viernes, 7 de junio de 2019

FERNANDO GARCIA "EL GAVILAN", primer futbolista internacional de Astillero.







El primer futbolista internacional de la Selección Española, de Astillero, fue Fernando Garcia Lorenzo, conocido por Nando Garcia, "El Gavilán".

Es algo histórico y más aún cuando ha sido el único que ha vestido la camiseta española, pues Paco Gento, era de Guarnizo.

Su primer partido fue en el Metropolitano contra el Austria, cuyo resultado fue de 5-4 a favor de los austriacos.

Aunque tuvo una actuación desafortunada, si podemos considerar la fecha como histórica y tenerla incluida en la hemeroteca de Astillero.

Este fue el partido:

En unas fechas complicadas para el pueblo español, no impedía el gran entusiasmo que existía para el partido que jugarían el 20 de enero de 1936, las selecciones española y austriaca.

La reventa había agotado las entradas y en el campo del Metropolitano ya no quedaba sitio para tanto público.

En el Ayuntamiento de Madrid se celebró una recepción en honor a los jugadores austríacos y por la tarde, en el Teatro Pavón, hubo un festival de cantos y bailes regionales como homenaje a la selección austriaca.

Los aficionados recordaran este encuentro Austria-España, por lo que se refiere a los días anteriores a su celebración, el interés que despertó el partido.

El calendario internacional organizado por la Federación Española había señalado, además de este Austria-España, un España-Alemania en Barcelona.

Si en cuantas ocasiones los estadios españoles se habían visto repletos antes las actuaciones de la selección, el día 20, el campo del Metropolitano recordara por su aspecto el día de la más resonante de la historia del deporte español.

Desde dos días antes de la fecha señalada para el partido, las localidades estaban agotadas. Miles de aficionados y curiosos se quedaron con el deseo de poder presenciar lo que suponía seria una victoria del fútbol español.

A medida que pasaban las horas, los optimistas provincianos llegaban a Madrid, creyendo no encontrar un gran inconveniente para hacerse con el correspondiente boleto que les permitiría asistir al encuentro. Todo inútil. El estadio Metropolitano resultó insuficiente. Allí no pudieron acomodarse ni la mitad de los que deseaban presenciar la lucha entre el ex famoso Wunder Team y el once español.

El juego magnifico, brillante, espectacular y efectivo del fútbol austríaco, se recordó, sin duda alguna, y ello fue el motivo de este interés por el deseo de presenciarlo, o, por lo menos, suponiendo que aún quedaría ese gran juego futbolístico.

Habían sido dos veces los enfrentamientos que hasta la fecha se habían enfrentados, y en ambas ocasiones, los españoles salieron victoriosos. En Barcelona y en Viena los técnicos austriacos no pudieron con la pequeña furia española.

Pero en esta ocasión, se dio la sorpresa. ¡El equipo rojo por primera vez fue derrotado en España!.

Una hora antes de la señalada para el comienzo del encuentro, ya el público fue ocupando gran parte de las localidades. Había llovido mucho durante la noche anterior, y el acceso al campo estaba intransitable. Enormes charcos, barrizales impracticables.

Diez minutos antes de comenzar el encuentro no había ni un solo sitio libre. Las escaleras de acceso al campo y de la tribuna estaban ocupadas en su totalidad. Ni un solo rincón libre. El aforo del campo se calculaba en unas 50.000 personas.

En la tribuna, todas las autoridades federativas del fútbol español y la representación enviada por la Federación Austríaca.

A las tres menos tres minutos aparece el equipo austríaco. Una banda militar entona el Himnos de los visitantes. A continuación el Himno de Riego, al aparecer el once rojo, al frente el capitán Quincoces.

Los preparativos son espectaculares. Infinidad de fotógrafos, operadores de cine, radio-emisores, incluso para Austria.

Salió al campo el árbitro belga señor Langenus, al que acompañan en las líneas los españoles Escartín y Canga-Arguelles.

Se reunieron en el centro del campo los capitanes de ambos equipos junto con el árbitro y sus ayudantes. También los seleccionadores de ambos equipos, señores Meils y Garcia Salazar. Se cambiaron ramos de flores y banderines.

Sorteado el campo, eligió España y las alineaciones fueron:

Austria (jersey blanco con puños y cuello negro, pantalón negro). Platzer; Sezsta, Schmans; Wagner, Schmistik, Urbanek; Zischek, Hahnemann, Bican, Binder y Vogl.

España (jersey rojo, pantalón azul). Eizaguirre; Ciriaco, Quincoces; Pedro Regueiro, Garcia, Ipiña; Ventolrá, Luis Regueiro, Lángara, Iraragorri y Emilín.

A las tres y siete minutos se inicia el encuentro. El trío delantero austriaco, en su jugada inicial, no pasa de la línea que limitan los medios españoles. Estos envían la pelota a Ventolrá. Rápidamente llega el catalán a la puerta enemiga; pasa largo hasta que lo recoge Emilín. Centro del debutante y nadie al remate.

Se mantiene unos minutos el juego en el área de los forasteros,  y hay quien señalar un tiro de Iraragorri. El "chato" no apunta bien y la pelota va fuera a escasa distancia del marco.

Apenas se han realizado tres o cuatro jugadas, cuando interviene el guardameta Eizaguirre. Abandona su puerta de modo inexplicable y menos mal que la suerte le acompaña al no rematarlo el exterior izquierda austríaco.

Con esta desgracia intervención, da comienzo el portero español a la que había de ser su desgraciadísima tarde.

La selección austriaca es dueña de la situación. En jugadas no muy rápidas, pero bien llevadas, desbordan con facilidad a los medios y defensas españoles. Ciriaco y Quincoces ni se entienden, ni individualmente dan una derechas. Se presentían el primer tanto de los austríacos.

El extremo derecha, uno de los mejores jugadores visitantes, rápidamente llegan al área española, sin que nadie se opone a su paso, entrega el balón al interior derecha, quien por bajo, bate a Eizaguirre.

Puesta la pelota en el centro del campo se presencia un nuevo avance austriaco y una nueva mala intervención de Eizaguirre, que deja sola la puerta. Quincoces salva la situación.

Después existe un ligero dominio español, aunque no con mucha intensidad, los españoles presionan un poquito más y la delantera realiza muy bonitas jugadas, rápidas y peligrosas.

Como no había consistencia en las líneas defensivas españolas, y, por lo tanto, se hacía difícil mantener el juego ante la defensa austriaca. García, el desafortunado medio centro, zancadillea a un contrario. Se lanza el castigo, pero la falta se ha tirado desde lejos y no trajo consecuencias.

Van veintitrés minutos del primer tiempo, cuando Quincoces abandona para ser sustituido por Zabalo.

A los pocos minutos y después de unos momentos de juego indeciso, pero con mayor seguridad, los españoles consigue un córner contra la meta austriaca. Se ha producido por una jugada de Ventolrá, el mejor hasta ese momento y el mismo, saca a los 27 minutos.

El balón es tocado por un jugador austriaco, quien no lograr despejar y Lángara, con la izquierda, cruza rápidamente el balón fuera del alcance del meta austriaco.

Después de haber logro el empate, se suceden unas buenas jugadas siempre iniciativas de Ventolrá y también de Lángara y Emilín.

Un centro de Ventolrá, después de una brillante jugada por la banda, termina a los pies de Regueiro. El madrileño, sin pararse, sobre la marcha, remata fuerte para conseguir el gol de modo espectacular.

Poco duro la alegría española. Apenas habían transcurrido unos segundos, cuando una nueva y desgraciada intervención de Eizaguirre facilita la consecución del empate.

El equipo español entra en unos momentos de mal juego y especialmente los hombres de atrás.

Estaba finalizando el tiempo y los españoles vuelven a dominar. Se origina un lio y la pelota va a parar a los pies de Regueiro, que dispara formidable. El señor Langenus no concede el tanto alegando que Lángara y Ventolrá, estaban en offside. La jugada se prestaba a interpretaciones y dudas.

Inmediatamente el árbitro señala el primer tiempo con el marcador de 2-2.

Se inició el segundo tiempo a las cuatro y diez. Transcurrido un minuto cuando España en jugada preciosista, consigue el tercer tanto.

Inesperadamente empezó a llover de modo intensísimo y durante algunos minutos hubo que presenciar el partido tras una cortina de agua. Se juega en un campo totalmente mojado.

Se sigue con la indecisión de las líneas defensivas. Eizaguirre en ninguna de las ocasiones que interviene se encuentra seguro. A los 13 minutos y sin motivo de peligro, un tiro flojo de Binder es el tercer gol y el empate.

Menos mal que Ventolrá y Regueiro se mostraron magníficos.

A los 17 minutos, un centro largo de Emilín lo recoge Ventolrá, quien viendo descolocado a Regueiro, centra y quien en un tiro fortísimo contra el que nada pudo hacer el guardameta Platzer. Es el cuatro a tres.

A partir de esos minutos, España se desmoraliza y el dominio pasa a ser  de los visitantes.

El extremo derecha, Zischek, bota un saque de esquina y tras la jugada el delantero centro, cruza el balón para conseguir el empate a cuatro.

A los 28 minutos, en jugada austriaca, el extremo izquierdo sin pensarlo dispara cruzadísimo para dar el tanto de la victoria.

El último cuarto de hora ya quedaba solamente el deseo de que terminase el encuentro y más aún cuando el público empezó a desfilar del campo, un tanto disgustado por el resultado y el juego español.

Austria había vencido a España y tenía el honor de ser la primera nación, que lo hacía, según el historial de nuestro futbol nacional, en su terreno. El triunfo no podía ser discutido por nadie, vencieron los austriacos por su mejor juego, por su mejor táctica y porque fue un equipo que durante los noventa minutos estuvo perfectamente compenetrado, en todas sus líneas.

En cambio, los españoles, fallaron y no pudieron imponerse al contrario. Justo era decir, que Nando Garcia, tuvo su peor tarde en el fútbol, su labor, se limitó a servir en el primer tiempo cinco veces a los extremos. Si Nando juega como cualquier día de los que hace en el Sardinero, no cabe duda que los austríacos no habrían alcanzado este triunfo.

Pero había que tener en cuenta que además de la desorientación de Nando, los demás medios, P. Regueiro e Ipiña, estuvieron también irregularidades que se podían considerar como fracasos.

Pero llegado al momento de analizar la labor de los jugadores, a quienes se podría culpar de la derrota sufrida, seria a los defensas, Ciriaco-Quincoces, y también al guardameta Eizaguirre.

No, al medio centro Garcia, quien sólo no puede ni debe perder o ganar un partido.

Un equipo no puede defender cuando no hay línea de medios; pero no puede ganar cuando de medios para atrás no hay quien defienda de los ataques de los contrarios.

Y esto es lo que pasó y lo que faltó al equipo español; medios, defensas y portero.

Lo mejor de España fue, sin duda, la línea delantera. Los cinco jugadores llegaron a parecer once. Jugaron bien todo el partido, remataron cuantas ocasiones tuvieron y aprovecharon cuantos avances hicieron.

Lo peor, fue la actuación del guardameta Eizaguirre. Sin colocación, salidas a destiempo, desorientado completamente.

Después, García; pero éste no fue por fallo, fue precisamente porque no jugó. Corrió por el campo desorientado, hizo dos pases a los suyos y salvo con un despeje suyo un tanto de los austriacos a los 32 minutos.

Hubo duda en dos de los tantos marcados.. Uno de ellos, el que hizo el cuarto, a los 23 minutos del segundo tiempo. Se pudo apreciar que Zabalo sacó el balón cuando éste había traspasado totalmente la línea de gol y había que reconocer justo el fallo.

Otro dudoso, fue el marcado por Luis Regueiro, que fue anulado por el árbitro. A los 45 minutos del primer tiempo y en un remate de Lángara fue rechazado. Unos que por el portero y en ese caso era tanto legal, pero en cambio había otra duda y tocando el balón un jugador compañero del que marca el tanto que fue de Regueiro, Lángara y Ventolrá, estarían fuera de juego, y, por lo tanto, bien anulado.

De este partido, quedó la desilusión por la actuación de Nando Garcia, quien había debutado con la selección española y era un ídolo en su pueblo Astillero.

El joven astillerense, que era titular del Racing de Santander, llegaba con veintiún años a debutar con España.

Destacaba por su fortaleza, bravura, pero en ese encuentro, tuvo una mala tarde y las críticas se le echaron encima. 





















2 comentarios:

  1. Me gustaría tener contacto con algún amigo del gavilán, ya que durante 15 años, de 1975 que tuve el gusto de conocerlo, hasta un año antes de su muerte comimos un par de veces por semana en el restaurante Palace.mi tel 624 1328527

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  2. Es que fui el último de sus amigos en verlo en el bar tití en el astillero, Santander, en agosto de 1989.

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