viernes, 18 de mayo de 2018

BATALLON DEL REGIMIENTO DE VALENCIA en la Guerra de África (1924-1927) - (II)







Terminado el año 1923. seguía el conflicto militar en el territorio africano y empezaban algunos soldados a regresar a sus casas, después de unos años combatiendo en aquel territorio.

Algunos de los soldados que fueron viniendo a su pueblo, Astillero-Guarnizo, y que he podido conocer fueron estos:

Alfredo Castillo
José Iraegui
Tomás Saiz
Julián Mata
Casimiro Carcoba
Manuel Setién
Tiburcio Gutiérrez
Joaquin Sierra
Daniel Selaya
Paco Cabarga
Francisco Piro
Felipe Blanco
Luis Valles
José Somonte
Lorenzo Caballero
Emiliano Berverena
Pedro González
Epifanio Gil
José Gutiérrez
Elviro Santamaria
Félix González
Pedro Olavarria
Bernardo Cantora
Gerardo Sánchez
Hipólito Díaz


Por octubre de 1924, procedente de Melilla, donde habían prestado sus servicios en el batallón expedicionario del Regimiento de Valencia, cerca de dos años, había regresado el joven Tiburcio Gutiérrez, hijo de Jesús Gutiérrez Herrán, conocido industrial de la localidad.

En diciembre de 1924, procedentes de África, llegaron a Astillero ya una vez licenciados, los jóvenes astillerenses, Alfredo Castillo, José Iraegui, Tomás Díaz, Julián Mata, Casimiro Cárcoba y Manuel Setién.

Fueron cordialmente recibidos en su pueblo y la felicitación más efusiva por haber tenido la suerte de volver sanos después de una campaña dura y peligrosa.

Por estas fechas, el soldado del Ayuntamiento de Astillero, Emiliano Berverena, se encontraba prisionero en la zona de Tetuán.



En enero de 1925, la suerte no había sido favorable a los soldados del Ayuntamiento de Astillero, que se habían incorporado a filas. Solo tres se habían librado de ir a África y entre los destinados a cubrir bajas en los Cuerpos de aquel territorio, figuraron Joaquin Sierra y Daniel Selaya, jugadores del Unión Club, cuyo equipo se vio privado de estos dos de sus mejores elementos.

También fue destinado a África, Paco Cabarga, perteneciente al orfeón Astillero-Guarnizo, del que asimismo formaba parte Daniel Selaya



En enero de 1926, había llegado procedente de Larache, el suboficial del batallón de Cazadores de África nº 8, Ernesto Curto Regato, que por espacio de muchos años había prestado sus servicios en el Regimiento de Valencia, y con cuyo batallón expedicionario asistió a todos los combates para la reconquista de las posiciones perdidas en el año 1921 y destacado en el célebre episodio de Tizza, donde varios soldados montañeses dieron su vida por España.

Posteriormente, este suboficial tomó parte en varias operaciones para proteger la retirada de las posiciones en la zona occidental del protectorado.

La llegada al pueblo del suboficial montañés, tuvo por objeto dar un cariñoso abrazo a su padre, don Enrique y aprovechar en saludar a su familia.

Una vez cumplido la visita, continuo a Zaragoza para recoger a su esposa e hijos y con ellos trasladarse de nuevo a Larache, donde le reclamaban sus deberes militares.

En la rendición de Abd-el-Krim, por junio de 1926, se encontraba entre los prisioneros el soldado del batallón, Emiliano Berverena, cuya madre había fallecido de pena durante el cautiverio de su hijo.

En las tres listas de prisioneros rescatados que habían publicado la Prensa no figuraba el nombre de Berverena, vecino del pueblo de Astillero.

Días después, se confirmaban el fallecimiento del soldado astillerense, Emiliano Berverena. Había fallecido el 20 de noviembre del año 1925, en la cabila de Bubala, a consecuencia de la  enfermedad contraída en el cautiverio, noticia que fue comunicada por su primo Vicente Berverena, dato que se le facilito el sargento ex prisionero Ballesteros.

El soldado Berverena, de Guarnizo, había jugado en las filas de la Cultural, antes de su ida al servicio.

El miércoles 24 de junio de 1926, se celebró los funerales por el eterno descanso del joven Emiliano Berverena, en la parroquia de San José.

Al fúnebre acto asistieron la Corporación municipal y demás autoridades. El Alcalde, señor Nieto, antes de la conferencia dominical del 21 de junio, dio a conocer la triste noticia de la muerte del  joven Berverena y relató el fallecimiento de la pobre madre, á quien asistió durante su enfermedad, sin duda alguna agravada por ignorar el paradero de su hijo. Pidió un minuto de silencio, puesto el auditorio en pie, como tributo del cariñoso recuerdo al joven fallecido.

En el partido jugado en los campos de sport de Astillero, los equipos del Unión Club y la Cultural de Guarnizo, salieron al campo ostentando un lazo negro y durante el encuentro se hizo una colecta a favor de la familia Berberena.

El acto religioso, costeado por el Ayuntamiento, estuvo muy concurrido por personas de todas las clases sociales de Astillero y Guarnizo, que acudieron a tributar el cariñoso recuerdo a la memoria del joven Berverena.

En la presidencia del duelo figuraban el padre del soldado, su sobrino Vicente Berverena; alcalde, señor Nieto, con la mayoría de los concejales; juez municipal, señor Azcárate y secretario, señor Garcia Vicente; teniente de la Guardia Civil, señor Pilarte y sargento de Carabineros, señor Conde.

En octubre de 1926, llegaron procedente de la zona occidental de África, donde por espacio de dos años y medio, prestaron sus servicios militares en el Centro Electrotécnico, los jóvenes, José Somonte y Lorenzo Caballero, una vez licenciados.

Ellos han asistido a innumerables operaciones de campaña, reconquista de  posiciones militares y pacificación de la zona occidental.

En diciembre de 1926, procedentes de Larache y una vez repatriado el  Regimiento de Valencia, llegaron a sus casas, los licenciados, Francisco Piró, Felipe Blanco y Luis Valles, orfeonistas los dos primeros y socio el último del orfeón Astillero-Guarnizo.



El día 13 de octubre de 1927, se celebró misa en la Iglesia parroquial de San José, por las almas de los soldados muertos en la campaña de África.

Al acto religioso asistieron una representación del Ayuntamiento, al frente, el alcalde, señor Nieto; el teniente de Carabineros de esta Sección, el contramaestre del puerto y numerosos fieles.

A primeras horas de la mañana aparecieron engalanados con colgadura muchos balcones de la calle de San José y se lanzaron bombas y cohetes anunciadores de la Fiesta de la Paz.

A las seis y media de la tarde, partió del consistorio del Ayuntamiento, con la mayoría de los concejales. En la comitiva figuraban el juez municipal, don Eliseo Azcarate; su secretario, don Tomás Garcia; teniente de Carabineros, señor Bartolomé; contramaestre del puerto, señor Guerrero, y algunos de los soldados invitados al banquete. Todos, procedidos de la Banda popular, y entre el estruendo de bombas y cohetes, se dirigieron al templo parroquial donde se celebro la misa solemne por las almas de los fallecidos en la Guerra de África.

Al final de ella, se cantó por el párroco, señor Palazuelos y por un coro de señoritas un solemne Te Deum en acción de gracias por el feliz término de la campaña africana.

Terminado el acto religioso, la comitiva se dirigió al salón Teatro-Cine, donde tuvo lugar el banquete homenaje a los soldados.

A él asistieron, Pedro González, Epifanio Gil, José Gutiérrez, Elviro Santamaria, Feliz González, Pedro Olavarria, Bernardo Cantora, Gerardo Sanchez y Hipólito Díaz, todos soldados que hicieron la campaña de África.






Grupo de soldados montañeses, jefes y oficiales, en el campamento





























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