El domingo 28 de junio de 1953, tuvo lugar en el pueblo de Guarnizo, el acto simbólico del descubrimiento de sendas placas que el Ayuntamiento de Astillero acordó dedicar la memoria de sus hijos adoptivos que fueron víctimas del desgraciado accidente del 21 de enero de 1953 y que dieron el nombre a dos nuevas calles: "Calle de Don Herminio Fernández" y "Calle de Don Pedro Escárzaga".
El acto tuvo lugar en la explanada de la
iglesia parroquial de Guarnizo y del Museo de su Real Astillero, con asistencia
del señor alcalde de dicho Ayuntamiento, secretario del Centro de Estudios
Montañeses y cronista de la Montaña, don Tomás Maza Solano; párroco de
Guarnizo, familiares de los homenajeados; señor capitán de la Guardia Civil y
demás miembros representativos del Ayuntamiento, así como una nutridísima
concurrencia de público de Guarnizo y Astillero.
Después de la misa se verificó el acto
simbólico.
Comenzó con un discurso del señor
Alcalde, que representaba en esos momentos al señor Gobernador Civil. Expuso la
labor del sacerdote don Herminio Fernández Caballero, que supo cumplir con toda
perfección su labor pastoral del cuidado espiritual de sus feligreses y aún
tuvo tiempo para idear, emprender con espíritu intrépido y tesón sobrehumano
una gigantesca obra social, que el pueblo de Guarnizo y su comarca hoy día se
lo están agradeciendo.
Después, destacaba la gran figura de don
Pedro Fernández Escárzaga, caballero cristiano, empresario, activo y
derrochador de caridad para con los pobres.
Igualmente, y en nombre de la
Diputación, hizo uso de la palabra, don Tomás Maza Solano, figura muy
conocedora de aquellos dos grandes hombres y, en un discurso lleno de calor, de
cariño y de una gran exactitud de fondo y forma, analizó algunas de las muchas
obras que don Herminio y don Pedro realizaron.
Acto seguido, don Manuel Martinez, en
nombre de los familiares de F. Escárzaga, dio las gracias a cuantos con su
asistencia y cooperación habían contribuido a enaltecer la figura de tan buen
amigo.
Finalmente, el párroco de Guarnizo, don
Cándido Rodriguez Fernández, con la brevedad que pedía la gran emoción del
acto, dio las gracias como párroco de aquella parroquia que había recibido como
preciosa herencia de su antecedor y como familiar de don Herminio "cuya
sangre -dijo- corre por mis venas".
El público mostró visiblemente su gran
emoción y aplaudió entusiásticamente a los oradores.
A continuación se trasladaron al
cementerio, donde se cantó un respondo por el eterno descanso de las dos
víctimas.
Las placas que fueron colocadas en la
Iglesia de Santa Maria de Muslera, en ese día, no existen actualmente, han sido
sustituidas por las que se encuentran actualmente en el pórtico de la Iglesia.
Uno de los sucesos que más impactó en
las localidades de Astillero y especialmente en Guarnizo, fue el accidente
mortal ocurrido el dia 21 de enero de 1953, donde murieron, don Herminio
Fernández Caballero, párroco de Guarnizo y el director gerente de la Empresa "Electro-Metalúrgica",
don Pedro Fernández Escárzaga.
Todo ocurrió en la carretera de El Bosque, en las inmediaciones del pueblo de Solares y sobre las cinco y media de la tarde, cuando regresaban ambas personas, en el coche del señor Fernández Escárzaga, un "Peugeot", de visitar la finca radicante en Hoz de Anero, propiedad del señor Escárzaga.
Al volante iba don Pedro y a su
izquierda, don Herminio Fernández. En el interior viajaba, también el obrero de
la "Electro-Metalúrgica", Angel Gómez Garcia, de 25 años de edad.
Al iniciar el descenso de la cuesta de
El Bosque, y al llegar a las proximidades de la curva denominada de las
"Vallas", el coche que caminaba por el centro de la carretera, se
apartó a su derecha para dar paso a un camión que avanzaba en dirección
contraria.
Aquella parte de la carretera se
encontraba esos días, permanentemente helada, porque sobre ella se proyectaba
la sombra, que la privaba de los rayos solares. Esta fue la causa de que el
coche se fuera de zaga, con tan mala fortuna que por medio metro escaso, no fue
a chocar contra el vallado que protegía la curva, lo que hubiera frenado el
patinazo, y posiblemente permitido al
conductor dominar el vehículo.
El auto, al irse de zaga, se precipitó
sobre la cuneta, tomando la dirección de un terraplén situado en el mismo linde
la carretera y que tenía un altura de unos diez metros. Por dicho terraplén
descendió dando vueltas después de haberlo iniciado con una de campana, lo que
fue motivo de que se abrieran las portezuelas de la parte delantera, saliendo
despedidos sus dos ocupantes, que después de rodar por el terraplén, quedaron
gravemente heridos y conmocionados a unos cuarenta metros de la carretera, y a
no mucha distancia del coche destrozado.
El joven obrero, Angel Gómez, que,
viajaba en la parte posterior del coche, sufrió, en el vuelco, tan solo
contusiones y magullamientos, que no le impidieron abandonar el coche rápidamente
para prestar los primeros auxilios a las víctimas.
Un joven natural de Solares, que se dirigía
a pie a su pueblo, fue el único testigo presencial del accidente, y el que al
darse cuenta de la gravedad del mismo, detuvo a los dos primeros camiones que
cruzaron por aquel lugar, cuyos conductores acudieron por el terraplén en
socorro de las víctimas, mientras se pasaban aviso a Solares, de donde se
desplazó un "taxis" en el que fueron colocados los heridos, para su
inmediato traslado a la casa de Salud de Valdecilla.
Inmediatamente que llegaron al Hospital,
fueron conducidos al quirófano, donde los facultativos de guardia procedieron a
su reconocimiento. Desgraciadamente no pudieron hacer nada y ambos murieron al
poco tiempo.
La noticia de este triste suceso se
extendió rápidamente por la ciudad, donde causó honda impresión y sentimientos,
por ser las victimas personas apreciadas.
El señor Fernández Escárzaga, persona
que con su esfuerzo había logrado crearse una posición y una personalidad en el
mundo de los negocios, era muy conocido en el ámbito empresarial y querido por
todos los obreros de la Empresa que él regentaba.
Estudio la carrera de perito industrial
en la Escuela Superior de Industria, revalidando el titulo en 1913, obteniendo
la máxima calificación concedida por vez primera por aquel centro.
Pronto, la Electra de Viesgo, requirió
sus servicios, como jefe de varias secciones y en 1916, le confió la jefatura
de la fábrica Electro Metalúrgica de Astillero y después, la dirección. En esta
industria, era en esos momentos consejero y gerente, donde aplicó todos sus
profundos conocimientos e infundiéndola un rumbo de constante transformación
hasta llevarla a su actual desarrollo e importancia.
En 1942, el C.O.M.E.I.N. se pidió su
colaboración para resolver el problema de las ferroaleaciones para la industria
siderurgia, y transforma las instalaciones de la fábrica de Boo, poniendo en
marcha en 1943, cuatro hornos monofásicos. Después, amplia las instalaciones y
la Sociedad Hidro Nitro Española, le nombra consejero técnicos, enviándole a
Suiza e Italia para ultimar los elementos del saldo de Barasona, y más tarde le
encargan el proyecto y dirección de las instalaciones de cianamida de calcio de
Monzón de Rio Cinca (Huesca), que era la más importante factoría en su género
en España.
Inteligencia y dinamismo, dominio de la
técnica y tenacidad fueron las características de esta gran persona.
El párroco de Guarnizo, don Herminio,
que llevaba años en su parroquia, era igualmente persona que gozaba de carriño
y prestigio entre sus feligreses por sus virtudes y trato afable.
Don Herminio, desempeñaba la labor
sacerdotal como párroco de Guarnizo desde hacía muchos años. Espíritu bien
cultivado, había alcanzado los grados universitarios en la Gregoriana de Roma,
no hubo empresa de carácter cultural en el pueblo a la que no diera su apoyo,
su consejo y su colaboración.
Aparte de su actividad sacerdotal, con
el incremento de la Acción Católica y con el funcionamiento de diversas
empresas espirituales y sociales. Tomó parte activísima y principal en la
fundación del taller-escuela de los Remedios y trabajo intensamente en la
creación del Museo del Real Astillero, de Guarnizo, a cuyo Patronato
pertenecía.
Su muerte había sido muy sentida en
Guarnizo, don Herminio, era un sacerdote ejemplar y muy querido en su
parroquia.
Era tío de don Cándido, su sucesor en la
parroquia.
El entierro de ambas personas, se efectuó el 23 de enero, a las seis menos
cuarto de tarde.
El cadáver de don Herminio fue
trasladado desde su casa, Vista Alegre, al cementerio parroquial de Guarnizo y
el de don Pedro, desde la casa mortuoria en Astillero "Quinta
Muslera", también al cementerio de Guarnizo.
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