viernes, 1 de julio de 2016

VIAJE A LA HABANA por pasajeros de Astillero


























A lo largo de los siglos XIX y XX, la emigración española fue llegando a Cuba, por diferentes características y evolucionando desde una colonización dirigida a la creación de núcleos urbanos, con el establecimiento de colonos blancos, hasta la entrada de trabajadores libres en régimen de asalariados, de acuerdo al desarrollo de la economía y del sistema productivo cubanos.

Además de estos factores de índole económica, hubo otros factores de carácter político, social y cultural.

La demanda de mano de obra abundante y barata se hizo sentir cada vez con mayor fuerza y desde que el sistema esclavista entró en crisis y gran parte de esta oferta, tanto en las ciudades como en el campo, fue cubierta con la llegada masiva de inmigrantes españoles.

Cuba fue el destino principal de los españoles que decidieron emigrar.

En los años 1882-1930, fue la etapa de la migración española masiva a Iberoamérica, debido a problemas de tipo económico, problemas demográficos.. Cuatro de cada diez españoles se asientan en La Habana, y una proporción similar en la provincias azucareras de Oriente, Camagüey y las Villas.

El viaje de los emigrantes españoles hacia Cuba comenzaba en una localidad, pueblo o capital de España. Si salían de uno de los grandes puertos de embarque, el periplo se simplificaba bastante; si no, el emigrante tenía que trasladarse a la costa, al puerto que le había sido adjudicado por la agencia de emigración correspondiente.

Los emigrantes llegados a las ciudades portuarias, pasaban una larga espera hasta que llegase el ansiado momento de embarcar. A todo esto se sumaba la compleja documentación que los emigrantes tenían que presentar ante el gobierno civil del puerto para poder embarcar. Los momentos del embarque y la despedida en los muelles alcanzaban cotas de gran dramatismo. Muchos de ellos no volverían a ver a sus familias, a su pueblo ni a su país. Era un punto de no retorno.


También existieron viajeros procedentes de Astillero durante esos años, algunos se quedaron definitivamente allí y otros tuvieron la suerte de retornar a su pueblo.

Entre ellos, fueron mis tíos, Adolfo y Emilio Vega Lloreda.

El primero se embarco en la fecha del 20 de diciembre de 1917, en el transatlántico ALFONSO XIII.

Partió a las seis de la mañana, con retraso, debido a las grandísimas dificultades encontradas a la entrada del puerto del Musel, por el fuerte temporal.

El buque Alonso XIII condujo para Habana unos 300 pasajeros.

Mi tío Adolfo, no volvió nunca a España y nunca dejó de recordar a su pueblo, Astillero.

El 19 de mayo de 1919, se embarco su hermano Emilio, en el transatlántico ALFONSO XII.

Este buque partió a las seis de la tarde para la Habana y Veracruz, la salida del correo fue presenciada desde el muelle por numeroso público.

Pero Emilio si volvió a España antes de 1924 y se caso en Astillero en 1929.

Por 1921, el convecino de Astillero, don Alfredo del Castillo depositario de los fondos municipales, se dirigió a su hijo, Antonio, residente en La Habana, encareciéndole el envío de algún donativo para los soldados de este Ayuntamiento de Astillero que se hallaban en África; y en contestación, recibió dicho señor Castillo una patriótica misiva, y el señor alcalde, don Felipe del Castillo, recibió igualmente una carta y una lista de suscripción.

En la carta se decía que enterados los hijos del Astillero que residen en la Habana de la labor que se realizaba en este pueblo en favor de los soldados que peleaban en África, abrieron una suscripción, cuyo productos ascendió a 113 pesos, que reducidos a pesetas, ascendía a la suma de 829,40 que ha remitido a la Alcaldía.

Los donantes han acordado distribuir dicha cantidad en la siguiente forma:

500 pesetas para los hijos del Astillero, Boo y Guarnizo que se hallan en el ejercicio de África.

329,40 para el Asilo de San José de este pueblo.

La lista de donantes fue la siguiente:

Angel Coterillo, 10; Jesús de la Hoz y familia, 10; Fernando Sierra y familia, 5; Ricardo Sierra, 5; José Sierra,5; Adolfo Vega, 5; Cayetano González Castillo,5; José Diez Toca, 5; Quintin Barreneche, 5; Antonio Castillo, 5; Ezequiel Barreneche, 2; Julio Gómez y familia, 3; Otilia y Concha Rumayor, 3; Victoriano Cepedillo, 2; Emilio Vega, 2; Angeles Castillo, 1; José Bengochea, 1; Jesús Bengochea, 1: Carlos Bengochea, 1; Lucia Montoya, 1; Felipe Bailón, 1; Angel Iglesias, 1; Francisco Llata, 5; Angel Llata, 5; Manuel Miera, 5; Carlos Leguina, 5; José Leguina, 5; Nicolas Leguina, 5; Germán Alonso (de La Concha), 2; Angel Fernández (de San Vicente de la Barquera), 1; y una vizcaina, 1.
Total recaudado: $ 113.     

Estas averiguaciones, me orgullecen, hacer referencia a mis tíos, Adolfo y Emilio.

He podido localizar las listas de embarque y la del año 1917, aparece mi tío Adolfo con el nombre de Primitivo.






La de 1919, si figura el nombre de Emilio.

Puedo pensar que cuando se embarco mi tio Adolfo, utilizo el segundo nombre de su hermano Emilio, para poder viajar, al tener en ese momento 17 años y no podría haber conseguido el pasaporte.

Mi tío Emilio, se fue con la edad de 18 años y si cumplía con el requisito.












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