jueves, 7 de diciembre de 2017

ASTILLERO sus farmacias





farmacia de Antonio Arce, en calle Vista Alegre




La historia de las farmacias o boticas de Astillero, es difícil de conocerlas, pues los primeros inicios data de 1882, según información que he podido conseguir.


En Astillero, en 1882, figuraban tres farmacéuticos: José Adrau, Sebastián Crespo y Francisco Gutiérrez Díaz. La población tenía 1.277 habitantes.
Aunque estos farmacéuticos, también ejercían como médicos.

En abril de 1885, el Ayuntamiento de Astillero, publicó que se encontraba vacante la plaza de farmacéutico titular de ese distrito, para el suministro de medicamentos a enfermos, con una dotación anual de 625 pesetas.
Los aspirantes deberían presentar sus solicitudes acompañadas de certificación de sus títulos académicos.

En 1900, Astillero, con 1.565 habitantes, solo se conocía una farmacia: la de Ramón Aguirre y Larrauri.

En 1903, con 2.880 habitantes, Astillero, contaba ya con dos farmacias: Ramón Aguirre y Nicolás Pardo.
Ramón Aguirre murió el 18.12 1906.

En el año 1910, seguía como farmacéutico, el señor Nicolás Pardo.
En este año, se estableció una nueva farmacia en la calle Vista Alegre, el Licenciado, don Antonio Arce Pérez-Albeniz.

En mayo de 1912, la farmacia que regentaba el licenciado Nicolás Pardo, cuyo local era anteriormente ocupado por su antecesor don Ramón Aguirre, inauguró su nueva instalación con una reforma espléndida.
No había omitido gasto alguno para conseguir poner a la altura de las mejores en el ramo de la farmacia moderna. Llamaba extraordinariamente la atención, el mobiliario y decoración en la parte destinada al público, con un gusto exquisito artístico, como la parte dedicada a laboratorio químicos y especialidades nacionales y extranjeras que obligada a tener por entonces a una farmacia moderna; así como también un gran número de aparatos para la elaboración de los preparados galénicos.
No tardó mucho tiempo, en abrir un nuevo local, junto a la farmacia, destinado a droguería.
En 1912, la farmacia del señor Arce, se traslado a un edificio adquirido por él, en la calle San José.






Por 1917,  estaban dado de altas en la Contribución Industrial y de Comercios, los farmacéuticos: Ramón Aguirre y Antonio Arce. Nicolás Pardo como droguería.

En 1919, don Sebastián Asenjo Pascual sustituye a Nicolás Pardo en la farmacia.
Tendría 23 años, cuando se hizo cargo de ella.

En los años de la postguerra, seguían establecidos Antonio Arce Pérez y Sebastián Asenjo Pascual.

Por 1958,  estaba como farmacéutico don Sebastián Asenjo Pascual y había  prorrogado su vigencia autorizada para ser propietario de su Laboratorio, situado en calle Generalisimo Franco.
El farmacéutico Antonio Arce Pérez, le sustituye su hijo también farmacéutico, don Antonio Arce de la Llama.





En los años 80, es Antonio Arce de la Escalera, quien sustituye a su padre y se hace cargo de la farmacia, hasta hoy.
Viene dirigiéndola con mucho orgullo, al ser la tercera generación de una familia acreditada y reconocida de siempre en el pueblo.

Por parte de Sebastián Asenjo, es su nieta, Ana Gómez Pardo Asenjo, quien regenta actualmente su farmacia en la calle Francisco Diaz Pimienta  nº 11, desde 1998.
El antiguo edificio ya no existe, fue derrumbado en el 2006 y mientras estuvo en construcción, se instaló a otro local situado en la misma calle y ahora a vuelto a su ubicación de origen..
Durante los últimos años de Sebastián Asenjo, estuvo una farmacéutica provisional, hasta que por fin se hizo cargo Ana Gómez.
De la anterior farmacia, que era muy bonita, con muebles decorativos y unos techos preciosos y acogedora, fue reformada para actualizarse siendo ahora más funcional y moderna.

Hoy la farmacia Arce, sorprende al comprobarse como el local actual sigue llamando la atención de muchos curiosos.
Este negocio familiar fue iniciado por su abuelo hace ya más de cien años y aún permanece prácticamente intacta su estructura originaria, con leves modificaciones tendentes a conseguir una mayor comodidad y funcionalidad en el loca.
Entre esas modificaciones, una de las que más llama la atención entre los clientes más veteranos, es la desaparición de una barra estrecha con un remate de mármol que hacía las veces de mostrador y ha sido sustituido por uno más práctico y actual.
La estructura originaria de la planta se modificó también hace años para acoger en su superficie el local que ocupaba la mercería y que también era regentada por la familia Arce.
Pero todas estas modificaciones no han perdido casi nada el diseño original y han permitido mantener el espíritu inicial de sus fundadores, consiguiéndose así una perfecta y equilibrada armonía entre tradición y modernidad, conservación y funcionalidad.
Los modernos y asépticos armarios y estanterías, conviven con los viejos muebles de madera de pinoteca que se extienden de arriba a abajo y circundando las paredes de la botica.
Los frascos y envases actuales comparten las estanterías con viejos tarros de original diseños, que olvidaron hace años su función originaria y se alinean como meros objetos decorativos llenos de sustancias colorantes o productos curiosos, como la bola de opio que contiene uno de ellos.
La farmacia de Antonio Arce, es una parte de la pequeña historial local de Astillero.


Hoy, en Astillero, existen cuatro farmacias, que son:
Farmacia Lda. Maria Antonieta Andrés, situada en calle Industria 96., regentada por Maria Antonia Andrés Dirube.
Farmacia Miralles, en calle Navarra, 1., regentada por Maria Josefa Miralles Vives.
Más las otras dos: Antonio Arce de la Escalera, en calle San José nº 12  y Ana Gómez Pardo Asenjo, en Francisco Diaz Pimienta nº 11


Tengo que decir que Antonio Arce de la Escalera, es un gran amigo, cuya amistad viene desde los años del "Convento"







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