viernes, 11 de febrero de 2022

VIVIENDAS DE LA ORCONERA inauguradas en abril de 1963

 



Inauguración del año 1963


Antes de octubre de 1896, la compañía The Orconera Iron Ore Company Limited, había adquirido las minas que venía explotando don Jose Mac Lennan, además de los inmuebles utilizado para oficinas, almacenes y viviendas que el señor Lennan había construido para sus empleados.

Como también terrenos a la lado de la carretera, de propiedad de don Dámaso Oria y doña Marcelina Cedrún.

Por diciembre de 1897, la Orconera Iron Ore, se dirigía a los contratistas solicitándoles proposiciones para la construcción de dos manzanas de casas para obreros y de una casa-chalet.

Los planos y las condiciones se hallaban expuestos en la oficina que poseía la Compañía en Solía.

Sobre esos terrenos, la Compañía Orconera, construyó dos edificios de viviendas para empleados, uno de dos alturas con dos viviendas por planta en el terreno de Dámaso Oria y otro de tres alturas y dos viviendas por planta en el terreno de Marcelina Cedrún.

A este último edificio en el año 1935, se le añadió un anexo con dos alturas y dos viviendas por planta que pasaría a ser utilizado como Casa Cuartel de la Guardia Civil.

Sobre el resto de la finca se construyeron dos chalet, para residencia de los ingenieros de la compañía.

En el año 1950, Orconera Iron Ore, formalizó con cinco empleados de su oficina de Astillero, para la construcción de cinco chalet, en terreno de su propiedad, ubicados cerca del depósito de minerales del embarcadero de la ría.

El acuerdo de la Compañía con estos empleados, no solamente era facilitarles el terreno, sino la piedra para la mampostería que se bajaba de las minas y hizo cargo de los gastos de construcción, que posteriormente repercutió en ellos, con cuotas mensuales.

En el año 1954, comenzaron las obras. Constaba de planta baja o sótano de 76 metros cuadrados y planta superior de 79 metros que correspondía a la vivienda a la que se accedía por una escalera exterior adosada a la fachada lateral norte.

En los años 60, la compañía Orconera Iron Ore, inicio un gran proyecto para la construcción de varios grupos de viviendas.

Los lugares donde tenían previsto construir fueron: en Solía, entre Liaño y Guarnizo y en Astillero, junto a los cinco chalet ya anteriormente construidos.



En Solía sería siete edificios de dos alturas y dos viviendas por planta, con un total de 28 viviendas, según el proyecto del arquitecto, Javier González de Riancho, que dirigiría las obras, juntamente con el aparejador, Angel Vega Lloreda.

La empresa constructora prevista era Hermanos de la Hoz, de San Salvador. Paralelamente de construiría un edificio de cuatro viviendas, en Astillero.

 

 

En la tarde del 26 de abril de 1963, inauguraron en el pueblo de Solía (Ayuntamiento de Villaescusa) y Astillero,  el acto de bendición y entrega de un total de 32 viviendas construidas por Orconera Iron Ore, C.L. enclavadas en un maravilloso paraje del primer pueblo, 28 de ellas, las cuatro restantes en Astillero.

Completó el acto inaugural la entrega de pensiones complementarias de jubilación creadas por la misma empresa para su personal obrero y empleado, al objeto de ayudar a sus trabajadores cesantes por razones de edad, jubilación...

Dio prestancia a la jornada inaugural de varias personalidades provinciales y locales, entre ellas, el delegado de Trabajo, don Vicente Diego Bedia; el ingeniero jefe del Distrito Minero, don Miguel Gómez Ortiz, y el director de la Mutualidad de Minas Metálicas, don Vicente Herrera Díez.

Asimismo hicieron acto de presencia el arquitecto de las obras, don Javier G. Riancho; aparejador, don Angel Vega Lloreda; contratista señor De la Hoz;  alcalde de Villaescusa y Astillero, don Higinio del Rio y Alberto Manchado; curas párrocos de ambos pueblos, don Francisco Martinez y Eduardo Rábago; don Nemesio Mercapide; el capitán de la Guardia Civil, don José Fernández del Rio; comandantes de sus puestos de Villaescusa y Astillero, señores Herrería y Centeno.

Todas ellas fueron recibidas por el subdirector gerente de la empresa, don Emilio de Ybarra y Churruca; ingeniero director técnico, don Ramón Urquiri Martinez; abogados asesores, don José Miguel Emaldi y don Agustín Bocanegra; jefe administrativo, don Patricio Ayllón Martinez; médico, don Enrique Jimenez, así como el arquitecto de la obra, don Javier G. de Riancho y el aparejador, don Angel Vega Lloreda.

Una vez que las autoridades accedieron a la barriada y fueron cumplimentadas por el alto personal de Orconera, al frente del cual se encontraba el subdirector de la misma señor Ibarra, procedieron a recorrer las viviendas, parándose a observar detenidamente la magnífica construcción y distribución de las mismas, con grandes elogios para cuantos de forma directa o indirecta han intervenido en la construcción de estos hogares.

Estas viviendas dotadas de cocina-comedor, tres dormitorios, aseo y solana, además de sus correspondientes gallineros anejos, venían a solucionar una gran parte del problema que los obreros y empleados de la Orconera venían sufriendo, cumpliendo en ello con una encomiable labor social.

A continuación el delegado provincial de Trabajo hizo entrega los títulos de inquilino y llave a los beneficiados de estas viviendas, y también al personal jubilado para recibir las pensiones asignadas.

Estos obreros beneficiados a las viviendas son:

Romulado Loricera; Manuel Regalado Cotero; Jesús Pernia Pérez; Juan A. Peña Velasco; Pedro San José Sánchez; Felipe González Cuetara; Justo Ortega Iglesias; Adolfo Cayón Castanedo; Amador Callirgos Carrera; Timoteo Rodriguez Carpintero: Neftali Sainz López; Mario Fernández Gutierrez; Manuel Gutierrez Muñoz; Sixto Ruiz Pereda; José Terán Montes; Claudio F. Montes Cavadilla; Saturno González Herrera; Miguel A. Banco Hernando; Antolín Yebra Martinez; David López Campero; Pedro Gómez Sainz; Luis Torices Pomar; José Manuel Ortiz Reigadas; Manuel Martinez Valles; Manuel Preciado Sala; Antonino Montes González.

Los beneficiados a las pensiones:

Romualdo Campo Gómez: Julio Aspiazu Liaño; Pablo González Argueso; Atanasio Ansorena Artiñano; Ramón Cruz López; Emilio Peña Fernández; Francisco Castanedo Fox; Saturnino Cotero Lavín; Felipe Liaño Gato; Benito Garcia Escalada; Baldomero Velasco López; Daniel Agudo Cobo; Marcelino Garcia Antón; Eduardo Montes Echevarría.

Inmediatamente después el jurado de empresa, señor Corrales, en representación de sus compañeros, pronunció un discurso de agradecimiento a cuantos tomaron parte en las tareas laborales de la empresa y haciendo votos para la prosperidad de la misma

A continuación pronunció unas palabras el subdirector gerente, don Emilio de Ybarra, felicitando a todos los que hicieron presencia en el acto y a las autoridades invitadas.

Se refirió después de que su deseo era el poder reunirse cuantas veces pudiese, entre todos los que integraban la gran familia de Orconera. Además de la felicitación dirigida a los que iban a habitar las viviendas y a los jubilados pensionistas.

El barrio de Santa Bárbara instalado en un lugar denominado Las Marismas de Solía, está magníficamente orientado y construido en siete grupos de cuatro viviendas con entrada independiente, forma un grupo de veintiocho hogares, con todas las comodidades y adelantos domésticos.

Ya en Astillero, una vez bendecido el bloque de viviendas allí ubicado por don Francisco Martinez, párroco de Astillero, como antes en Solía lo hiciera el párroco de La Concha

Estas viviendas formaba parte de un nuevo grupo de cuatro viviendas y que son similares a los del Grupo Santa Barbara, sirviéndose después por la dirección de la Empresa, un vino español.


 

En los primeros meses de 1984, la Compañía Agruminsa, vendió estas viviendas a sus inquilinos, formalizándose los actos ante el Notario que fue de Astillero, don José Maria de Prada Díez.














No hay comentarios:

Publicar un comentario