viernes, 26 de mayo de 2017

ASTILLERO festejo taurino









Por julio de 1951, se anunciaba un festejo taurino, para el día 18, fiesta del Trabajo.

En el intervendría el novillero montañés Paquito Oria, que tantos triunfo había cosechado en lo que llevaba de temporada y cuya actuación en la plaza de Cádiz había sido un rotundo y memorable triunfo.

Ese mismo día también se celebraría una importante regata de botes de vela latina, patrocinada por el Ayuntamiento, con cuatro trofeos a los ganadores.

El día 18 de julio, tal como se había anunciado, se celebró la novillada conmemorativa de la fiesta de Exaltación del Trabajo.

Acudieron muchos aficionados tanto locales como de la capital.

Esta es la crónica de la corrida:

El novillero montañés Paquito Oria lidió dos novillos de Encinas, que tenían buena presencia y peso. El primero de los novillos dio en canal 124 kilos y el otro, 148 kilos. De los dos, el que abrió la plaza acusaba resabios e intenciones nada buenas, careciendo de arrancada larga y embistiendo a trompicones y con las manos hacia adelante.

El otro tuvo mejor arrancada, aunque estaba pobrecito y buscón por el lado izquierdo.

Paquito Oria estuvo hábil y torero con los dos. El que lidió en primer lugar, descubría por ambos flancos y le mató de un pinchazo y una entera de buena ejecución, aunque algo caída. Oyó aplausos.

En el segundo fue ovacionado al torear con el capote. Previos dos buenos pares de Alvarito. Oria toreó tranquilo y dominador, consintiendo mucho y logrando muletazos de adorno y efecto. El bicho se vencía mucho del lado izquierdo, no obstante lo cual, porfió en parárselo por el franco de la verdad.

Previo un pinchazo, agarró una estocada entera, a un tiempo, bien arriba, aunque ligeramente delanterilla, previa una atravesada.

Fué ovacionado durante la faena y le cortaron la oreja, pero Oria la rechazó y dió la vuelta al ruedo en medio de una unánime ovación.

Paco Oria acusaba el placeado por días y por momentos. Con sus dos enemigos, el segundo de franca consideración (en ruedo pequeño los toros pesan doble y carecen de fijeza), estuvo enterado y muy suelto, que es lo que lógicamente podía hacerse dado el estilo de los bichos y las circunstancias.


Como final de la fiesta, intervinieron dos aficionados "El Saleroso" y "El Tatito", que hicieron disfrutar al publico.






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