viernes, 29 de octubre de 2021

JOSE ALONSO REGUEIRO - FURTY ex-unionista

 


José Alonso Requeiro - Furty



De izquierda a derecha: Federico Ibaseta, Quevedo, Abascal (Lin), Ignacio Vega, José Alonso, Justo Tijero, Cándido Pis, Quintín García, Arturo Galarza, Tomás Benavente, Arbitro: Césareo San Vicente.
Agachado: José García.




José Alonso Regueiro, nacido en ASTILLERO, hijo de don Antonio Alonso Rojo, empleado de Talleres del Astillero.

Jugador histórico del Unión Club de Astillero y uno de los más destacados de los Campeonatos regionales.

Su principio futbolísticos, fue como infantil en el equipo Ariñ Sport, de Astillero, en el año 1921.

 

En la temporada 1922-1923, del Campeonato regional de la serie C, Furty pertenecía a la Cultural de Guarnizo.

Por entonces la alineación de los del Guarnizo era: Méndez; Sedano, Santos; Arroyo, Herbosa, xx; Pozo, Alonso (Furty), Fernández, Hontavilla y Marcos.

Al final de la temporada, se corrió los rumores que los jugadores Furty y Hontavilla, pasarían a las filas astillerenses.

Por entonces y como era normal entre estos equipos rivales, se dirigieron unos a otros, con esta canción:

Hontavilla no te vendas
que Furty ya se vendió
por una chaqueta vieja
que Tijero le regaló
Ay Cultural tú eres de otro
y tu reserva de plata
y los del Unión Club
un recorte de hojalata

 

En la temporada 1923-1924, el Unión Club, tuvo la suerte de fichar a José Alonso Regueiro, jugador que venía pretendiéndole y al final consiguió incorporarle al equipo.

Uno de los primeros partidos jugado, fue el que se enfrentaron el Barreda Sport y el Unión Club,

Estos formaron así: Garcia; Galarza, Tagle, Ramos, Vega, Quevedo, Garcia (Q), Furty, Sierra, Pis y Benavente.

Pronto se hizo titular, además de llegar a ser capitán del equipo.

 

El día 1 de enero de 1926, se celebró el encuentro entre el Real Racing Club y una selección regional.

Este partido organizado por la Federación Cántabra y en cuya selección figuraba el jugador del Unión Club, Furty.

 

José Alonso Regueiro, era uno de los jugadores titulares que figuraban en las selecciones que eran formadas por la Federación Cántabra.

 

En la temporada de 1926-1927, jugó en el FERROL, cuando tuvo que irse a hacer el servicio militar


En la temporada 1927-1928 y tras la nueva división del fútbol español, el Campeonato Regional de Cantabria, sufriría un cambio para el Campeonato de la serie A, donde jugaron dos grupos, uno denominado "pueblos", donde participaron la Cultura Deportiva de Guarnizo; S.D. Unión Club de Astillero; Muriedas F.C. y R.S. Gimnástica de Torrelavega y otro de la capital compuesto por el Racing Club; Eclipse, F.C. y Unión Montañesa.

El Racing para hacer frente a dos competiciones en esas fechas, como era el Campeonato Regional y la Liga Nacional, había probado nuevos jugadores para su plantilla, entre ellos a Furty.

José Alonso Regueiro, conocido como Furty, procedencia del Unión Club, donde había destacado por su faceta goleadora.

En el Campeonato Regional, marco 8 goles y en la Liga Nacional, otros siete goles.

En el encuentro contra el Sevilla, F.C.D., de fecha 25 septiembre de 1927, marco en este partido cuatro goles, fue uno de sus mejores partidos.

 

Tras pertenecer únicamente una temporada con los racinguista, volvió a Astillero.

 

El 27 de enero de 1929, se jugó un partido amistoso entre el Unión Club y el Racing Club.

Los astillerenses alinearon:
Arteche; Llama, Elizalde; Castillo, Vega, Iraegui; Moncada, Furty, Mazo, Dosal y Benavente.
 


Desde la temporada 1929 a 1932, jugó con el equipo de Vioño, el Vimenor.

En día 19 de marzo de 1929, en Vioño, se jugó un partido amistoso entre el Vimenor y la Gimnastica de Torrelavega.

El Vimenor jugaron: Duran; Daniel, Torre; Ciano, Julián, Caballero; Carranza, Bercedo, Pachín, Furty y Terán.

 

Volvió a reintegrarse al equipo unionista, donde tenia previsto retirarse.

 

El 3 de noviembre de 1935, se celebró el encuentro del Campeonato serie B, entre el Venecia y el Unión Club.

Furty, marcó los dos goles del partido.

 

El 10 de mayo de 1936, se jugó el encuentro entre el Santoña F.C. y el Unión Club en los campos del Santoña.

El Unión Club alineó: Ricardo; Toca, Amalio; Garcia, Huchi, Eusebio; Cosio, Andrés, Lombo, Furty y Benavente.

Los astillereses era un equipo muy joven, junto con los veteranos Furty y Benavente.

Este sería uno de los últimos partidos que habría jugado José Alonso, con la camiseta verdinegra.

 

Una vez retirado del fútbol, residió en Durango (marzo de 1961)

 

 






 

viernes, 22 de octubre de 2021

ASTILLERO y GUARNIZO bolos y jugadores (1897-1956)

 






El inicio de los bolos en Astillero, posiblemente fuese antes de 1863, pues ya en ese año se tenía conocimiento de la existía de una bolera.

Como en Astillero, existieron varias boleras y donde se celebraban distintos concursos, quiero destacar algunos de estos:

Y algunos de Guarnizo:

En el año 1897, durante las fiestas de Nuestra Señora de de Astillero, hubo un concurso de bolos.

El 8 de septiembre, se inició ese certamen de bolos, adjudicándose premios a sus ganadores.

Participaron las jugadores: Manuel Pico (rojo) contra Pedro del Rio (amarillo); Valentín Cagigas (azul) contra Sebastián Sauvinas (morado); Zamanillo (rosa) contra Luis Garcia (verde) y Luis Pardo (lila) contra Víctor Hernández (carmín).

Quedaron para la final: Víctor Fernández y Pedro del Rio.

El primer premio lo ganó Pedro del Rio, natural de Astillero (Vista Alegre) y el segundo Víctor Fernández, de Muriedas.

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El día 25 de septiembre de 1910, se celebró el certamen de bolos en Guarnizo, en la bolera de la viuda de Francisco Cortés, en la que se jugaron 12 partidas, pagando 6 pesetas por cada partida.

El primer premio fue de 50 pesetas; el segundo, de 20 y el tercero de 10 pesetas.

Hubo dos tiros, siendo uno de 15 metros y el otro de 18 metros.

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En agosto de 1911, durante las fiestas de San Roque, en Guarnizo, se celebró en la bolera del barrio de la Estación, un concurso de bolos donde tomaron parte varias cuadrillas, debiendo pagar éstas ocho pesetas cada una.

Los premios fueron; dos, uno de 85 pesetas y otro de 45, para las cuadrillas que más bolos logren y un tercero de 10 pesetas para el jugador que más bolos tire.

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En septiembre de 1915, se vino celebrando un concurso de bolos en la bolera de "Angelín" Angel Díaz, con premios fueron de 50, 30 y 20 por ciento de la inscripción y 6 pesetas para los jugadores que más emboques y más bolos harían.

Las partidas se formaron de cuatro jugadores.

Tomaron parte como Jurado del Concurso, los siguientes señores:

Presidente: don José Bengoechea y Fernández.
Vocales: don Francisco del Castillo Perilla y don Valentín González Egaña.
de Juez de bolera: don Gonzalo Velasco.

El domingo 19, se celebró la final, siendo vencedores la cuadrilla de Castañeda.

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El día 25 de diciembre de 1916, se celebró un concurso de bolos en la bolera cerrada que en Astillero poseía don Daniel Egusquiza, en la calle San José.

Se editó una orden para el concurso:

1º. Las cuadrillas se compondrían de cuatro jugadores, los cuales abonarán la cantidad de cuatro pesetas al tiempo de inscribirse.
2º. Las cuadrillas podrían inscribirse en el local de la bolera.
3º. Los premios se repartirían, con arreglo al orden:
Primero. El 60 por 100, para la partida que más bolos haga.
Segundo. El 30 por 100.
Tercero. El 10 por 100 para el jugador que más emboque haga.

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El domingo 3 junio 1917, se celebró el concurso de bolos en la bolera "La Arboleda", ganando el primer premio la partida formada por Telesforo Gómez y el jugador de Astillero, conocido como el "Zazo".

Los segundos fueron Serafín Presmanes y Emilio Fernández.

El premio destinado al jugador que mayor numero de emboque hiciera le fue adjudicado al "Zazo" que hizo tres.

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El domingo 7 de septiembre de 1924, se efectuó el concurso de bolos en la bolera que enfrente de las fábricas de petróleo, poseía el industrial don Antonio Maza, distribuyéndose doscientas pesetas en metálico, más tres relojes de caballero en premios.

Bases para el concurso:

Cada partida constaba de dos jugadores y cada una satisfaría seis pesetas de inscripción.

Los tiros eran dos, uno de 15 metros y otro a 18 metros del primer bolo de la línea de en medio; haciéndose desde cada uno de los tiros, dos jugadas a la mano y dos al pulgar.

Las rayas serían dos también, una alta, a dos metros de la caja de los bolos, para el tiro corto y otra de arreglo (raya al medio) para el tiro largo.

El emboque valía diez bolos, se situó a escuadra a 60 centímetros de la caja de bolos y sólo sería válido hecho con el bolo primero de la línea de en medio.

Serian bolas "quedas" las que pasen por fuera de la raya sin derribar bolos; las que peguen el golpe metro y medio, como mínimo, antes de la misma, y las que, como es natural no lleguen a la raya; pero de estas quedan conceptuadas las de "estacazo" al bolo primero de la línea de en medio, que se estimará válidas desde los dos tiros.

Las partidas jugaran por el número de orden que les haya correspondido en el sorteo, dándoles la preferencia a las partidas forasteras que lo deseen, jugando siempre por el numero de orden.

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Por las fechas de octubre de 1924, se vinieron celebrándose unos concursos de bolos, al que habían acudido los mejores jugadores de la capital y de la provincia.

Estas partidas se habían celebrado en la bolera de Antonio Maza en Astillero.

El primer premio fue ganado por la partida de Saúl Herrera de Santander, con 234 bolos; el segundo de 75 pesetas, a la partida de Cayón, de Marcos Maza, con 227 bolos; habiendo quedado empatadas en el tercer premio las partidas Botín-Gutiérrez de Puente San Miguel y Calderón-Fernández, de Santander.

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El 21 de agosto de 1927, por las fiestas de Nuestra Señora de Muslera, se celebró un concurso de bolos, repartiéndose tres premios de 100 pesetas, 75 pesetas y 25 pesetas. Además de un premio de quince pesetas para la partida de la localidad que tomaría parte en el concurso y obtendría mayor número de bolos.

Participaron más de treinta partidas, con jugadores de diferentes puntos de la provincia y de los más destacados.

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En las fechas de septiembre de 1927, había terminado el concurso de bolos organizado por el industrial Angel Díaz, en su bolera de la calle de Venancio Tijero, concurso animadísimo y en el que habían participado las mejores partidas de jugadores de la provincia.

El resultado fue el siguiente:

Partida de Saúl, de Santander, primer premio, de 100 pesetas, con 237 bolos.
Partida de Miera, de Peñacastillo, segunda premio, de 75 pesetas, con 235 bolos.
Partida de Mallavia, de Torrelavega, tercer premio, de 25 pesetas, con 221 bolos.
Partida de Baldomero Quintanilla, premio de 15 pesetas para jugadores de la localidad, con 219 bolos.

Gran éxito de la organización por el certamen.

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En las fechas de septiembre de 1930, en la boleta cerrada de El Alcázar, en Santander, se celebraron las eliminatorias finales del II Campeonato oficial de bolos, organizado por la "C.R.".

En ellas participaron, la cuadrilla Calderón-Somonte, de Astillero.

Los astillerenses se clasificaron como subcampeones en su grupo.

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En junio de 1932, se celebró el concurso de bolos en la bolera del Café Angelín, con estos resultados:

Primer premio, 50 pesetas, a la partida Alfonso Gómez y Amando Rueda, con 170 bolos.
Segundo, 30 pesetas, a la partida Victoriano Ramos y Adolfo Turia, con 178 bolos.
Tercero, 20 pesetas, a la partida José Peña y Gregorio Arteaga, con 174 bolos.
Cuarto, un pollo y botella de sidra, a la partida Lorenzo Casuso y Tomás San Millán, con 100 bolos.

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El domingo, 3 de julio 1932, dieron comienzo las partidas para disputar la Copa del Campeonato, habiéndose clasificado los diez jugadores siguientes:

Rafael Garcia, con 95 bolos, contra Victoriano Ramos, con 98 bolos.
Alfonso Gómez, con 105 bolos, contra Luis Arteaga, con 96.
José Peña, con 90 bolos, contra Angel Vega, con 94.
Hipólito Vega, con 91, contra Jaime Santos, con 92 bolos.
Antonio Maza, con 95 bolos, contra Aurelio Pico, con 97.

El mismo día, a las tres de la tarde, se disputara la copa pequeña por los diez jugadores que menos bolos hayan obtenido, y que son:

Angel Ansorena, con 65 bolos, contra Manuel Lombo, con 70.
Manuel Buenaga, con 66, contra Francisco Fernández, con 69 bolos.
Lorenzo Casuso, con 50 bolos, contra Adolfo Nieto, con 65.
Julio Castillo, con 64 bolos, contra Tomás San Millán, con 50.

Ese domingo, el resultado final de las partidas, fue:

Rafael Garcia 170 bolos; Victoriano Garcia, 183; Alfonso Gómez, 193; Luis Arteche 161; Francisco Peña, 184; Angel Vega, 179; Hipólito Vega, 159; Jaime Santos, 172; Antonio Maza, 197; y Aurelio Pico, 202 bolos.

Fue declarado campeón de Astillero 1932, Aurelio Pico, haciendo honor a la copa ganada.

La pequeña copa, la ganó Francisco Fernández, con 91 bolos.

Un numeroso público asistió a la bolera, saliendo entusiasmado del excelente juego desarrollado por jugadores que más destacaron hasta llegar a la final, Maza y Pico.

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En el mes de julio de 1933, se había celebrado el concurso en la bolera de Angel Díaz Toca, con estos resultados:

Primer premio, de 60 pesetas, a la partida de Igollo, compuesta de Juan Gómez y Fernando Herrería, con 210 bolos y tres emboques; segundo, de 40 pesetas, a la partida de Muriedas, Antonio Gómez y Tomás Cacho, con 205 bolos y dos emboques; tercero, de 20 pesetas, a la partida astillerense de Antonio Maza y Aurelio Pico; cuarto premio, de 15 pesetas, para la partida local, compuesta de Fidel Díaz y Manuel Buenaga, con 178 bolos.

Quedaron finalistas, para jugar una preciosa copa, Fidel Díaz, con 116 bolos; José Bolado, con 101 bolos; Tomás Cacho, con 113 bolos; Emilio Ruiz, con 115 bolos; Fernando Herrería, con 107 bolos; Juan Gómez, con 103 bolos; Antonio Montes, con 97 bolos; Marcos Maza, con 90 bolos y Jesús Herrán, con 89 bolos.

Estos finalistas volvieron a jugar el domingo siguiente, con la entrega de la copa donada por el dueño de la bolera, entre los jugadores que más bolos derribasen:

Marcos Maza, 180 bolos y con dos emboques; Aurelio Pico, 138 bolos y tres emboques; Fernando Herrería, 138 bolos y un emboque.

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En agosto de 1933, había terminado el importante concurso de bolos celebrado en la bolera de la señora viuda de Sáez, de Guarnizo, donde habían participado numerosas cuadrillas de primera categoría, obteniendo el primer premio, la partida de Vicente Preciado y Justo Sáez, de Villaescusa, con 239 bolos; el segundo, José Cagigas y Villa de Maliaño, con 233 bolos y el tercero estuvieron empatados las partidas de Fernández y Santiago de Torrelavega; y Diez y Gutiérrez, de Santiago de Heras.

El premio especial para la partida del municipio que mejor se clasificara fue ganado por la partida de Miguel Gómez y Ramón Cagigas, con 230 bolos.

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En junio de 1934, se jugaba a los bolos en la bolera que recientemente se había arreglado, del Ayuntamiento, situada en una arboleda en la calle Jaime Vera.

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El domingo 3 de junio de 1934, se celebró en "La Primera de Subiejas", un concurso de bolos para jugadores de las localidades de Astillero y Guarnizo.

La partida dio comienzo a las nueve de la mañana, siendo el precio de inscripción de 1,50 pesetas por jugador.

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El viernes 8 de junio de 1934, tuvo lugar la final del concurso celebrado en esa semana, en la bolera llamada La Primera de Subiejas, propiedad de Moisés Fernández.

El certamen era individual, con tiros de 16 y 17 metros, rayas al medio y a 1,75 metros del primer bolo, tirándose con cuatro bolas.

La clasificación fue:

1º. Angel Martinez, 171 bolos, con un emboque.
2º. Faustino Fernández, 143 bolos, con dos emboques.
3º. José Sánchez, 133 bolos, con un emboque.

Hubo un premio especial al jugador que menos bolos hiciese, siendo ganador Tomás San Millán, con 44 bolos.

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El 18 de julio de 1945, se celebró una competición de bolos en la bolera instalada por el Grupo de Empresa de los Talleres de Astillero, en la que participaron dos parejas.




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En las fechas de junio de 1949, se celebró un concurso de bolos en la bolera de "Angelín", con importantes premios.

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Desde esta fecha, parece ser no hubo ningún concurso ni competición alguna de bolos y se volvió a recuperar la tradición en el año 1956.

Organizándose un concurso por iniciativa del aficionado, con Leopoldo Pérez y patrocinado por el Ayuntamiento.

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Desde 1956, se ha venido celebrando todos los años alguna competición de bolos entre jugadores locales, además de los concursos oficiales con la participación de los mejores "ases" regionales.

Estos certamen ya se vinieron celebrando en la famosa bolera de La Planchada.











 


jueves, 14 de octubre de 2021

TASA atletismo (1957-1961)

 





1 - Carlos Beraza
2 - Tagle
3 - Sosio
4 - Pepe el sereno
5 - Sebio Maza
6 - Tejavana
7 - Monchi Quevedo
8 -  Tito Garcia
9 - Amadeo Luis
10 - Toño Campos
11 - xx
12 -  Lucas Noriega
13 -  Pito Rueda
14 -  Miguelin el pasiego
15 -  xx
16 - Quintana
17 -  Titi Garcia
18 - Gelin López
19 - Fito Hevia
20 - Eduardo Ramos
21 - xx
22 -  Balbás
23 -  Zalo Altonaga
24 -  Pepin Valeriana
25 -  Varito Campuzano
26 -  xx
27 -  Navamuel
28 - xx
29 - Cosio
30 - Agundez
31 - xx
32 - Berenguer
33 - Chiri Beraza
34 -  Cate


La empresa Talleres de Astillero, S.A., durante unos años, destacaron en el ámbito deportivo, tuvo un equipo de futbol, que llegó a ser campeón de España, en el Campeonato de Empresas y luego se inició al atletismo formando un potente equipo, participando en todos los campeonatos que fueron invitados y clasificándose tanto a nivel individual sus atletas, como el conjunto en los primeros puestos.

Muchos fueron los atletas que formaron parte del equipo,  algunos de ellos fueron: Cossio, Titi Garcia, Amadeo Luis, Eduardo Ramos, Emilio Quintana,  José Luis Gómez, Ricardo Agudo, Tito Garcia., Antonio Gomez, Adolfo Hevia, Noriega, Agundez, Benito Jaular, Pedro Abad, Berenguer.

 

Algunas de las fechas, que participo el equipo de atletismo.

 

El domingo 2 de junio de 1957, en las pistas de Los Corrales se celebraron el campeonato de atletismo de Empresas, quedando vencedor el equipo de Nueva Montaña-Quijano, imponiéndose su superioridad sobre la Standart Eléctrica y Talleres de Astillero.

Los atletas del TASA tuvieron una discreta actuación, destacándose en la prueba de salto de longitud, Antonio Garcia, con 5,36 metros.

La clasificación por equipos, los astillerenses, quedaron terceros, con 4.086 puntos.

 

El domingo 1 de junio de 1958, en las pistas del Estadio de la S.D. Buelna, en Los Corrales, se celebró la reunión deportiva con más de cien atletas de las distintas delegaciones comarcales, para disputar el Campeonato Provincial de Atletismo, organizado por Educación Física.

En esta competición deportiva, participó el equipo TASA de Astillero, con gran éxito.

A nivel individual se destacaron: Emilio Quintana, en la prueba de 100 metros, con un tiempo de 12 2/10.

En pértiga y jabalina, Adolfo Hevia, con 2,43 y 42,77 metros.

La clasificación por equipos el TASA quedo en quinta posición.

 

El 15 de junio de 1958, domingo se celebraron en Los Corrales el Campeonato Regional de Atletismo, con la participación del equipo astillerense TASA.

Tuvieron destacada actuación en los relevos de 4X400, con Noriega, Agundez, Ramos y Garcia, que fueron vencedores en esta prueba.

Por equipos se clasificaron en tercera posición.

 

El 15 de febrero de 1959, el atleta Manuel Ruiz del Tasa (Astillero), fue el ganador en Los Corrales del título de campeón provincial absoluto.

La victoria, no sorprendió a nadie, Manuel Ruiz, era el mejor atleta en la modalidad de cross que existía en la provincia.

El domingo, desde que se dió la salida, donde únicamente participaron tres en esta categoría absoluta, el astillerense, se distanció de Eusebio Calvo y Nicolás Gándara, que no pudieron mantener el ritmo del campeón.

La jornada estuvo interesante y espectacular, no por la aportación de los participantes absolutos, sino por el número elevado de participantes en junior y juveniles.

Los resultados técnicos del equipo de Tasa, fueron:

Juveniles: 3º - Antonio Gómez (16-41)
Absolutos: 1º - Manuel Ruiz (31-30)
 

Por julio de 1959, en Madrid, se celebraron los IV Campeonatos Nacionales de Atletismo de Educación y Descanso, en el que en representación de Santander, participo en el Grupo de Empresas Talleres de Astillero.

El TASA se proclamó vencedor por Grupos de Empresa en estos campeonatos nacionales, con una actuación brillante al clasificarse el primero entre los quince equipos de participaban como Empresas.

 

El 15 de octubre de 1960, se celebró la prueba de campo a través en homenaje al alcalde de Cueto, don Amador Toca, la cual fue autorizada y controlada por la Federación Cántabra de Atletismo.

Venció el atleta Antonio Gómez, del Tasa de Astillero, quien invirtió en el recorrido 16 minutos y seis segundos, adjudicándose la Copa Ayuntamiento.

A continuación el astillerense Manuel Ruiz, perteneciente al equipo Real Santander, con un tiempo de 16-06 2/10.

 

El 22 de marzo de 1961, el equipo TASA de Astillero, ganó el campeonato provincial de Educación y Descanso.

 

El domingo 7 de mayo de 1961, ce celebró el campeonato provincial de junior, en las pistas de Sniace.

En él, participaron los astillerenses Antonio Gómez y Manuel Ruiz, con el equipo Racing de Santander.

La actuación del equipo de Tasa, fue poco destacada, únicamente en la competición de los 800 metros, fue ganador Benito Jaular del Tasa.

En los 110 metros vallas, quedó segundo Pedro Abad, de este mismo equipo.

 

El 8 de octubre de 1961, se celebro en las pistas de la Sniace de Torrelavega, el Gran Premio de la Sniace, con la participación de veintidós atletas y con el sistema de puntuación en las tres pruebas que se realizaron:

El, resultado final fue:

1º. Javier de la Peña (Real Santander)
2º. Alberto Díaz de la Gándara (Real Santander)
3º. Pablo Calzada (Real Santander)
4º. Jesus Arranz (C.D. Sniace)
5º. Ramiro Agundez (Tasa), con 1.419 puntos (12"1 en 100; 1,50 en altura y 5,42 en longitud)

Por equipos el Tasa se clasifico tercero.

 

 

Del equipo de atletismo del TASA, existió dos grandes atletas como fueron Eduardo Ramos y Manuel Ruiz, que a nivel individual, consiguieron grandes triunfos nacionales y los cuales terminaron fichados por el equipo de atletismo del Real Santander.

 







viernes, 8 de octubre de 2021

ASTILLERO en el incendio del 19 abril de 1929

 









En esos años 20, cuando se producía un incendio, causaba alarma y se publicaba en la prensa local como noticia, como así fue los incendios que en la provincia sufrieron en esas fechas y especialmente en el pueblo de Astillero.

El 19 de abril de 1929, toda España, sufrió muchísimos incendios provocados todos por el fuerte viento Sur, entre ellos la provincia de Santander.

También se produjo en el pueblo de Astillero, que tuvo en alarma a toda la vecindad, varios días.

En las últimas horas de la noche del día 19, se recibieron noticias alarmantes en la ciudad de Santander, comunicando que en el pueblo del Astillero, se había declarado un violento incendio, que ya había hecho presa casi totalmente en un edificio y amenazaba propagarse a otro colindante, habitadas ambos por familias bastante numerosas.

Como el viento Sur soplaba durante esa noche con más intensidad que por la tarde, surgieron las dificultades para que los bomberos santanderinos abandonaran la ciudad que las que se habían producido por la montaña, con motivo de los incendios de Pedrosa y Torrelavega.

Se acrecieran esas dificultades por la falta de la maquina y haber quedado reducido el número de bomberos a causa de la catástrofe de Heras, y por hallarse otros cumpliendo el deber de velar los cadáveres de sus compañeros en el Hospital, aparte de haber sido preciso reforzar los retenes en la capital.

Sin embargo, por si la autoridad superior disponía que los bomberos saliesen para Astillero, se constituyó el personal en los parques al mando de los jefes respectivos. Pero como el viento Sur aumentase e hiciera temer que se convirtiera en catástrofe cualquier incendio que pudiera producirse en Santander, caso de no haber bomberos en la ciudad, se dispuso que no saliesen.

Antes, el gobernador civil y el alcalde, celebraron una reunión con los jefes de bomberos, y éstos, después de examinar el material de que se disponía en ese momento, comunicaron a dichas autoridades que no asumían la responsabilidad de lo que pudiese ocurrir en la población si la abandonaban y se declaraba un incendio, que esa noche por el viento, había de ser pavoroso.

Visto el informe de los técnicos, las autoridades convinieron en que los bomberos no abandonasen Santander, y siguieron examinando la forma de prestar el auxilio más eficaz posible al pueblo de Astillero.

El incendio ocurrido en dicho pueblo fue descubierto a las once de la noche por don Elisardo Sainz, que pasaba en auto por aquel lugar para dirigirse a Beranga.

Observó el señor Sainz que en la parte alta de la casa del barrio de la Industria, situada frente al Centro Obrero, salían chispas en abundancia. Se apeó del coche y con una piedra golpeo la puerta repetidamente, causando con ello la alarma de los vecinos, quienes al saber que había fuego en la casa, presa de enorme alarma, abandonaron las viviendas.

El señor Sainz no limitó a esto su intervención, sino que, en compañía de algunas personas que conservaron la serenidad, comenzaron a salvar a los niños que habitaban  la casa incendiada e ignorando que la tragedia se cernía sobre sus cabezas.

Cundió la alarma en el pueblo y se personaron en el lugar del incendio, las autoridades, la Guardia civil, los bomberos de Astillero y numerosas personas, comenzándose los trabajos de extinción con los escasos rudimentarios medios con que contaban en el pueblo.

Se tendió una manguera, que se nutría con agua transportada por un camión-aljibe de la llamada Fábrica Nueva. También se organizó el servicio de la cadena humana para transportar cubos de agua, que se arrojaba sobre la casa.

Todo eso era insuficiente. Las llamas habían hecho presa en todo el edificio, que ya estaba totalmente perdido, y empezaban a lamer la pared medianera que separaba a los dos edificios.

Una nube de pavesas que el viento arrastraba del edificio hacia difícil el paso por la carretera y ponía enormes trabas a los trabajos de extinción.

Los vecinos de las casas inmediatas, justamente alarmados y temiendo la propagación del incendio, sacaron sus ajuares a la calle.

El cuadro era conmovedor. Los inquilinos de las casas en peligro se habían refugiados en distintos lugares y en la casa de Modesto Cruz.

No había modo de extinguirse el fuego, ni de localizarle, a pesar de los esfuerzos tan heroicos como estériles de los bomberos que, con exposición de sus vidas, no cejaron en su noble propósito de hacer frente a la voracidad del incendio, que iba destruyendo el edificio.

La casa destruida era de dos pisos y su propietaria era la señora viuda de Pardo, que habitaba en el primer piso. En el segundo vivía un obrero forastero, con varios niños y que tenia de pupilos a otros obreros. En una de las habitaciones de éstos, fue donde se declaró el incendio, cuyas causas se desconocían en esos momentos.

En la parte baja de la casa había un garaje en el que se guardaba un auto, que pudo ser puesto a salvo. Contiguo al garaje había una alpargatería, cuyas existencias pudieron ser libradas de ser pasto de las llamas.

A última hora de la madrugada, el incendio continuaba, y el viento Sur seguía soplando con fuerza y no podía calcularse la magnitud que alcanzaría el siniestro.

Transcurrieron varias días en sofocar el siniestro.