Por abril de 1933, el Ayuntamiento había acordado
en una de sus sesiones regalar una bandera nacional al puesto de Carabineros
establecido en la localidad, como anteriormente lo habían hecho con los de la
Guardia Civil.
El domingo 23, tuvo lugar en la localidad, el acto
solemne de entrega a este puesto de Carabineros de la bandera regalada por el
Ayuntamiento, como prueba de afecto a tan abnegado Cuerpo.
Antes de las once de la mañana se congregó
numeroso público en el paseo de Pablo Iglesias, sitio elegido para la ceremonia
de la entrega, y a las once y media llegó la comitiva oficial, compuesta por el
teniente coronel, jefe de la provincia, don Francisco Formentín; el capitán,
don Feliciano Suárez; alcalde, don Gabino Gómez; concejales señores Casuso,
Colina y Ortiz; juez municipal, don Marcelino Tarrero; fiscal, señor Navarro, y
secretario del Juzgado, señor Garcia. Formaba parte de la comitiva y en sitio
preferente, la madrina, señorita Angeles Matos, hija del teniente, jefe de esta
Sección, don Manuel Matos, que mandaba la fuerza que había de rendir honores a
la bandera de la patria, que era llevada por un empleado del Municipio, Melchor
Arribas y escoltada por la Guardia municipal.
Al divisar la bandera, el público rompió en una
calurosa salva de aplausos y se descubrió la misma, permaneciendo así hasta la
terminación del acto. La fuerza presentó armas.
Antes de hacer la entrega, el alcalde, señor
Gómez, hizo uso de la palabra, para ensalzar las virtudes del Cuerpo de
Carabineros y sus sacrificios en defensa de las libertades.
El teniente coronel, señor Formentín contestó
agradeciendo los elogios dedicados por el alcalde al Cuerpo de Carabineros y de
manera especial el preciado regalo donado por el Ayuntamiento a la fuerza de
este puesto, que es símbolo de la compenetración con el pueblo.
La madrina, a quien previamente se había entregado
la bandera, leyó a continuación, unas cuartillas que decía:
"Respetables autoridades, distinguidas señoras
y caballeros: El Ayuntamiento de esta localidad, en el deseo de acreditar el
buen concepto que le merece el Cuerpo de Carabineros, y en particular los de
este puesto, acordó, como acto patriótico y merecido homenaje, regalar a dicho
puesto esta bandera, en la que se ve esculpida la gloriosa enseña nacional,
para que, ondeando en ese cuartel, produzca la impresión de alegría y
enaltecimiento a todos los que pusieron empeño en la afectividad de este tan
noble como grato recuerdo. Como madrina que soy en esta fiesta cívico-militar,
para la que tuve la fortuna de ser elegida, cargo para mi tan honroso, como
inmerecido, ya que mis modestas facultades intelectuales no me permiten
expresar con mayor amplitud el verdadero panegírico del acto, me concreto, emocionada,
a rendir las más expresivas gracias a la citada Corporación, haciéndolas
extensivas, con el afecto de mi profundo reconocimiento, al señor teniente
coronel jefe y demás acompañantes, que tuvieron la deferencia de honrarme con
su presencia en el acto que solemnizamos.
Y ahora, señor teniente coronel, os hago entrega
de esta bandera para que, enarbolándola en el cuartel, veáis que con este
simpático, aunque modesto homenaje, damos una prueba de admiración y respecto
al organismo militar de que vos, tan merecidamente, sois jefe.
Termino, pues, este mi cometido rogando a todos
contesten a estas exclamaciones:
¡Vivan los ciudadanos de Astillero! ¡Viva el
Cuerpo de Carabineros!
Una clamorosa salva de aplausos, respondió a la
excitación de la linda madrina.
Acto seguido fue izada la bandera con los honores
de ordenanza y entre fervorosos y prolongados aplausos.
A continuación y a los toques de corneta
desfilaron una sección de Carabineros, a cuyo frente iba su teniente, señor
Matos.
El acto, dentro de su sencillez, resultó brillantísimo
y de intensa emoción, y a él, además de las autoridades mencionadas, asistieron
el teniente de la Guardia Civil, señor Gómez Robledo; sargento señor, Alonso
Justel; administrador de Correos, señor Peñacobo y los corresponsales de los
diarios de la capital.
La simpática madrina obsequió a los invitados con
dulces y licores, auxiliada por las señoritas, Carmina González, Rosita Tello,
Fetina González y Araceli Matos.
En esa época el Cuerpo de Carabineros era un
cuerpo armado español, cuya misión era la vigilancia de costas y fronteras, la
represión del fraude fiscal y el contrabando. Fue creado en 1829 y tras la Guerra Civil, en 1940, fue integrado en la Guardia Civil.
Buen artículo Ricardo, aunque el acto se celebraría hacia 1933, en la Segunda República, siendo alcalde D.Gabino Gómez.
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminar