EXVOTOS
MARINEROS EN SANTUARIOS SANTANDERINOS
Revista
Altamira nº 53 - páginas 121-127; 136-137
(Fernando
Barreda)
En el pueblo de Guarnizo, cuyos astilleros
dieron a la Armada Española y a nuestro comercio marítimo magníficos navíos
desde el siglo XVI al XIX, hállase situado el santuario de Nuestra Señora de
Muslera, que se alza sobre un pequeño monte, del cual llegan las estribaciones
hasta la ría de Solía.
El citado templo, destinado ahora a
Iglesia parroquial, tiene una sola nave y en la parte del presbiterio,
construida en el estilo gótico, aparecen interesantes capiteles, siendo obra
realizada al finalizar el siglo XVII o en los comienzos del XVIII lo restante
de ella.
Posee el santuario de Muslera un
buen archivo salvado de la destrucción marxista y guardado adecuadamente
después por el inolvidable párroco, recientemente fallecido, don Herminio
Fernández Caballero, y entre los libros que pueden examinarse hay un manuscrito
del siglo XVI, que en su primeras páginas y después de este epígrafe "Del
lugar de donde vino por milagro la Virgen...", nos da interesantísimas
referencias acerca del origen del repetido templo: "En el lugar de
Pontejos, que es la Merindad de Trasmiera, en el mes de septiembre de 1562
años, en presencia de mi, Francisco de Prado Calderón, acólito, notario y
protonotario de S.S. y Conde palatino del palacio Sacro e Imperial y de los
testigos de yuso, que fueron presentes, el M. Reverendo Fray Francisco de
Villanueva, Prior del Monasterio de Santa Catalina de Corbán, como señor único que
es de la Iglesia de Santa Maria de Muslera, que es en el lugar de Guarnizo, y
siendo informado de que esta imagen de la dicha Iglesia que es de Nuestra
Señora, había antiguamente estado en una ermita que era del dicho lugar de
Pontejos, y se había venido por milagro a la Iglesia ya dicha de Muslera, y que
había cierto término y árboles donde antiguamente había estado la dicha ermita
e imagen, en el cual acontecieron cosas notables, que hasta el presente día se
llamaba Muslera, y queriendo saber la verdad de todo esto, pasó el mar y fue al
dicho lugar de Pontejos, y a presencia de mi, el susodicho notario y de los
testigos de yuso suscritos, como dicho es, y de algunos vecinos antiguos y
honrados del otro pueblo, siendo llevado por ellos al lugar ya dicho de la
antigua ermita, paseó por sus pies, y vió por sus ojos y oyó por sus orejas, el
lugar de la ermita y término y arbolar y relación de ella, y halló por relación
de los vecinos antiguos y honrados del dicho pueblo las cosas siguientes, que
son notables y dignas de memoria, y por ser tales y redundar en gloria de la
Madre de Dios, pidió a mí, el dicho notario, las escribiese en el libro de la
visita de Nuestra Señora de Muslera y de ellas diese testimonio, en manera que
hiciesen fe ad perpetuam memoriam Sanete Virginis y mayor devoción de los
fieles cristianos". (Sigue después la información testifical y comienza al
declarar: "Joan de Muslera e de Vedia, hijo de Joan Gutiérrez de Vedia,
que es de edad de sesenta años poco más o menos, dijo haber oído de su padre y
antiguos del pueblo, cómo en el término ya dicho, que es en el barrio de
Palacio, junto a las llosas que son entre el monte y las casas, que estaba una
ermita o Iglesia de Nuestra Señora que se llamaba Santa Maria de Muslera, de
mucha devoción de la cual tenía cargo una freila y cerca de dicha ermita o
iglesia moraba un hombre llamado por sobrenombre Perión, el cual olvidaba su
población, tuvo ayuntamiento con la dicha freila. Y como Nuestra Señora sea
Virgen y Madre de toda limpieza en tanta manera abominó este pecado de su
sirvienta, que su imagen, quiso que no estuviera más en aquella ermita y por
milagro se pasó al término de Guarnizo.
Y al mismo tiempo que pasaba el
mar, que estaba bajo y menguado, posó en una peña que está en medio de aquel
paso, la cual en pleamar está cubierta de agua y que baja está descubierta,
donde, se dice, había dejado ciertas señales; que de allí subió al monte marítimo
de Guarnizo, y posó la dicha imagen en un acebo, que al tiempo presente es
llamado en memoria de este hecho el acebo del puerto, del cual adelante se
dirá, y de aquí fué trasladada la dicha imagen a la Iglesia de Guarnizo que
guardando el vocablo antiguo, se llama Santa Maria de Muslera, que es la que
hoy está en el altar mayor. Y de estas cosas postrimeras dieron otros muchos
testimonios, así del lugar de Pontejos, como de Guarnizo, afirmando haberlas
oído a sus mayores, a cuya causa aquella iglesia o ermita antigua fue
desamparada y dada a tanta olvidanza, por el discurso del tiempo, que se cayó y
no quedó sino los muros de la dicha ermita solamente, y algunas sepulturas que
están en contorno de aquel lugar y árboles.
Anejos a la iglesia había
construídos los edificios que se destinaban a la residencia de los capellanes,
que nombraba el Monasterio de Jerónimos de Monte Corbán, de cuya jurisdicción dependía,
y en el siglo XVIII, una vez reanudada la construcción naval en los astilleros
de Guarnizo, se aprovecharon tales dependencias para vivir quienes dirigían los
citados astilleros y habilitar oficinas, donde preparábanse los planos y los
gálibos necesarios a los navíos que eran puestos sobre las gradas de Guarnizo.
Los insignes Gaztañeta y Ensenada
utilizaron como vivienda los repetidos edificios, hoy desaparecidos, y sobre
cuyo terreno se han construido recientemente el Museo Naval de Guarnizo.
La imagen de Nuestra Señora de
Muslera es de estilo románico, y su mal estado de conservación, después de la
época roja, hizo indispensable realizar en ella algunos trabajos para
restaurarla. Actualmente no tiene el Niño Jesús, que debió de estar, al
tallarse en madera, sentado sobre el regazo de su Santísima Madre.
La devoción hacia la Virgen de
Muslera era muy intensa y difundida entre los marineros y pescaderos habitantes
en los pueblos de las riberas de la ría de Solía, celebrando todos con gran
devoción y concurrencia la fiesta anual del 15 de agosto y viéndose en dicho
día bajar engalanadas numerosas embarcaciones menores por las aguas de la
citada ría para llegar tripulantes y peregrinos hasta las proximidades del
Santuario, mientras cantaban copias alusivas como la siguiente:
Tengo de
hacer un barquito
de madera
de salguera,
para pasar
los de Liaño
a la
Virgen de Muslera
(de la
tradicional oral por el académico don Tomas Maza)
Repetidos y numerosos milagros
realizándose en el transcurso de los siglos por mediación de la Santísima
Virgen de Muslera, y acerca de ellos quedan documentos que lo atestiguan en el
archivo parroquial, viéndose en el templo hasta el año 1936 numerosos exvotos,
de carácter marinero en gran parte, que atestiguaban el agradecimiento de los
favorecidos por la misericordia de la Madre de Dios. Actualmente pende de la
bóveda un bonito modelo de navio con todo el trapa largo.
Relacionado con la intervención de
Nuestra Señora de Muslera, es interesante el recordar, tomándolo de una
manuscrito de Fray Diego de la Concepción, que en el año 1678, siendo Prior de
Santa Catalina de Monte Corbán el Padre Fray Francisco del Aguila, fue llamado
a bendecir y botar al agua el navio "Santa Rosa", fabricado aquel año
en el Astillero de Guarnizo por don Pedro de Agüero. Celebró la Misa el Padre
Prior, a la que asistió la comunidad entera, y fueron al barco cantando la
letanía y llevando en procesión la imagen de Nuestra Señora de Muslera, y, una
vez puesta en la popa del navio, corrió el barco al agua y se puso a flote por
sí mismo en menos de una Avemaría. Este suceso feliz fue atribuido a tan
celestial patrona.
Son muchas las visitas que he hecho
a la Iglesia de Muslera y siempre por la festividad de Todos los Santos, cuando
asisto a la misa que se celebra ese día.
Todavía tengo el recuerdo de
aquellos años, cuando en el interior del templo, colgaba en el techo la maqueta
de un navio.
Esta maqueta,, hoy desaparecida,
que según me han informado, fue en unas
de las obras que se hicieron en la iglesia y posiblemente por encontrarse vieja
y apolillada.
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