(Postal propiedad de Ricardo Vega)
La Casa
Consistorial inaugurada se encontraba en el solar conocido con el nombre de
"Casas de la Plaza" perteneciente a la Junta de Comercio, quienes en
1875, cedieron al Ayuntamiento, para la construcción de la Casa-Ayuntamiento y
escuelas con viviendas para su maestros.
Para su
construcción hubo que modificar su alineación con objeto de regularizar la
citada calle y dar mayor acceso al paseo de "La Planchada"
El edificio,
se ha mantenido prácticamente intacta su estructura, aunque ha tenido periodos
que han sufrido distintas remodelaciones.
Constaba en
su planta baja de unos portales que daba ingreso a la Casa-Ayuntamiento y las
habitaciones de los maestros de ambas escuelas, en cuyas salas podían recibir
la primera enseñanza unos 120 niños y niñas.
A los largo
de un centenario de años, el salón donde se celebraba sus sesiones situado en
la planta principal, como los despachos de las autoridades, siguen distribuidos
hoy como entonces.
El 30 de mayo
de 1878, fue inaugurado las obras de la Casa Consistorial y dos escuelas de
primera enseñanza.
En abril de
1878, el Ayuntamiento de Astillero-Guarnizo había señalado el día once de Mayo próximo,
a las once de la mañana, para la adjudicación en pública subasta de las obras
de construcción de la Casa Consistorial y Escuelas de ambos sexos para este
Ayuntamiento, cuyo presupuesto ascendería a 54.122 pesetas.
La subasta
se celebraría en el Ayuntamiento, hallándose en la Secretaria de manifiesto
para conocimiento del público, los planos, presupuesto y condiciones.
Las
proposiciones se presentarían en pliegos cerrados, arreglándose exactamente al
modelo adjunto, debiendo consignar previamente como garantía para tomar parte
en la subasta, dos mil setecientas pesetas en metálico, debiendo acompañar a
cada pliego, el documento que acredite haber realizado el depósito en la
Depositaria municipal.
En el caso
de resultar dos o más proposiciones iguales, se celebraría únicamente entre sus
autores, una segunda licitación, debiendo ser la primera mejora de cien pesetas
y quedando las demás a voluntad de los licitadores, siempre que no bajen de
diez pesetas.
El R.O. del
6 de abril del Ministerio de Fomento, visto el expediente instruido por el
Ayuntamiento del Astillero, en solicitud de subvención de los fondos del Estado
para construir escuelas públicas de niños:
Vistas la
R.O. de 24 de julio de 1856 y la orden del Poder Ejecutivo de 22 del mismo mes
de 1874.
Resultado
que se han cumplido las formalidades y requisitos que dichas ordenes previenen
para justificar la necesidad del auxilio y que el Municipio es acreedor por su
celo y sacrificios de la primera enseñanza al 50 por 100 del coste total de las
obras destinadas exclusivamente para Escuelas y
habitaciones de los Maestros:
Considerando
que el presupuesto que acompaña al proyecto formado por el Arquitecto
provincial arroja la suma de 36.008 pesetas.
S.M. el Rey,
de acuerdo con el Consejo de Instrucción pública, se ha dignado a conceder al
Ayuntamiento del Astillero una subvención de 18.004 pesetas con cargo al cap.
22 art. 4º del presupuesto corriente de este Ministerio, cuya cantidad deberá
librarse por el Ordenador de Pagos a favor del Alcalde cuando acredite con
certificaciones del Director facultativo de dichas obras, visadas por el
Gobernador de la provincia, que previa subasta y con arreglo al plano y pliegos
de condiciones aprobados la tiene ya invertida el Municipio en la construcción
de las escuelas dentro del año económico actual.
El día 30 de
mayo de 1878, el vapor Corconera núm. 2 vistosamente engalanado con guirnaldas
de laurel y flores salió para el Astillero con las personas invitadas al acto
de la inauguración de la Casa Consistorial y dos escuelas de primera enseñanza.
El vapor
conducía a su bordo comisionados de las Corporaciones civiles, militares, eclesiásticas,
representantes de la prensa periódica y demás personas invitadas para asistir
al acto inaugural.
Dos botes de
la goleta de guerra "Consuelo", que se hallaba surta en el puerto,
eran llevados a remolque por el vapor Corconera y esos botes conducían al Sr.
Gobernador civil de la provincia, don Ricardo Villalba; al Sr. Casariego,
Comandante de Marina; al Sr. Jefe de la sección de Fomento del Gobierno civil y
señores comandante y oficiales de la mencionada goleta de guerra.
Al
desembarcar la comitiva en el puente construido en la casa de baños del
Astillero, vistosamente engalanado con arcos de laurel y banderolas, fueron
recibidos por la Comisión compuesta por el Alcalde, D. Venancio Tijero, de los
señores concejales, cura párroco, Juez municipal y Secretario del Juzgado.
El repique
de las campanas, las salvas que se hacían desde la Planchada, daba más
solemnidad al acto que empezaba a celebrarse.
Desde el
embarcadero hasta el pie de las obras que iban a inaugurarse, estaban adornada
con gallardetes y perchas forradas con follaje; las casas del recorrido y otras
muchas más del pueblo, lucían elegantes y bonitas colgaduras.
El alcalde,
don Venancio Tijero, secundado por el ayuntamiento que presidia, venia hacia ya
mucho tiempo, con la idea que llegaría ese momento ser una realidad.
Consiguieron
ver puesta la primera piedra de un edificio, destinado a dos usos tan importantísimo
como son las escuelas públicas y la Casa Consistorial, una institución de las
más relevantes.
La comitiva
oficial desembarcó en el pueblo, todos los concurrentes, precedidos del señor
Tijero y de las autoridades de la capital, dirigiéndose al sitio señalado para
la ceremonia.
En todo el
solar, que ocuparía el edificio, vistosamente engalanado con banderas y
ramajes, y en el centro de aquel un cabria formada por tres maderos, de los
cuales pendía la piedra que había de servir para encerrar el acta de la
inauguración de las obras.
Después de
firmado el documento por todos los concurrentes, se procedió a la bendición de
la piedra, ceremonia de la cual estaba encargado el secretario del Sr. Obispo,
don Pedro José Espinosa, por delegación de Su Ilustrísima.
Inmediatamente
se depositó en el sitio destinado al efecto una caja de zinc, herméticamente
cerrada, que contenía el acta inaugural, dos ejemplares de cada uno de los periódicos
de la capital y varias monedas, procediéndose enseguida a la colocación de la
piedra, que recibió varias paladas de cal de los señores Gobernador Civil,
Vice-Presidente de la Diputación Provincial, secretario del señor Obispo y
diputado del distrito.
La acta de
la ceremonia, se firmó por las personas que componían la comitiva en la forma
siguiente:
* En el
pueblo del Astillero á treinta de Mayo de mil ochocientas setenta y ocho,
reunidos los señores que suscriben, previa citación al efecto del Ayuntamiento
de éste término municipal, por el Sr. D. Ricardo Villalva, Gobernador civil de
esta provincia, se procedió a colocar la primera piedra en el edificio
destinado a Escuelas y Casa Consistorial en este pueblo; y en fe de haberlo así
verificado lo firman todos los señores concurrentes de que certifico - El
Gobernador, Ricardo Villalva - El Alcalde del Astillero, Venancio Tijero -
etc.etc. *
Terminado el
acto oficial de la inauguración, al que concurrió el vecindario y un gran
número de personas de Santander que, como día de fiesta, habían ido a pasar la
tarde en Astillero.
Por
invitación del señor Tijero pasó la comitiva al salón alto de la fonda, donde había
preparado un abundante y bien servido buffet.
Llegado el
momento oportuno, inauguró los brindis el señor Gobernador Civil y después de
cumplir con los deberes de su carácter oficial, manifestó su deseo de que en el
salón de sesiones de la Casa Consistorial, cuyas obras acababan de inaugurarse,
se colocaría una lápida con el nombre de don Venancio Tijero.
Después de
los discursos, fue el señor Tijero quien se levantó a dar gracias a todos los
concurrentes y por el acto inaugural que se había verificado en el pueblo.
Merecía también
elogios la empresa de los vapores al Astillero por el buen servicio de los
mismos, pues la travesía se hizo en el Corconera núm. 2, con una rapidez
extraordinaria, gracias a la excelente construcción que reunían dichos barcos a
la comodidad que ofrecían a los pasajeros.
Tampoco se
omitieron el agradecimiento a los dueños de la fonda del Astillero que tanto se
esmeraron en el servicio del buffet, a pesar del gran número de personas que
ocuparon las mesas.
La despedida
del vapor fue correspondida con cañonazos y con una gran salva de cohetes.
A las ocho
desembarcaba la Comitiva de regreso a la ciudad, todos satisfechos por el buen
trato recibido por las personas que componían en el Astillero la Comisión
organizadora de ese acto inaugural.
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