colección familia Montoya
fotos cedidas por David Bradley
A
primeros de octubre de 1960, don Joaquin Peñalosa viajó a Madrid, para, en
unión con los directores de otras compañías interesadas (entre ellas la
Compañía Santander-Astillero) entrevistarse con el Subsecretario de Industria,
con el propósito de obtener los permisos necesarios para la importación de los
trolebuses de la línea inglesa London Transport. En dicha reunión, el
representante del gobierno indicó que, para agilizar la tramitación, resultaba
conveniente que se solicitasen de forma conjunta todos los permisos de
importación necesarios. Por ello, la Compañía del Tranvía de San Sebastián
decidió, el 26 de octubre de 1960, solicitar 25 trolebuses, en lugar de los
seis inicialmente previstos a título de prueba.
Además,
Joaquin Peñalosa, fue nombrado coordinador de toda la operación por las
restantes empresas interesadas.
De
inmediato, Joaquín Peñalosa realizó las gestiones necesarias para lograr la
definitiva autorización de la importación a España de los 125 trolebuses
ofertados por la London Transport. Así, a finales del mes de diciembre de 1960,
obtuvo el necesario permiso para su importación, autorización que expiraba el
10 de marzo de 1961, por lo que era urgente proceder a la inmediata
materialización de la compra y del transporte hasta la Península Ibérica.
El
27 de febrero de 1961, llegaron al puerto de Santander, seis grandes trolebuses
de dos pisos para la línea Santander-Astillero, procedentes de Londres, en un
barco inglés con nombre español, el "Pozarica", que atracó en el
muelle de Maura.
En
la mañana del 28, fueron desembarcados
los seis trolebuses.
Estos
trolebuses que la Compañía de Trolebuses Santander-Astillero había adquirido en
Londres, formaban parte de un pedido general de casi un centenar, que en esos
últimos días habían llegado para Bilbao, San Sebastián, Zaragoza, Cádiz y
Tolosa. Se trataba de trolebuses usados, que durante ocho o diez años, habían
estado circulando por la capital londinense.
Al
parecer, en Londres estaban sustituyendo los actuales 4.000 trolebuses por
autobuses, ya que éstos tenían una mayor independencia en la circulación. Estas
sustituciones las estaban haciendo periódicamente y como consecuencia, dado el
buen estado en que se encontraban dichos trolebuses, después de una repaso
general, los subastaban.
Los
seis llegados a nuestro puerto, costaron unas 300.000 pesetas cada uno -su
precio de nuevos es de dos millones- y vinieron en muy buen estado, ya que
hacía tres meses, fueron sometidos a una revisión total, colocándoles hasta
diferenciales nuevas. Fueron pintados tanto
interior como exteriormente y tapizados de nuevo. Hasta tal punto vinieron en estado
de entrar en servicio, que para su puesta en línea sólo precisaban ponerles
nuevas ruedas, pintarles de nuevo exteriormente en rojo y cambiarles a la
derecha, la entrada y escalera de acceso al piso superior, ya que ambas estaban
situadas en la parte posterior izquierda, de acuerdo con las normas de tráfico
en Inglaterra.
Son
de la marca "A.E.C". tipo "Metropolitan Wickers", dotados
de un equipo eléctrico idéntico al de las modernas locomotoras de la Renfe.
Cada
trolebús pesa diez toneladas, tiene seis ruedas, diez metros de largo y una
capacidad para cien o más viajeros, de los cuales pueden ir sentados cuarenta
en el piso superior y treinta en el inferior. Son amplios y cómodos y tienen
autonomía para dos kilómetros y unas baterías con duración para ocho años.
Apenas
atracado en el muelle el barco Pozarica, subieron a bordo el presidente del
Consejo de Administración y gerente de la Compañía de Trolebuses Santander-Astillero,
don Manuel Lafuente, quien se manifestó:
"Que con estos seis y
los cinco que actualmente existen, nos hemos adelantado a cubrir, no sólo las
necesidades actuales, sino las que pueda haber en los próximos cinco años.
Empezarían a entrar en servicio
tan pronto como sean pintados de color rojo y se les cambie la entrada y
escalera de acceso. Pero si la Jefatura de Obras Públicas nos autoriza, para
realizar viajes directos, sin parada alguna a lo largo del trayecto, esperemos
ponerlos en servicio para las próximas fiestas de San José."
En
principio pensaron en pintarles de gris, igual que los otros cinco trolebuses
MAN. Pero, al final, terminaron pintándoles en rojo a los once vehículos.
"Actualmente salen de
las cabeceras de línea cada veinte minutos; estos intervalos serán de quince
minutos, aumentándose los vehículos en servicio en las horas punta y en los
días de mayor aglomeración de viajeros. Puestos los once trolebuses en línea
pueden hacerse salidas cada seis minutos, llegando a transportar 27.300
viajeros durante una jornada entre Santander y Astillero en el recorrido
completo.
Se ha pensado alargar la
línea actual, para ello, tienen solicitado llegar la línea hasta Pedreña por
Heras, pero ahora al iniciarse la construcción del nuevo puente entre Astillero
y Pontejos, se ha pedido modificar dicho recorrido a través de dicho puente,
por Pontejos, Gajano, Rubayo, Elechas y Pedreña, acercándose notablemente a los
vecinos de aquella zona hacia la capital, que así quedarán a media hora sino que,
además, se les facilitará un medio de transporte rápido, cómodo y continuado."
Este
proyecto al final no quedo realizado.
"También confirmo en
montar otra subestación rectificadora con lo que duplicarían la potencia de la actual, pasando de los 500 a los 1.000 kilowatios.
Más, construir nuevos
apeadores en aquellos lugares del recorrido que mayor número de viajeros acogen para hacerles más cómoda la espera."
El
17 de julio de 1961, a la una y media de la tarde y en la estación-cochera que
la Compañía Trolebuses Santander-Astillero, S.A. tiene establecida en Muriedas,
se efectuó por el excelentísimo señor obispo administrador apostólico de la
diócesis, la bendición de los nuevos vehículos, siendo asistido por el párroco
de Muriedas, don Joaquin Palacios. Asistieron a esta inauguración el gobernador
civil y jefe provincial del Movimiento, excelentísimo señor don José Elorza
Aristorena; el vicepresidente de la Diputación, don Fernando Barreda Ferrer de
la Vega; el delegado de Hacienda, don Gustavo Velayos; el fiscal jefe de la
Audiencia, don Antonio Fernández Divar; el ingeniero jefe de Obras Públicas, don
Evaristo Lavín del Noval; el ingeniero jefe de Industrias, don Mauricio Lasso de
la Vega; el alcalde de Camargo, doctor don Leandro Valle; el alcalde de Astillero,
don Alberto Manchado; el director del Banco de Bilbao, don Santiago Barbier; el teniente coronel de la Guardia Civil, don José Fontana y otras autoridades.
Las
autoridades y acompañantes fueron cumplimentados a su llegada por el presidente
del Consejo de Administración, don Manuel de Lafuente; el vicepresidente, don José
Vidal de la Peña, y vocales, don Alberto Manchado, don José López Tafall
Barcena, don Santiago Barbier Varona y don Jesús Cervera Alonso, y secretario
abogado de la empresa, don José María Blanco Martinez.
Terminada
la bendición, autoridades e invitados pasaron a dos de estos trolebuses,
procediendo, a la inauguración de los nuevos vehículos, haciendo un recorrido
desde Muriedas a Astillero y regresando seguidamente a Santander.
Se
elogió a la empresa por esta ampliación de servicios, que es el primero que se
pone en circulación en España de trolebuses de dos pisos.
Acertada
labor de la dirección del Consejo de Administración, por la gran mejora sin
regatear los cuantiosos gastos que ha supuesto. Ello habría de repercutir en la
mayor facilidad de desplazamiento de cuantas personas viven en una zona tan
eminentemente industrial como es la que recorre esta línea.
Entre
las nuevas mejoras que esta empresa ponía en beneficio del público, destacaba
la que repercutiría en una frecuencia de salidas de coches, consistente en
horario de cabeceras de línea de Santander-Astillero, cada quince minutos: en
otros casos, cada diez e inclusive en casos de gran afluencia, en horas punta,
ésta sería cada siete minutos.
Terminados todos los actos, la empresa reunió en los salones del Hotel Real a sus
invitados, obsequiándoles con un almuerzo íntimo, al final del cual nuestra
primera autoridad civil, señor Elorza Aristorena pronunció unas palabras,
felicitando y exaltando a esta empresa privada por la nueva mejora de
servicio público.
Estos
trolebuses fueron retirados en el año 1975 y uno de ellos, el número 8, fue
comprado por el Museo de Trolebuses de Sandtotf, en Inglaterra, donde fue
totalmente restaurando a su estado original y está en uso con el nombre de
London 1812.
A
partir de esa fecha, los trolebuses fueron sustituidos por autobuses dirigidos
por la Compañía de Trolebuses de Santander-Santander y ya posteriormente, en
los años 80, pasaron a ser propiedad de la Sociedad Turismo y Transportes
(Turytrans).
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