Don Eliseo
Azcarate Campo, era uno de los hijos de Rufino Azcarate, comerciante con
negocio en la Plaza Mayor de Torrelavega desde 1858 y años después construyó el
edificio situado en la esquina entre las calles Joaquin Hoyos y Consolación,
donde instaló su negocio de coloniales de ultramarinos llamado "Almacenes
los Azcárate", que lo heredó su hermano Herminio.
Eliseo, fue
un importante comerciante en El Astillero, su comercio estaba instalado junto
al Mercado.
Regentó una
"Casa de la Banca", que en el año 1923, fue absorbida por el Banco
Santander.
En el 1895,
don Eliseo Azcarate Campo, residía en el Astillero, aunque no era natural de
él.
En 1897, a
don Eliseo Azcarate, se le nombro agente represéntate para ejercer en el
Astillero y provincia, la inspección y vigilancia del impuesto sobre las
materias explosivas y perseguir el contrabando y defraudación.
En las
fechas de diciembre de 1899, se comunicaba a la Junta administrativa de
Guarnizo, que don Eliseo Azcarate solicitaba construir un polvorín o depósito
de explosivos en la Sierra Piscardera de Guarnizo.
En los años
1900, don Eliseo Azcarate, era receptor de la dinamita y denotaciones que se
empleaba en las minas.
Por el año
1908, el señor Azcarate, era representante del Banco Mercantil en Astillero.
En esas
fechas, Eliseo Azcarate, tenia almacenes de ultramarinos, ferretería y
quincalla, con ventas al por mayor y menor;
figurando como Casa importadora.
En la fecha
de febrero de 1915, don Eliseo Azcarate, conocido industrial del Astillero, era
propietario de un almacén en planta baja en la calle Alfredo Ezquerra, en esa
localidad.
Alrededor de
las nueve y media de la noche, algunos vecinos observaron que por el tejado del
almacén, salían abundantes llamas, por lo que dieron aviso al señor Azcarate.
Este acudió
inmediatamente al lugar del siniestro y con él otros vecinos del pueblo, el
alcalde, otras autoridades y los bomberos.
A través de
la puerta principal se procedió a sacar los géneros almacenados, pero pronto
suspendieron esta labor, porque las llamas habían tomado tal incremento y el
humo era tan intenso, que no pudieron permanecer dentro del local incendiado
sin peligro de perecer asfixiado.
Poco
momentos después se vino al suelo con gran estrepito la techumbre del pabellón almacén.
El miedo de
que en el almacén existiese dinamita, pero no fue así, si eran algunos cohetes
y aparatos de fuegos artificiales.
También unas
cajas de petróleo, sacadas por los bomberos.
Por entonces
el señor Azcarate era el representante de la Arrendataria de los explosivos,
pero era desconocido de que el depósito lo tenía fuera del pueblo.
En 1918, el
comerciante don Eliseo Azcarate había adquirido un Ford para sus servicios
comerciales.
En 1920,
ejercía como juez municipal del
Astillero.
En abril de
1923, el Banco de Santander, abrió sucursal en el Astillero, al haberse
trasladado al Banco de Santander, el señor don Eliseo Azcarate su antiguo y
acreditado negocio de Banca.
Por
noviembre de 1923, se reunión la Junta de Subsistencias, para dar cuenta de que
don Eliseo, almacenista del Astillero había recibido un vagón de azúcar y se hacía
preciso determinar el precio a que podía venderse.
El
almacenista, a los detallistas, a 1,77 pesetas el kilo, y estos al publico a
1,85 pesetas.
El 1 de
marzo de 1930, cesaba de juez municipal don Eliseo Azcarate, quien había
desempeñado el cargo durante seis años.
En abril
1930, don Eliseo Azcarate precedía la Comisión municipal, nombrándose
posteriormente como teniente alcalde, a don Eliseo.
El sábado 19
de septiembre 1931, a las dos y media de la madrugada del sábado, se declaró un
violento incendio en los almacenes de muebles del industrial señor Azcarate
Campo.
Acudieron al
siniestro los bomberos voluntarios, la Guardia civil, autoridades y vecindario,
para intentar sofocar el incendio, que había tomado carácter alarmante.
Acudieron también
los bomberos municipales de Santander.
También
sufrieron algunos desperfectos la casa habitada por el señor Azcarate y la de
don Tomás Garcia Vicente, secretario del Juzgado municipal, que hubo de ser
desalojada.
En el año
1961, los almacenes AZCARATE vendía sus productos directamente en el
establecimiento y por catálogos.
Estos eran:
muebles - batería de cocina - alfombras -loza - cristal - lámparas - confecciones
- aparatos eléctricos de su doméstico, etc.
Tenía los
números de teléfonos 1 y 80.
Don Eliseo
Azcarate Campo, murió antes de 1963 y su hijo José Antonio, regentó el negocio
familiar, a quien pasó a manos de uno de sus hijos, José Antonio.
La noche del
30 al 31 de octubre de 1968, personas desconocidas penetraron en el
establecimiento que Almacenes Azcarate tenía en Astillero, llevándose de la
sección de joyería, artículos de la misma que estaban tasados en unas
trescientas mil pesetas.
En 1984, los
Almacenes Azcárate cumplían 100 años de existencia y lo celebraron con todos
sus clientes, ofreciéndoles un obsequio por cada compra superior a 50.000
pesetas, de cualquiera de los artículos expuestos en el establecimiento.
Los artículos
que tenían en venta en su establecimiento, eran muebles, electrodomésticos,
vajillas, cristal, alfombras, regalos, relojes, alhajas, artículos para viaje,
sonido, baterías de cocina, etc...
Cuando cerró
el comercio de Astillero, su actividad se centraba ya en muebles y lo trasladó
a la calle Vargas de Santander, en donde ya cerró definitivamente.
Lo que ahora
se llama el Almacén de las Artes, entonces era un local comercial de propiedad
Almacenes Azcarate, para venta de todo tipo de muebles.
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