A principio
del año 1888, se le concedió a Astillero la instalación del Telégrafo, a través
de la gestión personal del Alcalde y con ello se evitó los gastos que suponía
la colocación de los postes necesarios que desde Santander, habría que
instalarlos y cuyo gastos correría a cargo de la Dirección General de Correos y
Telégrafos.
El primer
telegrafista de Astillero que se conocía fue don Luis Garcia, nombrado por el
Ayuntamiento y con el sueldo de 2,50 pesetas diarias.
Ayudaron
para que este servicio fuese instalado la colaboración de la señora Doña
Matilde Saiz de Salaverria y del diputado, con Emilio Alvear.
El día 1 de
junio de 1888, quedó abierta el servicio público de la estación telegráfica
instalada en el municipio de Astillero y su ubicación fue en el propio edificio
de la Corporación Municipal.
En el mes de
junio, la Dirección General de Telégrafos, ordeno el cierre de la estación de
Astillero, pero el Ayuntamiento rápidamente gestiono su reapertura, que tuvo
lugar dos meses más tarde.
El primer
telegrama que se cursó, a la reapertura, se dirigió a Isaac Peral y el texto
fue: "El Ayuntamiento del Astillero de Guarnizo sitio donde se han
construido numerosos buques mercantes y de la armada que dieron lustre y gloria
a nuestra España, lleno de admiración y de entusiasmo felicita a don Isaac
Peral que con su maravilloso invento ha venido a resucitar las cenizas de
nuestras antepasadas glorias".
En junio de
1890, por orden de la Superioridad fue suspendido el servicio de telégrafos del
Astillero.
En el mes de
diciembre de 1890, la Dirección General de Telégrafos comunicó al Ayuntamiento
que había ya nombrado al empleado que iba atender la Central Telegráfica de ese
municipio, con el haber de 750 pesetas, a cargo de los fondos municipales, a lo
que contestó el Ayuntamiento que estaba dispuesto a renunciar el servicio, si
se le privaba del derecho de nombrar por sí mismo al empleado.
El sábado 28
febrero de 1891, a última hora, quedo establecida la primera comunicación
telefónica con el Astillero.
Por mayo, se
hicieron pruebas de la línea telefónica al Astillero, colocando un aparato en
el teatro para que se pudiera oír la función.
Para ello se
congregaron en casa de don Tomás Tijero, desde donde oyeron perfectamente las
voces de los artistas y los armoniosos acordes de la orquesta.
Así que
varias familias que residían en el Astillero habían oído las funciones de opera
aprovechando las pruebas de la comunicación telefónica sin tomarse la molestia
de venir a Santander y con el confort que para complemento de la comodidad les ofreció
en su elegante casa la distinguida familia del señor Tijero.
Por enero de
1896, y mediante las gestiones de don Angel Díaz, alcalde de Astillero, se
abrió el servicio interior e internacional de la estación telegráfica, con la
importancia y beneficiosa mejora para el vecindario.
Por octubre de 1900, el establecimiento de una estación
telegráfica en el Astillero era de gran necesidad, pues existía allí una
estación férrea, que no cursaba servicio internacional, ni el servicio interior
en idioma extranjero, por lo cual se tenía que mandar por correo a Santander
los despachos de esa índole, y como quiera que el servicio internacional era el
que componía en casi su totalidad el de este punto, resultaba enteramente preciso
esa estación.
Por otra
parte se podía asegurar, que lo que recaudase sería bastante más que lo que se
necesitase para el sostenimiento de la estación.
Para
evidenciar la importancia del Astillero, solo bastaba fijarse en que la Compañía
peninsular de Teléfonos, propietaria de la red urbana, había solicitado la
concesión de una central en dicho pueblo para el mejor servicio telefónico.
Por
diciembre de 1900, se inauguro la nueva red telefónica del Astillero con
Santander y que iba a experimentar este importante servicio una modificación
altamente beneficiosa para el público y con lo que ganaría mucho el propio
pueblo.
Quedaría
establecido un Centro en el Astillero en combinación con el de Santander,
pudiendo hacerse en adelante el servicio en admirables condiciones.
Por Real
Decreto publicado en mayo de 1907, se reformaba el reglamento para el
establecimiento y explotación del servicio telefónico y se disponía que para el
ingreso en la clase de telefonista sería preciso haber servido por lo menos tres
meses en calidad de alumna y acompañar a la instancia un certificado de aptitud
expedido por el director de la red del Estado en que haya hecho el aprendizaje,
otro de buena conducta, expedido por la autoridad competente y la certificación
de nacimiento.
La edad para
el ingreso seria de 16 a 25 años. Deberian además aprobar ante un Tribunal
designado por la Dirección general las asignaturas siguientes:
* Escritura correcta al dictado del idioma
español.
* Ejercicios prácticos de Aritmética,
limitados a las operaciones de suma, resta, multiplicación y división de números
enteros y de fracciones ordinarias y decimales.
Podrán también ingresar como telefonistas
oficiales, sin las condiciones de edad antes expuestas, las que se hallen al
servicio de redes arrendadas, cuando estas pasen al Estado, siempre que cuenten
dos años de servicio, merezcan el mejor concepto de los respectivos delegados y
acrediten ante éstos los conocimientos antes expresados.
En las fechas de marzo la subcentral de teléfonos de Astillero, se encontraba sin plaza vacante de telefonista y que la señorita que desempeñaba el cargo lo hacía a satisfacción de los abonados.
Por ello se necesitaba más personal y se propuso la creación de una nueva plaza de telefonista auxiliar.
En fecha 6
de mayo de 1915, en sesión de la Corporación municipal de Santander , se nombra
auxiliar para la Central del Astillero, a la señorita Francisca Gutiérrez y
Martinez Conde, por 20 votos y cinco papeletas en blanco.
Ya en los
años 1924-1926, se instaló definitivamente la red-telefónica con
Santander-Astillero y esta localidad se vio beneficiado con el nuevo servicio
telefónico.
En el año
1927, se solicitó a la Dirección General de Comunicaciones la clausura de la
estación telegráfica, ya que resultaba insignificante el importe de la
suscripción abierta entre los industriales de la localidad para contribuir a su
sostenimiento.
En las fechas de julio de 1927, la gerencia de Talleres de Astillero comunicó al Ayuntamiento en la que se desligaba del pago del alquiler de la casa destinada a oficina de Telégrafos, compromiso que en su momento había adquirido al instalarse en esa localidad la oficina.
Por mayo de
1935, dio comienzo las obras de sustitución de los postes de la Telefónica y el
servicio con Astillero, haciéndose el tendido de los cables por canalización
subterránea y por las fachadas de las casas.
Además, a
partir del día 1 de junio, el servicio de Astillero se incorporó al urbano y
por tanto, gratuito para todos los abonados de la capital.
Desde el año
1948, la Compañía Telefónica había quitado el servicio libre de gastos
establecido entre Santander y Astillero, que hacia muchos años tenían los
habitantes de este término municipal y algunos otros abonados, unidos por
razones técnicas de la Compañía a la centralita de Astillero.
Una de las
cosas que no se comprendía era de que la línea del teléfono automático
penetrase en el Ayuntamiento unos mil quinientos metros aproximadamente y que
solamente con otros tantos metros podría instalarse el automático en la Central
de Astillero.
El caso era
de que los habitantes de un mismo Ayuntamiento tenían que pagar conferencias
para hablar entre sí.
En el año
1956, la central de Astillero, contaban con 119 abonados.
Como dato
curioso se dio en esa fecha, se había pedido una conferencia con Santander, y
sin anular ésta, se presentó la ocasión de hacer el viaje en coche, y se
aprovechó para efectuar la gestión que se pretendía hacer por teléfono y volvio
a regresar a Astillero y al poco tiempo le avisaron de su conferencia con
Santander.
Por
diciembre de 1956, se aprobada en pleno del Ayuntamiento, las obras destinadas
para la Central de Teléfonos por importe de 6.723,50 pesetas.
En los año
60 y 70, la centralita de teléfonos se
encontraba situada en el edificio de Emilio Aguilera, en calle San José, en la
primera planta
Posteriormente
se trasladaron a la calle Tomás Bretón, enfrente de las escuelas y operaban
como central con llamadas semiautomáticas
Por 1975, el
servicio telefónico, se encontraba prácticamente saturado y obligaba al
personal técnico responsable del servicio a multiplicarse con su trabajo para
poder atenderlo eficazmente.
Se había
empezado hacer ya las gestiones oportunas para la instalación de una central
automática.
En esa
fecha, existía 1.223 abonados, de los cuales 1.195 eran de la localidad de
Astillero.
El servicio
era atendido mediante un centro manual, con servicio semiautomático existente,
cuya capacidad era de 1.200 teléfonos y otro centro manual en Guarnizo.
El día 19 de
diciembre de 1978, entro en funcionamiento el teléfono automático en Astillero,
fecha histórica que quedaría marcada en el recuerdo de los astillerenses.
La nueva
Central estaba dotada del moderno sistema Pentaconta-1000 y las obras se habían
llevado a cabo en el plazo de un año, habiendo costado éstas la importante
cifra de 114 millones de pesetas.
La Central
contaba al principio con una capacidad inicial de 2.000 líneas, pero su
capacidad estaba preparada para unas 10.000 líneas, lo que aseguraba y evitaba
problemas de comunicación telefónica para su futuro largo.
Aparte de
estas mejoras, la Telefónica tenía previsto que los usuarios podrían marcar en
breve directamente, a los abonados europeos en servicio directo internacional.
En ese momento,
los abonados beneficiados con el nuevo servicio eran unos 1.210 y que se
ampliarían con la entrada en funcionamiento de cerca 800 aparatos ya instalados
y pendientes de ciertas condiciones técnicas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario