres que componían la tripulación, 28 se habían salvado, 17  los desaparecidos, y cinco los muertos.

Han pasado más de cincuenta años de aquella fatídica fecha en que el periódico DM abría su primera página poniendo en un nudo en el corazón de Cantabria "cinco muertos y veinte desaparecidos en el naufragio del petrolero Bonifaz.

El naufragio del Bonifaz consternó a la sociedad española y mucho dolor y muchas lágrimas.

La noche de la tragedia el tercer oficial, José Manuel Azofra, estaba de guardia. Desde su hogar en Santoña recuerda la colisión con el petrolero francés "Fabiola", cuando en lastre y en noche cerrada de niebla sufrieron el accidente. -Cogió a nuestro barco de la peor forma, sin crudo. Habíamos descargado en la Coruña, pero el buque estaba lleno de gas. Al embestirnos el "Fabiola" que navegaban para el puerto de El Havre, saltaron chispas y fueron explotando los tanques con el fuego. Si hubiera ido cargado se hubiera incendiado pero no se hubieran producido las explosiones.

El resalta el comportamiento de algunos miembros de la tripulación que perdieron su vida al intentar salvar la de otros. Uno de esos héroes fue el castreño Jaime Diez Cantero. Era el jefe de máquinas. "bajo por los pasillos interiores de estribor golpeando las puertas de los camarotes y gritando que todos abandonasen el buque, luego siguió hasta la máquina y ordenó que abandonase ésta al personal de guardia, formado por el cuarto maquinista, José Rey, de 26 años; el alumno de máquinas, Manuel González, de 21 años; el engrasador Gregorio Pereda y el fogonero José Oria"

Podía haberse salvado, pero murió a bordo del buque holandés "Setas" cuando era trasladado a Vigo.

El 6 de julio, en la parroquia de Santiago el Mayor de Vigo y con asistencia del gobernador civil de la provincia, gobernador militar, alcalde de la ciudad y otras autoridades, así como el armador del "Bonifaz" y su capellán, don Jose M. Amézaga y compañeros supervivientes, se celebró un funeral por el alma de las cuatro víctimas que se encontraban en esa ciudad.

Terminado el funeral, las autoridades y público se trasladaron al cementerio parroquial de Pereiro, donde estaban depositados  los cadáveres de Jaime Cantero, Juan Fernández Cano, Luis Garcia Lusares y Juan Garcia Benzal.

A continuación partieron en dos furgonetas, para Cartagena, una de ellas, con los cuerpos de Jaime Díaz Cantero, Juan Fernández Cano y el de Juan Garcia Benza, y, para Santander salió otro furgón con el cadáver de Luis Garcia Lusare.

El momento de la partida fue de gran emoción, estando presentes numerosos familiares de los desaparecidos que se habían trasladado a Vigo.

La fúnebre comitiva llegó al Cementerio de Ciriego a las once de la mañana, en donde se dio cristiana sepultura al cadáver de José Garcia González y desde allí se llevarán a Isla, pueblo donde tenía su residencia, el del joven Luis Garcia Lusares.

En esas fechas, continuaban en la zona donde se produjo la tragedia, buscando a otros cadaveres.

 

El sábado 11 julio se celebro en solemne funeral en la iglesia de San Lucia, por el alma de las víctimas. Lo presidieron las autoridades provinciales. Una coral interpretó la misa de Réquiem de Perosi. El templo estuvo abarrotado por familiares, supervivientes y dirección personal de la naviera Castilla. Su presidente y su hijo mayor, Luis Pereda, acudieron rápidamente a Vigo tras enterrarse del siniestro.