viernes, 30 de junio de 2023

ASTILLERO matadero año 1886




 


El antiguo matadero de Astillero data de 1886, se construyó en el lugar conocido por entonces como "La Piscardera" en la zona de la Habanera.

Esas instalaciones municipales contaba por entonces con todos los elementos necesarios para cubrir las necesidades en esos momentos.

En 1888, se nombró un inspector de carnes para el servicio del matadero.

Desde ya muy antiguo, existía ya, un impuesto de reses degolladas cuyo objeto era el de cubrir los gastos de conservación del propio matadero.

Antiguamente Astillero tenía un matadero que dio nombre a la calle donde estaba situado y que posteriormente se denominaría Sierra Donesteve.

Las primeras instalaciones desaparecieron y los matarifes, se vieron obligados a sacrificar las reses en sus domicilios, previa autorización municipal. Estos lugares de sacrificio resultaban deficientes en todos los aspectos, lo que llevó a que la construcción de un matadero se convirtiese en una necesidad apremiante para el municipio.

 

El proyecto de construcción del primer matadero municipal, se había encargado en el año 1882 a Florentino Argüelles, que recibió la cantidad de 25 pesetas, por la realización del proyecto. La Comisión de Obras tenia encargado presentar el informe sobre este particular, pero por diversas dificultades no lo pudo hacer hasta el mes de agosto del año 1885.

El informe presentado no gustó, al ser no ser claro ni concreto y se extendía en consideraciones sobre las posibilidades de llevar a cabo la construcción de obra en diferentes lugares del municipio.

En esos momentos se eligieron los sitios de "La Rura", "Cabañas" y "La Piscardera", siendo este último lugar el que se puso en duda si dispondría de suficiente caudal de agua para este importante servicio.

Al final se consideró el lugar más adecuado el de "La Piscardera" para realizar la obra, haciéndose al mismo tiempo la aclaración de que más tarde si fuera necesario se instalaría una bomba para elevar el agua del subsuelo.

La obra se adjudico a Manuel Morlote, pero al poco se suspendió los trabajos debido a la disparidad de criterios que existía respecto al lugar de ubicación del matadero.

 

En abril de 1886, al final se ordenó al contratista que prosiguiera con las obras en el mismo lugar donde las había comenzado. Dos años después, en 1888, se redactó un reglamento para el uso del matadero público, del que se imprimieron algunos ejemplares y se repartieron entre la población.

Una vez finalizadas las obras del matadero, éste fue equipando con los elementos necesarios como ganchos, poleas, básculas...

Superadas las primeras dificultades, el matadero inició su desarrollo, en 1888, nombrándose un inspector de carnes al veterinario, denominado en aquellas fechas "albeitar".

Este cargo lo ocupo Manuel Pilarte, que percibía 360 pesetas por dos horas diarias de trabajo. Posteriormente se creó un impuesto sobre reses degolladas, con el objeto de cubrir los gastos de mantenimiento del matadero.

En el año 1893, se extinguió totalmente la deuda que el Ayuntamiento tenía contraída por la construcción del edificio municipal y quiso celebrar una fiesta que consistió principalmente en izar el pabellón español, disfrutar de un rato de música popular y disparo de cohetes.

Como nota anecdótica había que señalar que las amas de casa de aquel entonces, se quejaban de que las revendedoras con sus especulaciones encarecían la plaza y el Ayuntamiento ordenó que no se podrían efectuar operaciones antes de las 10 de la mañana. Prohibió también el comercio en general, el uso de pesas y medidas del sistema antiguo sustituyéndolo por el moderno sistema métrico decimal.

Durante el año 1899 se decidió construir un nuevo matadero municipal más moderno. El Ayuntamiento solicitó una subvención a la Compañía Minera Orconera, la cual asignó la cantidad de 3.458 pesetas que puso a disposición de la Corporación municipal. A los pocos meses se desistió de esas obras.

  

Por marzo de 1902, durante las fiestas de San José, los industriales de carnes sacrificaron sus inmejorables reses, ofreciéndolos a sus clientes.

D. Luis Dirube, mató un magnifico buey, de 414 kilos; don Lorenzo Casuso, otro de 410 kilos y don Francisco Tijero, uno de 400 kilos.

Se sacrificó también una magnifica vaca de don Lorenzo Casuso de 250 kilos de peso y una hermosa ternera de don Francisco Tijero de 150 kilos.

  

En el año 1908, se estableció unos premios para los carniceros, a fin de estimularles en el suministro de carne de superior calidad, en los días de Pascua.

El primer premio consistió en 50 pesetas para la mejor res vacuna mayor; el segundo de 25 pesetas para la segunda res; el tercero de 25 pesetas para la mejor ternera, y el cuarto de 15 pesetas para la segunda ternera.

El jurado del concurso fueron los concejales señores Viar y Viota y el veterinario municipal.

Los beneficiados de ese primer año fueron los tablajeros, don Ramón Tijero, don Barsineo Escallada y don Luis Dirube.

El edificio antiguo del matadero, se componía de planta baja, con tejado de tejas y fachada de piedra.

En el interior tenia poleas con ganchos para sujetar al animal y tras la matanza los despieces eran trasladados en carros de caballos directamente a las carnicerías.

Allí mismo se aprovechaba el despiece y la casquería y en donde lo preparaban las morcilleras.

  

Por los años 50, los industriales carniceros en las fechas de Pascua de Resurrección tenían como tradición sacrificar sus mejores reses para admiración de los astillerenses.

Este antiguo matadero habia estado en servicio hasta la construcción del "nuevo matadero".

En los años 50, las carnicerías establecidas en el Municipio, eran:

* Carnicerías Hermanos Casuso, en la Plaza del Mercado y Vista Alegre.
* Clemente Escallada, en Boo de Guarnizo.
* Carnicería Escallada, en Plaza del Mercado.
 

Por marzo de 1956, la Diputación Provincial había concedido 150.000 pesetas al Ayuntamiento municipal, para la construcción del nuevo Matadero.

Y tras activas y oportunas gestiones del Gobernador Civil en Madrid, se había conseguido de Regiones Devastadas la concesión al Ayuntamiento de 250.000 pesetas, con destino a la construcción del Matadero.

Con ello,  daría pronto comienzo las obras de construcción cuyo presupuesto excedía mucho de los medio millón de pesetas.

 

Por febrero de 1964, comenzaron las obras según el proyecto preparado por los Servicios Técnicos Provinciales, en la finca que el Ayuntamiento poseía próximo al puente de San Salvador.

 

Este matadero sustituiría al viejo de La Habanera, construido en el año 1886, asfaltado su suelo en el año 1903, ampliado a los pocos años y por segunda vez en época más reciente, cuando se habilitó para el sacrificio de reses equinas.

Por los años de la República, se estuvo a punto de cometer la obra de modificación, pero los convecinos tenía que contribuir con el 50 por 100 de su importe y esta dificultad frenó, el realizar la obra.

Y esta seria ya el tercero intento definitivo de conseguir un Matadero digno para el Municipio.

 

Las nuevas instalaciones del matadero nuevo se realizaron en 1973. Diez años después el Ayuntamiento realizó unas nuevas obras de remodelación, tras las reclamaciones del gremio municipal de carniceros.

El Matadero Municipal estaba donde hoy está la Escuela Taller del Ayuntamiento. Tenía todas las comodidades que requería un establecimiento para su uso.

Tenía organizadas la salas de sacrificio del animal, tanto de vacuno, como porcino, cordero, equino...

Compuesto de ganchos para colgar las despieces.

Era fechas en que los animales los pesaban en las antiguas pesas romanas, un método muy antiguo que ya posteriormente fue sustituido por un sistema métrico decimal.

Por estas fechas del 70, en el Municipio estaban establecidos:

* Pilar Ruiz (Vda. de Tomás Cebrecos), en la Plaza del Mercado.
* Carnicería Escallada, en la Plaza del Mercado.
* Carlos Casuso, en Trav. Colonia San José, 5
* Basilio Lomillos, en Tomás Bretón, 11
* Carnicería Rubalcaba, en Bernardo Lavín, 8 y 18 de Julio.
* Carniceria Francisc y Toñin, en Boo de Guarnizo.

 

En 1986, de nuevo el Ayuntamiento volvería hacer otra remodelación para obtener el propio matadero categoría nacional.


Al final el Matadero Municipal, cerro sus instalaciones y se trasladaron al polígono de Guarnizo, siendo una empresa privada la gestora.

 









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