viernes, 24 de febrero de 2023

ASTILLERO derribo de la capilla del cementerio

 


Capilla actual



Fue en noviembre de 1875, cuando el Ministerio de Hacienda cedió al propiedad al Ayuntamiento el antiguo cementerio ubicado detrás de la capilla de San José.

Este cementerio era de dimensiones reducidas, por lo que el Ayuntamiento había solicitado su ampliación.

En marzo de 1885,  el señor Gobernador se le ordenó al Ayuntamiento su clausura y se le ordenaba la construcción de un nuevo cementerio.

En 1896, se procedió a la construcción del nuevo cementerio, aunque no se llevó a efecto el cierre del cementerio viejo.

Seria por junio de 1905, cuando se terminó las obras del cementerio en el lugar que ahora se encuentra y posteriormente ya se recibieron los primeros cadáveres.

 

Desde entonces existía una capilla en el interior o tal vez fuera del campo del cementerio (aunque desconozco desde cuándo) y cuyo pequeño edificio fue derribado con la correspondiente polémica.

 

 

 

En la última sesión celebrada en el Ayuntamiento en junio de 1932, se dio cuenta del escrito firmado por numerosos católicos protestando del derribo de la capilla que existía en el cementerio municipal, derribo que se llevó a cabo por acuerdo unánime de la Corporación municipal, en vista del estado ruinoso en que aquélla se hallaba.

Lo extraño era que el escrito aludido tendría carácter de protesta; más práctico, hubiera sido haberle presentado con el de súplica antes de comenzar el derribo de la citada capilla, porque después de demolida difícil seria su reedificación.

Lo curioso del caso es que el escrito figuraba la firma de un concejal, que no hizo constar su protesta en tiempo oportuno, y que, por consiguiente, se hizo en ese momento solidario del acuerdo.

Otro señor, que no hacía mucho tiempo, pedía a gritos, en un centro político, la disolución de la Compañía de Jesús.

Aún cuando, el Ayuntamiento dio la noticia de que la Corporación municipal había adoptado el acuerdo de "no ha lugar a deliberar" del escrito de protesta que, firmado por la mayoría del vecindario, identificado con el sentir unánime local, es el Ayuntamiento que vuelve hacerlo público, con un escrito que decía así:

"En sesión celebrada por esta Corporación el día 31 de mayo de 1932, se acordó desestimar y devolver el escrito presentado por varios vecinos de esta localidad en protesta del acuerdo de derribo de la capilla del cementerio municipal de Astillero. Lo que comunico a usted para su conocimiento. Astillero, 4 de julio de 1932. El alcalde, primer teniente José Ortiz."

Lo que si no existía un estado de ruina del edificio, era conocido que el único deterioro que se observaba se hallaba en el tejado. Tal deterioro pudo arreglarse con muy poco coste, siempre menor que el que representó al derribar la sólida obra de mampostería de que estaba construida.

Por otra parte, desde el Ayuntamiento, hubo proposiciones de carácter particular, de conservar la capilla para otros menesteres y hubo un concejal que, pareciéndole aceptable la propuesta, expresó la intención de repararla al no implicar desembolso alguno para el Ayuntamiento.

El mismo concejal, propuso estudiar el modo de que el edificio fuese cedido a alguna familia a quien pudiera interesar el usufructo o venta como panteón.

El derribo se realizó y sin el previo informe de un arquitecto o del aparejador del Municipio, quienes eran entonces los más capacitados para testificar si existía o no el estado de ruina del edificio.

Hoy, el cementerio municipal, existe una capilla de nueva construcción.












 


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