El domingo. 1 de julio de 1928, el Orfeón de
Astillero-Guarnizo estuvo en Pedrosa, en cumplimiento de una promesa que tenían
hecha hacia tiempo.
Ofrecieron un magnífico concierto a los niños
hospitalizados en ese Sanatorio.
Como escenario, el teatro de la naturaleza, construido en
la isla y en cuyo recinto hubieron que congregarse los niños de las colonias
con sus profesores y otros niños que fueron llevados en sus camillas por el
personal del Hospital.
El Orfeón ejecutó uno de sus mejores conciertos en honor a
esos niños.
El acto comenzó con unas sentidas palabras del profesor don
Justo Trigueros, encaminadas a hacer comprender a los pequeños espectadores la
alta distinción de que les hacia objeto el orfeón visitante, para el que los
niños homenajeados deberían guardar un grato recuerdo.
Las palabras del amigo Trigueros fueron entusiastamente
acogidas.
Los internados en ese benéfico centro acogieron a los
orfeonistas con demostraciones cariñosas y gran algazara.
Las obras cantadas fueron las siguientes: "Cantos
asturianos", "La Retreta", "Boga, boga", "Bello
amanecer", "Viva la Montaña", "El anochecer",
"Festará", "La Trilla" y "L'Empordá".
Los pequeños enfermos, locos de alegría aplaudieron con
entusiasmo todas las obras, algunas de las cuales hubo que repetir. Fuera de
programa se cantaron varias obras, y los pequeños no se cansaban de escuchar a
la masa corral, a la que tributaron delirantes ovaciones.
En resumen, una fiesta que ha llevado la alegría a los
niños enfermos del Sanatorio, que no olvidarán el delicado y altruista obsequio
de la coral, y una gran satisfacción para el orfeón de Astillero-Guarnizo, que
ha practicado una hermosa obra, de un sentido espiritual muy elevado, que le
honra al pueblo de Astillero.
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