viernes, 11 de diciembre de 2020

GUARNIZO homenaje a don Herminio Fernández y don Pedro F. Escárzaga




El domingo 28 de junio de 1953, tuvo lugar en el pueblo de Guarnizo, el acto simbólico del descubrimiento de sendas placas que el Ayuntamiento de Astillero acordó dedicar  la memoria de sus hijos adoptivos que fueron víctimas del desgraciado accidente del 21 de enero de 1953 y que dieron el nombre a dos nuevas calles: "Calle de Don Herminio Fernández" y "Calle de Don Pedro Escárzaga".

El acto tuvo lugar en la explanada de la iglesia parroquial de Guarnizo y del Museo de su Real Astillero, con asistencia del señor alcalde de dicho Ayuntamiento, secretario del Centro de Estudios Montañeses y cronista de la Montaña, don Tomás Maza Solano; párroco de Guarnizo, familiares de los homenajeados; señor capitán de la Guardia Civil y demás miembros representativos del Ayuntamiento, así como una nutridísima concurrencia de público de Guarnizo y Astillero.

Después de la misa se verificó el acto simbólico.

Comenzó con un discurso del señor Alcalde, que representaba en esos momentos al señor Gobernador Civil. Expuso la labor del sacerdote don Herminio Fernández Caballero, que supo cumplir con toda perfección su labor pastoral del cuidado espiritual de sus feligreses y aún tuvo tiempo para idear, emprender con espíritu intrépido y tesón sobrehumano una gigantesca obra social, que el pueblo de Guarnizo y su comarca hoy día se lo están agradeciendo.

Después, destacaba la gran figura de don Pedro Fernández Escárzaga, caballero cristiano, empresario, activo y derrochador de caridad para con los pobres.

Igualmente, y en nombre de la Diputación, hizo uso de la palabra, don Tomás Maza Solano, figura muy conocedora de aquellos dos grandes hombres y, en un discurso lleno de calor, de cariño y de una gran exactitud de fondo y forma, analizó algunas de las muchas obras que don Herminio y don Pedro realizaron.

Acto seguido, don Manuel Martinez, en nombre de los familiares de F. Escárzaga, dio las gracias a cuantos con su asistencia y cooperación habían contribuido a enaltecer la figura de tan buen amigo.

Finalmente, el párroco de Guarnizo, don Cándido Rodriguez Fernández, con la brevedad que pedía la gran emoción del acto, dio las gracias como párroco de aquella parroquia que había recibido como preciosa herencia de su antecedor y como familiar de don Herminio "cuya sangre -dijo- corre por mis venas".

El público mostró visiblemente su gran emoción y aplaudió entusiásticamente a los oradores.

A continuación se trasladaron al cementerio, donde se cantó un respondo por el eterno descanso de las dos víctimas.

 

Las placas que fueron colocadas en la Iglesia de Santa Maria de Muslera, en ese día, no existen actualmente, han sido sustituidas por las que se encuentran actualmente en el pórtico de la Iglesia.

 

 

Uno de los sucesos que más impactó en las localidades de Astillero y especialmente en Guarnizo, fue el accidente mortal ocurrido el dia 21 de enero de 1953, donde murieron, don Herminio Fernández Caballero, párroco de Guarnizo y el director gerente de la Empresa "Electro-Metalúrgica", don Pedro Fernández Escárzaga.




Todo ocurrió en la carretera de El Bosque, en las inmediaciones del pueblo de Solares y sobre las cinco y media de la tarde, cuando regresaban ambas personas, en el coche del señor Fernández Escárzaga, un "Peugeot", de visitar la finca radicante en Hoz de Anero, propiedad del señor Escárzaga.

Al volante iba don Pedro y a su izquierda, don Herminio Fernández. En el interior viajaba, también el obrero de la "Electro-Metalúrgica", Angel Gómez Garcia, de 25 años de edad.

Al iniciar el descenso de la cuesta de El Bosque, y al llegar a las proximidades de la curva denominada de las "Vallas", el coche que caminaba por el centro de la carretera, se apartó a su derecha para dar paso a un camión que avanzaba en dirección contraria.

Aquella parte de la carretera se encontraba esos días, permanentemente helada, porque sobre ella se proyectaba la sombra, que la privaba de los rayos solares. Esta fue la causa de que el coche se fuera de zaga, con tan mala fortuna que por medio metro escaso, no fue a chocar contra el vallado que protegía la curva, lo que hubiera frenado el patinazo, y posiblemente  permitido al conductor dominar el vehículo.

El auto, al irse de zaga, se precipitó sobre la cuneta, tomando la dirección de un terraplén situado en el mismo linde la carretera y que tenía un altura de unos diez metros. Por dicho terraplén descendió dando vueltas después de haberlo iniciado con una de campana, lo que fue motivo de que se abrieran las portezuelas de la parte delantera, saliendo despedidos sus dos ocupantes, que después de rodar por el terraplén, quedaron gravemente heridos y conmocionados a unos cuarenta metros de la carretera, y a no mucha distancia del coche destrozado.

El joven obrero, Angel Gómez, que, viajaba en la parte posterior del coche, sufrió, en el vuelco, tan solo contusiones y magullamientos, que no le impidieron abandonar el coche rápidamente para prestar los primeros auxilios a las víctimas.

Un joven natural de Solares, que se dirigía a pie a su pueblo, fue el único testigo presencial del accidente, y el que al darse cuenta de la gravedad del mismo, detuvo a los dos primeros camiones que cruzaron por aquel lugar, cuyos conductores acudieron por el terraplén en socorro de las víctimas, mientras se pasaban aviso a Solares, de donde se desplazó un "taxis" en el que fueron colocados los heridos, para su inmediato traslado a la casa de Salud de Valdecilla.

Inmediatamente que llegaron al Hospital, fueron conducidos al quirófano, donde los facultativos de guardia procedieron a su reconocimiento. Desgraciadamente no pudieron hacer nada y ambos murieron al poco tiempo.

La noticia de este triste suceso se extendió rápidamente por la ciudad, donde causó honda impresión y sentimientos, por ser las victimas personas apreciadas.

El señor Fernández Escárzaga, persona que con su esfuerzo había logrado crearse una posición y una personalidad en el mundo de los negocios, era muy conocido en el ámbito empresarial y querido por todos los obreros de la Empresa que él regentaba.

Estudio la carrera de perito industrial en la Escuela Superior de Industria, revalidando el titulo en 1913, obteniendo la máxima calificación concedida por vez primera por aquel centro.

Pronto, la Electra de Viesgo, requirió sus servicios, como jefe de varias secciones y en 1916, le confió la jefatura de la fábrica Electro Metalúrgica de Astillero y después, la dirección. En esta industria, era en esos momentos consejero y gerente, donde aplicó todos sus profundos conocimientos e infundiéndola un rumbo de constante transformación hasta llevarla a su actual desarrollo e importancia.

En 1942, el C.O.M.E.I.N. se pidió su colaboración para resolver el problema de las ferroaleaciones para la industria siderurgia, y transforma las instalaciones de la fábrica de Boo, poniendo en marcha en 1943, cuatro hornos monofásicos. Después, amplia las instalaciones y la Sociedad Hidro Nitro Española, le nombra consejero técnicos, enviándole a Suiza e Italia para ultimar los elementos del saldo de Barasona, y más tarde le encargan el proyecto y dirección de las instalaciones de cianamida de calcio de Monzón de Rio Cinca (Huesca), que era la más importante factoría en su género en España.

Inteligencia y dinamismo, dominio de la técnica y tenacidad fueron las características de esta gran persona.

 

El párroco de Guarnizo, don Herminio, que llevaba años en su parroquia, era igualmente persona que gozaba de carriño y prestigio entre sus feligreses por sus virtudes y trato afable.

Don Herminio, desempeñaba la labor sacerdotal como párroco de Guarnizo desde hacía muchos años. Espíritu bien cultivado, había alcanzado los grados universitarios en la Gregoriana de Roma, no hubo empresa de carácter cultural en el pueblo a la que no diera su apoyo, su consejo y su colaboración.

Aparte de su actividad sacerdotal, con el incremento de la Acción Católica y con el funcionamiento de diversas empresas espirituales y sociales. Tomó parte activísima y principal en la fundación del taller-escuela de los Remedios y trabajo intensamente en la creación del Museo del Real Astillero, de Guarnizo, a cuyo Patronato pertenecía.

Su muerte había sido muy sentida en Guarnizo, don Herminio, era un sacerdote ejemplar y muy querido en su parroquia.

Era tío de don Cándido, su sucesor en la parroquia.

El entierro de ambas personas,  se efectuó el 23 de enero, a las seis menos cuarto de tarde.

El cadáver de don Herminio fue trasladado desde su casa, Vista Alegre, al cementerio parroquial de Guarnizo y el de don Pedro, desde la casa mortuoria en Astillero "Quinta Muslera", también al cementerio de Guarnizo.

 

 


 










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