viernes, 15 de diciembre de 2017

ASTILLERO y el medicamento 606





Doctor Ehrlich, en su laboratorio





En 1910, la noticia del hallazgo del nuevo medicamento, conocido como "606", llego a España y también al pueblo de Astillero

Por las fechas de diciembre de 1910, el notable cirujano-operador que se encontraba al frente de la clínica de cirugía del Hospital provincial de San Rafael, don José Palacios, había recibido, directamente del laboratorio del célebre doctor Paul Ehrlich, en Alemania, varios frasquitos conteniendo la fórmula del 606, para las inyecciones contra la avariosis.

Fue el doctor Palacios el primero que en Santander, lo obtuvo el 606 y el primero, como era natural, en hacer con esa nueva fórmula los oportunos ensayos en el hospital de Santander.

El doctor se había distinguido como hombre estudioso, que era, principalmente, lo que hizo al médico y al cirujano, dándole nombre y fama, y al aparecer el 606, fue uno de los primeros que por correspondencia se puso en comunicación con los médicos alemanes que hacían sus estudios en el laboratorio del doctor Ehrlich.

Por eso ha sido el primero que recibió los últimos preparados del 606 y que tuvo la fortuna de ensayarlos junto con sus compañeros y los que eran sus discípulos, los estudiantes de Medicina.

Quedaba por conocer el resultado de estos ensayos, que esperaban fuera satisfactorios.

Una de las tarde de diciembre, se reunieron en la sala de operaciones del hospital el médico director de la clínica, doctor Barbachano; el notable oculista, señor Calella; los médicos señores Pereda, Erasun, Cano Quintanilla, Soleras, Olave, Almiñaque, Viesca y otros, estudiantes de Medicina y algunos curiosos.

Se hizo por el doctor Palacios la presentación del enfermo. Un individuo de quien la avariosis hizo verdaderos estragos, pues presentaba casi totalmente llagado el cuerpo.

Terminados todos los preparativos, y auxiliados por sus compañeros del hospital, el enfermo subió a la mesa de operaciones y el doctor Palacios le dió dos inyecciones, una en la región escapular izquierda y en la nalga del mismo lado, la otra. Es decir, la dosis necesaria en dos distintos sitios, para evitar al enfermo los grandes dolores que habían de sobrevenirle al dar una sola inyección con toda la dosis.

Recomendó este procedicimiento para que el enfermo tenga el siempre un lado libre, aquel en que no se ha puesto inyección, sobre el que pueda descansar las seis u ocho horas primeras, que son las que el dolor es máximo.

El enfermo fué trasladado a la sala correspondiente, y después pasó a la mesa de operaciones una mujer, también atacada de avariosis, y á quien se aplicaron las dos inyecciones en la misma forma que al otro paciente.

Altamente satisfechos del buen resultado de los ensayos y de las explicaciones dada por el señor Palacios, se retiraron del hospital, a las cinco de la tarde, cuantos acudieron a presenciar el ensayo del prodigioso invento 606.

Este medicamento no tardo mucho en recibirse en Astillero, fue la farmacia de Nicolás Pardo (antigua de Aguirre) quien lo había solicitado a Alemania y desde el 20 de diciembre de 1910, ya se podía adquirir en esta "botica".

Por esas fechas de 1910, en Astillero, se encontraban establecidos los farmacéuticos Antonio Arce y Nicolás Pardo.










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