Había gran expectación por
presenciar el encuentro, entre el Unión Club de Astillero y la Cultural de Guarnizo.
Los recientes castigos que la
Federación había impuesto a algunos de los jugadores del Guarnizo, por los
incidentes del encuentro Racing-Cultural, en el Sardinero y la enorme rivalidad
que siempre existía entre los dos equipos vecinos, llevaron al campo de la
Cultural a muchísima gente.
Del arbitraje polémico se había
encargado de dirigirlo el señor Romualdo Balbás.
El 1 de febrero de 1925, se
enfrentaron en los campos de Guarnizo, el Unión Club y la Cultural Deportiva de
Guarnizo.
Ambos equipos se presentaron con
sensibles bajas.
El primer tiempo fue llevado con
juego de mucha codicia, pero sin violencia. Se jugó con verdadero ardor
deportivo, pero con procedimientos legales.
El juego, en principio, se
desarrolló en ambos campos, pero al final se impuso el dominio unionista.
Los de la Cultural, realizaron
varios ataques, sin peligrosidad, que no supieron rematar su delantera.
En este primer tiempo el partido
terminó con un tanto a cero. Fue conseguido por Furty, en una melé que se
produjo ante la portería cuando solamente faltaba cinco minutos para terminar
la primera parte.
En el segundo tiempo, empezó
dominando la Cultural, que intensificó su juego violento.
Por esta causa se desconcertaron
un poco los astillenreses y se replegaron hacia sus líneas defensivas.
Pudieron reaccionar y conseguir
los tantos que significaron su victoria.
Fueron éstos tres más. El segundo
de la tarde, lo consiguió Benavente, aprovechando un pase de Furty. El tercero lo
consiguió Polé, rematando preciosamente de cabeza y el cuarto, y último del
encuentro, le obtuvieron los unionistas, en offside, de Pis y de Benavente.
De la decisión del árbitro
protestaron los jugadores, Casuso y Vallecillo, primero cantando la jugada,
después haciendo ruidosamente la protesta ante el árbitro.
Fue cuando el colegiado, Romualdo
Balbás, ordenó la expulsión de los dos jugadores. El señor Casuso se negó a
obedecer. Intervino el delegado de la Federación Regional y entonces si
obedeció.
Salieron del campo entre las
protestas de parte del público.
Siguió el juego, pero nada más
que breves instantes, un jugador de la Cultural, dirigió una frase a uno del
público. Con el espectador se encontraba una hermana suya, la cual se desmayó.
Hubo más que palabras entre el espectador y el jugador.
Todo se complico y parte del
público, unos en pro y otros en contra, hasta que termino por intervenir la
Guardia Civil.
El público salto al campo, unos
espectadores agredieron a otros.
El árbitro no suspendió el
encuentro y se siguió jugando, ya con los nervios muy excitados, unos en pro y
otros en contra del árbitro, hasta que terminó el encuentro.
Cuando el árbitro señor Balbás,
se dirigió a la caseta, el jugador de la Cultural, Pozo, se dirigió a él y le
acusó de haber sido el culpable de su descalificación.
El señor Balbás se volvió hacia
el jugador, pero éste se lanzo sobre él y le produjo una contusión en el ojo
derecho que le causó bastante hemorragia, donde fue asistido en la propia
caseta.
A su llegada a la ciudad, dio
cuenta de lo sucedido al presidente de la Federación Cántabra y presentado una
denuncia contra el agresor.
El Unión Club, jugó más que la
Cultural, destacándose la delantera, con Furty y Benavente. En la media no hubo
nada destacable. En la defensa reapareció Iriguren, quien estuvo aceptable. Su
portero no tuvo motivos para lucirse.
De la Cultural destacó la línea
de medios El mejor el pequeño en estatura, pero grande en el juego, Toraya. La
delantera floja y la defensa muy violenta durante todo el partido. Su portero
tuvo intervenciones aceptables.
El árbitro estuvo regular. El
cuarto tanto fue un offside clarísimo e indiscutible.
Una vez, el señor Balbás, en la
capital y acompañado del presidente del Colegio, señor Gacituaga, se
trasladaron a la Casa de Socorro, donde fue curado de las heridas ocasionadas.
Fue un partido lamentable con
muchas incidencias y agresiones.
Por esas fechas, el entrenador
del Unión Club, era J.J. Martinez (Tato).
Con esta última jornada, se había
terminado el Campeonato de Cantabria, quedando campeón el Racing de Santander y
como "colista", la Cultural de Guarnizo.
Entre los comentarios publicados
sobre los equipos, se decía, del:
Unión Club de Astillero. El triunfo alcanzado por este equipo ha sido
indiscutible no sólo por el envidiable puesto que ha llegado a alcanzar, sino
también porque ha demostrado ser uno de los clubs más compenetrados de la
táctica del buen futbol.
Ha demostrado que está en posesión de esa ciencia que conduce a
los equipos al triunfo. Su actuación en el segundo tiempo en la lucha que
recientemente sostuvo contra el equipo campeón, lo confirma. Es un equipo que
está dignamente en primera categoría.
El 13 de febrero, se celebró por
la noche el banquete homenaje dedicado al equipo deportivo Unión Club, por la
Directiva, en la "Sala Cortabitarte".
Más de cien comensales se reunión
para homenajear a los excelentes jugadores que habían alcanzado el tercer
puesto en el campeonato cántabro.
Alineados en las mesas preparadas
en forma de U, se colocaron en primer término en su centro presidiéndola, don
Alfredo Nieto, en representación del Municipio, y a su derecha, Roberto
Alvarez, presidente de la don Roberto Alvarez, presidente de la Federación,
siguiendo a la derecha e izquierda, los jugadores: Ayllón, Furty, Crespo,
Ibaseta, Iraegui, "Chuchi", Benavente y Pis; Martinez (entrenador del
equipo), Vega (Angelín), Castillo (Angelín), Polé y Quevedo.
En dicho lugar y frente a los
mismos, los señores: Cortabitarte, Tarrero, Azcárate (hijo), Pérez y Castillo.
Entre otras personas forasteras,
amigas del deporte y admiradoras del equipo, se encontraban los señores, Rozas,
Lanuza, Campos, Sentíes, Martinez, Gutiérrez, Quevedo; los señores de la
Directiva y parte de sus socios incondicionales.
Al pie del escenario se hallaban
alineadas las tres copas de honor ganadas por el equipo y colocadas encima del
piano teniendo en su centro el grupo fotográfico del mismo.
Terminada la cena, dio comienzo
el baile de invitación al que concurrieron numerosísimas y simpáticas jóvenes
que realzaron con su belleza la fiesta.
Al final del baile y por acuerdo
de varios jóvenes se hizo una colecta dedicada a los jugadores ausentes, los
jóvenes: Sierruca, Selaya y Somonte, que estaban prestando sus servicios para con
la Patria.
Pudieron recaudar cincuenta
pesetas, que fueron enviadas a los mismos en conmemoración del homenaje a sus
compañeros de equipo.
Arbitro Sr. Balbás
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