5 septiembre 1896
El 4 de
septiembre de 1896, llegaron los ingenieros ingleses en el vapor
"Ormuz" a Santander y el
consignatario Yllera puso el vapor "Bilbao" a disposición de ellos,
para atracar en tierra.
Estos
señores, vinieron con el objetivo de conocer las zonas mineras cercana a la
Peña Cabarga.
El día 5 de
septiembre de 1896, salieron los excursionistas ingleses en visita a las minas
más próximas a la ciudad y concretamente las de la zona de Solía, San Salvador,
Obregón y Reocin.
Se
trasladaron a estos lugares, en trenes, bajándose en las estaciones más
próximas.
Al paso del
tren por las estaciones eran recibidos por mucha gente que saludaban
afectuosamente a los excursionistas.
Al llegar a
la estación del Astillero, estos vieron desde el tren los muelles de los
señores Mac-Lennan, vistosamente engalanados con banderas, gallardetes,
colgaduras y ramaje.
En lo alto
de la montaña próxima a la estación, un
tren de mineral con las vagonetas y locomotoras muy adornadas a los invitados
por los señores Mac-Lennan a la fiesta organizada en honor a los ingenieros
ingleses.
Continuaron en
el tren hasta la estación de Solares, donde también eran esperados por muchísima
gente. Las casas inmediatas a la estación estaban completas y en la carretera,
esperaban unos cuantos coches para los excursioncitas.
En la
estación, un artístico arco de follaje, con letreros muy visibles en que se
leía "Wel come".
Montaron los
excursionistas en los carruajes y se encaminaron hasta la Fuente del Francés.
A las doce y
media, el sonido de una campana avisaba a todos que era el momento del lunch y
los invitados penetraron en los comedores del Hotel Suizo, donde se habían
dispuesto cuatro largas mesas, y otras dos pequeñas, adornadas de flores,
servidas con exquisito esmero y con los indispensables bouquet, muy primorosos,
al lado de cada plato.
Se habían
dispuesto cubiertos para noventa personas, pero hubo que aumentar el número de
aquellos, pues los invitados que se reunieron pasaban de ciento. Las señoras
ocupaban los sitios de preferencia; el número de las damas ascendía a sesenta y
cinco, incluyendo en ellas distinguidas señoras y señoritas que habían ido de
la ciudad en compañía de los excursionistas extranjeras.
En la presidencia
de la mesa principal se sentó el profesor Roberts-Austen, teniendo a su derecha
a lady Dale, esposa del Presidente del Instituto del Hierro y Acero.
A las tres y
media, se tomaron nuevamente los coches, volviendo a la estación de Solares,
desde donde se hizo el viaje de regreso por el ferrocarril de Bilbao a
Santander.
Al regreso a
Santander, los excursionistas se reunieron de nuevo para visitar las distintas
minas que ellos tenían previsto.
Los
expedicionarios se dividieron en cinco grupos, el Grupo E, correspondía a los
de Solía.
El 5 de
septiembre, desde las ocho y media de la mañana se hallaban ya en el muelle de
las Corconeras todos los excursionistas y los que formaban la Sociedad inglesa
del Hierro y del Acero, para visitar las minas de Solía, propiedad de los
señores Mac-Lennan.
Este grupo
de excursionistas, eligieron las minas de Solía y se desplazaron directamente a
El Astillero.
Compuesto de
cien individuos y con el Presidente de la sociedad se dirigieron, en
Corconeras, al Astillero, donde eran esperados por el señor don José Mac
Lennan.
Estos eran
del Iron and Steel Institute.
Las dos
Corconeras atracaron al costado del vapor ingles "Rennie", que se
hallaba junto al embarcadero y desde dicho buque, por medio de una escalera de
madera, pudieron hacerlo cómodamente el desembarque
Fueron
recibidos por el señor Mac-Lennan, que se encontraba allí con otras personas
esperando a los excursionistas.
La escalera
de hierro de la machina se hallaba cubierta, al costado, por una colgadura con
los colores nacionales, y en lo alto del muelle, a ambos costados, se veían
gallardetes con iguales colores colocados en perchas.
A la
terminación del embarcadero, próximo al sitio en que se hallaban los trenes
esperando ya a la comisión visitadora, se había levantado un arco en el que se
leía: "Bienvenidos 1896". Las letras se habían hecho con guirnaldas y
flores colocadas, por el lado que miraba al mar, sobre los colores de la
matricula de Santander, y por el otro, sobre los nacionales.
Cuando
atracaron los dos vapores que conducían a los expedicionarios, se dispararon
muchas bombas y cohetes.
La comisión
se dividió en tres grupos, que fueron colocándose en los improvisados coches,
que consistían en vagonetas de las destinadas al transporte de mineral,
convenientemente pintadas y con asientos de madera.
Los trenes
salieron en intervalos y eran conducidos por las maquinas
"Astillero", "Dora" y "Pamanes", que se hallaban engalanadas
con flores y laurel.
Durante el
trayecto se dispararon multitud de voladores y al arrancar el tren, la sociedad
de bandurrias y guitarras "La Ibérica", tocaron un bonito pasodoble,
que lo agradecieron los excursionistas.
En El
Astillero recibieron a los expedicionarios, el Alcalde, don Angel Díaz y varios
concejales, en representación del Ayuntamiento y comisiones de algunas minas limítrofes,
los directores de las dos fábricas de petróleo, Mr. Felisat y Mr. Alliot; don
Casiano Arrarte, los médicos señores Salinas y Mora y algunas personas que
acompañaron a los ingleses hasta Obregón.
A la llegada
de los trenes a Solía, donde estaba la lavadera de la mina del señor
Mac-Lennan, se dispararon muchos cohetes y se hicieron varias fotografías.
En todo el
trayecto de Solía a Obregón, habían colocadas muchas banderas españolas e
inglesas.
Los trenes
recorrieron en 20 minutos la distancia de Astillero a la minas de Obregón.
Los expedicionarios
reconocieron el mineral de los señores Mac Lennan, declarando que era de lo
mejor que se producía en toda la costa cantábrica.
En esas
minas trabajaban alrededor de 490 hombres; pero, según se manifestó el señor
Mac-Lennan , dentro de dos meses, cuando se hiciera cargo de ellas la compañía
Orconera, emplearía en el desarrollo de las mismas más de 3.000 hombres.
Después se
prologó la visita de los ingleses, visitando los lavaderos.
Examinadas y
admiradas las minas por los expedicionarios, cuya curiosidad respecto de ellas
fueron satisfecha y elogiada por los señores Mac-Lennan (don J. y G.),
regresaron en los mismos trenes, que hicieron alto en los lavaderos de mineral,
a los cuales subieron la mayor parte de los que componían la comisión.
A todos les
llamó la atención lo bien establecidos que se hallaban y las máquinas que en él
funcionaban, de sistema moderno, llamando la atención el gran motor de 250
caballos de fuerza, que ponía en movimiento los seis tambores lavadores y el
resto de los aparatos.
Terminándose
con un servido lunch, colocado en un magnifico pabellón construido
expresamente.
El menú fue
el siguiente;
- Preparado de galantina trufada
- Merluza a la mayonesa
- Jamón en dulce al madeira
- Pollos asados a la jardinera.
- Roastbeeff.
- Postres - Quesos: Holanda y Reinosa.
- Pasteles y frutas.
- Café y té.
- Vinos - The Queen, Nava, Stfani y Jérez.
- Tintos - Rioja, Clareta, Rioja Alta y
Stefani.
- Campagne - Ayala: Viuda Ciicquot.
- Licores - Whisky, Martel, Cartreuse.
Terminado el lunch, la orquesta
"Laudicore" volvió a tocar el himno inglés, como despedida del
magnífico día concurrido.
Al regresar al Astillero, los excursionistas,
les fueron arrojados al tren algunos ramos de flores por varias jóvenes que se
encontraban en el trayecto.
Y a las
cinco y media todos los visitantes regresaron a Santander. que a bordo del
remolcador "Bilbao" regresaron al "Ormuz" para volver a su
pais.
La despedida
fue cariñosísima y entusiasta.