viernes, 15 de noviembre de 2019

ASTILLERO línea ferrocarril Santander a Solares, con parada en ASTILLERO (1.887-1.893) - (I)




Estación de Astillero


Maquina de vapor por las marismas de Alday

(propiedad de Ricardo Vega)

 Billete de tren

El inicio de la línea ferrocarril Santander a Solares, data de 1887 y fue un acontecimiento relevante para el pueblo de Astillero, al considerar un único medio de desplazamiento directo a la ciudad de Santander, pues los vecinos de ese pueblo, tenía que desplazarse a la estación de Boo para coger el tren de la línea ferrocarril del Norte y así llegar a Santander.

Fue en ese año cuando se presentó el primer proyecto en el Congreso de los Diputados una proposición de ley para la concesión de la línea.

El 16 de diciembre de 1887, en R.O., el Ministerio de Fomento, autorizaba a don Antonio Cabrero y Campo para construir sin subvención directa del Estado un ferrocarril económico con explanación para vía ancha, que partiendo de Santander terminase en Solares.

Esta tenia la características suburbanas. El capital social de la compañía, fue valorado en 1.500.000 pesetas y participaban alrededor de cuarenta accionistas.

Por el mismo año, el señor don Antonio Borregón, jefe de la División de ferrocarriles del Norte y el Ingeniero de la misma, don Francisco de Federico, estuvieron en Santander para confrontar sobre el terreno el proyecto de un camino de hierro a Solares, desde Santander, cuya concesión había sido solicitada por don Antonio Cabrero.

Era un trabajo minucioso con todo detalle presentado en la Memoria como en el presupuesto y numerosos planos, no solo por trazado general y el de cada uno de los cuatro trozos en que para la construcción se había dividido, y el relieve del terreno y de las obras de explanación correspondientes, sino también los proyectos parciales de puentes, pasos, estaciones y apeaderos, de un detallado estudio que había realizado el Ingeniero autor, señor Gorbeña.

Quedaba por dar comienzo las obras tan pronto como la concesión se habría otorgado y sobre el proyecto la aprobación necesaria.

La longitud total del trazado era de 18.339 metros. Partía desde Santander, cuya estación principal o de cabeza seguía la línea por los terrenos de Maliaño. Al pié del cerro en que se hallaban situada esa pintoresca aldea, se establecería la segunda estación, y desde ella y después de atravesar la ría de Boó por un puente de hierro, de 30 metros de luz única, se dirigía al Astillero. Aquí había proyectada otra estación, antes de la fábrica de petróleo, en condiciones de emplazamiento muy favorables para poder prestar grandes comodidades de acceso y servicio, y facilitar el transporte de los productos industriales y mineros que venía prestando esa zona.

Desde este punto el ferrocarril, atravesaría la ría de Solía más abajo del puente de San Salvador con otro de hierro, de 60 metros, que era la obra más importante de todo el trayecto, siguiendo paralelo a la carretera hasta llegar a Heras, en donde habría un apeadero al que se tenía fácil acceso los pueblos vecinos. Desviase luego para pasar cerca de Orejo, con un apeadero o estación pequeña y así continuar hasta Solares, en donde terminaría el trazado, y cuya estación, situada cerca del pueblo, quedaría favorablemente colocada para el servicio del pueblo y del establecimiento balneario y a poca distancia del cruce de carreteras.

Tanto las estaciones principales como las secundarias o apeaderos estaban proyectadas con gusto y elegante sencillez y reunían condiciones de comodidad y excelente aspecto.

El presupuesto total de las obras y material de tracción se calculaba en 2.444.000 pesetas.

El 16 de diciembre de 1887, en R.O., el Ministerio de Fomento, autorizaba a don Antonio Cabrero y Campo para construir sin subvención directa del Estado un ferrocarril económico con explanación para vía ancha, que partiendo de Santander terminase en Solares.

La construcción tendría que ajustarse al pliego de condiciones particulares de la subvención y a las tarifas aprobadas por las RROOO de 10 y 30 de agosto de 1887, siendo aceptadas por el peticionario el 30 de agosto del mismo años, quedando otorgada la concesión por 99 años, el 16 de noviembre de 1887. La obra se realizaría de acuerdo con el proyecto aprobado el 10 de noviembre de 1887, concediendo la Administración cuatro años para ejecutarlo. El concesionario debería de cumplir las condiciones de concesión de la concesión y depositar la fianza de 78.322 pesetas que representaba el 3% del valor de las obras consignado en el proyecto, que ascendió a 2.610.733,33 pesetas.

En el año 1888, se trabajaba en firme en las obras del ferrocarril y se hicieron reclamaciones a la empresa que las ejecutaba porque el trazado afectaba al arbolado, al terreno del común y, y lo que era más grave, a la fuente de La Planchada.

Se llegaron a un acuerdo en virtud del cual pagó la sociedad concesionaria al pueblo 2.200 pesetas y los árboles derribados que eran un álamo negro y ocho chopos se subastaron al precio de 116 pesetas el primero y 210 los chopos.

Se autorizó a los contratistas que para hiciesen uso de barrenos y en febrero de 1890, se les ordenó que suspendieran los trabajos, principalmente por los trastornos que se estaban ocasionando en la fuente de agua medicinal de La Planchada.

El 18 de noviembre de 1888, a instancia promovida por don Antonio Cabrero y Campo, concesionario del ferrocarril de Santander a Solares y don Rafael Martí y Arrúe, director gerente de la Compañía del ferrocarril de Santander a Solares, solicitaba que se autorice la transferencia de la concesión que el primero hizo en favor de la Sociedad mencionada.

Resultando del testimonio de escrituras presentadas, que en la otorgada en Santander, fecha 18 de junio del corriente año, ante el Notario, don Máximo de Solano Vial se había constituido con arreglo a las leyes y disposiciones vigentes la Compañía del ferrocarril de Santander a Solares, inscribiendo sus estatutos en el registro mercantil de Santander. Siendo autorizado por la R.O. de 8 noviembre de 1888.

La concesión primitiva de Santander a Solares era de vía ancha de 1,67 ml. abierta al tráfico el 3 de marzo de 1892. Convertido en ferrocarril de vía estrecha pasó a integrase en el Santander-Bilbao de vía métrica, abierto a la circulación en sus 18.280 ml. el 20 de junio de 1896.

Por ello y lo que determinaba el artículo 21 de la vigente ley de Ferrocarril, transferir sus derechos, previa autorización del Ministerio de Fomento.

Considerando que la Compañía del ferrocarril de Santander a Solares tenia personalidad jurídica para aceptar la concesión, por hallarse legalmente constituida.

Su S.M. la Reina Regente, en nombre de su Augusto hijo don Alfonso XIII, de acuerdo con lo que dispone el art. 21 de la ley de Ferrocarriles de 23 de noviembre de 1887, autorizaba la transferencia que de la concesión del ferrocarril de Santander a Solares ha hecho don Antonio Cabrero en favor de la Compañía del ferrocarril de Santander a Solares.

En el Boletín Oficial de la provincia de Santander, de fecha 29 de diciembre de 1888 se tramitaba el expediente de ley y Reglamento de expropiaciones de los terrenos necesarios para la construcción de las obras del ferrocarril de Santander a Solares comprendidos en el término municipal del Astillero, y aprobar el nombramiento de perito a favor de don Manuel Casuso.

En dicho Boletín se relacionaba la lista de los propietarios interesados para que en un término de ocho días, puedan recurrir contra la resolución dictada con fecha de 4 julio de 1881, ó en otro caso dentro de los ochos días siguientes ante el Alcalde del Astillero á hacer la designación por si ó por medio de apoderado en forma legal de perito que han de representar cada uno de ellos en la fijación y valoración de los terrenos en unión del designado por el concesionario.

1. señores Deutsch y Compañía. (terrenos)
2. D. Tomás Tijero (marismas)
3. Ayuntamiento (terrenos, arbolado y fuente)
4. herederos de don Gervasio Ganzo (jardín con verja)
5. D. Manuel González Lasso (jardín con tapias)

En el Boletín Oficial de la Provincia, se acordaba por disposiciones de ley y reglamento de expropiación vigentes, el justiprecio de los terrenos que se ocupaban en el Ayuntamiento de Astillero con la ejecución de las obras del ferrocarril de Santander a Solares, designándose el 25 de octubre de 1890, a las once de la mañana para proceder por el pagador de la empresa del ferrocarril al pago del importe de la expropiación a todos los interesados, cuyo acto tendría lugar en la forma determinada por el art. 62 del reglamento en la casa Consistorial del Ayuntamiento de Astillero.

La primera estación santanderina se emplazó en la dársena, cerca de la estación del Norte.

En un principio, tuvo un gran éxito ante el numeroso público que lo utilizaba.

Con la perspectiva de la inauguración de la sección entre Zalla y Solares, la línea fue estrechada al ancho de un metro y inaugurada el 20 de julio de 1896, como Compañía del Ferrocarril de Santander a Bilbao.

El primer servicio fue el tramo de Santander-Solares, de 19 km. de longitud, que dio comienzo el 3 de marzo de 1892 y las locomotoras de vapor que empezaron a funcionar fueron las conocidas "Santander", "Astillero" y "Solares".

Con la fusión de las Compañías del ferrocarril del Cadagua, de la constructora del ferrocarril de Zalla a Solares y la de Santander a Solares, se constituyó la Sociedad Anónima ·Compañía de los Ferrocarriles de Santander a Bilbao", que tenía como objetivo lo siguiente:

1. La explotación de la línea férrea que partiendo de Santander se dirigiría por el Astillero a Solares.

2. La explotación de la línea férrea que partiendo de la estación de Zorroza en el ferrocarril de Bilbao a Portugalete, terminaría en la villa de Valmaseda.

3. La construcción y explotación de una línea férrea que, partiendo de las inmediaciones de Zalla en el ferrocarril del Cadagua, terminase en el de Santander a Solares.

4. La ampliación de estas líneas con prolongaciones de las mismas y la construcción o adquisición por compra ó fusión de otras líneas que se crea convenientes, siempre que así lo acuerde la Junta General Extraordinaria de accionistas.

5. El establecimiento y explotación de talleres para la construcción y reparación de material de ferrocarriles y cuanto se relacione con este.

La duración de la nueva Compañía sería por todo el tiempo que hayan de durar las concesiones de las líneas de ferrocarriles antes mencionadas y las que en adelante adquieren las Sociedades.

El capital social, además de las subvenciones que se obtenga, fue de 10 millones de pesetas, dividido en 20.000 acciones de 500 pesetas cada una.

La administración de la Compañía estaba confiada a un director gerente, que fue libremente nombrado por el Consejo de Administración y era: don Víctor Cávarri y Salazar, don Enrique Aresti y Torre; don Fernando Carranza y Arroyo; don Martín Mendía y Conde; don Urbano José Peña y Chávarri; don Dario López y Cristantes; don José Maria Quijano y Fernández; don Eduardo López Dóriga; don Alfredo Alday y Pedrosa; don Enrique Plasencia y Bohigas; don Antonio López y Fernández y don Segundo de Arteche y Osante.

Por marzo de 1892, la empresa del ferrocarril había solicitado al Gobernador Civil conveniencia de que las tardes de los días festivos y de feria se destinase parejas de guardia civil en la estaciones de Astillero y Solares.

El 8 de julio de 1892 se inauguró oficialmente esta línea de ferrocarril, aunque ya venía funcionando desde el 3 de marzo.

Fue la mañana del 3 de marzo de 1892, cuando se abrió el servicio público de la línea férrea. Se suprimió la inauguración oficial ese día, habiendo entregado el Consejo de Administración la cantidad de mil pesetas con destino a los establecimientos benéficos.

En la Memoria del año 1893, decía que los resultados obtenidos en la anualidad incompleta, los diez primeros meses de explotación, debido casi exclusivamente al movimiento de viajeros, justificando la confianza del Consejo de Administración en el porvenir del creciente ferrocarril.

Durante este año, se habían realizado varias obras de importancia, algunas después de comenzar la explotación, y había sido motivadas por la necesidad de ampliar algunos servicios. Tales, como la vía instalada para poner en comunicación el ferrocarril con el muelle de Albareda, la de enlace con la línea del Norte y la instalada en Solares para facilitar el transporte de minerales en aquella estación.

Desde esa fecha, los trenes circulan por la línea con perfecta regularidad, sin que ningún incidente haya perturbado su marcha y con toda la confianza del público por seguridad y comodidad que ofrece, dando facilidades de comunicación entre los pueblos y la capital, que han hecho aumentar el movimiento y desarrollo visible a la población y con ello las instalaciones industriales.

Por la fuerza de atracción que toda vía rápida ejerce sobre la circulación de la zona que la rodea, influía a las estaciones de Solares y Astillero.

El número de trenes durante los diez meses transcurridos desde el principio de la explotación, fueron lo siguiente:

Trenes regulares de viajeros: 1.985; trenes mixtos, 865; trenes discrecionales, 1.350; trenes extraordinarios, 128; trenes de mercancías y otros 131.

El recorrido efectuado por las máquinas había sido de 110.806 kilómetros, con un consumo de combustibles de 726.847 kilógramos, que equivalía a 6,55 por kilómetro, y el de engrases 3.367 kilógramos, 0,030 por kilómetros.

La cifra total de viajeros fue de 351.516.

En un principio la línea contemplaba un ferrocarril con una traza que no presentaba grandes dificultades, salvo los cruces de las rías de Boo y Solía. Poseía un ancho ibérico de 1,67 metros, similar al del ferrocarril Alar del Rey-Santander. Con un trazado de características casi suburbanas, conectaba la capital cántabra con la localidad de Solares, dando servicio a una gran cantidad de población en un área densamente poblada de la bahía de Santander.

En el lugar de Astillero, se aprovechaba las compañías mineras que operaban en el macizo de Peña Cabarga, que utilizaron el ferrocarril para la colocación del mineral de hierro extraído.

El recorrido de Santander a Solares, tenía las paradas en las estaciones de tren de Santander, Nueva Montaña, Maliaño, Astillero, San Salvador, Heras, Orejo y Solares.

La primera estación en Santander fue provisional de madera con cubierta de zinc próxima a los muelles de las Naos, cuyo servicio se prolongó hasta 1902, cuando fue construida una nueva estación tras el incendio de la anterior.

El 7 de julio de 1894, se creó la Compañía de los Ferrocarriles de Santander a Bilbao, mediante la unión de las tres compañías ferroviarias; una de vía ancha, el ferrocarril de Santander a Solares, y dos de vía estrecha, el Ferrocarril del Cadagua y el de Zalla a Solares.

El 6 de julio de 1896, se inauguraron oficialmente el servicio directo entre Santander a Bilbao.



  






















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