viernes, 9 de septiembre de 2022

ALBERTO MANCHADO CORTINA - industrial y ex-alcalde

 



Alberto Manchado Cortina



Por enero de 1954,  Alberto Manchado había sido designado alcalde del municipio de Astillero.

Hijo de Astillero y uno de los impulsores de su desarrollo industrial, llegaba al cargo con profundo conocimiento de las necesidades y aspiraciones del municipio, que estaba vinculado al progreso de Santander y su provincia..

 

En noviembre de 1961, el señor Manchado fue nombrado vicepresidente segundo del Real Santander, en sustitución de Felipe Serrano Renedo.

 

En octubre de 1963, se le rindió homenaje de despedida a quien fue durante nueve años alcalde de su pueblo, Astillero.

Algunos de sus culminaciones importantes en los proyectos municipales, habría que destacar la mejora del servicio de agua; el matadero municipal; las nuevas escuelas de Guarnizo;barrio San Camilo, con viviendas para sus maestros y algunas otras menos importantes, pero necesarias para el vecindario.

 

Pero en donde se le debe agradecer es por sus proyectos industriales.

Si en una época a El Astillero era conocido, durante  unos años más, todo por su fábrica de galletas y caramelos, así como de chicles creación de un empresario llamado Alberto Manchado Cortina.

Aunque como él decía, fue el continuador de un negocio aunque pequeño como correspondía a esa época de principio de siglo, lo había iniciado su padre.

Don Cayetano Manchado, quien llego a la Montaña procedente de la Meseta de Castilla, concretamente de Soria.

Pronto se colocó de mozo en la panadería de los Cortina y con el tiempo se casó con una de las hijas del dueño. Años más tarde, sobre todo a causa de las huelgas fracasó y se hundió el negocio.

La ruina para dicho negocio era total y para buscar nuevos horizontes, el joven matrimonio emigro al Uruguay.

Pasaron un tiempo y con las fuerzas de trabajo lograron reunir algún dinero, para regresar y montar una industria primaria que estaba enclavada en la calle de la Prosperidad.

Fue una pequeña industria de pastelería seca -galletas, caramelos, confites- en lo que todo lo hacían allí en el establecimiento, tanto don Cayetano como sus familiares y a mano y sin ayuda externa.

Los productos elaborados lo vendían después transportados en carros por buena parte de la provincia.

Don Alberto Manchado hijo, tuvo la posibilidad de estudiar en Santander concretamente en la Escuela de Peritos Industriales.

Con quince años, se presentó en casa con varias asignaturas suspendidas.

Su padre le dio dos oportunidades, o seguir estudiando o trabajar con él y así lo hizo.

Desde ese momento comenzó su vida en el trabajo con dedicación constante al negocio, comenzado por lo más difícil, desempeñando la labor de hornero, esto era, cocer las pastas al horno.

Después se fue preparando en el comercio teórico-práctico y pudo orientarse hacia la expansión de mercados, aunque su padre continuaba siendo la cabeza visible del negocio.

En el año 1935, fue un punto clave en su vida. Su padre enferma y tiene que retirarse de la vida activa, esto le obligaba a hacer con las riendas del negocio, tenía entonces 18 años.

Después y durante la contienda civil, tiene que volver a empezar de nuevo, se habían quedado completamente sin nada y si medios económicos.

Vuelve a iniciar el negocio en unos años malos, más bien durísimos, al tener que sujetarse a los cupos y una producción limitada, hasta el año 1945.

Ya en 1942, con vistas a otros proyectos y que en los bajos de aquellas casas de viviendas de la calle de la Prosperidad, no se podía expandir el negocio, aprovecha una oportunidad adquiriendo unos terrenos magníficos como asentamiento ideal para la industria que el proyectaba en el futuro.

Fue una oportunidad y una gran inversión, comprando los terrenos por 45.000 pesetas el carro.

Por entonces la sociedad la formaban el grupo familiar, sus dos hermanas, Sara y Maria y como cabeza principal su padre, hasta que falleció.

Al grupo familiar, se venia incorporándose más descendientes y así se completaba la dirección:

Juan Antonio Galarza, director técnico de La Sara; Alberto hijo mayor, a la dirección de May y Antonio Egusquiza Manchado, que llevaba la dirección comercial del negocio en Madrid.

Otro año clave fue en 1945, cuando el Ministerio de Industria y Comercio y la Comisaria de Abastecimientos y Transportes, dictaron la ley de reservas de remolacha. Fue el comienzo de poder tener materias primas con que trabajar. Al año siguiente, otra ley referida a las reservas de trigo.

Apoyado en estas leyes y normalización de las materias primas trabajaron con todo entusiasmo con la celeridad.

Rápidamente marcho a ver el estado de las industrias similares por Europa. Visito Francia, Bélgica, Alemania, Inglaterra, Holanda...

Adquirió maquinaria que importó de esos países, que eran las primeras que se utilizaron en España.

Con todo ya instalado  y las naves terminadas, iniciaron la expansión y salida al mercado nacional con las galletas primero y luego los caramelos.

El nombre "La Sara" era conocido por todo el país, un éxito rotundo.

La empresa seguía aumentado con nuevas secciones, nuevos métodos modernísimos y nuevas "marcas".

En el año 1960, viaja a América y a Europa, para estudiar un nuevo producto a desarrollar, el consumo que en aquellos países, se hacen de ella: la goma de mascar.

Entonces, en vez de inventar, se asocia a la "May" francesa.

Crea nuevas naves para su fabricación como sociedad parte de "la Sara" e inicia la distribución de estos "chicles" por España y Portugal.

En la nación vecina monta en el año 1968, una nueva fábrica a 17 kilómetros de Lisboa, entre la capital y Setubal, con la que atiende la demanda portuguesa y de sus provincias ultramarinas.

Por el año 1970, la Sociedad tenia entre empleados, obreros y agentes de venta, a más de quinientas personas.

 

Falleció el 26-5-1977en Portugal.

 

  • http://astillero-guarnizo.blogspot.com/2013/05/la-sara.html
  • http://astillero-guarnizo.blogspot.com/2014/08/la-sara.html 
















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